En febrero alertábamos del "
peligro
de que las 'revoluciones por Internet', si confían en el uso de Facebook, estén
condicionadas a recibir [el] visto bueno a través de sus oscuros
gestores". Y ahora me llega la siguiente noticia: "
Un
grupo de jóvenes palestinos comenzaron a comunicarse a través de
Facebook y convocar una tercera Intifada el 15 de mayo. Esto a
Facebook no le gustó. Está bien para organizarse en contra de los
dictadores árabes, pero ¿contra la ocupación israelí? El Gobierno de
Israel presentó una queja y la Intifada palestina rápidamente
desapareció de los espacios de Facebook" (
http://adam-keller2.blogspot.com/2011/04/who-is-not-on-facebook.html).
Hemos explicado muchas veces que el potencial "subversivo" de Internet
radica en su estructura en red, que dificulta su control desde un
centro. Pero ello, que es cierto para Internet globalmente, no lo es
para Facebook, una empresa privada que puede anular perfiles
directamente desde su sede central. Y que lo hace sin tener que
justificarlo. Por ello, el amplísimo, casi monopólico, predominio de
Facebook en el ámbito de las llamadas "redes sociales" es una amenaza
contra la misma naturaleza de Internet.
No pretendo que de golpe se salga de Facebook toda la gente
alternativa, aislándose del resto. Pero para no estar atados de pies y
manos o amenazados por una espada de Damocles sería importante ir
construyendo una red social alternativa que no dependa de los
siniestros gestores de Facebook, con una estructura descentralizada más
difícil de controlar por el Imperio, quizá utilizando una tecnologia
F2F (Friend to Friend) como la que se usa para burlar a los censores de
las descargas, e ir desplazándose a dicha nueva red.
Paradójicamente, quizá la ofensiva de dichos censores, a caballo de la
"Ley Sinde" o de la "Ley Sarkozy", sea a medio plazo una buena noticia
al estimular el desarrollo de "anticuerpos" que podrían ser utilizados
también contra la censura política.
Pero ahora se trataría de ir desarrollando los instrumentos para ello. ¿Quien se anima?