ENMIENDAS DEL PCPV para el
XVI CONGRESO DEL PCE
1. MUNDIALIZACIÓN: QUÉ ALTERNATIVA IMPULSAR DESDE LA IZQUIERDA
2. LA CONSTRUCCIÓN EUROPEA Y LA IZQUIERDA TRANSFORMADORA: SITUAR EL SOCIALISMO EN EL DEBATE PÚBLICO
3. LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA IZQUIERDA ESPAÑOLA
3 bis. LA ALTERNATIVA DE LA IZQUIERDA
4. PRIORIDADES ESTRATÉGICAS, ALIANZAS, COMUNICACIÓN, FORMACIÓN
4 bis. EL COMUNISMO, MOVIMIENTO Y OBJETIVO GLOBAL
5. NUESTRA APUESTA POR EL SOCIALISMO
6. EL MOVIMIENTO OBRERO
7. MUJER
8. LA PROPUESTA COMUNISTA ANTE LA CRISIS ECOLÓGICA
9. EL PCE e IU
10. LA ORGANIZACIÓN DEL PCE
PROPUESTA DE ESTATUTOS
 

1. MUNDIALIZACIÓN: QUÉ ALTERNATIVA IMPULSAR DESDE LA IZQUIERDA

Se propone la sustitución completa del epígrafe por el siguiente texto:
"1.- Una perspectiva mundial.

"Es posible que se estén creando en el mundo las condiciones para un nuevo comienzo de un proceso revolucionario, es decir, para asumir la mayor tarea que pueda existir para la política, la superación de la sociedad capitalista.

1. Es posible volver a empezar a trabajar, aun a sabiendas de la desproporción entre nuestras fuerzas y la enorme tarea, pero con otros en todo el mundo, en torno a la cuestión de la transición: otro mundo es posible.

Es posible que el surgir de las gentes de Seattle, "movimiento de movimientos", máximo acontecimiento de nuestro tiempo, el primer movimiento digno de ese nombre desde el siglo XX, sea el heraldo, no de la muerte, sino del nacimiento de un nuevo movimiento de los trabajadores.

Es posible, y éste es nuestro gran desafío en esta fase: pero no es seguro. Otro acontecimiento de este momento, el trágico 11 de septiembre en Nueva York y Washington, con que resurgen el terrorismo destructivo y los nuevos "vientos de guerra" planetarios, va en la dirección exactamente opuesta. Lo que sí podemos decir es que nada será como antes, y que en el centro de nuestra iniciativa política se vuelve a colocar la centralizada de la lucha por la paz, contra los fundamentalismos especulativos del terrorismo y de la guerra. Esto es una tarea decisiva, inseparable de la lucha de los movimientos, de la crítica de la globalización capitalista y neoliberal".

(Tesis para el debate del Congreso de Refundación Comunista de Italia)

En la descripción del mundo que los diferentes medios de comunicación y una muchedumbre de intelectuales a sueldo del sistema tratan de hacer asumir a las opiniones públicas de los diferentes países industrializados, se incluye un conjunto de mitos que incluso han acabado por tomarse como rasgos de la realidad por personas y organizaciones de izquierdas.

Se habla de una nueva era de dicha universal que habría sucedido a la Guerra Fría. El nombre que mayor fortuna ha alcanzado para designar tan opulenta época ha sido el de globalización. Y la globalización se caracteriza por la interdependencia mundial en todos los órdenes de la vida, preferentemente el económico, pero también el político, el social y el cultural. Se afirma que el motor primordial de este proceso lo constituye un avance tecnológico sin precedentes, en especial en la informática, la biotecnología y las telecomunicaciones, que habría dado lugar a un desarrollo también inédito de las fuerzas productivas. Se pretende que este proceso ofrece posibilidades insospechadas de progreso para la especie humana, y se argumenta que para que pueda alcanzar sus fines sin escollos reaccionarios, es necesario dejar operar a las grandes corporaciones transnacionales que son sus protagonistas -en ocasiones se alude a la "sociedad civil", mas entendiendo por ella, claro está, a los grandes grupos empresariales y financieros privados en exclusiva-. Se postula como imprescindible la gradual pérdida de funciones del Estado en favor de esa "sociedad civil"; pero con ello no se está haciendo referencia a la mengua de los mecanismos represivos del Estado, que muy al contrario son incrementados, sino a los sistemas públicos de asistencia social, a los derechos laborales y a las leyes de protección del medio ambiente, que son tomados como otros tantos incordios para el despliegue de todas las potencias benéficas de la libre empresa.

La globalización, a la que se le han otorgado fabulosas cualidades, como si de un Dios se tratase -tan indefinible por otra parte como la misma Divinidad- es fuente de democracia, de prosperidad y de felicidad. La globalización ha hecho de la totalidad de la especie humana una única hermandad, ya no más separada por las vetustas fronteras nacionales. En la globalización se han disuelto los antagonismos de clase, y con ellos, todo germen de discordia.

Como para cualquiera es evidente que la realidad no es ni mucho menos tan prometedora como se nos pretende hacer creer, es preciso encontrar una fuente del mal. Los aparatos ideológicos del sistema han recurrido al narcotráfico, al nacionalismo y a otros expedientes a los que cargar las razones de la honda crisis en la que el capitalismo se debate y con los que justificar la política de dominación. Pero en los últimos tiempos ha ganado con creces la cualidad de "gran mal" el llamado terrorismo internacional. Con matices en la consideración del mismo, socialdemocracia y derecha tradicional coinciden plenamente en estimar que el mayor problema hoy en el mundo es el terrorismo internacional, y en particular el terrorismo islámico. Desde las campañas propagandísticas de tono más groseramente fascista hasta las elaboraciones con ínfulas filosóficas, como la del célebre "enfrentamiento de civilizaciones", de Huntington, todos los mensajes dominantes procuran dar la imagen de un mundo en paz y libertad perpetuamente amenazado por la perversión terrorista. La insistencia en semejante construcción ideológica tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York ha alcanzado el paroxismo. Ni se ahonda en las causas profundas del terrorismo, ni se define exactamente qué es el terrorismo, liberando de la calificación, eso sí y de forma sistemática, al terrorismo de Estado, el más sangriento y peligroso con diferencia.

Es de notar que sobre esta percepción de la realidad se despliega una aparente discrepancia entre la derecha histórica y sectores amplios de la socialdemocracia, incluso grupos críticos con la globalización. Éstos últimos vienen a aceptar la globalización como un proceso positivo, e incluso irreversible, aunque denuncian que sus efectos benéficos están mal repartidos. Su propuesta básica, por tanto, consiste en postular la distribución equitativa de las ventajas de la globalización en todo el mundo, lo cual nunca se sabe a ciencia cierta qué querrá decir. En ocasiones, y de manera instrumental, se propone la participación de representantes de los países pobres y de movimientos sociales contrarios a la globalización en las deliberaciones de los organismos internacionales que se supone que la gobiernan -FMI, Banco Mundial, etc-. Se ignora, deliberadamente o no, que en tanto no haya una transformación de raíz del conjunto del orden mundial, la participación de los pobres en los foros de los imperialistas es solamente plausible a título de invitados de piedra, o lo que es peor, de legitimadores de la rapiña internacional.

En este espacio ideológico se ha armado el proyecto político de la llamada "Tercera Vía", expresión popularizada por Tony Blair, con la asistencia intelectual de Anthony Giddens, pero que encuentra una primera elaboración sistemática en el Democratic Leadership Council, facción ultrarreaccionaria del Partido Demócrata norteamericano que encaramó a Clinton en la presidencia de su país. Los promotores de esta corriente ideológica neoliberal afirman aspirar, a diferencia de la derecha tradicional, a mitigar las consecuencias más terribles del mercado y de la globalización capitalista, potenciando sus ventajas. Sin embargo, en la práctica, han llegado incluso más lejos que aquella derecha en la supresión de derechos sociales, en las privatizaciones, en la represión de los movimientos de protesta y en el militarismo. La coartada que utilizan es una llamada a la "responsabilidad individual" -Acta de Responsabilidad Personal se denominó la ley firmada por Clinton en 1996, por la que se eliminaban todas las obligaciones federales de asistencia social hacia los más desfavorecidos-, una llamada que, al igual que los viejos liberales de derechas del siglo XIX, convierte a los pobres en culpables de su pobreza: se asegura que los ciudadanos deben asumir por sí mismos su prosperidad sin esperar a que el Estado les saque las castañas del fuego, pero se omite que es éso cabalmente lo que se hace con el capital corporativo y la gran banca. La "Tercera Vía" es hoy dominante en la práctica totalidad de la socialdemocracia mundial; los disidentes, sinceramente reformistas, han sido marginados (así Lafontaine en Alemania, Benn, Reich, o Borrell en España, por poner ejemplos conocidos). El significado histórico de ello es enorme: hemos asistido a la completa integración de la socialdemocracia en el neoliberalismo, en la derecha más dura, y su discrepancia interna está congelada cuando menos por muy largo tiempo, lo cual en cada lugar habrá de tener sus consecuencias en la política de alianzas que diseñe la izquierda transformadora. La política que la socialdemocracia venía aplicando en sus gobiernos ya era, de forma usual, una política neoliberal en la práctica. Sin embargo, hasta ahora, no se había elaborado una justificación teórica tan sistemática, que curiosamente, la socialdemocracia continental europea y el laborismo inglés copian del Partido Demócrata norteamericano, que no ha sido jamás socialdemócrata.

La izquierda transformadora, y los comunistas dentro de ella, no pueden asumir la descripción hegemónica hoy del mundo. La acción encaminada a la transformación radical de la sociedad se debe asentar en la crítica radical. Con lo que cobra importancia central la lucha ideológica por el desenmascaramiento de las mixtificaciones con las que se vela la realidad.

En primer lugar, y sin perjuicio de su utilización con fines meramente indicativos por la popularidad que ha adquirido -en palabras más sencillas, para que la gente sepa a qué nos referimos cuando hablamos-, entendemos que el término globalización refleja en esencia una construcción ideológica engañosa, porque da una idea de interdependencia internacional simétrica que no existe; lo que define hoy al mundo no es esa interdependencia sino la dominación, tal como dijimos ya en el Informe aprobado por el XV Congreso. El térmico imperialismo continúa expresando de manera más correcta la realidad; la globalización sería para nosotros en todo caso una etapa imperialista de desarrollo del capitalismo. Ello no significa que las cosas no hayan cambiado desde los tiempos de la Revolución Rusa hasta nuestros días, sino que los mecanismos básicos de explotación denunciados por Lenin, Rosa Luxemburg y otros marxistas revolucionarios a principios de siglo XX persisten. Aún más, el movimiento obrero consiguió, después de la Segunda Guerra mundial, amortiguar algunas de las injusticias más brutales del imperialismo; pero desde mediados de los años setenta, tras el desmantelamiento por la Administración Nixon y el Reino Unido de los instrumentos de control público del proceso económico estatuidos el Bretton Woods, de nuevo eclosionan las formas más feroces de la dominación imperialista, de manera creciente y con una violencia sin precedentes. En muchos aspectos, el mundo actual se asemeja más al inmediatamente anterior a la Primera Guerra mundial que al periodo del desarrollismo económico posterior a la Segunda. Como la socialdemocracia europea aprobó los créditos de la guerra imperialista hoy se suma la socialdemocracia internacional al belicismo imperial con más entusiasmo que la propia derecha tradicional. En el principio de los años noventa se anunciaba un orbe de paz, democracia y felicidad tras la "victoria sobre el comunismo" y se ha vivido, en cambio, una década marcada por guerras cada vez más brutales. También en 1914 el erudito liberal Norman Angell se mofó del fatalismo de los marxistas revolucionarios asegurando que el grado de interdependencia de las principales economías europeas era tal que la guerra ya no era concebible; unos meses después estalló la Primera Guerra mundial.

La revisión de algunos de los rasgos más descollantes de la actual realidad puede servir para desmontar al tiempo la descripción mítica que la ideología dominante hace de ella:

1.- Se modifica el papel del Estado, pero no es cierto que disminuya su capacidad de intervención.- Como decíamos en el Informe aprobado por el XV Congreso del PCE, "la gran mentira de la globalización es que afirma que el Estado-nación pierde sentido, cuando en realidad el papel del Estado-nación no se volatiliza sino que cambia. No cabe hablar de una pérdida de soberanía de los Estados, sino, en todo caso, de una pérdida de soberanía popular, o mejor aún, de legitimación popular". Se desmantela el llamado Estado de Bienestar, que siendo estado de clase, ofrecía la apariencia de un estado regulador situado por encima del antagonismo social como consecuencia del gran pacto social no escrito que sucedió a la Segunda Guerra mundial, forzado en gran medida por las conquistas de derechos alcanzadas por el movimiento obrero. Lo que hoy se suprimen son los sistemas públicos de protección social, la educación pública, los sistemas nacionales de sanidad y seguridad social, por una parte, y por otra, la propia democracia, los cauces de participación ciudadana en la esfera de decisión política. La garantía de esa participación democrática de la ciudadanía es a lo que en otro tiempo se le llamaba ceder poder a la sociedad civil. Hoy se ha deformado la noción de sociedad civil hasta el punto de referirse con ella a la destrucción de la democracia en favor del poder de los grandes grupos empresariales privados. Al tiempo, prima un concepto de "libertad" circunscrito exclusivamente a la libertad de mercado. Es conveniente recordar, con el fin de desnudar la patraña de la democracia asociada a la libertad de mercado, que el primer experimento sistemático de aplicación del programa neoliberal se llevó a cabo en Chile bajo la dictadura de Pinochet. Por otro lado, los dos casos tenidos por paradigmáticos de neoliberalismo, los gobiernos de Reagan en EEUU y de Thatcher en Gran Bretaña, fueron los de mayor volumen de gasto público en la historia de sus respectivos países.

El cambio del papel del Estado en la actualidad hace emerger su contenido más nítidamente de clase. Y es un Estado no menos, sino incluso más intervencionista que el Estado de Bienestar, en el sentido de que refuerza las herramientas de represión para sofocar la protesta ciudadana por la pérdida de derechos y de que debe promover activamente, y dirigir políticamente, los procesos de privatización, de ataque al movimiento obrero, de transferencias de rentas de los más desfavorecidos a los más ricos y de aniquilación de los sistemas públicos de protección social. El Estado tiene que reordenar el conjunto de relaciones sociales internas para adecuarlas a la penetración de las multinacionales. Pero es sobre todo más intervencionista porque la dinámica de crisis en cadena en que sume a la economía el imperialismo requiere de un Estado fuerte que actúe para salvar a los grupos financieros y empresariales que se hunden con fondos públicos pagados por la totalidad de los trabajadores.

