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RESISTIR HASTA 2019

Rafael Pla López

¿Qué papel puede jugar Internet en la construcción de una alternativa durante los próximos 4 años?

Cuando este artículo se publique ya se habrán realizado las elecciones del 20 de diciembre, de modo que no podrá influir en sus resultados, ni para bien ni para mal. Pero dichos resultados son fácilmente predecibles: con independencia del orden en que queden las tres patas del tripartito del Régimen y de la Troika (que no por casualidad coinciden con los firmantes del Pacto "antiyihadista" recortador de libertades), es previsible que en conjunto tengan gran mayoría en las Cortes Generales, aplazando un mínimo de 4 años una ruptura democrática constituyente: la ventana de oportunidad abierta tras las elecciones europeas, y parcialmente tras las municipales, se cerró tras la negativa de un partido calificado como "emergente" a formar parte un Frente de "izquierdas" o de "los de abajo".

Pero lo que empedraba el camino a la derrota era la inexistencia de una alternativa real, entre la sumisión de unos a la OTAN y la negativa de otros a considerar la posibilidad, no ya de la salida del Euro, sino ni siquiera de la emisión de medios propios de pago como los que propuso Varoufakis en Grecia como alternativa a la rendición de Tsipras. Pues, sin la voluntad de dotarse de instrumentos para una soberanía democrática en la economía, un programa con contenido de izquierdas no pasa de ser una carta a los Reyes Magos, con la peculiaridad de que los Reyes no son los padres, sino un Banco Central Europeo que a lo que más se parece es a las madrastras de los cuentos infantiles.

De modo que quienes dijeron "Ahora o nunca" tendrán que tragarse sus palabras o disolverse en la nada. Y quienes tenemos claro que la construcción de una alternativa de izquierdas es una carrera de fondo tendremos que prepararnos para resistir desde la calle durante los próximos cuatro años los previsibles intentos de nuevos recortes sociales y democráticos, al tiempo que trabajamos en dicha construcción de una alternativa.

En esta tarea, y frente al previsible ninguneo de los medios masivos tradicionales de comunicación, será fundamental el uso masivo de Internet. Pero debemos tener claro que una "unidad popular" a través de Internet se limita por si misma a expresar ideas socialmente dominantes, como pueden ser la resignación ante el Euro y ante la existencia del Ejército. Para ir más allá es necesaria la actuación de un partido de vanguardia en el sentido pedagógico gramsciano, capaz de desarrollar propuestas a contracorriente, apoyadas no en su popularidad inicial sino en el rigor de su fundamentación, y a partir de ello volcarse en Internet, eso sí, para su debate y su difusión. Esa es, o debería ser, la tarea del PCE.

Y tal alternativa, por cierto, no puede incluir una inviable Renta Básica de 770 euros al mes, y debe priorizar no el dinero en el bolsillo sino unos servicios públicos universales y gratuitos de calidad, apoyados en un Trabajo Garantizado como derecho subjetivo, sufragados por una contribución fiscal tan alta como haga falta de los de arriba y si es necesario con la emisión de medios propios de pago, recortando drásticamente los gastos militares además de la subvención a la Iglesia y la Casa Real. Sólo cuando tengamos clara tal alternativa, y podamos usar Internet para convertirla en socialmente mayoritaria, su consecución podrá hacerse realidad... en 2019.