Para este mes de septiembre tenemos dos convocatorias importantes, de origen bien conocido: para el
15 de septiembre,
la Cumbre Social convoca una marcha a la Moncloa en Madrid
contra los recortes y por un referéndum para decidir sobre los
mismos; y del
21 al 23 de septiembre está convocada la Fiesta del PCE en el Parque Dolores Ibárruri de San Fernando de Henares de la Comunidad de Madrid.
El origen de estas convocatorias es bien conocido: de la segunda, el
PCE; de la primera, la Cumbre Social que reunió a más de 100
organizaciones junto a CC.OO. y UGT. Y es importante utilizar Internet
y las redes sociales para difundirlas, apoyarlas y reforzarlas. Pero no
todas las convocatorias tienen un origen conocido.
Internet facilita la existencia de convocatorias virtuales que se
reproducen viralmente pero cuyo desconocido origen se pierde en los
abismos de la red. Ello facilita respuestas rápidas ante nuevas
agresiones y obstaculiza los propósitos represivos de un Ministerio del
Interior empeñado en emular al franquismo. Hemos visto ejemplos de ello
en la respuesta a las manipulaciones del gobierno del PP ante los
atentados de Atocha, en la respuesta del movimiento 15M a los desalojos
violentos de plazas, en la respuesta a la violencia policial en la
"primavera valenciana" o en la respuesta de trabajadores y trabajadoras
de la función pública ante los enésimos recortes a sus condiciones de
trabajo. En casos como éstos, la urgencia de la respuesta a las
agresiones justificaba su carácter espontáneo, secundando masivamente
lo que podían ser iniciativas personales.
Pero el anonimato puede ser también fuente de distorsiones, confusiones
y manipulaciones, propiciando convocatorias que se anuncian como
decisivas o definitivas sin que nadie se responsabilice de ellas, y
cuyos verdaderos propósitos pueden permanecer ocultos o disimulados.
Ello exige una especial vigilancia para no dejarse embaucar. Señalemos
un par de rasgos para prevenirnos sobre ellas:
El primero es cuando se plantean convocatorias anónimas dilatadas en el
tiempo. En este caso, su carácter no puede justificarse por la urgencia.
El segundo es que en la panoplia de objetivos perseguidos se mezclen
cuestiones sobre las que puede haber un amplio consenso de izquierdas
con otras ideológicamente sospechosas, como un antipartidismo genérico
(cruzando los lindes del "apartidismo" original del 15M).
Es importante que sepamos movernos en las redes sociales e impulsar las
convocatorias en los espacios virtuales, pero sin que ello pretenda
sustituir la organización real de las personas que queremos combatir
contra el sistema capitalista.