2.- El libre mercado, además, hoy como ayer, es sencillamente mentira.- Ni ha existido ni existe un mercado libre; la anarquía de la producción bajo el capitalismo conduce ineludiblemente a la tiranía de los más fuertes. El catecismo neoliberal, en tanto que ideología, tiene una aplicación selectiva. Los estados más poderosos y sus oligarquías financieras imponen, por intermediación de los organismos internacionales que controlan, la apertura completa de los mercados de los países pobres a la voracidad de las multinacionales, impidiéndoles la formación de un mercado interior y el inicio de un desarrollo económico nacional fundamentado en la protección de sus propios recursos, como hicieron por cierto las grandes potencias en los periodos históricos de sus industrializaciones. Sin embargo, éstas últimas adoptan medidas fuertemente proteccionistas para su economía -así ha sucedido con las fuertes tarifas arancelarias aplicadas por la Administración Clinton para salvar a los cultivadores de tomates de California de la competencia de los tomates mexicanos, más baratos y de mejor calidad, o la política fuertemente intervencionista de Bush hijo de salvaguarda de la incompetente siderurgia norteamericana-. Al imperialismo norteamericano y europeo occidental le s resulta imprescindible, justamente, que los países de la periferia de cuyos recursos se nutran no superen su situación de subdesarrollo.. De esta manera, la libertad absoluta de los mercados es una obligación de los pobres que los poderosos se guardan muy bien de cumplir.

3.- La internacionalización económica es una realidad indiscutible.- Fue señalada ya en el Manifiesto Comunista, hace más de ciento cincuenta años. La formación de un mercado mundial se inicia, en los albores del capitalismo, con la circunnavegación del globo y la conquista y colonización por Europa de las tierras de los otros cuatro continentes. No es un proceso nuevo, sino muy viejo, que ha atravesado multitud de fases, de mayor y de menor intensidad, a lo largo de la historia. Se puede afirmar que, tomando en consideración ciertos factores económicos, la internacionalización -o mundialización, tanto da- ha padecido un extraordinario incremento en los últimos veinte años. Si se toman otros, no obstante, como por ejemplo los volúmenes de exportación, en la actualidad la economía estaría menos "mundializada" que hace cien años. De cualquier manera, en el principio de la etapa imperialista del capitalismo, decían los viejos marxistas revolucionarios, el mundo ya está por entero repartido entre las grandes potencias, y sólo son posibles nuevos repartos.

Tras la abolición del sistema de convertibilidad del dólar en oro y de la regulación pública de los tipos de cambio, a mediados de los setenta, se abrió un proceso de flujo internacional de capitales puramente especulativos, sin ningún tipo de control, que llegó a conocerse como la "burbuja financiera". Hoy en día, más del 95 % de los capitales que se mueven en el mundo no tienen ninguna relación con la economía real. La decisión, auspiciada por EEUU y Gran Bretaña, de hacer saltar los mecanismos reguladores de la circulación de capitales, tuvo en gran medida su origen en los problemas de sostenimiento de la hegemonía de la economía norteamericana, como consecuencia de su gestión catastrófica y patológicamente militarizada, sobre los otros dos bloques desarrollados del capitalismo (Europa occidental y Japón). La consecuencia ha sido la inauguración de una dinámica de fuerte inestabilidad, la emergencia de una economía "virtual" y la deslocalización de la producción.

Simultáneamente, los organismos internacionales de Bretton Woods -FMI, Banco Mundial y GATT-, originariamente creados en el marco de la ONU con la finalidad de frenar procesos de crisis que arrastraran al conjunto del sistema, tras un periodo de escepticismo respecto a su utilidad por la élite norteamericana, fueron retomados por la Administración de Ronald Reagan invirtiendo sus objetivos, que pasan a ser en la práctica los de conducir la implantación de políticas de ajuste en los países pobres que desembocan en el expolio de sus recursos.

4.- El desarrollo tecnológico y las nuevas formas de organización del trabajo.- Se ha producido un avance importante en las esferas de la informática, las telecomunicaciones y la biotecnología. No consideramos, empero, que pueda hablarse propiamente de una "tercera revolución científico-tecnológica", por cuanto el efecto multiplicador sobre el conjunto de la producción derivado de introducir las nuevas tecnologías en el área de medios de producción, que fue al menos el indicador esencial de las anteriores revoluciones industriales, ha resultado mucho menos apreciable de lo que se presumía en el inicio de la década de los noventa. Más bien al contrario, las estadísticas descubren que los niveles de incremento de la productividad medida en diversos factores, durante las décadas de los ochenta y los noventa, son decrecientes, y sufrieron una caída notable en relación con los mucho mayores incrementos de productividad generados en los años cincuenta, sesenta y setenta. Nos encontramos en el borde de un periodo de destrucción de fuerzas productivas y de decrecimiento neto, signo de la crisis de fondo que se labra desde hace casi treinta años. Fueron las políticas de pleno empleo del Estado de Bienestar las que se hallaban en la raíz del prodigioso desarrollo económico de la postguerra, aquellas políticas precisamente que eran resultado sobre todo de la presión del movimiento obrero y que rompían con la dinámica imperialista. Desde los años sesenta, aflora de nuevo un rasgo central del capitalismo en su etapa imperialista: el sistema se convierte en un sistema de subdesarrollo.

Desde otra perspectiva, los avances tecnológicos son utilizados, igual que en el pasado, por el capitalismo para reforzar la explotación y no para mejorar las condiciones de vida de la población, lo cual solamente es posible en una sociedad socialista. La misma investigación científica se ve constreñida por la estrategia de fondo de incremento de la ganancia de los capitalistas y no por la satisfacción de necesidades humanas.

Hay una diversificación de formas de organización del trabajo que busca la máxima obtención de plusvalía. Se desarrollan en determinados sectores productivos de los países industrializados las formas flexibles del toyotismo, con efectos contradictorios, dotando a la labor de los trabajadores, en equipos, de una mayor autonomía al tiempo que su superior implicación en el proceso productivo conlleva un superior grado de alienación. Junto a estas nuevas formas organizativas, se extienden áreas inmensas de trabajo sumergido, desregulado, de explotación intensiva y férreamente disciplinada de la fuerza de trabajo, que se ceba en especial con segmentos sociales determinados, como los inmigrantes, las mujeres o los jóvenes. Y, de forma simultánea, se trasladan a áreas del Tercer Mundo grandes concentraciones fabriles en las que el trabajo se realiza en condiciones de semiesclavitud.

Todo ello cuadra con las formas que, según explicaba Marx, tiene el capitalismo de combatir el descenso de la tasa de beneficio en los periodos de crisis: 1) Abaratar el coste de las mercancías 2) Aumentar la explotación de la fuerza de trabajo 3) Incrementar el volumen de negocios 4) Mediante el comercio mundial.

5.- La hegemonía del imperialismo norteamericano se refuerza.- Y ello proviene de su propio debilitamiento, aunque pueda parecer paradójico. La situación de la economía de EEUU resulta cada vez más insostenible. Es una economía enfermizamente militarizada, en la que se combinan por otro lado un mercantilismo agresivo de nuevo cuño -asociado precisamente al militarismo como el mercantilismo británico de principios del siglo XX- con una política monetaria de dólar fuerte que persigue garantizarse la afluencia creciente de capitales, con preferencia procedentes de actividades corruptas, a sus sectores financieros. Combinado con otras estrategias de sustentación de su dominio imperial, como ha sido el ALCA -que, entre otras cosas, busca combatir la competencia con Europa occidental en la explotación de mercados de América Latina- o la intervención mal encubierta del Departamento del Tesoro en la crisis asiática, se hacen predominantes la guerra y el sometimiento político más o menos directo como instrumentos básicos.

6.- Se busca eliminar por cualquier medio los que se estiman "malos ejemplos".- Para el imperialismo son "malos ejemplos" tanto los estados que aspiran a reapropiarse de sus recursos nacionales en beneficio de sus propias poblaciones y a la emergencia de un mercado interior, sobre la base del consenso interno -es el caso actual de Venezuela y por supuesto de Cuba-, como todos aquellos movimientos populares que hagan quebrar la estrategia global del explotación internacional -es el caso de las FARC en Colombia o de los zapatistas o de la movilización popular en Argentina contra el draconiano ajuste estructural que aspira a llevar a efecto su gobierno-. La justificación ideológica oficial del acoso a los "malos ejemplos" es diversa, pero suele observar ciertas pautas. En el primer supuesto adquiere la forma de reproche por un nacionalismo económico supuestamente contradictorio con la era de globalización que vivimos o, de manera más agresiva, la presumible falta de democracia -aunque, como en los casos de Venezuela o Yugoslavia antes de la guerra se tratase de gobiernos erigidos sobre parlamentos por lo menos tan democráticos como los de cualquier país occidental homologado-. En el segundo supuesto hay acusaciones de narcotráfico, o bien los movimientos populares son catalogados como terroristas de manera directa, estrategia ideológica muy reforzada tras los atentados del 11 de septiembre -así las FARC, los zapatistas o el movimiento de liberación de Palestina, movimientos que son ellos en realidad los que se enfrentan a feroces terrorismos de estado-.

7.- La zona del antiguo bloque soviético ha pasado, por término general, a convertirse en una nueva periferia dependiente de las grandes potencias occidentales, que era el papel que éstas le tenían asignado ya antes de la revolución rusa.- Las instituciones financieras internacionales han comandado allí una política de recomposición de relaciones sociales, privatización salvaje y supresión de derechos sociales. El inmenso coste social de esta política se manifiesta en una enorme polarización entre unas clases muy enriquecidas asociadas a los capitales extranjeros y una mayoría de la población sumida en la más extrema pobreza. Significativamente, los países que, como Bielorrusia, han mantenido un fuerte sector público en la economía han logrado resultados mejores frente a las horribles catástrofes sociales de los más liberalizadores, como Ucrania.

En Rusia se ha verificado un estrepitoso fracaso en el terreno político, económico y territorial. En la esfera política el régimen que sucede a la Unión Soviética se caracteriza por su autoritarismo y carencia estremecedora de democracia. Económicamente, se ha alzado con el poder un capitalismo mafioso, en el que muchos miembros de la antigua nomenklatura se han hecho con la dirección de las principales empresas privatizadas. En el aspecto territorial ha habido diferentes intentos fracasados de recomposición del viejo espacio de la URSS, en lo cual muestran especial interés últimamente repúblicas como Bielorrusia o Moldavia, y que reviste extraordinaria importancia geoestratégica, atendidos ante todo los enormes recursos energéticos del Cáucaso, el Mar Caspio y Asia Central. Aquí yace el germen de un presumible conflicto de intereses entre Rusia y EEUU después de la guerra de Afganistán.

8.- El predominio del militarismo.- El militarismo y la guerra se utilizan como salvamento ante la crisis económica del capitalismo. El militarismo desempeña un papel esencial en el proceso de acumulación de capital, como en su día desvelara Rosa Luxemburg. Sin embargo, es una salida de la crisis aparente que en realidad sume a la economía internacional en una dinámica catastrófica, como puede comprender cualquiera que examine siquiera sea superficialmente las consecuencias económicas en Europa de la Primera Guerra mundial. La cumbre de Washington de la OTAN de 1999 no sólo otorgó a la alianza militar facultad plena para emprender agresiones armadas contra cualquier país que se le antoje sin contar con las NN.UU, sino que eliminó los escasos resquicios de disenso interno de la misma alianza que antes existían, otorgando un papel dirigente casi absoluto a EE.UU.

La llamada "campaña internacional contra el terrorismo" emprendida tras los atentados del 11 de septiembre oculta que la crisis económica es anterior a aquella fecha y que también ya antes estaban tomadas las decisiones de intervención militar en Afganistán, motivadas en el fondo por razones de geoestrategia, que fueron las mismas que ocasionaron la agresión contra Yugoslavia, y por razones de dominio de los yacimientos petrolíferos y de gas del Mar Caspio y de Asia Central. Se oculta que el mismo fundamentalismo islámico del que hoy se abomina fue respaldado por EEUU durante la Guerra Fría y alentado por la OTAN en los Balcanes. El estado de Israel, por su parte, ha aprovechado el clima de histeria generalizada que se ha promovido para emprender una represión sin precedentes del pueblo palestino. Al mismo tiempo, la lucha contra el terrorismo se emplea como coartada en los países occidentales, y sobre todo en EEUU, para la supresión de derechos civiles, para el aherrojamiento de la libertad de expresión y para la persecución de los movimientos populares de protesta.

Ello sin omitir que el atentado del 11 de septiembre fue una atrocidad de gran escala, que además ha tenido consecuencias nefastas para los movimientos populares contrarios a la globalización capitalista, los cuales habían conseguido poner ante la opinión pública las graves contradicciones y las profundas injusticias del sistema.

En síntesis, los rasgos dominantes del mundo en el que vivimos son:

- La insostenibilidad del modo de producción.

- El conflicto, lo mismo por las guerras que desencadenan los choques de intereses del imperialismo como por la implantación de una durísima política de clase, antiobrera, de las oligarquías financieras internacionales. Los movimientos de protesta frente a la injusticia y la vesania provocan desgarrones de ira en más y más rincones del planeta. El problema es que buena parte de tales movimientos brotan con independencia de toda referencia organizada de la izquierda, sindical o política.

- El sistema no es reformable; el reformismo real ha desaparecido como propuesta política de entidad incluso en la socialdemocracia. La disyuntiva que cobra actualidad es la que planteara Engels y resaltase Rosa Luxemburg: socialismo o barbarie. Lo que significa que la alternativa hay que construirla, que nunca está garantizada. Depende de que las capas populares se organicen y encuentren la fuerza para su propia emancipación; en caso contrario, "la sociedad y con ella la clase obrera puede precipitarse hacia luchas destructivas". Otro mundo es posible, si lo hacemos posible los pueblos. "

Justificación: Un conjunto de militantes del PCE, pertenecientes a la práctica totalidad de las federaciones, constituimos, el pasado mes de septiembre, una plataforma de opinión, al amparo de los vigentes estatutos. La plataforma de opinión se presentó ante el Comité Federal con un documento titulado Revitalizar el partido, ¿para qué política?, con el ánimo de que en el XVI Congreso se promoviera el debate de una serie de asuntos que nos parecían de enorme importancia: el análisis de la transición española, la cuestión de la República federal, la situación actual del movimiento obrero, la reconstrucción de un nuevo internacionalismo, las relaciones entre IU y PCE. Transcurrida la primera vuelta del proceso congresual, sin que la participación propiciada de las organizaciones del partido haya sido precisamente esperanzadora, constatamos que las ponencias aprobadas por el Comité Federal en el mes de noviembre de 2001 para la segunda vuelta de nuevo eluden abordar en profundidad ninguno de tales asuntos con el objetivo de imprimir en el Partido Comunista una dinámica diferente, que lo salve de su actual situación de letargo. Ya en la dirección federal se habían puesto sobre la mesa las mismas cuestiones por un grupo de camaradas del Comité Ejecutivo federal con idéntico resultado.
Por ello, ponemos en manos de toda la militancia del PCE las aportaciones a las ponencias del Comité Federal que, a nuestro juicio, podrían permitir ese cambio de rumbo en la práctica.
Como observarás, las modificaciones que proponemos, salvo en aspectos organizativos y de estatutos, entrañan una propuesta política sustancialmente discrepante con la de la dirección federal. A pesar de todo, no nos creemos en posesión de ninguna verdad incuestionable, como es lógico. Pero sí aspiramos a que, si no lo hace la dirección, nosotros sí contribuyamos a lograr que éste no sea un congreso más, sino un congreso en el que los temas centrales del proyecto político comunista sean discutidos abierta, democrática y libremente. La Plataforma de opinión [NOTA: este preámbulo general a sus propuestas se incluye como justificación de las enmiendas globales presentadas por dicha Plataforma]
MINORITARIA

