INTERVENCIÓN PARA EL
COMITÉ FEDERAL DEL PCE DEL 16 DE OCTUBRE DE 2010
Rafael Pla López
Desde
el acuerdo con el contenido de fondo del Informe, considero
imprescindibles algunos cambios de redacción para evitar confusiones.
En primer lugar, coincidiendo en la necesidad de una amplia política de
unidad y
convergencia de la izquierda, hay que destacar que ello debe hacerse desde la defensa también de la
honestidad política.
Por un lado, porque es esencial contraponer dicha honestidad a las
diversas formas de corrupción y transfuguismo que han envilecido la
política estimulando el alejamiento de la misma. Por otro lado porque,
como demuestra la experiencia del País Valenciano, la honestidad
política es esencial para que tengan sentido los acuerdos programáticos
formales, implicando un compromiso de su cumplimiento. En todo caso,
está claro que lo que se quiere decir en el Informe es que toda "persona
que esté de acuerdo con la política aprobada por los órganos de IU y
que acepte sus normas democráticas de funcionamiento, forme parte de IU".
En
segundo lugar, habría que evitar generar confusión entre cambio de
modelo de desarrollo y cambio de sistema diciendo que lo primero "tiene que llevar parejo"
lo segundo. Por el contrario, un modelo de desarrollo social y
ecológicamente sostenible basado en el sector público y en la creatividad del trabajo
no garantiza de por sí el cambio del sistema capitalista al socialista,
aunque sí apunta a un
tal cambio de sistema. Así habría que decirlo.
Coincido
en la importancia de la lucha ideológica a la que se refiere el
Informe, o, en términos gramscianos, de la lucha por la hegemonía. Pero
ello exige, entre otras cosas, dar la batalla en el seno de los medios
de comunicación, y para ello es necesario matizar lo que se dice, en
particular limitando a la
mayoría de los medios masivos de comunicación
la denuncia de su confluencia en el piquete antihuelga, reconociendo el
valioso trabajo de los medios alternativos y de las voces alternativas
en los medios tradicionales.
Es importante destacar también que la
lucha, ideológica, por la hegemonía
debe descansar sobre la movilización del tronco central de la clase
trabajadora y sobre la construcción de una alternativa política.
Por ello, la Huelga General del 29S de la clase trabajadora hay que
verla como un punto de
partida
para esa lucha por la hegemonía que consiga incorporar a sectores
sociales intermedios y a los sectores de la clase trabajadora con menor
conciencia de clase.
Pero precisamente en aras de tal lucha ideológica, por la hegemonía,
habría que evitar expresiones como "creación
de empleo" que, como se explica en el documento político
aprobado en el último Congreso, "trata
a la fuerza de trabajo como objeto pasivo y a los 'empleadores' como
sujetos activos, expresando así la subordinación ideológica a la clase
burguesa dominante".
Así, en vez de criticar que los PGE "no plantean ninguna política de
creación de empleo" habría que criticar que no plantean
ninguna política de movilización
de fuerza de trabajo, incrementando los puestos de trabajo.
Por cierto, se supone que lo se quiere decir en el Informe es que con
ello es el paro
lo que va a seguir creciendo.
Igualmente,
en vez plantear "la creación de puestos de trabajo como primer objetivo
de la acción de gobierno" habría que propugnar el incremento de los puestos de
trabajo como instrumento fundamental de la acción de gobierno para
superar la crisis.
Finalmente, en vez de decir que "nuestro
objetivo es la creación de empleo" deberíamos decir que
nuestro objetivo es la
movilización de fuerza de trabajo para la satisfacción de las
necesidades sociales.
Solamente así podremos plantear de forma coherente una Alternativa
Social Anticapitalista.
En otro orden de cosas, quiero expresar mi apoyo a la propuesta de resolución sobre custodia compartida, centrada, como debe ser, en el interés del menor.
En la resolución sobre política internacional habría que especificar que la intervención humanitaria necesaria en Somalia debe ser civil y no militar.
Y correspondería también pronunciarnos frente a un projecto de Reforma de la Ley Electoral
que, en vez de buscar mejorar la representatividad de las instituciones
parlamentarias respetando la proporcionalidad en la distribución de
escaños, busca reducir más todavía dicha representatividad blindando la
exclusión de la izquierda abertzale de las candidaturas aunque se haya
pronunciado inequívocamente por vías exclusivamente políticas y
democráticas y pedido a ETA un alto el fuego permanente y verificable.