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DEMOCRACIA 4.0

Rafael Pla López


El programa de IU apuesta por una democracia participativa en la que la ciudadanía pueda tomar decisiones directamente y revocar a los cargos públicos que hayan defraudado a sus votantes. Ello puede hacerse mediante referéndums, pero a quienes duden de la viabilidad de estas propuestas habrá que explicarles que utilizando Internet y tecnologías actualmente existentes es posible llevarlas a cabo de forma cotidiana y no sólo excepcional.

En http://demo4punto0.net/ se explica una manera de hacerlo: "ya que somos 35 millones de ciudadanas y  ciudadanos mayores de edad, a quienes nos representan 350 diputados, existe  la posibilidad de descontar una pequeña cuota de representación a cada  uno de ellos, una treinta y cinco millonésima parte  (la cuota de soberanía que nos corresponde), cuando queramos acceder vía internet al Congreso", y así "por cada cien mil ciudadanos que votaran on-line,  un escaño volvería al pueblo. Si fuéramos un millón, pues diez escaños  para la ciudadanía. Simple.  Democracia Real, de verdad. Cuando estoy interesado, entro y voto. Y cuando  no, que vote su Señoría, que para eso se le paga".

También sería posible dotar a cada ciudadano y ciudadana de una tarjeta con un chip en el que se almacene su voto en las últimas elecciones, con una criptografía de doble clave, en la tarjeta y en el centro de datos, para proteger el secreto del voto y evitar fraudes, permitiendo que en cualquier momento pudiera cambiar su voto, a través de Internet o en cabinas-terminales al estilo de los cajeros automáticos, pudiendo así cambiar en su caso la composición de los parlamentos o ayuntamientos.

Con estos procedimientos se impediría que se gobernara en contra de la voluntad popular y se haría inviable el peor transfuguismo de los cargos públicos, que no es traicionar a las direcciones de sus partidos, sino traicionar a su electorado. Zapatero y Rubalcaba saben algo de eso.

Estas propuestas pueden parecer lejanas, pero hay que recalcar que el problema es exclusivamente de voluntad política, dado que no habría ninguna dificultad técnica para aplicarlas. Y posiblemente en un futuro, cuando se hayan puesto en práctica y consolidado, el reducir la participación democrática a votar cada cuatro años se verá tan obsoleto como se vería obsoleto actualmente que un cargo público lo sea por herencia y no por elección. ¿Cómo? ¿Que eso ocurre todavía con la Jefatura del Estado Español? Le llaman democracia y no lo es.