Página 9, Título, sustituir la palabra Mundializaciónpor Globalización Neoliberal.
Justificación: especificar
MAYORITARIA

Página 9, linea 45, sustituir "con" por "que junto con la rápida desestructuración de la clase trabajadora da lugar a un".
Justificación: añadir otra causa que facilita los procesos que se describen a continuación.
MAYORITARIA

Página 9, linea 60, añadir, después de "globalización", ",liderada por los EEUU y que cuenta con la complicidad servil de la UE, la propia Rusia y el bloque de los paises del centro y este europeo,".
Justificación: especificar sus agentes.
MAYORITARIA

Página 9, linea 62, añadir "e incluso contraviniendo a la propia Carta Atlántica que exige el permiso del Consejo de Seguridad para actuar".
Justificación: para más INRI.
MAYORITARIA

Página 10, línea 2 : sustituir "del FMI y el BM" por "del FMI, el BM, la OMC y demás instituciones de la globalización y el capital multinacional financiero e industrial".
Justificación: completar.
MAYORITARIA

Página 10, linea 5, añadir "de izquierda y" antes de "progresistas".
Justificación: para mayor precisión.
MAYORITARIA

Página 10, línea 6, añadir el párrafo siguiente: "La creación y proliferación de estructuras internacionales como son la UE, MERCOSUR, la Unión del Magreb Árabe, NAFTA, etc, están siendo utilizadas por el capitalismo como medio para desestructurar el mercado nacional."
Justificación: completar.
MAYORITARIA

Página 10, linea 24, sustituir, después de "la socialdemocracia", "de la Segunda Internacional" por "partidaria de la tercera vía".
Justificación: hay sectores de la socialdemocracia que, por el contrario, participan en el Foro Social Mundial.
MAYORITARIA

Página 10, línea 24, sustituir "socialdemocracia de la Segunda Internacional" por "Internacional Socialista".
Justificación: precisión en la terminología.
MINORITARIA

Página 10, linea 33, añadir un nuevo párrafo: "Aún así el P.C.E iniciará el trabajo para hacer confluir al mayor número de fuerzas que se reclamen del marxismo y anticapitalistas en un foro, no sólo deliberativo, sino también de acción política".
Justificación: para articular alternativas desde una presencia propia, en una perspectiva internacionalista y trabajando por superar las dificultades existentes.
MAYORITARIA

Página 10, linea 34, añadir, después de "brutal ataque", "terrorista".
Justificación: frente a la pretensión de Bush de caracterizarlo como un acto de guerra global para justificar el bombardeo de cualquier país.
MAYORITARIA

Página 10, linea 37, añadir "constitución de pseudotribunales sin ninguna garantia".
Justificación: completar.
MAYORITARIA

Página 10, linea 40, añadir, después de "derivada de la venganza", " y de la extensión del poder económico y militar de los EEUU, para controlar fuentes estratégicas de energia y sus rutas de evacuación, nunca debería ser instrumento válido".
Justificación: completar.
MAYORITARIA

Página 10, líneas 60-61, sustituir "que se sitúen frente al neoliberalismo aunque no pretendan la superación del capitalismo" por "que se sitúen frente a las contradicciones generadas por el capitalismo aunque no se planteen la superación de éste".
Justificación: no es únicamente el neoliberalismo.
MAYORITARIA

Página 11, linea 2, sustituir "consolidar" por "restablecer".
Justificación: la legalidad democrática internacional está sistemáticamente quebrantada por el imperialismo norteamericano, ninguneando incluso a la ONU.
MAYORITARIA

Página 11, linea 3, añadir, después de "derechos humanos", ", al derecho de autodeterminación de los pueblos".
Justificación: frente al neointervencionismo imperialista.
MAYORITARIA

Pàgina 11, linea 5, clarificar el concepto: "una nueva forma de hacer política".
APORTACIÓN
 

2. LA CONSTRUCCIÓN EUROPEA Y LA IZQUIERDA TRANSFORMADORA

Se propone la sustitución completa del epígrafe por el siguiente texto:
"2.- El fiasco de la Unión Europea. La movilización social como alternativa.

Desde la voladura unilateral por EEUU y el Reino Unido del sistema de controles públicos de la economía instaurado en Bretton Woods, las burguesías de Europa occidental han intentado salvaguardar su posición en el escenario de intereses internacional iniciando un proceso de unión monetaria liderado por Alemania y ocasionalmente por Francia, asentado en la liberalización de los flujos financieros, el predominio del capital especulativo y la prioridad otorgada en política económica al logro de la inexistencia de déficit público y al mantenimiento de una baja inflación, lo que se ha traducido en reducción de salarios, despidos, privatizaciones, pérdida de derechos sociales y debilitamiento del movimiento obrero. Paralelamente, se ha tendido a explotar en la esfera internacional el propio sistema de libertad absoluta en la circulación de capitales auspiciado por Washington para que las multinacionales europeas coexistan con las norteamericanas en países dependientes. Éste ha sido el caso del aterrizaje de empresas españolas, sobre todo de telecomunicaciones, en los mercados de América Latina.

El proceso referido ha tenido sucesivos hitos fundamentales que han ido implementando sus características más impopulares: Grupo de Trevi (1976); Acuerdo de Schengen (1985); Convenio de Dublín (1990); Tratado de Maastricht (1992); Copenhague (1993) y Tratado de Amsterdam (1997). Como el PCE e IU han analizado en multitud de ocasiones, el proyecto de moneda única, con un sistema de tipos de cambio fijos sin el soporte de un verdadero plan de armonización económica, política y social, hace tiempo que genera choques entre los diferentes gobiernos de la Unión Europea y entre sus distintas élites empresariales y está abocando a la zona a un callejón sin salida. Ello sin mencionar los profundos desequilibrios territoriales que el diseño de Maastricht genera, con zonas, como la de España y Portugal, en las que la adecuación a la nueva división continental del trabajo hace que queden relegadas a posiciones subsidiarias y que se vean forzadas a la destrucción paulatina de su potencial productivo; fue éste un proceso que inauguraron los gobiernos del PSOE, con una enloquecida desindustrialización, y que ha continuado el PP. Se anula, de cualquier manera, atisbo alguno de que Europa pueda contraponerse a la hegemonía norteamericana, a pesar de esporádicas reacciones en sentido inverso de Francia y Alemania. Por otro lado, el gobierno y las élites de Gran Bretaña realizan una constante labor de zapa, aliados desde el principio a EEUU por encima de su confluencia con Europa continental, dada su inserción en el imperialismo anglosajón, no europeo. Alemania del Oeste se ha esforzado por resucitar bajo otras formas, y con ligeras variaciones de alianzas, el vetusto proyecto bismarckiano de imperialismo regional, que resultó en especial de consecuencias sociales y humanas desastrosas en sus juegos por abrirse vías de acceso privilegiado a los mercados de Europa del Este y que en los Balcanes, por medio de su muy antiguo y descarado aliento al nacionalismo croata, fueron raíz del terrible desmantelamiento de Yugoslavia.

Capítulo propio merece la carencia absoluta de democracia en lo que se llamó "construcción europea". Las decisiones políticas son tomadas por burocracias sin ninguna legitimidad popular atendiendo a los intereses de las correspondientes burguesías centrales del continente. Cuando, de manera muy excepcional, se han realizado consultas populares en ciertos países, la ciudadanía ha vuelto la espalda al entramado institucional de la UE o directamente se ha pronunciado en contra suya. Ello querría decir, para la izquierda transformadora, que sobre la actividad institucional cobra importancia decisiva la labor de unidad de los movimientos populares europeos.

La guerra de Kosovo, por otra parte, supuso la irrupción brutal de la Casa Blanca en la dirección de la política europea, desplazando a la Unión Europea a un papel de mero lacayo de las estrategias norteamericanas. El que se denominó "discurso europeísta" se ha disuelto igual que una nube de manera grotesca, y son pocos los que lo sostienen hoy en día con determinación sin sonrojarse. En este sentido, fue la guerra de Kosovo un conflicto hondamente geoestratégico, un episodio previo a la intervención en Asia Central, un episodio que creó, en particular, una inopinada y peligrosísima inestabilidad en el proceso de ampliación de la UE hacia el Este."
Justificación: preámbulo de la Plataforma de opinión.
MINORITARIA

Página 13, sustituir el título del apartado por:
"LA CONSTRUCCIÓN EUROPEA Y LA IZQUIERDA TRANSFORMADORA: SITUAR EL SOCIALISMO EN EL DEBATE PUBLICO"
y añadir al principio del texto lo que sigue:
"No nos hacemos falsas ilusiones y reconocemos que en la actual situación de la izquierda el socialismo no aparece como un elemento sustancial en la agenda política. Nos interesa subrayar, no obstante, que no compartimos aquellas posiciones que consideran irrelevante la cuestión o la remiten a un simple principio regulativo. Nuestra tesis es diferente: para resistir las políticas neoliberales y para propiciar una estrategia alternativa a éstas es necesario recuperar moral y políticamente la critica al capitalismo desde la perspectiva de su superación socialista. La tensión entre política a corto ya medio plazo, las contradicciones entre los que se oponen al orden neoliberal y los que tenemos una perspectiva socialista nos van a acompañar durante una larga temporada. Clausurarlas desde un radicalismo meramente verbal (insistiendo en principios ideológicos al margen de la correlación de fuerzas real del movimiento) o por un realismo ( que se ajusta a lo existente pero no es capaz de comprender las raíces económicas y sociales de los problemas) significaría romper la unidad del movimiento e impedir que la lucha social común, que la experiencia colectiva defina los campos de las hegemonías político culturales que nunca han estado garantizadas "a priori".

No es preciso señalar que cuando hablamos de socialismo estamos refiriéndonos aun proceso histórico largo y complejo, económica y socialmente factibles dirigido democráticamente por los ciudadanos y ciudadanas. En este sentido, diferente también a lo que ha sido la experiencia del llamado socialismo real. El socialismo es para nosotros la superación del capitalismo, como modo de producir y vivir, posibilitador de una vida cotidiana no alienada, ecológicamente fundamentada y consciente de la pluralidad de géneros. Los objetivos, en la tradición de Marx, serian regular y limitar el mercado, creando las condiciones para su superación; desarrollar las libertades democráticas suprimiendo los obstáculos que el capitalismo les impone y generando posibilidades efectivas de autogobierno de trabajadores y trabajadoras, impulsando un verdadero Estado de Derecho en el marco de una legalidad socialista y con respeto efectivo a los derechos individuales y colectivos; crear una conciencia critica de los efectos devastadores del productivismo en sus distintas versiones, definiendo una nueva cultura ecológico social que reconcilie la idea emancipación social y relaciones armoniosas con la naturaleza. En definitiva, crear socialmente un proyecto de vida alternativo que organice una nueva concepción del poder y sitúe a los ciudadanos y ciudadanas en el centro de la vida político social."
Justificación: subrayar el carácter socialista de nuestro proyecto de construcción europea.
MAYORITARIA

Página 13, línea 30, insertar el texto siguiente:
"Desde enero de este año los ciudadanos de 12 de los 15 países de la UE nos hemos encontrado con la presencia de una nueva flamante moneda europea, el euro, que se ha convertido en un símbolo de la euroidentidad, del eurocentrismo y del euroimperialismo. Para lograr llegar a esta situación, la ciudadanía de varios de estos países ( entre ellos el nuestro ), hemos realizado un gran esfuerzo que se ha visto reflejado en un enorme recorte del dinero destinado a gastos sociales para lograr converger en un mismo ritmo de crecimiento y en unos factores de cohesión y de esta forma reducir el déficit público. Pero no podemos dejar de recordar que, en la práctica, este empeño uniformador ha supuesto una privatización de los servicios sociales y una degradación de sus prestaciones.

Pero si accidentado fue el camino hasta Maastricht, no menos relevantes pueden ser las dificultades en el futuro, si se parte de que el euro nació de un modo forzado por la falta de madurez de las condiciones económicas y políticas para la adopción de una moneda común en un conjunto demasiado amplio y diverso de países, insuficientemente integrados en el aspecto económico y sobre todo sin un proyecto definido de unidad política. La ampliación de la Unión Europea hacia el Este es una opción que más parece una huida adelante que una verdadera alternativa de la construcción de la unidad de Europa. A esto debemos añadir que, como ya es sabido, un conjunto de circunstancias económicas y políticas están llevando a la economía mundial a una recesión generalizada cuya gravedad es inocultable y su duración imprevisible. La economía de la zona del euro, con algún retraso con respecto a la de Estado Unidos, entre otros motivos por la decepcionante trayectoria de la cotización del euro que ha favorecido las exportaciones europeas, está siendo arrastrada a la crisis con una pasividad clamorosa de los gobiernos y del BCE, atrapados en el marco rígido que impone el euro y los compromisos del pacto de estabilidad.

Hasta ahora el euro ha sido aprovechado para la propaganda y para dar lustre a los distintos gobiernos europeos. Era una cara de la moneda, a partir de ahora, ya con la nueva moneda en nuestros bolsillos, los trabajadores vamos a empezar a resentir la otra."
Justificación: actualizar, analizando las consecuencias de la introducción del €
MAYORITARIA

Pàgina 13, linea 37, cambiar "no quiere" por "no le interesa".
Justificación: objetivizar.
MAYORITARIA

Página 13, líneas 42-44, sustituir desde La segunda es hasta "democráticamente controlada" por "La segunda es que la izquierda transformadora europea debe combatir las políticas neoliberales que se den a nivel mundial y proponer una serie de alternativas que avancen en el camino de la transformación en líneas socialistas de la sociedad, construyendo una Europa soberana, de progreso, independiente de EE.UU., la OTAN o de cualquier otro bloque económico y militar, y de solidaridad con los países empobrecidos, desde la defensa de la paz y de un orden internacional justo y democrático"
Justificación: para dejar claro que no se trata de construir otro bloque imperialista, sino de aportar desde Europa a un mundo más justo, en una perspectiva socialista.
MAYORITARIA

Página 12, linea 45, sustituir, despúes de "la izquierda transformadora", "se organice como sujeto político a escala europea" por "organize a la clase trabajadora y otros sectores populares como sujeto político a escala europea".
Justificación: el sujeto político debe ser el conjunto de la clase trabajadora y otros sectores populares, y no sólo las organizaciones políticas de izquierda.
MAYORITARIA

Pàgina 13, linea 46, reflexionar, porque és una ingenuidad pensar que la socialdemocracia cambie de actitud.
APORTACIÓN

Página 13, línea 54, sustituir "Unión Europea" por "Europa".
Justificación: ampliar.
MAYORITARIA
 

3. LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA IZQUIERDA ESPAÑOLA

Se propone la sustitución completa del epígrafe por el siguiente texto:
"3.- La sociedad española

El XVI Congreso debe abordar el análisis de la transición con voluntad de resolver la quiebra estratégica que en el terreno de la práctica política se produjo en el partido en aquellos primeros años.

