POR LA
CONVERGENCIA DE LAS IZQUIERDAS DESDE LA VICTORIA DE LA DEMOCRACIA
Rafael Pla López
(intervención en el Comité Ejecutivo del PCE del
26-3-04 ampliado a los miembros del Comité Federal)
Encuentro en el informe que se
nos presenta elementos valiosos para un anàlisis de la
situación postelectoral, que es necesario desarrollar. Entiendo,
en particular, que caracteriza correctamente la derrota del PP como una
victoria democrática, no
como una "victoria de la izquierda" que no es tal: el partido vencedor,
el PSOE, se
encuentra en una posición de "centro",
con veleidades derechistas en el terreno económico, y en
todo caso habrá que presionarlo desde la izquierda para una
política progresista.
Coincido también con que IU ha dado una imagen de subalternidad respecto al PSOE. Hay
que recalcar que esa imagen resulta reforzada por la insistencia en
hablar de una "unidad de la izquierda" con el PSOE, en un planteamiento
que nos trae reminiscencias del "Juntos podemos" del 82 y que ha
estimulado el "voto útil" al PSOE.
Coincido asimismo en la vigencia de nuestro proyecto de convergencia política y social de
las izquierdas, sobre nuevas bases sociales y culturales, y
también políticas. Dicho proyecto no puede actualmente
encerrarse en el marco de lo que es hoy IU, que ciertamente abarca
bastante más que el PCE en cargos públicos, pero
dudosamente en apoyo social y electoral. Es necesario englobar al
conjunto de las izquierdas reales, que en el actual Congreso de los
Diputados abarca 16 escaños: ni 3, ni 5, ni 180: 16, contando
los escaños de IU, ICV, CHA, BNG y ERC.
Y es claro que en ese proyecto de convergencia política y social
de las izquierdas hay que situar a nuestro partido, el PCE, el partido de los comunistas,
de una alternativa anticapitalista y antiautoritaria, como un
componente esencial del mismo que debe trabajar abiertamente y sin
intermediarios por dicho proyecto, centrando su actividad en el impulso
de la movilización y autoorganización social que debe ser
el cemento de unión de una tal convergencia, al tiempo que el
factor fundamental para emplazar al previsible gobierno centrista al
cumplimento de sus promesas democráticas (en primer lugar la
salida de las tropas de Iraq) y para empujarlo a posiciones
progresistas y favorables a los intereses de la clase trabajadora y la
mayoría social. Incluyendo una salida dialogada del conflicto
vasco que no es posible manteniendo al 10% de la ciudadanía en
la ilegalidad, razón por la cuál la derogación de
la Ley de Partidos es una
necesidad inesquivable.
Al mismo tiempo debemos ser conscientes de que la credibilidad de IU, y
de nuestro mismo Partido, depende de que se reconozcan abiertamente y
sin tapujos las equivocaciones cometidas. Como dijera Lenin, los
errores pueden enmendarse, pero cuando se hacen irremediables es cuando
se encubren y reiteran.
Por lo que se refiere a IU, ya se ha hecho referencia, tanto en este
Informe como en el elaborado por el Comité Local de
València, a la necesidad de evitar la subalternidad respecto al
PSOE. Pero también hay que referirse a la confusa
posición adoptada tras el atentado del 11M, con un inicial
seguidismo inconsciente respecto a las intoxicaciones del Ministerio
del Interior, llamando a una "unidad de las fuerzas
democráticas" que incluia al antidemocrático PP, y que
incluso cuando sus manipulaciones estaban empezando a salir a la luz
seguía pidiendo el apoyo al gobierno. No cuestionamos la
participación en la manifestación del viernes, pero no
era necesario hacerlo compartiendo pancarta con el partido de la
guerra, y debía haberse dejado más claro desde el primer
momento que se iba en apoyo de las víctimas, y no del gobierno.
Aunque posteriormente se reaccionó, junto al PSOE, frente al
"golpe de Estado mediático", en unos momentos decisivos no se
había sabido ser un referente para los dos millones de personas
cuya indignación les empujó a las urnas, y que no
encontraron motivos para emitir un voto distinto al dirigido al PSOE... o ERC.
En otro orden de cosas, sería importante que Javier Madrazo
informara de en qué momento supo que Batasuna condenaba el
atentado, y cuándo informó de ello a la dirección
federal de IU.
Y por lo que se refiere al PCE, su secretario general debería
reconocer abiertamente su equivocación de pedir a Carod -Rovira
que se retire de la política, petición que si en
cualquier caso sería improcedente dirigida a cualquier persona,
en este caso los resultados electorales la han dejado en
ridículo.
Pero es mucho más grave la declaración del 11 de marzo
afirmando textualmente que "Desde el PCE, apoyamos todas las medidas
políticas, legislativas y judiciales para erradicar en el tiempo
más breve posible a la organización terrorista ETA y a
sus apoyos, se disfracen como se disfracen", vergonzosa
declaración que justificaba cualquier barbaridad que se le
hubiera ocurrido al PP, como la Ley de Partidos, y que rompía
con la tradición democrática de nuestro Partido.
Una rotunda autocrítica por este tipo de actuaciones
sería necesaria para que podamos jugar el papel que nuestro
Partido debe desempeñar en la recomposición y
convergencia de la izquierda. Por ello debemos apostar.