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SER CAMARADAS EN LA RED

Rafael Pla López


Escribo este artículo de vuelta de una reunión de una Comisión Instructora de EUPV para informar sobre unos insultos en la red contra compañeros de la organización. Y en recientes debates estatutarios ha salido también el tema.

Sabemos que Internet es un ámbito propicio para un debate horizontal sin trabas, y que en él se difumina la frontera entre el interior y el exterior de una organización. Ello ha de ser tenido en cuenta en el marco no sólo del respeto a la libertad de expresión, sino de la comprensión de la imposibilidad de anularla. Pero no hay que confundir la libertad de expresión con la libertad de insultar.

El fondo de la cuestión es la necesidad de mantener un comportamiento de camaradas no sólo en las reuniones presenciales, sino también en las redes sociales, hacia los compañeros y compañeras del Partido, de Izquierda Unida y de los movimientos sociales emancipatorios. Ello ha de permitir no traspasar la frontera entre el debate de ideas y la descalificación personal.

El problema está en que a menudo las redes sociales proporcionan una sensación de privacidad que no es tal. De modo que las descalificaciones que alguien vertería en una conversación privada pero no en una reunión pública se exponen en las redes sociales y se difunden públicamente. Evitar que ello ocurra exige un cambio profundo de actitud. Exige recuperar el pleno sentido de la palabra "camarada", con la actitud de apoyo mutuo y de lealtad que implica tanto hacia el Partido en su conjunto como hacia sus miembros, y por extensión hacia los de otras organizaciones en las que trabajamos, como Izquierda Unida.

Ello no excluye, naturalmente, la crítica de las ideas y también de los comportamientos, pero exige que esa crítica no descienda al terreno del insulto y la descalificación personal, sino que se asuma como un compromiso para ayudar a corregir lo que se piense que son planteamientos o conductas incorrectos. Si así lo hacemos, Internet será un instrumento válido para mejorar la comunicación entre nosotros. Si no lo hacemos, Internet será el test de una degeneración interna que deberemos superar.