Trump nos da mucha risa. Es un
personaje grotesco que es una mina para los humoristas. Tendemos a
verlo como alguien lejano, lejanía acentuada por su propensión a
levantar muros y recortar globalizaciones. Si acaso, tememos el peligro
del contagio ideológico del fascismo en Europa, como con
Le Pen en Francia.
Pero en un planeta que se nos está quedando pequeño, lo que haga Trump
nos va a afectar directamente. Nos afectaría, claro, si pulsara el
botón rojo después de promover una nueva carrera armamentística
nuclear. Nos afectan sus políticas impulsando energías sucias con
desprecio del cambio climático: no parece que vaya a hacer caso a mi
irónica sugestión en Twitter de que completara el muro con una cúpula
para tragarse sus humos.
Y ha resucitado una amenaza que desde 2014 parecía haberse desvanecido. Desde entonces no había vuelto a escribir sobre la
Neutralidad de la Red
en Internet, después de que la Comisión Federal de Comunicaciones de
Estados Unidos se comprometió en su defensa. Pero ahora Trump ha
nombrado al frente de dicha Comisión a
Ajit Pai, un notorio enemigo de dicha neutralidad. Y así he podido leer "
Diga
adiós a un "Internet Abierto". Diga hola a "carriles lentos y rápidos",
donde la calidad y la capacidad de respuesta de los sitios web en los
que haga clic estarán sujetas a los caprichos de su bondadoso proveedor
de servicios de Internet. Y si no están de acuerdo en que los sitios
que te gusta visitar son "dignos", tendrás que pagar más para acceder a
ellos de cualquier manera razonable" en
http://www.dailykos.com/story/2017/1/20/1622924/-The-Orange-Swindler-s-First-Priority-Ending-Net-Neutrality
. En dicha página web se invitaba a firmar en defensa de la Neutralidad
de la Red, cosa que naturalmente yo hice inmediatamente. Pues si la ley
de la selva del mercado se impone en Internet en Estados Unidos, ello
va a afectar inmediatamente a todo el mundo: en Internet no hay
fronteras, además de que buena parte de los recursos de Internet
residen allí.
La conclusión es clara: no podemos esperar pasivamente a que las hordas
trump-fascistas-cleptocráticas crucen el océano Atlántico. Hay que
organizar la respuesta ya, y hay que hacerlo a nivel internacional,
siguiendo por cierto el ejemplo de la respuesta que ya se está dando
por buena parte del pueblo norteamericano a sus primeras medidas
xenófobas. Si no lo hacemos, tendremos que lamentar las consecuencias.