En el guión enviado a los miembros del Comité Federal se señalan tres ejes de nuestra acción en los próximos meses:
Ahora bien, el componente "Por la libertad" brilla por su ausencia en el desarrollo de dichos ejes. Por ello planteo como aportación para su incorporación al Informe un cuarto eje:
Por las libertades democráticas:
El gobierno del PP ha venido expresando su autoritarismo desde su negación de las libertades políticas de los "sin papeles", su condecoración póstuma a un torturador, su negativa a condenar el golpe de Franco, su descalificación de los discrepantes, la provocación y la brutalidad policíaca frente a las movilizaciones de Barcelona 2001, su kafkiano intento de controlar Internet con la LSSI, su agresión a la autonomía universitaria y amenaza a la gestión democrática en el resto de la enseñanza pública, y del aznarazo contra los derechos laborales al posterior decretazo contra las prestaciones por desocupación, llegando, con la complicidad del PSOE, a la Ley de Partidos. De este modo, después de haber vulnerado el Estado Social de Derecho proclamado en la Constitución, se vulnera también incluso el Estado Liberal de Derecho.
Es especialmente destacable cómo las actuaciones del gobierno se han dirigido a la restricción de las libertades democráticas básicas: de la libertad de expresión con la LSSI, de la libertad de reunión prohibiendo arbitrariamente manifestaciones obviando el requisito constitucional de que representaran un peligro para personas o bienes (por lo cuál han sido reiteradamente desautorizados por resoluciones judiciales), y de la libertad de asociación con la Ley de Partidos y su aplicación.
La última vuelta de tuerca es la propuesta unilateral de modificación del Código Penal, utilizándolo además como una cortina de humo ante el desprestigio sufrido por la actuación gubernamental ante el desastre del Prestige, y callando que, por el principio de no retroactividad, el endurecimiento de penas (por encima de los límites máximos existentes bajo el franquismo) y de las condiciones de excarcelación no serían aplicables a los delitos cometidos antes de su promulgación.
Hay que denunciar además como ilusoria la pretensión de aumentar la seguridad y acabar con el terrorismo únicamente con medidas represivas, sin cambiar las condiciones sociales y políticas que generan dichos fenómenos. Es necesario, por el contrario, impulsar por un lado medidas que permitan la superación de las situaciones de marginación social, y por otro lado medidas que promuevan el diálogo como alternativa a la violencia; por ello, abominando del terrorismo como negación radical de los derechos humanos, apoyamos iniciativas por el diálogo como las impulsadas por Elkarri y últimamente por los zapatistas.
De hecho, la inseguridad y el terrorismo se utilizan como excusas para desarrollar los instrumentos represivos del Estado frente a la amenaza real a los privilegios de los poderosos: la lucha social por los derechos sociales y económicos.
Por ello, la defensa de las libertades democráticas es una condición necesaria para la lucha por los derechos sociales y económicos de la clase trabajadora y la mayoría de la población.