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WIKILEAKS: BATALLA EN EL CIBERESPACIO

Rafael Pla López

La conmoción producida por las filtraciones de Wikileaks (en el momento de redactar el artículo podía accederse a ellas en http://213.251.145.96/ ) muestra hasta qué punto lo que ocurre en el ámbito de Internet puede afectar al mundo "exterior". Tras los documentos sobre las guerras de Afganistan e Iraq, la publicación de mensajes internos de la diplomacia norteamericana nos ha permitido una visión directa de las cloacas del Imperio. Ciertamente, lo publicado hasta este momento no ha revelado gran cosa que no sospecháramos, y los secretos desvelados parecen secretos de Polichinela ampliamente conocidos, pero ha tenido la virtud de desgarrar los velos de la hipocresía, por ejemplo, respecto a la sumisión al Imperio del Gobierno de Zapatero en el caso Couso.

Es importante, con todo, ir más allá de la anécdota de las peripecias personales de Julian Assange en las que se ha centrado el ruido mediático sobre Wikileaks. Porque sin negar sus méritos personales, descartar el posible sesgo de las filtraciones ni dejar de solidarizanos con él frente a la persecución de la que es objeto con acusaciones poco creíbles (ver http://www.argenpress.info/2010/12/quienes-digitan-las-acusadoras-de.html ), lo importante es que es la misma naturaleza de Internet la que facilita la libre difusión de todo tipo de informaciones. En otras palabras: si no hubiera sido a través de Julian Assange, las filtraciones hubieran encontrado otras vías en Internet para hacerse públicas. Ello hace fútiles los intentos de reprimir su difusión. De hecho, el intento de censurar la web que alojaba las filtraciones y cerrar las vías de financiación de Wikileaks ha llevado a su multiplicación en numerosos lugares de Internet y ha provocado el contraataque cibernético del movimiento "Anonymous" contra las webs de las entidades copartícipes en la censura, como Visa y Mastercard. Y proliferan iniciativas emuladoras de Wikileaks, como la que promueven los jóvenes valencianos que han lanzado la web http://freewikileaks.eu/ que ha coordinado movilizaciones callejeras solidarias.

Resulta también significativo que la batalla en el ciberespacio entre el Imperio y el movimiento "Anonymous" haya mostrado como mínimo una paridad de fuerzas, augurando a medio plazo la previsible derrota de quienes pretenden obstaculizar la libre circulación de la información. En este contexto, la tramitación con nocturnidad y alevosía de la Ley Sinde contra las descargas resulta patética, como una nueva expresión de la degradación a que ha llegado el Gobierno de Zapatero en su sumisión a poderes trasnochados.