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CINE LIBRE

Rafael Pla López

Leo en la prensa del 9 de mayo que los dinosaurios de Hollywood pretenden impedir que los televidentes hagan copias digitales de lo que están viendo. Y al mismo tiempo leo en la prensa del día anterior que Jean-Luc Godard preestrenará su última película, "Film Socialisme", en Internet: simultáneamente a su presentación en el Festival de Cannes, podrá descargarse los días 17 y 18 de mayo desde http://www.filmotv.fr/rub/98/evenement.html . Ciertamente, cuando este artículo salga en la edición impresa de Mundo Obrero ya habrán pasado dichas fechas. Pero como mis artículos se "preestrenan" también en Internet, quienes lo hayáis leído en http://alteritat.net/mo/ habréis podido aprovechar la oportunidad. Tomad nota de ahora en adelante.

Aunque el título de este artículo hace referencia a la libertad de distribución de las películas, puede argüirse que para hablar de "Cine libre" importa tanto el contenido como la forma. Pero quizá en este caso forma y contenido estén vinculados, y no sea casual que se promueva la distribución libre de una película cuyo título habla de Socialismo. No puedo confirmarlo porque sólo he podido ver la versión "acelerada", en poco más de un minuto, que se distribuye previamente como "trailer".

Pero ciertamente no parece casual la noticia que paralelamente me llega por el twitter: que Ken Loach está distribuyendo libremente todas sus películas a través de su propio canal de Youtube, http://www.youtube.com/user/KenLoachFilms. En este caso, el compromiso social del cinesta parece inseparable de su compromiso con la libre difusión de sus películas.

Señalemos por otra parte que, como decíamos el mes pasado, "libre" no es sinónimo de "gratuito". De hecho, en la página para la descarga del film de Godard se ofrece reservarlo por 7 euros. Pero es presumible que ni Godard ni los distribuidores se engañen: una vez distribuida una película en formato digital, su difusión es incontrolable. Presumiblemente cuentan con que los cinéfilos seguidores de Godard prefieran pagar 7 euros a esperar que les llegue de segunda mano. Y lo cierto es que, a pesar de los lamentos de los dinosaurios de las "majors", en la era de las descargas por Internet los ingresos por nuevas películas siguen batiendo récords. Ello muestra la falacia de sus argumentos para censurar la libre distribución en Internet. Pero ya sabemos que la codicia del capital es insaciable. Estamos viendo cómo el capital financiero internacional, después de implorar ayuda a los Estados ante la crisis, se está dedicando a estrangular a diversos Estados con movimientos especulativos empujándoles a estrujar a la clase trabajadora de sus países, empezando por Grecia. Y las operadoras de Internet, como es el caso de Telefónica, tienen la cara dura de pretender cobrar por la circulación de información cuando ya se lucran por los accesos a gran velocidad estimulados precisamente por dicha circulación.

En todo caso, Loach y Godard nos muestran el camino, un camino que ya siguen millones de personas subiendo sus vídeos a Internet por canales como Youtube (entre paréntesis: mi propio canal es plalopezr, aunque en él hay todavía poca cosa: la mani del 1 de mayo en València y poco más), con el único coste del acceso a Internet y en su caso el tiempo consumido para hacerlo: la socialización del acceso como un derecho humano fundamental es el eslabón que falta para un Internet plenamente público.