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FAKE NEWS” Y PENSAMIENTO ÚNICO

Rafael Pla López

Es frecuente asociar las “fake news” a Internet. Probablemente a ello ha contribuído Donald Trump, com su proliferación de mentiras en Twitter, aunque, singularmente, él utilice esa expresión para atacar a la prensa y televisión norteamericanas que no le adulan.

También hemos oido propuestas de legislar contra las “fake news”, aunque, claro, convertir al Estado en árbitro de la veracidad de las noticias no sería más que otra forma de introducir la censura. Pero últimamente se ha vuelto habitual hablar de “fake news” para desprestigiar el periodismo por libre en las redes sociales, contraponiéndolo al periodismo profesional.

Naturalmente, y como escribía en Mundo Obrero en diciembre de 2016, es importante dar la batalla por la veracidad. Pero hay que recordar que las “fake news” existían antes de Internet. Y antes de que el uso de Internet se generalizara, lo que dominaba es lo que se llamó el pensamiento único, difundido a través de los medios masivos de comunicación al servicio del poder económico y dependientes de éste para cubrir el coste de su producción y distribución. Hemos visto así la proliferación de mentiras sobre Cuba, y posteriormente sobre Venezuela, entre otras, débilmente contrarrestadas por medios alternativos de alcance limitado.

Y lo que a algunos les molesta de Internet y las redes sociales es haber perdido el monopolio sobre la información, en un contexto en el que cualquiera puede difundir sus denuncias y opiniones sin el coste gravoso de los medios tradicionales. Ello ha llevado al fin del pensamiento único. Ciertamente, y como explicaba en diciembre de 2016, éste ha sido sustituido por el “pensamiento caótico”: naturalmente, no puede evitarse que ultraderechistas y farsantes difundan sus bulos. Pero la alternativa no es restringir la libertad de expresión ni limitar ésta al periodismo de pago, sino que los usuarios de internet, al mismo tiempo receptores y emisores de información, aprendan a navegar por el ciberespacio separando el grano de la paja, contrastando las noticias y primando la difusión de noticias veraces y opiniones racionales.

Y ello sólo es posible en el marco de la pluralidad informativa que permite Internet, rechazando las tentaciones de volver al monopolio del pensamiento único.