En mayo de 2000, escribía en Mundo Obrero "
Las
formas de comunicación y organización están cambiando (...) la estructura en red típica de Internet tiende a convertir en obsoletas
las viejas estructuras jerárquicas de las organizaciones tradicionales". 11 años después, el movimiento "
Democracia Real Ya"
que estalló el 15 de mayo es una nueva plasmación de ello. Sin una
estructura jerarquizada, un movimiento apoyado en las redes sociales en
Internet y surgido hace unos meses consiguió sacar a la calle a decenas
de miles de personas, conmocionando una mortecina campaña electoral.
La estructura en red le permitió sortear tanto el ninguneo de los
medios masivos tradicionales de comunicación como el boicot de
Facebook. Si confiar en una cuenta central deja inerme ante la
posibilidad de que sus siniestros gestores la cierren, la cooperación
de miles de personas, multiplicando la información a través de sus
cuentas de Twitter (#spanishrevolution) o Facebook, su correo
electrónico o sus blogs/páginas web permite sortear cualquier boicot.
Es precisamente el carácter "virtual", distribuido y no centralizado de
su organización lo que la hace virtualmente indestructible.
Señalemos que, así como las estructuras centralizadas, por muy
unitarias que se proclamen, son proclives a escisiones, las estructuras
distribuidas en red son proclives a agregaciones, lo que las hace
especialmente adecuadas para el desarrollo de los movimientos plurales
necesarios para articular la izquierda social.
Para contribuir a dicho desarrollo hay que evitar cualquier tentación
de subordinar dichos movimientos a cualquier organización preexistente,
aunque como Izquierda Unida tenga voluntad de configurarse como un
movimiento político y social plural y alternativo de izquierdas. Pero
la tentación de apropiación puede darse también en quienes actúen como
portavoces de los movimientos, si caen en una concepción excluyente.
Pues lo esencial es que los movimientos en red no son propiedad privada
de nadie, sino propiedad colectiva compartida por todos quienes
participan en ellos. En ese sentido, el movimiento Democracia Real Ya
es
también nuestro, de quienes
formamos parte del PCE o IU. Y no sólo porque hemos participado en las
manifestaciones del 15 de mayo, sino porque sus reivindicaciones forman
parte de nuestro programa desde hace años: no hemos tenido que
apropiarnos de dichas reivindicaciones, porque también eran nuestras.
Lo que debemos recordar es que somos únicamente
una parte
de dicho movimiento, contribuyendo en igualdad de condiciones con el
resto de sus miembros a desarrollar su articulación en red, en Internet
y en las plazas, para poner en pie una alternativa a la dictadura
de los mercados.