Ciertamente que en congresos anteriores ha habido referencias a tal situación, pero sin entrar en profundidad en las consecuencias negativas derivadas de ello y, sobre todo, sin tomar medidas que permitieran resolverlas, que no pueden ser otras que las de elaborar una estrategia política operativa con una política de alianzas necesaria para tal fin.

Es necesaria una clarificación sobre qué línea política se quiere seguir y abandonar ese lugar de nadie en el que se ha instalado nuestro partido que le lleva, de bandazo en bandazo, a situarse en la pura coyuntura con los ojos puestos en exclusiva en las consecuencias que puedan tener sus actuaciones en el terreno de los resultados electorales de IU.

Recuperar el PCE como un partido autónomo, de clase y revolucionario no pasa por medidas de carácter organicista separadas de la elaboración y la aplicación de una línea política consecuente con los fines a los que pretende llegar. Pues éstos, que suelen manifestarse reiteradamente como reafirmación de principios, suelen ser expresamente desmentidos por la práctica política que se realiza.

A la hora de elaborar una línea política y de establecer las etapas en que debe desarrollarse para la consecución de los recursos políticos necesarios, la cuestión central a la que se debe atender es la del poder del estado burgués. Qué representa, cómo evoluciona en sus formas (democracia formal, dictadura, democracia avanzada...) y qué papel desempeñan las fuerzas populares, y en concreto los comunistas para obligarle a evolucionar en el sentido de facilitar el avance hacia el socialismo.

La cuestión de la configuración del estado español y la forma en que puede desarrollarse es algo que no puede dejarse a la improvisación y mucho menos a la iniciativa del imperialismo y de la oligarquía o de las burguesías nacionales.

Uno de los flancos débiles del sistema político de la oligarquía española es la configuración del estado, habida cuenta del carácter históricamente plurinacional del mismo.

En el contexto de la unión capitalista de Europa, los movimientos centrífugos de las burguesías nacionales en el estado español tienden a acentuarse ya que los intereses de clase de éstas o de fracciones muy importantes de las mismas empiezan a chocar con las estructuras políticas pactadas en la transición.

Por otra parte, las reivindicaciones nacionales de sectores populares muy importantes tienden a acentuarse y a poner en cuestión los pactos realizados en su día, en los que no se reconocen.

El Partido Comunista, como fuerza política que aspira a la transformación social, no puede seguir sintiéndose corresponsable en la estabilidad de un sistema político y en una configuración del estado impuestos a los intereses populares y en algunos casos, a la voluntad claramente expresada en contra (Constitución en Euskadi, ingreso en la OTAN rechazado en Cataluña, Euskadi y Canarias)

La referencia a la transición en el XVI Congreso no debe interpretarse como la apetencia intelectual de un debate erudito acerca de nuestra historia más reciente en el seno del PCE, ni tampoco como el deseo de un "ajuste de cuentas" por las directrices políticas impresas en la organización por direcciones pretéritas. Lo primero debe hacerse, sin duda, en otros espacios de discusión pública promovidos por el partido; lo segundo, seguramente, es innecesario. Ahora bien, sí se trata de determinar, sobre la base de la experiencia colectiva, la necesidad de imprimir a nuestra acción un giro decisivo.

Los últimos gobiernos del PP han supuesto en España la culminación de un proceso sociopolítico en el que, al cabo de los años, se ha terminado por imponer la hegemonía de las oligarquías dominantes y el debilitamiento hasta extremos de consunción de la crítica ciudadana, de la democracia y de la movilización popular.

Tras la muerte de Franco, nuestro país todavía tenía pendiente la revolución democrática que sí se ha producido en otros países europeos y que en el nuestro el movimiento obrero intentó durante la Segunda República antes de ser aplastado por el alzamiento militar fascista, con el apoyo de las potencias fascistas de Europa y la asistencia encubierta, por acción u omisión, de las burguesías de las potencias democráticas. Este era el gran eje a cuyos lados se dibujaba el conflicto social en los inicios de la transición. De una parte, la aspiración de la oligarquía franquista más avanzada de mantener la estructura de clases del capitalismo monopolista del franquismo, con una tibia apertura, pero que al mismo tiempo le garantizase el acceso al proyecto político de la burguesía europea que entonces se comenzaba a poner en pie. De otra parte, los movimientos populares antifranquistas que aspiraban a llevar a la práctica la revolución democrática pendiente, aspiración que se concretó en la propuesta de "ruptura democrática" y en la que la vanguardia había sido ganada por el PCE en sus largos y heroicos años de lucha por la libertad. La visión de conjunto del proceso, en estas dos convulsas y complejas décadas, ofrece el resultado de un triunfo de la estrategia de la oligarquía, horadada, es posible, por circunstanciales avances del movimiento obrero.

Las grandes etapas del proceso están marcadas por un periodo inicial, el de los inestables gobiernos de UCD, durante los que se construye el discurso del "consenso" en el que se basaron los Pactos de la Moncloa y la Constitución de 1978, se subliman los antagonismos de clase, el PCE abandona el proyecto de "ruptura democrática" y emerge un PSOE que nada o muy poco tiene que ver con el socialismo histórico español, capitaneado por los jóvenes tecnócratas liberales que habían ganado el Congreso de Suresnes. Los diferentes gobiernos del PSOE, con posterioridad, en cuyo primer triunfo electoral sobre todo pudo haber un considerable volumen de respaldo popular sinceramente comprometido con una transformación progresista de la sociedad, llevaron a cabo de manera sistemática los cambios estructurales necesarios para el asentamiento del proyecto de la oligarquía: una honda reconversión industrial; el proceso de privatizaciones; el debilitamiento del movimiento obrero y del conjunto de movimientos sociales, bien por agresión directa o bien por captación clientelar, y el ahogo dramático de los espacios de crítica ciudadana y de protesta. Los del PSOE fueron gobiernos señalados por la corrupción y por el terrorismo de Estado, que finalmente terminó por derribarlo. Pero sobre todo prepararon el terreno para los posteriores gobiernos de abierta reacción del PP. En medio de este periodo, la puesta en pie de Izquierda Unida, por el PCE con otras fuerzas políticas y personas, supuso el anhelo de recobrar la movilización social con un objetivo de transformación social, independientemente de que luego el proyecto de IU haya ido languideciendo y asumiendo las viejas dinámicas de actuación institucionalizada.

Los dos gobiernos del PP han tenido significados diferentes. El primero de ellos, con un gobierno minoritario en frágil alianza con las burguesías nacionalistas de la periferia, sirvieron de afirmación gradual y paciente de un plan de acción, que cobró plenas facultades con el triunfo por mayoría absoluta, en unas elecciones generales en las que un pacto político entre el PSOE e IU fue pagado muy caro por ambas formaciones políticas. El actual gobierno del PP es el mejor representante del gran capital español, y está desarrollando de manera muy coherente una política de creación de un imperialismo propio, que al tiempo que trata de abrirse camino en los mercados de América Latina, busca el amparo del imperialismo norteamericano, siendo el más solícito de los fámulos de Washington en sus propósitos militaristas -así ha sucedido en el incondicional y ridículo apoyo del gobierno español al despropósito del Escudo Antimisíles de Bush o en la guerra de Yugoslavia, primero, y de Afganistán, después, y en otras intervenciones militares, o la autorización para que los norteamericanos hagan uso de sus bases militares en nuestro país incumpliendo las condiciones del referéndum sobre la OTAN-. Paralelamente, el PP ha emprendido un proceso de profunda reestructuración de las relaciones sociales que, en realidad, no es más que la continuación consecuente de lo llevado a cabo por el PSOE:

El paisaje de fondo es el de un llamado "Pacto Antiterrorista" entre el PSOE y el PP, que es utilizado como la coartada perfecta para una reforma del Código Penal que tiende a criminalizar a los jóvenes y cualquier atisbo de movilización social, suprimiendo derechos democráticos esenciales y haciendo aún más estrecho el margen de la libertad de expresión. De un pacto que precisamente de lo que no dice nada concreto es de cómo acabar con el terrorismo. Esto es, el panorama que envuelve a las agresiones contra la clase obrera es, coherentemente, el de la eliminación de los instrumentos principales de lucha de la clase obrera.

El balance de conjunto del último cuarto de siglo XX en nuestro país podría resumirse en una proceso constante de agresiones contra la clase obrera y el conjunto de capas populares, la asfixia de la democracia y la desmovilización social, todo ello arropado por una monarquía impuesta por el franquismo y que dota al proyecto oligárquico de cohesión institucional.

Ello no significa que no haya resistencia. Desde hace tiempo eclosionan puntos de ruptura social prometedores, en la universidad, en la población inmigrante, en distintos sectores económicos, en ocasiones con huelgas y movilizaciones realizadas a pesar de la oposición de las direcciones sindicales, en los nuevos casos de gran corrupción económica como el de Gescartera y en la incapacidad de la burguesía centralista para cerrar el problema nacional. La posibilidad de aunar los diferentes conflictos parciales en una gran movilización social es evidente, siempre que seamos capaces de reconstruir un núcleo de izquierda transformadora como referencia, lo cual constituye el meollo de la alternativa.

No obstante, lo que también está meridianamente claro es que el PSOE no puede formar parte de esa alternativa. La "oposición tranquila" de Rodríguez Zapatero no es ni más ni menos que la expresión propagandística y nacional de la asunción por el PSOE del proyecto de "Tercera Vía". Podría reconocerse que entre los socialistas españoles hubo, después de su abandono del gobierno, algún debate interno acerca de la orientación a imprimir a su formación política en la oposición. Lo cierto es que las posiciones más progresistas en su seno siempre fueron fácilmente aplastadas, que el "fenómeno Borrell", que pudo concitar ciertas esperanzas, nació estrellado y que algunas de las corrientes que se reclaman de la izquierda del PSOE, como la guerrista, tiene excesivos vínculos con el pasado de corrupción y terrorismo de Estado de su partido. De cualquier forma, el triunfo final ha sido para la instalación en el neoliberalismo, que en ocasiones, como en la propuesta de contrarreforma fiscal ideada por el dirigente socialista Jordi Sevilla, la rebasado al PP por la derecha de forma sobrada. "
Justificación: propuesta de la Plataforma de opinión.
MINORITARIA

Pàgina 15, lineas 43-44, sustituir "incluso con los cambios recientes, el paro estructural sigue siendo una característica de la economía española" por "como consecuencia de las reformas laborales de los gobiernos del PSOE y del PP, la precariedad laboral se ha consolidado estructuralmente".
Justificación: realismo.
MAYORITARIA

Pàgina 16, linea 3, clarificar qué tipo de terrorismo está bloqueando la situación.
APORTACIÓN

Página 16, primer párrafo, linea 4, añadir, después de "constitucionales, de la otra", ", y por la nula voluntad política de modificar la Constitución, imposibilitando la legítima aplicación del derecho de autodeterminación".
Justificación: precisar.
MAYORITARIA

Página 16, lineas 35-37, eliminar la última frase.
Justificación: evitar el uso de una terminología confusa.
MAYORITARIA

Página 16, linea 38, eliminar la palabra "obligado".
Justificación: no es obligado.
MAYORITARIA

Página 16, linea 54, sustituir "el discurso mayoritario de la izquierda" por "el discurso mayoritario de la socialdemocracia".
Justificación: el discurso de IU ha sido el opuesto, y no hay que calificar gratuitamente de izquierda a quien se esfuerza en autopresentarse como de "centro".
MAYORITARIA

Páginas 16, linea 57, añadir, después de "La descentralización en el Estado Autonómico", ", que en un principio recogía las aspiraciones de la izquierda".
Justificación: la perversión se produce en su concreción.
MAYORITARIA

Página 17, linea 23, añadir: " El P.C.E apuesta por la reforma de la Constitución, especialmente en el título VIII para avanzar hacia un Estado Federal, a la vez que demanda el desarrollo de todo el capitulado de derechos sociales y económicos."
Justificación: plantear la alternativa por la que estamos apostando desde IU.
MAYORITARIA

Página 17, linea 48, añadir un nuevo punto: "- Proceso de nacionalizaciones que ponga los sectores estratégicos del país al servicio del Área de Propiedad Social".
Justificación: en consonancia con el programa de IU que hemos defendido.
MAYORITARIA

Página 17, linea 57, añadir un nuevo punto: "- Participación de los/las trabajadores/as en los órganos de dirección de las empresas nacionalizadas, avanzando así en la socialización de los medios de producción."
Justificación: en una perspectiva socialista, no estatalista.
MAYORITARIA
 

Página 19, línea 1, añadir, tras los tres primeros epígrafes, el siguiente texto:
"3 bis. La alternativa de la izquierda

La alternativa que los comunistas hemos de contribuir a construir continúa siendo la organización de la sociedad con el objetivo de la transformación socialista. La tarea estratégica del PCE no consiste en reformas sino en derrocar al capitalismo. Es por ello que resulta imprescindible, no solamente el trabajo de las y los comunistas en el conjunto de los movimientos sociales, sino el trabajo con una orientación discutida en el seno del partido; es necesario el respaldo del PCE, en tanto que organización política y anticapitalista, de la labor que sus militantes realizan en el seno de las organizaciones sociales a las que pertenezcan. Los comunistas deben encontrar en el partido el lugar en el que discutir su actividad en los movimientos sociales, el sitio en el que contrastar opiniones y alcanzar conclusiones concretas que les sirvan para proseguir su labor sobre la base de una política comunista democráticamente acordada.

Nosotros diferenciamos claramente lo que son de verdad movimientos sociales, como encarnación de la sociedad que se organiza, de las capas populares que toman por sí mismos la administración de su existencia y su futuro, enfrentándose para ello con el poder establecido -con objetivos generales o parciales- de aquellas Organizaciones No Gubernamentales -ONG- que constituyen un entramado meramente asistencial, articulado por el propio poder, con el fin esencial de crear un colchón frente al descontento popular.

Uno de los rasgos que definen mejor la realidad actual es la coincidencia de una profunda crisis de las sociedades capitalistas y la emergencia de fuertes corrientes de protesta ciudadana, sobre todo de gente joven, con el desguazamiento de los movimientos sociales más tradicionales, entendiendo por tales en primer lugar el movimiento obrero, pero también el movimiento feminista, el movimiento vecinal y otros que han vivido momentos históricos de extraordinaria pujanza.

