Que respetemos el derecho a decidir del pueblo cataluñés (que por cierto no es el único nacional y lingüísticamente catalán) no significa que tengamos que permanecer en silencio. Porque en la era de Internet el ciberespacio no tiene fronteras, y en él la palabra "ingerencia" carece de sentido.

Porque amamos a Catalunya no queremos que se separe de nosotros. Pero no tenemos nada que ver con los maltratadores que la prefieren muerta que libre. Queremos a Catalunya libre y con nosotros. Y tenemos buenas razones para ello: sin el concurso de la izquierda y la clase trabajadora de Catalunya será mucho más difícil derrotar a la derecha y al capital financiero en España. Pero tenemos también que denunciar que la pregunta de si una Catalunya independiente seguiría en la Unión Europea tiene trampa. Porque si la gobierna un siervo dócil a la Troika como Artur Mas, que sólo quiere pasar el mando a distancia de Madrid a Berlín, es previsible que no tenga ninguna pega. Pero si la gobernara una izquierda que plantara cara a la Troika necesitaría el concurso de la izquierda y la clase trabajadora del conjunto de España. Y, en consonancia con lo que explicó Lenin en su día, la unidad de la clase trabajadora en el conjunto de España se verá reforzada si desde todos sus rincones se apoya sin vacilaciones el derecho a decidir del pueblo de Catalunya, frustrando así el intento de la burguesía de Catalunya de confrontar a su clase trabajadora con la del resto de España.

Por eso tenemos que decir sí, sí y no. Sí a la consulta ejerciendo el derecho a decidir. Sí a que Catalunya sea un "Estado" en el sentido norteamericano o alemán del término. No a que sea un Estado Independiente, porque queremos estar juntos en una República Federal.

2014 será previsiblemente un año decisivo para el futuro de España. Probablemente en su transcurso no consigamos aún llegar a la República Federal, solidaria, de orientación socialista y que reconozca el derecho de autodeterminación, tal como deseamos. Pero sí podemos poner en pie un potente movimiento federalista por ese objetivo en el conjunto de España que pueda generar ilusión también en Cataluña. Para ello tenemos que inundar Internet con etiquetas como #AmamosACatalunyaLibre y #RepublicaFederal, después inundar las calles y posteriormente inundar las urnas con ese proyecto hasta hacerlo realidad.