Leo
en la prensa del 9 de mayo que los dinosaurios de Hollywood pretenden
impedir que los televidentes hagan copias digitales de lo que están
viendo. Y al mismo tiempo leo en la prensa del día anterior que
Jean-Luc Godard
preestrenará su última película, "Film Socialisme", en Internet:
simultáneamente a su presentación en el Festival de Cannes, podrá
descargarse los días 17 y 18 de mayo desde
http://www.filmotv.fr/rub/98/evenement.html
. Ciertamente, cuando este artículo salga en la edición impresa de
Mundo Obrero ya habrán pasado dichas fechas. Pero como mis artículos se
"preestrenan" también en Internet, quienes lo hayáis leído en
http://alteritat.net/mo/ habréis podido aprovechar la oportunidad. Tomad nota de ahora en adelante.
Aunque
el título de este artículo hace referencia a la libertad de
distribución de las películas, puede argüirse que para hablar de "Cine
libre" importa tanto el contenido como la forma. Pero quizá en este
caso forma y contenido estén vinculados, y no sea casual que se
promueva la distribución libre de una película cuyo título habla de
Socialismo. No puedo confirmarlo porque sólo he podido ver la versión
"acelerada", en poco más de un minuto, que se distribuye previamente
como "trailer".
Pero ciertamente no parece casual la noticia que paralelamente me llega por el twitter: que
Ken Loach está distribuyendo libremente todas sus películas a través de su propio canal de Youtube,
http://www.youtube.com/user/KenLoachFilms. En este caso, el compromiso social del cinesta parece inseparable de su compromiso con la libre difusión de sus películas.
Señalemos
por otra parte que, como decíamos el mes pasado, "libre" no es sinónimo
de "gratuito". De hecho, en la página para la descarga del film de
Godard se ofrece reservarlo por 7 euros. Pero es presumible que ni
Godard ni los distribuidores se engañen: una vez distribuida una
película en formato digital, su difusión es incontrolable.
Presumiblemente cuentan con que los cinéfilos seguidores de Godard
prefieran pagar 7 euros a esperar que les llegue de segunda mano. Y lo
cierto es que, a pesar de los lamentos de los dinosaurios de las "
majors",
en la era de las descargas por Internet los ingresos por nuevas
películas siguen batiendo récords. Ello muestra la falacia de sus
argumentos para censurar la libre distribución en Internet. Pero ya
sabemos que la codicia del capital es insaciable. Estamos viendo cómo
el capital financiero internacional, después de implorar ayuda a
los Estados ante la crisis, se está dedicando a estrangular a diversos
Estados con movimientos especulativos empujándoles a estrujar a la
clase trabajadora de sus países, empezando por Grecia. Y las operadoras
de Internet, como es el caso de Telefónica, tienen la cara dura de
pretender cobrar por la circulación de información cuando ya se lucran
por los accesos a gran velocidad estimulados precisamente por dicha
circulación.
En todo caso, Loach y Godard nos muestran el camino, un camino que ya
siguen millones de personas subiendo sus vídeos a Internet por canales
como Youtube (entre paréntesis: mi propio canal es
plalopezr,
aunque en él hay todavía poca cosa: la mani del 1 de mayo en València y
poco más), con el único coste del acceso a Internet y en su caso el
tiempo consumido para hacerlo: la socialización del acceso como un
derecho humano fundamental es el eslabón que falta para un Internet
plenamente público.