La emergencia de la lucha contra la globalización capitalista ha arrastrado a buena parte de estos movimientos y organizaciones y ha venido a sacudir su letargo; es la expresión de la ira popular contra un sistema asentado sobre la injusticia, la irracionalidad, la corrupción y el crimen en todas sus formas. Cualquier elaboración que realice hoy el PCE acerca de los movimientos sociales debe tomar este hecho como columna vertebral. En la medida en que el movimiento antiglobalización se encara con el propio capitalismo, en la medida en que ataca al corazón del entramado político, social, económico y cultural del sistema, es un movimiento que desborda sus propios límites. Y no solo en el sentido de la incorporación a él de un conjunto abigarrado de organizaciones sociales y movimientos más veteranos, sino también, y de manera más importante, en el sentido de que por fuerza tendrán que reformularse las acciones reivindicativas concretas, sectoriales, de cada uno de ellos. Lo que esto quiere decir tiene que ver con la propia crisis que atraviesa el capitalismo, con la crisis en su forma actual. El capitalismo se ha convertido, en su presente fase imperialista, en un sistema de subdesarrollo, en un sistema que solamente puede sobrevivir incrementando las injusticias, la miseria, la guerra y la corrupción. Es así prácticamente desde finales del siglo XIX, y de manera muy acusada desde principios del XX. Queda muy angosto margen para las reformas, ya que cualquier reforma que atienda a las necesidades de la población en general, hiere intereses transcendentales de las clases dominantes. En el lado de la construcción de una alternativa, todo movimiento reivindicativo termina por chocar, de una forma u otra, a la postre, con el propio capitalismo; el mantenimiento de la coherencia en su lucha le tiene que llevar finalmente a cuestionarse el capitalismo. La forma social tangible que ha adquirido esta nueva realidad es el movimiento antiglobalización, que precisamente por ello deberá aspirar a la coordinación de reivindicaciones sectoriales que son puntos de ruptura específicos con la dominación imperialista.

A) La reconstrucción de los movimientos sociales.

El apoyo de los comunistas a los movimientos sociales no debe suponer que se eludan las críticas que pueden ayudar a recuperarlos. Del mismo modo que el PCE debe recobrar la acción social, la intervención comunista socialmente organizada, la política del partido en los movimientos sociales, su orientación a los comunistas que en ellos participan, tiene que ser coherentemente la de la lucha contra la burocratización, la movilización social reivindicativa y el rescate de la capacidad crítica frente a la sumisión al poder establecido.

Aunque sea un lugar común entenderlo de esta manera, lo cierto es que no solamente los partidos políticos de izquierdas y los sindicatos mayoritarios han padecido un proceso de institucionalización y burocratización. Movimientos como el vecinal se han acabado hundiendo en vicios similares, cuando no en mero clientelismo. Salvo muy contadas excepciones, las organizaciones vecinales se han convertido en entidades aisladas de la realidad ciudadana. El caso del movimiento verde, integrado en su cuna europea, en Alemania, en la estrategia militar de la OTAN es aún más dramático. Ello evidencia la capacidad del sistema para cooptar a aquellos brotes de protesta ciudadana, si no se articula una referencia política anticapitalista que pueda actuar como vía de orientación en el sentido contrario, y la necesidad de que el PCE se proponga diseñar una estrategia de recuperación de la pujanza de los movimientos sociales en su conjunto. Pero, por supuesto, la primera condición para que las y los comunistas tengan la capacidad de intervenir en la dinámica de los movimientos sociales es estar en ellos, trabajar lealmente por los propios objetivos que cada movimiento se traza y, en el ejercicio de esa labor, ejercer el derecho de crítica y propuesta. Para lo cual es preciso que el PCE se constituye en espacio de discusión de los camaradas que trabajan en movimientos sociales acerca de la tarea que en ellos desempeñan.

Sin excluir a otros, y dada la presente deriva del imperialismo, cobran particular transcendencia todos los movimientos de carácter pacifista o antimilitarista, entre ellos el de los insumisos, muchos de ellos aún en prisión. También, por su talante combativo y juvenil, el movimiento "okupa". Por cierto, en este país el movimiento vecinal y la izquierda abandonaron un movimiento de ocupación de viviendas vacías, que atacaba al tinglado corrupto de la especulación inmobiliaria, que todavía mantiene herencias de la política de vivienda que diseñaran los falangistas. Sería importante recuperar ese movimiento.

B) El movimiento antiglobalización.

El nacimiento del movimiento antiglobalización encarna hoy el despertar de una conciencia ciudadana crítica con el capitalismo. Sin negar el hecho de la coexistencia, dentro del movimiento antiglobalización, de organizaciones y personas que no se consideran anticapitalistas, el carácter de conjunto del movimiento, las injusticias que denuncia, las reformas sociales, políticas, económicas y de otra índole que en su seno se discuten, y su propia dinámica, en suma, convierten al movimiento antiglobalización en un movimiento anticapitalista. La lucha contra las injusticias del mundo actual y el esfuerzo por construir colectivamente un mundo distinto alcanza su sentido, en último término, en la destrucción del capitalismo y la edificación de una sociedad socialista. En último extremo, el comunismo es la razón de ser latente de todo movimiento verdaderamente emancipador. Esta es la convicción que a nosotros nos hace comunistas, lo cual no quiere decir que excluyamos absolutamente a nadie de ningún movimiento. Significa que las luchas concretas contra las injusticias exacerban las contradicciones del sistema y terminan por encararse con él y con el conjunto de intereses de las clases dominantes que en él se desenvuelven. Si así lo creemos, ésas son las ideas que deberíamos expresar en los debates abiertos en los movimientos emancipatorios en los que participemos, ésa es la orientación que habríamos de imprimir a nuestras propuestas y nuestro trabajo.

En este sentido, compartimos plenamente el análisis realizado por él Partido de la Refundación Comunista de Italia cuando en los documentos para el debate de su próximo congreso afirma: "Frente a los nuevos y múltiples movimientos, el partido debe aceptar su particularidad, que, en nuestro caso es su lectura clasista de la sociedad, la propuesta de la cuestión del comunismo, y esto no sólo es una ventaja sino una necesidad histórica".

Una dosis razonable de humildad en nuestra acción en un movimiento de las características del movimiento antiglobalización, como de cualquier otro, no quiere decir que silenciemos nuestras convicciones. Si sectores del mismo se plantean que es posible reformar los aspectos más terribles de la globalización, promocionando al tiempo su vertiente presuntamente saludable, igual que si hay sectores que estiman que aún es reformable el capitalismo, tendremos que discutir sin sectarismo con ellos, habrá objetivos comunes que nos unan en la acción, pero no debemos renunciar a la defensa de nuestra visión, a intentar que el anticapitalismo sea cada día más espinazo y razón de ser del movimiento.

Es necesario que el movimiento antiglobalización avance en el proceso de creciente organización que desde hace tiempo desarrolla. Ha de dar el paso, por otro lado, a una coordinación de las luchas contra el imperialismo que en cada lugar del mundo se producen, en el ámbito de las luchas de clases nacionales. Las luchas de los campesinos en Brasil, o de los obreros argentinos que encaran el draconiano ajuste estructural que pretende imponerles su gobierno, las luchas de los zapatistas, la lucha del pueblo cubano por su soberanía frente al embargo norteamericano, las luchas de los estudiantes coreanos o de los trabajadores inmigrantes en grandes compañías de EEUU, son otras tantas manifestaciones de una lucha más general contra el capitalismo, porque todas ellas rompen con intereses específicos de la estrategia de dominación imperialista.

Una parte central de la acción del movimiento antiglobalización se ha convertido, de manera inevitable, en movilización contra la guerra. El militarismo a ultranza de EEUU y la OTAN es la manifestación más sangrienta y descarnada de la globalización y, al mismo tiempo, se inserta hoy como nunca antes en el proceso de acumulación capitalista, dada la torrentera de crisis en cadena por la que el modo de producción del capital precipita al mundo. Por ello, es lógico que el movimiento antiglobalización se transforme en movimiento también contra la guerra, contra el militarismo. Es lógico que desenmascare los intereses económicos y geoestratégicos que el imperialismo norteamericano, europeo occidental y de las mismas élites árabes corruptas a ellos asociados tienen en los yacimientos de gas y petróleo del Mar Caspio, razón de fondo de los bombardeos sobre Afganistán. Es lógico que se desenmascare lo que tiene de hipócrita la presunta "coalición internacional contra el terrorismo", dirigida por el gobierno más terrorista de la historia de la humanidad. Ahora bien, por los motivos antes aducidos, la lucha contra la guerra y el militarismo, no debe quedarse en lucha contra esta guerra de Afganistán en concreto, o contra la guerra de mañana, o de pasado mañana. Es una lucha contra todas las guerras, contra el militarismo, una lucha que tiene como objetivo final la desaparición de todos los ejércitos. Y ello es tanto como decir, de nuevo, la lucha contra el capitalismo, en cuya lógica, en la etapa podrida de su evolución que padecemos, el militarismo es un componente muy principal.

C) El movimiento de inmigrantes

Las relaciones con los inmigrantes y su integración en el contexto de la lucha de clases deben ocupar un lugar central en la política del Partido Comunista. El análisis del fenómeno de las migraciones de carácter económico debe realizarse atendiendo a dos aspectos básicos: por un lado, las exigencias del actual proceso de reestructuración financiera y expansión del sistema capitalista; y, por otro, las condiciones en que se está reconfigurando la clase trabajadora en España.

En la actualidad, los movimientos migratorios son el resultado de la aplicación, consciente y deliberada, de políticas de explotación basadas en planes de ajuste duro en los países subdesarrollados. Estos planes privan de sus medios de subsistencia tradicional a amplias masas de trabajadores, condenándoles a la pobreza o a la emigración, al tiempo que consiguen abaratar los costes de producción tanto en los países emisores como en los de acogida de estos emigrantes, y crean, además, nuevas y profundas contradicciones en el seno de la clase trabajadora. El objetivo último del proceso, aumentar la acumulación capitalista y modificar en su favor las condiciones que garantizan tal acumulación.

La actual legislación española de extranjería pone a numerosos inmigrantes recién llegados en la necesidad de aceptar cualquier trabajo en las condiciones administrativas y económicas que se les ofrezcan, creando un nuevo sector sobreexplotado en la clase trabajadora, muchas veces en condiciones de semiesclavitud. Por su propia situación, y también, en bastantes casos, por falta de experiencia previa en luchas políticas y sindicales organizadas, su única reivindicación colectiva viene referida a sus necesidades más urgentes: los papeles. Su aceptación de condiciones laborales y económicas inferiores a las de los españoles así como sus esporádicas reivindicaciones sociales van a producir en ocasiones conflictos con los trabajadores autóctonos, que ven en los inmigrantes un factor añadido a la situación de paro o precariedad que padecen. La derecha conservadora atiza estos sentimientos xenófobos que contribuyen a fragmentar a la clase trabajadora.

Es, por tanto, desde un punto de vista de clase, un objetivo fundamental la oposición a las políticas de extranjería e inmigración de la burguesía, aunque sin caer en prácticas de tipo exclusivamente asistencial, al modo de la mayoría de las ONGs, que no cuestionan el sistema y, por el contrario, contribuyen a hacerlo más presentable. El fortalecimiento y la unidad de la clase trabajadora exige la incorporación de los inmigrantes a la lucha contra el capitalismo, apoyando su autoorganización en asociaciones de clase y afiliando a nuestras agrupaciones a aquellos que lo deseen."
Justificación: esta propuesta de la Plataforma de opinión se asume como una adición que incluye un tratamiento más amplio del papel de los movimientos sociales.
MAYORITARIA
 

4. PRIORIDADES ESTRATÉGICAS, ALIANZAS, COMUNICACIÓN, FORMACIÓN

Se propone la sustitución completa del epígrafe por el siguiente texto:
"4. La alternativa del PCE: prioridades estratégicas, alianzas, comunicación, formación

A) La intervención del PCE en el proceso de organización social para la transformación. Las alianzas sociales que debemos construir en ese camino.

De manera habitual hemos definido la política del PCE y de IU como una combinación de acción social y de acción institucional. Es evidente que la acción puramente institucional ha terminado por absorber la lucha social, y lo que es peor, una acción institucional que no persigue precisamente objetivos de transformación. La afirmación algunas veces hecha de que los comunistas, siempre que les ha sido posible, han participado en las instituciones y en los procesos electorales no es correcta. Ocasiones ha habido en que los partidos comunistas han renunciado a concurrir en procesos electorales porque entendían que las circunstancias hacían su participación contraproducente para el avance del movimiento obrero. No se trata de eso ahora. Pero, sin negar la necesidad del trabajo institucional, sí constatamos que en el terreno institucional no existe posibilidad alguna de alianzas estratégicas para nosotros; son posibles acuerdos ocasionales en la adopción de medidas concretas que supongan una mejora en la vida de la ciudadanía, nada más. Y ésto siempre que no se haga al precio del abandono de la independencia, al precio de la subordinación directa o indirecta a otros partidos u organizaciones, o la corresponsabilización aunque solo sea parcial, abierta o encubierta en la línea política de otros partidos.

En este sentido, es ineludible en este congreso extraer las enseñanzas -y asumir las responsabilidades que correspondan de la dirección saliente- de la "derrota sin paliativos" que supuso el pacto IU-PSOE en las últimas elecciones legislativas. Lejos de motivar a la base militante y ampliar la base electoral de masas, el pacto de programa y la pública disponibilidad para formar posible gobierno con los epígonos del felipismo, sólo sirvió para estimular la abstención y el rechazo electoral de amplios sectores de trabajadores que sólo vieron en este cambio de orientación una claudicación pura y simple ante el señuelo institucional.

Nuestras alianzas estratégicas hoy sólo pueden darse con el conjunto de movimientos sociales de carácter reivindicativo y transformador, en la organización social para la transformación.

Creemos que es preciso recuperar el discurso de las dos orillas. En nuestra orilla no estamos solos, pero quienes nos acompañan son movimientos sociales alternativos que no están en las instituciones. El PSOE se encuentra en la otra orilla y no puede formar parte de nuestras alianzas de carácter estratégico, lo que no excluye, como decíamos, acuerdos concretos en ciertas circunstancias y lugares.

También es importante la búsqueda de acción conjunta con otras tradiciones del marxismo revolucionario que no están dentro del PCE y con otros movimientos de la izquierda como el libertario. En este sentido, el XVI Congreso mandata al Comité federal entrante para que inicie un proceso político que pueda desembocar en la convergencia de las diferentes fuerzas políticas de carácter marxista de nuestro país.

El PCE debería reconstruir, en la perspectiva de reconstrucción a su vez del internacionalismo, una extensa trama de relaciones fluidas con partidos y movimientos alternativos de otros países. Es importante en estos momentos reforzar las relaciones internacionales del PCE

B) La ruptura democrática: la transformación de la política económica, la transformación de la política, la transformación del Estado.

Desde el XIII Congreso, el PCE inició una tímida crítica de la transición y de la propia acción política de la dirección del partido durante la misma. En el XVI Congreso hay que llegar más lejos y plantearse si tiene algún sentido mantener la más mínima lealtad hacia un pacto constitucional cuyas consecuencias reales son la constante pérdida de derechos de los trabajadores y trabajadoras y la reducción hasta la desaparición de la democracia. Hay que plantearse si la construcción de la democracia no pasa precisamente por el cuestionamiento del actual sistema político de nuestro país y por la actualización de los temas centrales que definimos en el proyecto de ruptura democrática, cuyo postergamiento contribuyó decisivamente a quebrantar el potente movimiento popular construido frente a la dictadura.

Abogamos por la recuperación de los contenidos de lo que en su día el PCE definió como ruptura democrática.

Sin entrar a enjuiciar las razones por las que nuestro partido político aceptó desarrollar su actividad legalmente bajo la monarquía, hoy ya habría de ser evidente que no tiene sentido alguno seguir sin poner en el orden del día la reivindicación de la república. La monarquía es una forma de estado arcaica, antidemocrática, impuesta por el franquismo y corrupta. Dentro de la lucha por la democracia, la reivindicación republicana ha de ocupar un lugar principal.

