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SIRIA DESVELADA

Rafael Pla López


Cada vez es más difícil engañar a la gente. Por un lado, el desarrollo a través de Internet de redes de comunicación no controladas por el poder permite burlar la censura y el discurso del pensamiento único. Por otro lado, el recuerdo de las mentiras anteriores hace que las nuevas mentiras sean menos creíbles.

Cuando la primera Guerra del Golfo, el imperialismo todavía podía controlar la información, a través de los medios masivos de comunicación. En la segunda guerra contra Iraq el 2003, la intercomunicación por Internet permitió poner en pie la primera manifestación global de la historia. Y desde entonces se han ido desarrollando múltiples redes sociales que hacen que el tejido social de comunicación de la humanidad esté mucho más articulado.

Así, cuando han intentado vendernos de nuevo un discurso maniqueo para justificar la guerra contra Siria, repitiendo estrategias de demonización alrededor de "armas de destrucción masiva", ha proliferado la difusión de contrainformación destinada a desmontar dicha estrategia:
Naturalmente, tampoco podemos poner la mano en el fuego por la exactitud de toda contrainformación. Pero lo significativo es que su difusión ha levantado un manto de duda que ha impedido el alineamiento de la opinión pública incluso norteamericana con quienes proponían la intervención militar contra Siria. Y paralelamente ha proliferado la firma en Internet de cartas contra la guerra dirigidas a parlamentarios británicos y norteamericanos (como anécdota, he recibido peticiones de firmas de movimientos vinculados a la base del Partido Demócrata norteamericano, que pensaban que era de Indianápolis por mi código postal). El resultado ha sido que el Parlamento británico ha votado contra la guerra y que Obama no se ha atrevido a someter su propuesta belicista al Congreso norteamericano. Con todo, el peligro de guerra no ha desaparecido, y debemos permanecer vigilantes. Lo estamos, en la red.