Las sobre un millón de
personas que inundamos Madrid el 22M pudimos pensar al leer la prensa
impresa el día siguiente que habíamos estado en un país distinto. Pues
lo que habíamos vivido fue una pacífica manifestación por Pan, Trabajo
y Techo, contra el austericidio de la Troika, que sólo vio interrumpida
su tranquilidad por la irrumpción de unos energúmenos de uniforme con
porras y pelotas de goma.
No es materia de este artículo la distinción entre la actuación de
provocadores infiltrados y la legítima defensa de quienes se vieron
agredidos arbitrariamente, sino el hecho de que, dado el actual
panorama de la prensa diaria impresa, la verdad sólo se abre paso a
través de la prensa en Internet, desde
publico.es o
eldiario.es hasta medios alternativos como
rebelion.org y
larepublica.es o los mismos
mundoobrero.es o
alteritat.net/r.
Manos desnudas en alto suelen acompañarse del grito "éstas son nuestras
armas", pero nuestras mejores armas son las manos enarbolando móviles
para grabar a los energúmenos en acción. No por nada pretenden impedir
con la Ley Mordaza que filmemos sus tropelías, pero no podrán impedir
que subamos a YouTube la verdad sobre sus desmanes. El impresionante
vídeo en
https://www.youtube.com/watch?v=e3drN2K1hls
de la Solfónica cantando en el escenario el himno a la libertad de
Labordeta mientras los violentos de uniforme vulneraban las libertades
constitucionales es el mejor desmentido de las tergiversaciones
mediáticas sobre lo que ocurrió el 22M.
Se dice que la prensa impresa está en crisis. Pero tal como van las
cosas en nuestro país, el problema no es sólo económico, sino de
credibilidad. No hay motivos para comprar la prensa de la mentira
cuando podemos enterarnos de lo que realmente ha pasado con un click en
Internet. En un tiempo en el que hasta Clark Kent se ha pasado al
ciberespacio, hay que perseverar en este camino para dar cobertura
mediática a la movilización creciente por una alternativa democrática,
social y anticapitalista.