Nos planteamos la ruptura con el entramado político-institucional que ha engendrado a la postre la transición en nuestro país, que ha mantenido el poder de las mismas oligarquías que derribaron la Segunda República y dominaron a la sociedad bajo el franquismo, unas oligarquías podridas que cercan cada día con mayor descaro la libertad de expresión y la democracia. Para nosotros, la ruptura democrática se ha de manifestar en:

- La recuperación de la movilización social.

- La confrontación de clase contra las oligarquías dominantes.

- La lucha por la transformación del Estado, por la transformación de las instituciones.

- La conquista de la democracia.

- La República federal.

No existe ninguna acción institucional imaginable en la actualidad que pueda derrotar la política reaccionaria del gobierno. Solamente armando una estrategia de gran movilización social, solamente la puesta en marcha de acciones encaminadas a convencer al conjunto de los movimientos sociales de la necesidad de una huelga general que transcienda el contenido estrictamente sindical, y alcance significación política de lucha por la democracia puede invertir la tendencia de retroceso de la izquierda.

C) La República Federal. El derecho de autodeterminación de los pueblos. La construcción de una República Federal sobre la base de la voluntad libre y democrática de los pueblos que la integren.

Ante las grietas que se producen en el estado de las autonomías, la oligarquía española, a través del PP y del PSOE (éste con algunas contradicciones de forma) tiende a ir rebajando progresivamente el carácter autonómico y a recuperar su talante centralista reaccionario.

Por otro lado, las aspiraciones republicanas de los pueblos de España no están ni mucho menos liquidadas. El Partido debe recuperar de inmediato esa bandera que le permita conseguir el liderazgo de la lucha por la democracia de verdad (política y social) y por el socialismo.

En ese contexto, la cuestión de la autodeterminación es un elemento clave, y no sólo por el hecho de ser una reivindicación democrática pendiente, hondamente sentida y reclamada en las nacionalidades históricas (y sobre todo en Euskadi), sino por la carga movilizadora de masas que conlleva. Su aplicación permitiría a los pueblos de España dejar de ser los convidados de piedra de un proceso político que, iniciado a sus espaldas, pretende consolidar un modelo de estado antidemocrático como elemento fundamental para la perpetuación de un modelo de sociedad profundamente reaccionario.

El ejercicio de la autodeterminación no establecerá sólo el tipo de relación entre unas y otras nacionalidades sino la naturaleza del estado tanto en su forma (republicana, por ejemplo) como en su contenido social.

El ejercicio de la autodeterminación obligaría a las burguesías nacionales a que definieran las características del modelo de nación que pretenden construir, a la vez que permitiría a los comunistas y a otras fuerzas revolucionarias y de progreso proponer y organizar las propias alternativas. Y, sobre todo, podría facilitar, a través de la experiencia que se obtiene con la movilización, la concienciación de los trabajadores sobre la naturaleza de sus intereses como clase y que conlleva la unificación de las luchas sociales con los objetivos políticos concretos que los impulsan y con la necesidad de la organización que los hace posibles.

Por eso, el estado federal que reivindicamos no puede ser el resultado de acuerdos en el reparto de la tarta entre la oligarquía centralista y las burguesías nacionales, profundamente lesivos para los intereses de los trabajadores, sino consecuencia de las movilizaciones de masas en la reclamación de la autodeterminación y su ejercicio, primero en las nacionalidades históricas más concienciadas y en el resto de España posteriormente. En definitiva, en la irrupción del propio pueblo como protagonista directo de la política.

En este sentido, la lucha por un estado republicano y federal, con la autodeterminación como ariete para lograrlo, abrirá las puertas para poner en el centro del debate político el modelo social y avanzar posiciones hacia el socialismo.

Apoyar activamente la autodeterminación de los pueblos de España que lo reclamen implica abandonar los viejos prejuicios nacionalistas de carácter centralista, que disfrazados de un falso internacionalismo, abstracto e intemporal, ayudan objetivamente a consolidar no sólo un modelo de estado, sino sobre todo, el modelo de sociedad capitalista al que representa.

La actual fase del conflicto violento es la representación de un problema nacional sin resolver en la España multinacional, y que antes o después afectará al modelo de Estado. Nuestro objetivo es un Estado Federal que en su conclusión implica la aceptación del mismo y sus condiciones por el conjunto de los pueblos de España.

El proceso para llegar al Estado Federal no puede ser otro que el que se deriva de la aceptación de ese modelo de relación por los diferentes pueblos de España, a través de la expresión libre de la voluntad del conjunto de su ciudadanía.

El sujeto de derecho en el derecho de autodeterminación de un pueblo (vasco, catalán, gallego), incluido el acto plebiscitario, es ese pueblo.

Nuestro proyecto federal implica que se reconozca el derecho de los pueblos que lo compongan a definir libremente esta relación. Esto exigirá las oportunas reformas constitucionales en un sentido federal.

El PCE defiende el derecho de autodeterminación con todas sus consecuencias tanto en cuanto al resultado posible de las consultas, como en el reconocimiento de que la soberanía esencial (y general) recaba en el conjunto del pueblo vasco "actual", (y sin prejuzgar formas históricas de organización interna). Así como la problemática de la Comunidad Autónoma Vasca con Navarra y País Vasco Francés en el convencimiento de que una salida dialogada de las partes implicadas es el camino político y estratégico esencial en la construcción nacional vasca.

El PCE rechaza la concepción de la Razón de Estado como muñidora del terrorismo policiaco y toda la corrupción que conlleva, pues penetra en la actividad política degenerándola en sus más básicas estructuras.

D) La formación, base del carácter marxista

Como se manifestó en el XV Congreso del PCE, es urgente la formación de cuadros en todos los niveles y en todas las federaciones.

La formación marxista, al igual que la de cualquier otro tipo, académica o no, no es algo que se adquiera de la noche a la mañana, ni con la asistencia a unas conferencias un fin de semana. La formación marxista y el análisis de la realidad concreta requieren un estudio continuo y esmerado que sólo puede ser llevado a cabo desarrollando un plan de trabajo en ese sentido, dotando los medios necesarios y estableciendo un sistema de control, seguimiento y evaluación periódica de los resultados.

Es innegable la poca, por no decir nula, actividad que ha dedicado a este tema la actual dirección del PCE, a pesar de los planes de trabajo aprobados, por falta de capacidad y voluntad política.

Por todo ello, la dirección que salga del XVI Congreso del PCE debe poner en marcha inmediatamente un proyecto de trabajo, con los criterios y contenidos mínimos que se indican, aportando medios necesarios y los adecuados sistemas de seguimiento.

Criterios

Los planteamientos de la formación deben ajustarse a los siguientes criterios:

Una formación marxista no es un catecismo. Es un ejercicio de crítica, debate y estudio.

La formación se hace fundamentalmente en las agrupaciones de forma continua y ligada a la práctica política.

La formación incluye tanto los conocimientos básicos del marxismo como el conocimiento de la realidad social y política actual.

Cuando sea conveniente, debe contemplarse la unión de varias agrupaciones para llevar a cabo las tareas de formación.

Se debe realizar un censo tanto de recursos humanos como materiales para su utilización por el Partido y articular las actividades de la FIM y el trabajo de formación del PCE. Esto supone no sólo que la FIM atienda al Partido, sino que el Partido atienda a la FIM.

Se deberán crear en todos los niveles del partido secretarías de formación que, partiendo de las condiciones particulares de la agrupación y del plan establecido por la Secretaría de Formación y Debate del PCE, elaborarán los planes de trabajo a desarrollar en su ámbito. Dicho plan deberá ser puesto en marcha de manera inmediata y de su cumplimiento, tanto en el contenido como en los plazos, se responsabilizarán conjuntamente los responsables de agrupación, federación y secretaría federal.

Trabajo de la Secretaría de Formación y Debate

La Secretaría de Formación y Debate del Comité Federal del PCE preparará, en un plazo no superior a un mes desde la celebración del Congreso, un plan de trabajo atendiendo a los siguientes criterios:

I. Módulos mínimos de formación:

Se establecerán, al menos, unos módulos de formación en:

Curso de iniciación para nuevos militantes, compuesto por las lecturas y posterior debate de: Manifiesto Comunista y Últimos documentos políticos congresuales

Conceptos básicos

Filosofía

Economía

Teoría marxista

Historia del marxismo

Módulos de formación histórico-política

Historia del socialismo

Historia del PCE

Historia del Movimiento Obrero

Módulos de formación social:

Sindicalismo

Derechos del trabajo

Movimiento vecinal

Análisis socio-político

Estos módulos podrán ser de dos niveles: Básico, a realizar principalmente en las agrupaciones (una o varias, según situación)

Avanzado, que se impartirían generalmente en la sede central de la Secretaría.

II. Estructura de trabajo

Se constituirá una Comisión de Formación y Debate abierta, en la que se incorporarán, sin ningún tipo de veto, todos aquellos camaradas que lo deseen. Su capacidad será valorada por los propios camaradas que reciben la formación. Cada uno de los camaradas de la Comisión centrará su dedicación en el trabajo de formación, quedando liberado de otras responsabilidades orgánicas o institucionales.

La Comisión colaborará con las federaciones y agrupaciones en la ejecución, promoción, seguimiento y control de los planes, asignando camaradas de contacto permanente y proporcionando material y formadores.

Los camaradas de la Comisión no percibirán retribuciones monetarias por su dedicación a la misma.

La Secretaría, a partir del primer año de funcionamiento, convocará anualmente y de forma obligatoria, una conferencia, en la que se ratificará, o no, el equipo de trabajo de la secretaría y el plan para el siguiente curso.

Dependiendo de la Secretaría, se creará una biblioteca central, aprovechando los fondos de la FIM y el resto de fondos del PCE, a la que tendrán acceso todos los camaradas, y de modo especial los que se inscriban en los distintos módulos.

E) El PCE frente a las nuevas tecnologías

Actualmente, estamos inmersos en una revolución tecnológica. Este proceso se ha venido fraguando desde principios de los años 80, y es ahora cuando entra en una fase crítica. La tecnología se ha convertido en el nuevo gurú del capitalismo, así como en un nuevo mercado de inmensas posibilidades de negocio. Nos ofrecen constantemente nuevas formas de comunicación; nuevas formas de trabajo, de ocio, de cultura, de enseñanza. Surgen nuevos retos. Nuevas necesidades. En suma, es una nueva filosofía de vida. Una nueva sociedad... o quizás no tan nueva como nos la pintan.

El Partido no puede hacer oídos sordos ante esta realidad, y las formas de aprovechar algunos de sus efectos positivos. Ya se ha perdido la oportunidad de encauzar el auge de las nuevas tecnologías hacia una vía revolucionaria; no perdamos la oportunidad de utilizar las nuevas tecnologías para organizarnos y organizar nuestros planteamientos revolucionarios. El objetivo se basa en tres principios base: comunicarnos, comunicar y movilizar.

Tradicionalmente, el PCE (dirigentes, organizaciones y militantes) han mantenido una tendencia bastante escéptica ante la adopción de nuevos métodos de organización y de comunicación, cuando no de manifiesta hostilidad hacia los mismos. La metodología de comunicación entre los y las militantes y simpatizantes con la dirección del Partido (o incluso en su propio ámbito local y/o regional) es escasa o nula. Se pone voluntad, pero no se ofrecen medios. La cartelería y la hoja informativa son útiles en su entorno, pero no bastan. Y los medios económicos para hacer frente a una nueva fase de crecimiento organizativo y afiliativo son, hoy por hoy, casi inexistentes. Ahí es donde entran en juego las nuevas tecnologías. Es una forma rápida, barata y eficaz de llegar, con muy pocos recursos, a un porcentaje creciente de personas

Para generar una dinámica de partid vivo y activo, se hace necesario compartir la información que se recibe, de la manera más rápida posible: conocer la posición del Partido ante cuestiones sensibles de la actualidad política; transmitir consignas y mensajes de acción; convocar a movilizaciones, actividades y labores de trabajo; recibir una formación política adecuada y constante; participar en debates, de una manera constructiva; fomentar un proceso de incremento afiliativo... en definitiva, contribuir a generar un espíritu de análisis crítico, con un uso racional de la información.

De forma permanente, los y las comunistas han sufrido la manipulación y la censura de los medios de comunicación afines al capital: los intentos de crear medios alternativos propios que los contrarresten no han tenido éxito: Internet permite (a través de boletines informativos, listas de correo electrónico, chats y foros de debate) una competencia con la prensa, radio y TV convencionales mucho más dinámica, y sobre todo, más interactiva.

Los dos puntos anteriores son, en suma, herramientas orientadas a un fin: concienciar y movilizar a las personas, para tomar parte de forma activa en las iniciativas y actividades del Partido. No debemos olvidar que estamos hablando de medios técnicos, no de un fin en sí mismo.

Propuestas: Fomentar la interconexión horizontal y vertical entre militantes y estructura organizativa del Partido: utilización del e-mail como herramienta de trabajo cotidiano en todos los niveles de la organización.

Privacidad: progresiva utilización de sistemas de encriptación de datos (p.e. PGP), a medio y largo plazo, de manera generalizada.

Actualizar y coordinar las diferentes páginas web del PCE en todo el Estado español, desde las ya existentes, y con la coordinación de la del PC (http://www.pce.es). Crear una verdadera Red de contenidos informativos, tanto local como garantizar una actualización y contenidos mínimamente operativos.

Mejorar la comunicación interna, utilizando listas de correo para recibir información sobre temas sectoriales.

Evitar desplazamientos innecesarios, utilizando herramientas como la videoconferencia o los IRC (chats), para celebrar reuniones organizativas o de trabajo.

Crear una publicación en Internet que sirva de referente informativo y de plataforma de difusión (bien que fuera Mundo Obrero, o bien otra denominación).

F) PCE y comunicación de masas

Los comunistas desde hace tiempo no llegamos a la gente y no podemos ignorar que estamos pagando las consecuencias de ese alejamiento.

En cualquier época, y en ésta más que en ninguna otra, plantear una acción política sin dotarla de un soporte informativo con el que aproximarla al ciudadano, es una tarea condenada de antemano al fracaso por muy necesarios y esenciales que sean los objetivos. La acción política no es una entelequia abstracta, descansa sobre masas sometidas a la presión desinformativa del sistema. Por tanto, sin una vía eficaz para llegar hasta los ciudadanos, no es realista suponer que éstos asuman cualquier propuesta, ni que otorguen su apoyo fácilmente. Ignorarlo -y ese podría ser uno de nuestros más graves errores- es lastrar nuestro trabajo y, por tanto, todo un exceso que no debemos permitirnos, puesto que como partido andamos muy justos de fuerzas. En este sentido, el Partido debe definir si actuar como tal partido, porque sin objeto político que ofrecer, no hay acción política que difundir ni apoyos que conquistar y nada de esto tendrá sentido. La izquierda habrá quedado huérfana de su mejor referente.

