INTERVENCIÓN PARA EL COMITÉ FEDERAL DEL PCE DEL 6 DE FEBRERO DE 2011
Rafael Pla López

Desde el acuerdo global con el Informe, quería plantear algunas aportaciones y correcciones:
Y habría que profundizar en las repercusiones del acuerdo sobre pensiones, que supone un punto de inflexión negativo en la resistencia frente a la ofensiva neoliberal. Y debemos comenzar asumiendo nuestra propia responsabilidad en la debilidad de la clase trabajadora. La huelga del 29S fue un éxito como huelga general del proletariado industrial, pero fracasó el intento de convertirla en una huelga nacional de la ciudadanía, y no se extendió más allá del ámbito de incidencia directa de los sindicatos, mostrando la debilidad de la red social y política que la apoyaba. La debilidad institucional y de implantación social de la izquierda real ha conducido a una sensación de soledad de la clase obrera que no ha facilitado su resistencia a las agresiones, sino propiciado una rendición de las direcciones sindicales mayoritarias, temerosas de no poder frenar desde la calle y las instituciones medidas aún más dañinas. En este contexto, es correcto centrar las críticas en el Gobierno y no en las direcciones sindicales mayoritarias, pero ello sólo será sostenible si éstas renuncian a descalificar la resistencia a los recortes y no convierten la rendición en una apología de las medidas a las que hace sólo un mes nos oponíamos conjuntamente. Y, en un marco de creciente descrédito de los sindicatos entre la mayoría no sindicada de la clase trabajadora, aunque debamos seguir trabajando dentro de los sindicatos relativamente mayoritarios, buscando mantener puentes para restablecer la unidad de clase, habrá que reforzar las relaciones y el trabajo con y en los sindicatos y otras organizaciones minoritarias que se oponen a los recortes: a corto plazo, la refundación de la izquierda no la haremos con quienes se resignan, sino con quienes resisten. Y aunque no podamos descartar un estallido social en un país con casi 5 millones de parados, y de hecho nadie previó lo ocurrido en Túnez y Egipto, no podemos confiar en que ello ocurra, y debemos contar con que previsiblemente la resistencia sea minoritaria a corto plazo, siendo nuestra tarea central consolidarla e impulsar su expresión política, después de que se hayan mostrado claramente las limitaciones de una movilización exclusivamente social y sindical.