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LA PROSA DEL PUEBLO
Rafael Pla López
Tomo prestado el título de un artículo del TIME del 13 de febrero, que
describe el boom de la publicación on-line en China: cuando en
Occidente andan preocupados por el eventual pirateo de libros
electrónicos, miles de chinos suben las novelas serializadas que
redactan a alguno de los centenares de sitios web de autopublicación.
La gran mayoría tienen otros trabajos y escriben en su tiempo libre,
pero, con más de 500 millones de internautas chinos y a 30 centavos por
la descarga de una novela, de la que frecuentemente sólo se pagan los
últimos capítulos, los autores de más éxito han podido dejar sus otros
trabajos y vivir únicamente de lo que escriben. Ello no parece ser algo
fomentado por el gobierno, sino un movimiento de base al que el
artículo llama irónicamente verdadera "literatura del pueblo por el
pueblo". Y aunque el "pirateo" de best-sellers sea habitual, ello no
parece ser un problema: lógicamente, cuando una obra se ha convertido
en best-seller ya ha proporcionado suficientes ingresos a su autor.
Lógica que los censores de Internet en Occidente pretenden ignorar.
Dicho boom literario, que abarcaría una amplia gama de niveles de
calidad, se produce en el marco de un crecimiento económico de China
que aparece como algo muy lejano, desde una Europa sumida en una
recesión alimentada por los recortes de derechos sociales y laborales
impuestos por la avaricia del capital financiero. Pero es importante
subrayar que precisamente la información y la cultura es el único
ámbito en el que el crecimiento es viable a medio plazo sin chocar con
los límites ecológicos del planeta. La mala noticia para los magnates
de la industria capitalista de la comunicación es que precisamente
Internet, que facilita esa expansión sin talar todos los bosques de la
Tierra, dificulta su control monopolista de la comunicación.
Es por ello que, más allá de sus peculiaridades, el boom de la
literatura de masas (y no sólo para las masas) en China prefigura el
futuro. Un futuro de millones de personas produciendo información y
riqueza cultural en el marco de un tejido económico alternativo no
controlado por capitalistas ni burócratas. Y será la libre expansión de
la creatividad humana, y no la coacción patronal por el miedo al
despido, la que permitirá superar la crisis terminal del sistema
capitalista.