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DEMOCRACIA REAL Y ORGANIZACIÓN VIRTUAL

Rafael Pla López


En mayo de 2000, escribía en Mundo Obrero "Las formas de comunicación y organización están cambiando (...) la estructura en red típica de Internet tiende a convertir en obsoletas las viejas estructuras jerárquicas de las organizaciones tradicionales". 11 años después, el movimiento "Democracia Real Ya" que estalló el 15 de mayo es una nueva plasmación de ello. Sin una estructura jerarquizada, un movimiento apoyado en las redes sociales en Internet y surgido hace unos meses consiguió sacar a la calle a decenas de miles de personas, conmocionando una mortecina campaña electoral.

La estructura en red le permitió sortear tanto el ninguneo de los medios masivos tradicionales de comunicación como el boicot de Facebook. Si confiar en una cuenta central deja inerme ante la posibilidad de que sus siniestros gestores la cierren, la cooperación de miles de personas, multiplicando la información a través de sus cuentas de Twitter (#spanishrevolution) o Facebook, su correo electrónico o sus blogs/páginas web permite sortear cualquier boicot. Es precisamente el carácter "virtual", distribuido y no centralizado de su organización lo que la hace virtualmente indestructible.

Señalemos que, así como las estructuras centralizadas, por muy unitarias que se proclamen, son proclives a escisiones, las estructuras distribuidas en red son proclives a agregaciones, lo que las hace especialmente adecuadas para el desarrollo de los movimientos plurales necesarios para articular la izquierda social.

Para contribuir a dicho desarrollo hay que evitar cualquier tentación de subordinar dichos movimientos a cualquier organización preexistente, aunque como Izquierda Unida tenga voluntad de configurarse como un movimiento político y social plural y alternativo de izquierdas. Pero la tentación de apropiación puede darse también en quienes actúen como portavoces de los movimientos, si caen en una concepción excluyente. Pues lo esencial es que los movimientos en red no son propiedad privada de nadie, sino propiedad colectiva compartida por todos quienes participan en ellos. En ese sentido, el movimiento Democracia Real Ya es también nuestro, de quienes formamos parte del PCE o IU. Y no sólo porque hemos participado en las manifestaciones del 15 de mayo, sino porque sus reivindicaciones forman parte de nuestro programa desde hace años: no hemos tenido que apropiarnos de dichas reivindicaciones, porque también eran nuestras. Lo que debemos recordar es que somos únicamente una parte de dicho movimiento, contribuyendo en igualdad de condiciones con el resto de sus miembros a desarrollar su articulación en red, en Internet y en las plazas, para poner en pie una alternativa a la dictadura de los mercados.