Al tratar nuestro grave problema de comunicación, resulta muy tentador entrar en todo tipo de disquisiciones de tipo político, sociológico y cultural. Por tanto, por eficacia, vamos a realizar un análisis muy resumido y unas propuestas básicas para resolver esta situación.

Nuestro problema obedece a causas propias y ajenas.

Como principales causas propias tenemos:

Pérdida de discurso propio y desorientación en nuestros mensajes, siempre subordinados a IU (una fuerza que en la práctica se demostrado como sustitutiva y no como complementaria del PCE).

Verticalidad, concentración en la toma de decisiones y esclerosis en nuestras vías de comunicación.

Empleo de procedimientos usuales en la comunicación industrial, pese a no contar ni con su estructura ni con sus medios.

Ausencia de estrategias de comunicación militante y, como consecuencia, falta de organización comunicativa.

Ausencia de redes internas de información y corresponsalías.

Ausencia de un gabinete de análisis, denuncia y pronta réplica informativa, todo ello organizado en red.

Desprecio de la formación en nuevos recursos tecnológicos de bajo coste.

Improvisación y pérdida de la coordinación necesaria para generar efectos multiplicadores en nuestra comunicación externa.

Abandono y resignación. Falta de confianza en nuestras propias posibilidades.

Como principales causas ajenas: Repercusión social negativa de años de desprestigio y desinformación del socialismo por los medios capitalistas, sin que se hayan encontrado con nada que se parezca a una réplica mediática proporcionada ni mínimamente organizada.

Confluencia de los intereses políticos, económicos y mediáticos para los que los comunistas somos claros antagonistas. Estas fuerzas nos combaten por sistema dentro de su lógica capitalista y, por tanto, padecemos sus efectos.

Subordinación de los partidos e instituciones a los grupos industriales de la comunicación.

Polarización mediática en torno al bipartidismo PP-PSOE.

Imparable "carrera mediática" que nos fuerza a competir con unos medios y en un terreno que no es ajeno (recuerdense los pavorosos efectos de la otra carrera, la "carrera armamentista", que llevó a la URSS a depauperarse en su competencia con los EEUU).

Persecución intelectual del pensamiento antagonista ejercido por pregoneros y analistas defensores del sistema liberal-capitalista de valores.

Conversión de la información en una gran industria concentrada, globalizada y, por tanto, excluyente, donde nosotros no podemos encontrar hueco, situación agravada por nuestras propias carencias (ya descritas anteriormente).

Abuso de las posiciones de poder informativo y pérdida absoluta de los valores democráticos en el acceso-difusión de la información.

Subordinación informativa de los medios periodísticos nacionales a la administración y agencias norteamericanas, verdaderas gestoras de la información que llega al ciudadano español.

Evidentemente, los comunistas podremos aportar muchas más causas de nuestra "opacidad" mediática que las aquí apuntadas a este XVI Congreso, pero valgan las enunciadas como suficientes para iniciar el debate que nos debe llevar a una posición colectiva de confrontación ante esta desigualdad que tanto nos perjudica. Hurtarnos este debate a nosotros mismos sería ponernos de espaldas a una realidad culpable de buena parte de nuestro encogimiento.

Y no podemos analizar nuestra penuria mediática y pérdida de implantación social sin entrar sin miedo y, por tanto, resueltamente, en las tripas del complejo industrial de la prensa española, en su estructura y, dados sus claros alineamientos políticos, en sus filias y fobias políticas. Aunque sea someramente.

Por su comportamiento político-mercantilista, entendemos que para la prensa industrial española, "su" libertad es para la libertad lo que las hamburguesas son para la carne, o sea, un subproducto. La industria de la prensa de masas en España destaca por su ubicación ideológica anticomunista, alineada en su mayoría con el conjunto de valores hegemónicos del capitalismo, del que se supone que los comunistas somos antagonistas.

Finiquitados los programas televisivos de debate y sustituidos por espectáculos de circo social, en la prensa industrial española destaca ese colectivo de directores, opinantes, analistas y responsables de tertulias, caracterizado por sus silencios, ácidas valoraciones hacia la izquierda real y, en definitiva, por su general rechazo hacia nosotros, liderados todos ellos por los responsables de miméticas líneas editoriales de holdings entregados al bipartidismo. La mayoría de estos responsables, quizá por obediencia a las imposiciones del grupo mediático al que pertenecen y para el que quieren hacer méritos, o en parte por su integración y adhesión al modelo liberal, desde hace tiempo silencian que aún queda un pensamiento de izquierdas que no circula -y no debería hacerlo mientras sea PCE- hacia el centro, excluyendo cada vez más clamorosamente a PCE e IU, habituales ausentes de los círculos en donde se cuece la info-opinión.

En cuanto a los grupos a los que pertenecen, tenemos el siguiente escenario:

Por un lado están los grupos nucleados en torno al PSOE, para los cuales los comunistas e IU siempre hemos sido "los tontos útiles del PP": PRISA (El País, Canal +, SER); CORREO (Tele 5, Periódicos del Grupo Correo -El Correo, Diario Vasco, Las Provincias, etc...). Durante mucho tiempo estuvieron ZETA (anterior A3, Interviú, El Periódico, La Razón, etc), GODO, etc.

Por otro lado, en torno al PP están los grupos: ADMIRA (Antigua TELEFÓNICA MEDIA: Vía Digital, A3, Onda Cero, etc); UNIDAD EDITORIAL (El Mundo); PRENSA ESPAÑOLA (ABC); COPE y, lógicamente, todos los medios públicos del grupo TVE-RNE.

Todos estos exponentes de concentración económico-periodística forman en su conjunto un panorama de parcialidad y desolación para la izquierda y para la objetividad informativa, alterada e influida ya decididamente por criterios empresariales y de rentabilidad económico-política, más que por aportaciones a la verdadera libertad, imparcialidad y participación en los medios (exceptuando a los accionistas, que es a lo que ha quedado reducido el concepto de "participación", habida cuenta de que los espacios en páginas o minutos dedicados a la participación ciudadana, son testimoniales).

Entendemos ante esta situación de intereses económicos y políticos respecto del patrón verdad-objetividad, que si "la verdad nos hará libres", estos grupos jamás nos la contarán porque se juegan mucho en ello.

Su labor generalmente no sólo hurta cualquier información sobre nosotros por mínima que sea -y eso que no producimos mucha-, sino que cuando se acuerdan de nosotros es para transmitir nuestro pretendido "lado oscuro", olvidando nuestra historia, nuestros sacrificios pasados y nuestra positiva y colectiva aportación a la sociedad española.

Por tanto, se constata que ahora más que nunca estamos a merced de la desinformación emanada de los intereses comunes del poder mediático, político y económico. De los tres es la prensa la que por su naturaleza asume lógicamente la tarea moldeadora de la opinión pública, convirtiéndose respecto a nosotros en un "martillo de herejes" al estilo de la vieja Inquisición. Para la industria informativa y salvo excepciones, todo lo que suene a anticapitalismo, marxismo o comunismo es rechazable y, por tanto, no merece ningún eco, evitando con ello la "contaminación de su sistema" y el riesgo de perder el pedestal áureo que este sistema les ha otorgado como compensación por su cerrada defensa y exaltación.

Incrustados en el liberalismo, es práctica habitual el uso torticero que influyentes profesionales hacen del concepto de "libertad", entendiéndola respecto de sí mismos como la opción de extender su propio poder o el de su grupo económico-informativo -el cual está al servicio de la correspondiente opción partidista- hasta unos límites en los que no haya poder político, jurídico o informativo que pueda oponérseles. Respecto de nosotros, los ciudadanos, se les ha oído elogiar la libertad como la posibilidad de elegir qué periódico comprar. Y poco más -que no es poco, diría alguno de ellos-, como si leer las mismas noticias con una u otra tipografía fuese un logro democrático. Incluso llegan a unirse para "reclamar una reducción de la presencia del Estado en el sector audiovisual (Jornadas sobre el servicio público audiovisual en la era de la liberalización, Expansión Directo 20/03/2001)", con el fin de sacudirse cualquier atisbo de participación o norma estatal o veleidades democráticas que cuestionen su supremacía.

Su general entrega al doble objetivo de hacer un negocio del empobrecimiento intelectual de la población, les lleva a paradojas sonrojantes como lo fue el hacer un espectáculo del maltrato físico a determinada famosa, mientras que por las mismas fechas ignoraban una de las más multitudinarias manifestaciones contra la globalización de todas cuantas ha habido en España. La fecha: 2 de diciembre de 2001, ¿La razón para semejante "olvido"?: no hubo violencia que mostrar a diferencia de Génova, Seattle, Davos, etc.

Su servilismo respecto de las barbaridades y abusos impropios de una civilización avanzada como pretende ser la norteamericana, les lleva a ser la antena que repite como un loro las cuatro noticias que la administración hoy de Bush, ayer de Clinton, antes de ayer otra vez de Bush, les autoriza a difundir y que generalmente criminalizan a los débiles (Irak, Yugoslavia, Afganistán, Somalia, Libia, etc), mientras obran a mayor gloria del poderoso agresor en la defensa de intereses tan poco poéticos y casi siempre manchados de petróleo, gas natural, pólvora, dólares, etc.

La mejor manera de contrarrestar esta situación y recuperar el espacio mental que ha invadido la prensa industrial al servicio del bipartidismo, es la vuelta a la organización y a la elaboración y construcción militante de la tarea informativa.

El PCE dispone de locales, papel, teléfonos, ordenadores, militantes y razones suficientes como para poner todo eso a funcionar. Y, sobre todo, gente dispuesta a escucharnos que hace tiempo nos espera. Por tanto, no puede y no debe seguir callado.

Como propuestas de acción proponemos:

Elaboración urgente de un Plan Alternativo de Comunicación (PAC), dotándole de la estructura organizativa bi-direccional correspondiente.

Implantación dentro del PAC, de procedimientos artesanos de comunicación local.

Como procedimiento habitual del PAC, instaurar procesos horizontales y de descentralización interna de nuestros canales de comunicación, en vía descendente-ascendente-descendente, para lo que se necesita crear, formar y dotar al responsable de información de la agrupación.

Desarrollar un mensaje antagonista propio en un "Espacio PCE", dentro de las elaboraciones de IU, o en su defecto, refundar Mundo Obrero dotándole de esquemas que garanticen viabilidad, difusión y continuidad.

Localizar cuantos militantes puedan contribuir al desarrollo del PAC.

Integrar en el PAC una red interna de informaciones locales y comarcales con sus correspondientes corresponsalías que reportarían en sentido ascendente. Incluir la temporalización de su trabajo.

Crear en todos los niveles una secretaría/responsable del análisis, denuncia y réplica informativa inmediata, todo ello organizado en una red bidireccional.

Emplear ponderadamente la informática e Internet, incluyendo la formación de los responsables en técnicas de opacidad de la información interna.

Elaboración de un sencillo manual/decálogo de pautas de coordinación integrado en el PAC, para generar efectos multiplicadores en la prensa de nuestra acción política, informativa, contrainformativa, y de denuncia."

Justificación: preámbulo de la Plataforma de opinión.
MINORITARIA

Página 20, linea 22, sustituir "representar" por "articular".
Justificación: en coherencia con la línea 18; no se trata de representar a los sectores populares para que deleguen en nosotros, sino de articularlos para que asuman activamente el protagonismo de la transformación social.
MAYORITARIA

Página 20, linea 42, añadir "ayudar, potenciar y generar espacios culturales donde se visualicen otra forma de cultura a la capitalista, como ateneos, radios libres, etc.".
Justificación: completar.
MAYORITARIA

Página 20, lineas 60-61, eliminar la frase siguiente "..en una serie de cuestiones importantes (económicas, culturales, internacionales, morales)."
Justificación: no limitarlo a estas cuestiones.
MINORITARIA

Página 21, linea 32, añadir: "El P.C.E, por tanto, apuesta por el relanzamiento de IU como la mayor apuesta unitaria de los/as comunistas españoles/as en la última década. Una IU como movimiento político y social organizado que impulse la creación de un bloque social de progreso capaz de cambiar la actual correlación de fuerzas y plantear una alternativa creíble al neoliberalismo", suprimiendo las líneas 21/62 y 22/1 y sustituyendo, en la línea 21/44 , "ocho" por "seis".
Justificación: desarrollar la descripción de nuestra apuesta por IU como algo que ha venido caracterizando nuestra práctica política, como colofón al subapartado sobre Alianzas, donde está mejor situado; con ello los puntos que se enumeran posteriormente quedarían en seis (dado que en el texto eran siete, aunque se utilize el número ocho).
MAYORITARIA

Página 21, linea 34, añadir, después de "el socialismo", "y el comunismo".
Justificación: dejar claros nuestros objetivos.
MAYORITARIA

Página 21, línea 35, añadir, después de "marginada y utilizada",  "de manera deformada".
Justificación: precisar.
MAYORITARIA

Página 21, linea 53, sustituir "y" por "e impulsando".
Justificación: la clase trabajadora y el movimiento de resistencia a la globalización capitalista no son realidades sociales del mismo tipo. La primera debe jugar un papel central, el segundo debemos impulsarlo.
MAYORITARIA

Página 22, linea 2, añadir, después de "instrumento de debate", "y de acción".
Justificación: el PCE no puede reducirse a un club de debate.
MAYORITARIA

Página 22, línea 25, añadir el párrafo siguiente: "Dicho todo lo anterior y reconociendo la influencia mediática de los medios, el PCE celebrará en el periodo hasta el XVII Congreso una Conferencia sobre Comunicación, en la que se analice esta cuestión y se planteen alternativas de inmersión en los medios y la posibilidad de tener medios propios que influyan en la sociedad."
Justificación: avanzar.
MAYORITARIA
 

Página 23, linea 1, añadir un nuevo apartado:
"4 bis. EL COMUNISMO, MOVIMIENTO Y OBJETIVO GLOBAL

El socialismo por el que apostamos es la fase de transición hacia una sociedad sin clases. Pero, para que esto sea posible el socialismo debe ser dinámico, y el Estado ir disolviendo su papel en la propia estructura social, para conseguir la sociedad sin Estado, es decir, el comunismo.

Continuamos reivindicando como objetivo último que da sentido a nuestra lucha el comunismo, la desaparición de las luchas de clases por la desaparición de las propias clases, la asociación en la que el libre desenvolvimiento de cada uno será la condición del libre desenvolvimiento de todos, en la que los mismos estados habrán de desaparecer porque no existirá el antagonismo de clases sobre el que se asientan. Una sociedad radicalmente libre que pueda hacer realidad el viejo lema de "a cada cual según sus necesidades, de cada cual según su capacidad" es la máxima aspiración del ser humano.Se trata de una aspiración hondamente racional, y además posible. Desde otra perspectiva, nuestra existencia como comunistas, nuestra acción sería imposible sin semejante horizonte.

Así, reafirmando la vigencia de los objetivos indicados en el "Manifiesto del PCE para la izquierda" aprobado en el XIV Congreso, debemos analizar la evolución producida en los últimos años, tanto en las formas de explotación y opresión como en el movimiento contra ellas.

