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CONVOCATORIAS REALES Y VIRTUALES

Rafael Pla López


Para este mes de septiembre tenemos dos convocatorias importantes, de origen bien conocido: para el 15 de septiembre, la Cumbre Social convoca una marcha a la Moncloa en Madrid contra los recortes y por un referéndum para decidir sobre los mismos; y del 21 al 23 de septiembre está convocada la Fiesta del PCE en el Parque Dolores Ibárruri de San Fernando de Henares de la Comunidad de Madrid.

El origen de estas convocatorias es bien conocido: de la segunda, el PCE; de la primera, la Cumbre Social que reunió a más de 100 organizaciones junto a CC.OO. y UGT. Y es importante utilizar Internet y las redes sociales para difundirlas, apoyarlas y reforzarlas. Pero no todas las convocatorias tienen un origen conocido.

Internet facilita la existencia de convocatorias virtuales que se reproducen viralmente pero cuyo desconocido origen se pierde en los abismos de la red. Ello facilita respuestas rápidas ante nuevas agresiones y obstaculiza los propósitos represivos de un Ministerio del Interior empeñado en emular al franquismo. Hemos visto ejemplos de ello en la respuesta a las manipulaciones del gobierno del PP ante los atentados de Atocha, en la respuesta del movimiento 15M a los desalojos violentos de plazas, en la respuesta a la violencia policial en la "primavera valenciana" o en la respuesta de trabajadores y trabajadoras de la función pública ante los enésimos recortes a sus condiciones de trabajo. En casos como éstos, la urgencia de la respuesta a las agresiones justificaba su carácter espontáneo, secundando masivamente lo que podían ser iniciativas personales.

Pero el anonimato puede ser también fuente de distorsiones, confusiones y manipulaciones, propiciando convocatorias que se anuncian como decisivas o definitivas sin que nadie se responsabilice de ellas, y cuyos verdaderos propósitos pueden permanecer ocultos o disimulados. Ello exige una especial vigilancia para no dejarse embaucar. Señalemos un par de rasgos para prevenirnos sobre ellas:

El primero es cuando se plantean convocatorias anónimas dilatadas en el tiempo. En este caso, su carácter no puede justificarse por la urgencia.

El segundo es que en la panoplia de objetivos perseguidos se mezclen cuestiones sobre las que puede haber un amplio consenso de izquierdas con otras ideológicamente sospechosas, como un antipartidismo genérico (cruzando los lindes del "apartidismo" original del 15M).

Es importante que sepamos movernos en las redes sociales e impulsar las convocatorias en los espacios virtuales, pero sin que ello pretenda sustituir la organización real de las personas que queremos combatir contra el sistema capitalista.