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LA SEUDOINTERNET DE FACEBOOK

Rafael Pla López

Zuckerberg, el mandamás de Facebook, ha anunciado que planea proporcionar Internet a toda la gente pobre de nuestro mundo que actualmente no dispone de él. Pero su apariencia de generosidad se esfuma cuando nos enteramos de que el acceso que proporcionaría no sería al conjunto de Internet, sino sólo a una serie limitada de sitios.

Naturalmente, en un contexto en que se debate, especialmente en EE.UU., sobre la llamada "neutralidad de la red", mucha gente ha puesto el grito en el cielo. Y no es para menos. Otras empresas lo que pretenden es introducir "carriles rápidos" a determinados sitios cuyos propietarios puedan pagar por ello, privilegiándolos respecto a otros a los que sólo se accedería por "carriles lentos". Pero la propuesta de Facebook es más radical: simplemente, dentro de su sistema no se podría acceder a los sitios no seleccionados por ellos. Con ello, la vulneración de la "neutralidad de la red" se hace extrema. Tan extrema, que dicho sistema ni siquiera es propiamente Internet, donde la libertad de navegación es esencial, sino únicamente un sucedáneo.

Sabíamos que Facebook es un medio privilegiado para que los servicios de inteligencia norteamericanos obtengan información sobre personas de todo el mundo. Pero ahora sabemos también que Facebook pretende controlar la información a la que puedan acceder los desheredados de la Tierra.

Naturalmente, la alternativa es establecer el verdadero acceso a Internet como un derecho humano internacionalmente garantizado, como una concreción propia del siglo XXI del derecho a la  información que contempla la Declaración de Derechos Humanos de la ONU. Y ese derecho tiene que ser garantizado por las instituciones públicas y los organismos internacionales. Sin ello, empresas-buitre como Facebook podrán aprovecharse para establecer monopolios y mercados cautivos con los que lucrarse a expensas de los más desfavorecidos. No debemos permitirlo.