Cuando esto se publique en papel estaremos previsiblemente en proceso de primarias de
Ahora en Común,
http://ahoraencomun.org
. Y ójala alguna organización reciente haya abandonado su prepotencia y
se haya incorporado al proceso de Unidad Popular renunciando a absorber
al resto. Y ójala también la web de Ahora en Común se haya estructurado
mejor para encontrar con mayor facilidad las cuestiones a debate. En
todo caso, cuando redacto esto tenéis en
http://comunidad.ahoraencomun.org/foro/Tema/sistema-electoral-primarias/
mi propuesta de sistema electoral para las primarias para garantizar
matemáticamente la proporcionalidad con lista abierta, y en
http://comunidad.ahoraencomun.org/foro/Tema/propuestas-programaticas/ mis propuestas programáticas para coger el rábano por las hojas.
De éstas voy a centrarme aquí en la que afecta directamente a Internet: "
Garantía de la libre circulación de información, que no
podrá ser coartada en nombre de la llamada “propiedad intelectual”, sin
menoscabo de los derechos de autor con el reconocimiento de la
aportación de cada persona al acervo cultural colectivo."
Éste, en efecto, es un tema importante que debe formar parte del
programa de unidad popular para las elecciones generales, frente a las
presiones de las multinacionales farmacéuticas, discográficas,
cinematográficas, etc., que pretenden detentar un monopolio
intelectual, aunque sea a costa de la salud de los más desfavorecidos o
de implantar la censura en Internet, contradiciendo sus mismos
fundamentos. Y ésta es precisamente una de las cuestiones que pretenden
imponerse en el tenebroso Tratado Transatlántico de Inversiones y
Comercio (TTIP), enmascarando que lo suyo es el monopolio y no el libre
comercio.
Y hay que desenmascarar el intento de justificar la monopolista
"propiedad intelectual" en la defensa de los derechos de autor, cuando
realmente la primera atañe al capital, y los segundos al trabajo
intelectual. Y precisamente el reconocimiento de éste exige su
desvinculación de la pretensión de vivir de rentas de la "propiedad
intelectual". La sociedad debe retribuir a quienes contribuyen a su
enriquecimiento intelectual, cosa que en la era de Internet encaja mal
con las reglas del mercado, requiriendo por el contrario considerar a
la cultura como un servicio público que debe ser disfrutado libremente
y sufragado públicamente, sin permitir apropiaciones exclusivas de ella.
Porque la reapropiación colectiva de la cultura y la información es una
parte importante de la reapropiación de la soberanía democrática que ha
de ser objetivo central de la unidad popular.