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EFECTO STREISAND

Rafael Pla López

Leyes liberticidas y jueces venales están llevando a un ataque contra las libertades democráticas en España. Si en Catalunya se acusa torticeramente de “rebelión” por movilizaciones no violentas, culpabilizando a las víctimas en vez de a los agresores, en toda España se produce una agresión a la libertad de expresión con la Ley Mordaza o acusaciones de “ofensa a los sentimientos religiosos”, “injurias a la corona” o “enaltecimiento del terrorismo”, aplicada de forma sesgada en relación a la ejecución de Carrero Blanco, pero no al aterrorizante bombardeo de Guernica o al terrorismo suicida de Sansón en la Biblia. Y se produce la siniestra paradoja de que cuando el encarcelamiento por dichas acusaciones hace patente la existencia de presos políticos en España, la negación de dicha evidencia es utilizada vergonzosamente por la portavoz parlamentaria del PSOE para apoyar la censura en ARCO.

Pero, desgraciadamente para los represores, en la era de Internet el ataque a la libertad de expresión tiene efectos opuestos a su propósito por el llamado efecto Streisand, llamado así a raíz de que el intento de censurar la difusión de una foto de la mansión de Barbra Streisand llevara a multiplicar viralmente dicha difusión.

Hemos visto así cómo el libro sobre narcotráfico censurado en las librerías se ha converrtido en un best seller en Internet. Que la condena a tuiteros y raperos ha llevado a una amplia difusión del contenido de sus tuits y sus canciones. O que la obra de arte censurada en ARCO ha sido más vista a través de diversos medios de comunicación que si no lo hubiera sido.

Todo ello patentiza la irracionalidad de las medidas represoras de la libertad de expresión. Y naturalmente, hemos de exigir la libertad de los presos políticos por dichas causas, pero al mismo tiempo hay que hacer patente que aunque encarcelen a sus autores, en la era de Internet no pueden encarcelar a sus obras.

Para ello, hemos de militar activamente en su difusión en redes sociales, intensificando así el Efecto Streisand al margen de que estemos de acuerdo o no con su contenido (siempre, claro, que no sea racista, machista u homófobo), dejando claro que lo hacemos #PorLaLibertadDeExpresión.