Constatamos que el proceso de globalización capitalista, lejos de aproximarnos a la humanidad sin clases y sin Estados que propugnamos, ha exacerbado la desigualdad social, y si está generando una crisis de los Estados-nación, es para sustituir los mecanismos democráticos por el poder de las multinacionales y el capital financiero internacional, con el apoyo de un imperialismo sin freno.

Por contra, nuestra propuesta de una nueva síntesis emancipatoria que funda las tradiciones comunista y libertaria con las aportaciones de los nuevos movimientos emancipatorios está empezando a tomar forma a escala internacional en el seno del movimiento contra la globalización capitalista, que tiene entre sus señas de identidad fundamentales el anticapitalismo y el antiautoritarismo.

Debemos esforzarnos por contribuir, desde nuestra posición comunista, al desarrollo internacional de la necesaria alternativa que aúne movimiento y objetivos, sin merma del carácter amplio, unitario y plural de la acción contra el neoliberalismo, articulando las luchas locales y globales, y sin olvidar que el ámbito de las posiciones comunistas no coincide con los límites orgánicos de los Partidos Comunistas, entre otras cosas porque muchas personas que comparten nuestros objetivos comunistas están actualmente fuera de los mismos.

Debemos valorar positivamente la tendencia de los movimientos sociales y sindicales a no delegar su representación política, sino representarse políticamente a sí mismo, así como el esfuerzo por superar los límites tradicionales de los partidos desarrolando movimientos políticos y sociales, como pretende hacer IU: la autoorganización social es una componente central del movimiento y de los objetivos comunistas. Pero tal autoorganización requiere la socialización de los medios de producción colectivos y la federalización de los Estados, abriendo paso a la construcción del socialismo y del comunismo.

Se trata, por un lado, de sustituir el poder financiero del capital por el protagonismo colectivo de la clase trabajadora como generadora real de la riqueza social, desmercantilizando la satisfacción de las necesidades sociales, comenzando por las más básicas. Y por otro lado, de devolver el poder a la ciudadanía, entendido no como instrumento de represión, sino como capacidad de decisión, dotándose de instituciones participativas y democráticas desde el ámbito local al internacional: no se trata de crear microestados ni macroestados centralizados, sino de disolver federalmente las estructuras jerarquizadas a fin de que cada problema sea abordado en el ámbito que le es propio, gestionando colectivamente los recursos existentes en el respeto a sus límites naturales, pero superando los límites sociales impuestos por el capitalismo, y aunando la igualdad de derechos y capacidades con el respeto a las diferencias culturales, étnicas y sexuales, como componentes enriquecedores de una humanidad libre.

En este contexto, la defensa de las libertades ciudadanas y del derecho de autodeterminación de los pueblos son componentes indisolubles de la defensa de la democracia frente al autoritarismo capitalista, utilizando los medios necesarios para derrotar su militarismo con la fuerza organizada de la gran mayoría, construyendo así un mundo democrático donde la paz abra las avenidas de la libertad que conduzcan al socialismo y al comunismo."
Justificación: clarificar nuestros objetivos comunistas con la referencia del Manifiesto aprobado en el XIV Congreso, conectándolos con las nuevas realidades del movimiento contra la globalización capitalista, que es tanto anticapitalista como antiautoritario.
MAYORITARIA
 

5. NUESTRA APUESTA POR EL SOCIALISMO

Página 24, linea 38, añadir, después de "participativa", "popular".
Justificación: calificar.
MAYORITARIA

Página 24, línea 56, añadir, después de "por sociedad democrática" lo siguiente: "Y precisamente por el efecto negativo que la experiencia del socialismo burocrático ha dejado en el imaginario colectivo, habrá que esforzarse por explicitar nuestra propuesta de socialismo, desprovista de abstracción y con suficiente bagaje de contenido real. El "otro mundo es posible" precisa de otra economía política posible. Y para este cometido vital, ayudarán pedagógicamente los ejemplos históricos, positivos en importantísimos aspectos socio-políticos y económicos, de experiencias no capitalistas de organización de la producción que se han dado y siguen dándose en diversas partes del mundo."
Justificación: explicar.
MAYORITARIA

Página 25, lineas 37-40, sustituir hasta el punto y seguido por "Esta mayoría social se configura a través de la clase trabajadora, en todos sus estratos, sumándole otros sectores populares, que formarán una nueva masa de explotados, marginados, desposeídos, que sufrirán las condiciones de la contra-revolución capitalista en expresiones distintas a las que hoy se conocen plenamente y que, en cambio, pueden contemplarse en forma de tendencia".
Justificación: evitar una redacción que parece excluir a la clase obrera, subrayando por el contrario la pluralidad de la clase trabajadora; no hay, por otro lado, "revolución", sino contra-revolución capitalista.
MAYORITARIA

Página 25, linea 49, añadir, después de "propiedad individual", "basada en la cooperación y en la posesión colectiva de la tierra y de los medios de producción producidos por el propio trabajo, después de un período de democracia política y social con economía mixta, en el que junto a la propiedad social de los sectores estratégicos habrá formas de propiedad privada".
Justificación: la primera frase es una cita textual de "El Capital", volumen I, sección séptima, capítulo XXIV, apartado 7 (página 649 de la edición del Fondo de Cultura Económica, México, 2ª edición, 1959); la propiedad individual socialista no "complementa" la planificación, sino que se integra en ella, a diferencia de la pequeña propiedad privada en la fase previa, aún no plenamente socialista, de democracia política y social.
MAYORITARIA

Página 26, lineas 14-15, sustituir "La sociedad socialista es una sociedad que camina hacia un estadio superior, superador del trabajo asalariado, de la enajenación política o ideológica" por "La sociedad socialista es una sociedad superadora del trabajo asalariado y que camina hacia un estadio superior, comunista, superador de la enajenación política o ideológica".
Justificación: el trabajo asalariado es característico del capitalismo, y el socialismo supone su superación; por otro lado, hay que dar su nombre a ese estadio superior: el comunismo.
 

6. EL MUNDO DEL TRABAJO, EL MOVIMIENTO OBRERO Y LA POLÍTICA DEL PARTIDO COMUNISTA

Se propone la sustitución completa del epígrafe por el siguiente texto:
"6.- El movimiento obrero

Partimos de la convicción de que el PCE debe tener su propia política de movimiento obrero y dirigirse con ella al conjunto de la clase trabajadora.

Nadie puede discutir el hecho de que desde hace casi tres décadas se han ido desarrollando en el mundo laboral nuevas formas de organización del trabajo que entrañan nuevas posibilidades de constitución del movimiento obrero, al tiempo que nuevas dificultades organizativas para el mismo y una percepción distinta de los trabajadores de su inserción en el proceso productivo. Se ha producido una progresiva sustitución de las formas fordistas y tayloristas de organización del trabajo con una explotación intensiva y altamente disciplinada de la mano de obra dentro de grandes concentraciones fabriles por formas nuevas, y en los sectores más desarrollados, más flexibles. Ése es el caso del toyotismo, en el que se da una mayor implicación del trabajador en el conjunto del proceso productivo, importan más sus cualidades individuales, su subjetividad y hay un nuevo uso de la labor de los equipos. Todo ello combinado con la emergencia de la llamada fábrica-red. Estos cambios son el resultado del intento del capitalismo de reorganizarse en función de buena parte de las luchas obreras del siglo XX. Sin embargo, junto a los nuevos sistemas del toyotismo, reaparecen áreas de trabajo muy poco cualificado, de terrible explotación de labores físicas, sin derechos, con contratos volátiles o sin contrato, de trabajo sumergido, etc. Y todo ello se combina con zonas de gran concentración fabril en condiciones de esclavitud en el Tercer Mundo. Y es que en la raíz misma de la organización posfordista del trabajo se encuentra la voluntad de descentralizar las empresas a través de la creación de "fábricas difusas" -con sistemas de subcontratación de empresas donde no son vigentes los mismos derechos que en la "fábrica madre"- y del aumento de la autonomización de los trabajadores; el crecimiento de facto de la jornada laboral, aunque de jure se reduzca, y otros métodos que dificultan la lucha obrera e intensifican la explotación.

Es preciso, en consecuencia, que el movimiento obrero estudie la nueva realidad y analice de qué manera ha de urdirse hoy la organización de los trabajadores y trabajadoras. Ahora bien, portavoces intelectuales de círculos socialdemócratas, y no sólo socialdemócratas, han pretendido utilizar la constatación simple de la naturaleza mudable de la realidad para declarar solemnemente obsoletos los principios en los que se fundó el mismo nacimiento del movimiento obrero. Es una trampa argumental, un ergotismo viejo, muy viejo, casi siempre antesala del reformismo: la realidad es nueva, luego hay que abandonar los principios. Lo que nunca se demuestra es por qué la nueva realidad corre justamente en contra de los principios. Nosotros constatamos dos cosas:

1º Las nuevas formas de organización del trabajo no han variado el nudo de la dominación capitalista, que continúa siendo la propiedad privada sobre los medios de producción. Sobre la propiedad privada se asienta la extracción de la plusvalía y es, en esta medida, el corazón de la lucha de clases. Toda acción reivindicativa del movimiento obrero ha de tener como horizonte la apropiación por los trabajadores y trabajadoras de los medios de producción, es una larga y compleja lucha contra la apropiación de la plusvalía por los capitalistas. Por ello mismo, es también una lucha por conquistar espacios de poder para la clase obrera frente a la clase dominante, sin que la lucha y la conquista necesaria de las reformas parciales nos haga perder la certeza de que sólo la conquista del poder mismo por la clase trabajadora hará efectiva su definitiva emancipación. En este suelo halla su sentido más profundo la batalla por la reducción de la jornada laboral, la de las ocho horas de principios de siglo XX, y la campaña reciente de Izquierda Unida por la jornada de 35 horas semanales por ley y sin disminución salarial. De ahí su importancia, y la gravedad de que, en la práctica, haya sido abandonada.

2º La clase obrera no ha desaparecido; sigue existiendo y aún hoy conforma el sujeto revolucionario central. Ello no quiere decir que los obreros hayan adquirido ya conciencia de su capacidad revolucionaria, como resulta evidente, lo cual tampoco es una novedad. Pero ya no se trata de una clase obrera tan homogénea como en el pasado, sino sustancialmente más compleja, abarcadora de grupos sociales muy variopintos y seguramente con vivencias y grados de conciencia bastante distintos. Ello es fruto, entre otras cosas, de la propia estrategia de fragmentación del capitalismo.

De forma característica, los sectores más derechizados de los sindicatos mayoritarios se concentran en exclusiva en las nuevas formas de organización del trabajo que se verifican en reducidas áreas industriales de obreros altamente cualificados, sindicados, con contratos estables y con más derechos, así como en la Administración Pública y en grandes fábricas y empresas que mantienen el viejo modo de organización fordista, donde la afiliación sigue siendo alta y la actividad sindical sencilla. Un sindicalismo que se encierre en muros tan estrechos como éstos es un sindicalismo en vías de extinción, que solamente acabará gestionando las pérdidas de derechos incluso en esos sectores profesionales y vencido de antemano. Esto explicaría la deriva hacia una serie de pactos con la patronal y los sucesivos gobiernos -pensiones, contrarreformas laborales, sobre negociación colectiva, etc- de las direcciones de CCOO y UGT en nuestro país.

Si admitimos que los jóvenes que son estafados por las Empresas de Trabajo Temporal o los que trabajan en pizzerías o los obreros de la construcción sin contrato laboral forman parte de la clase obrera, el movimiento obrero debe afrontar su organización. Y tal cosa no nos la podemos plantear proponiéndoles que, sencillamente, se afilien a un determinado sindicato. La estrategia debe ser más flexible, como la realidad. En nuestra opinión:

Ahora bien, esta concepción aquí descrita con trazos muy gruesos es la esencia del proyecto originario de CCOO, que desde el principio se definió como un movimiento sociopolítico de carácter anticapitalista, abierto, democrático y plural. Fue un proyecto que nació primero en la práctica, de una forma casi espontánea, pero que fue configurándose con la elaboración política del PCE. De esta forma se dio lugar a un proyecto único en Europa, un sindicalismo de nuevo tipo, muy avanzado para su tiempo. Lo dramático es que hayan sido direcciones de CCOO las encargadas de tratar de liquidarlo.

De cualquier manera, hoy el PCE habría de dirigirse con un proyecto actualizado pero muy semejante de movimiento obrero al conjunto de trabajadores y trabajadoras organizados, en los sindicatos de clase, e incluso en otro tipo de organizaciones sociales de la clase obrera, proponiéndoles cinco ejes de movilización. No es cuestión de hacer aquí una tabla de reivindicaciones cerrada que sirva de motor de la movilización social; ésta ha de emanar de la discusión democrática que la propia movilización genera. No obstante, de manera indicativa, sí podemos señalar los cinco ejes que podrían permitir que el movimiento obrero retomara la ofensiva social:

1.- El eje central continúa siendo la propuesta de reducción de la jornada a 35 horas, por ley, en cómputo semanal y sin disminución salarial. De lo que se trata, como objetivo primordial, es lograr una redistribución de la plusvalía generada por el incremento de la riqueza social procedente del desarrollo tecnológico a favor de la clase trabajadora. También de fortalecer la posición de la clase tanto para la presión social como para la negociación de mejoras en las condiciones laborales, aparte de que es la única propuesta que generaría empleo de manera estructural.

Hay que recuperar la movilización iniciada por IU por las 35 horas, que pareció quedar en punto muerto tras la recogida de firmas para la ILP.

2.- En el mismo sentido irías las propuestas que enmarcan a la anterior, en la orientación de la supresión de los mecanismos más feroces de explotación laboral:

-Eliminación de horas extraordinarias.

-Disminución de la edad de jubilación a los 60 años.

-Establecimiento de fuertes obstáculos al pluriempleo que conduzcan a su gradual erradicación.

3.- Supresión de las empresas de trabajo temporal. En este punto no caben propuestas intermedias de reforma; el tráfico de mano de obra, que es como las definía el artículo del anterior Estatuto de los Trabajadores, solamente puede ser eliminado.

4.- Junto a las anteriores reivindicaciones cardinales se pueden mencionar otras:

-Combatir la siniestralidad laboral, lo que requiere abordar la lucha contra el empleo precario, lugar en donde se producen la inmensa mayoría de los accidentes de trabajo.

-Eliminación de contratos precarios.

-Establecimiento de porcentajes con respecto a los fijos en plantilla para la contratación temporal casual.

-Garantizar la igualdad de derechos laborales y de prestaciones sociales de todas las contrataciones.

-Someter a acuerdo con la representación sindical directa (comités de empresa y secciones sindicales) todos los aspectos que afecten a la contratación, las condiciones de trabajo, los sistemas de clasificación y promoción profesional, la jornada, la formación, etc., en las empresas.

-Crear empleo público de valor social.

-Desarrollo de políticas industriales activas y sostenibles. Lo contrario es justamente lo que se ha hecho, el desmantelamiento de todo el tejido industrial de nuestro país, y en tal proceso corresponde una responsabilidad importantísima a los diferentes gobiernos del PSOE.

-Impuestos sobre las transacciones y la especulación financiera (Tasa Tobin). En general, reformulación completa de nuestro sistema fiscal en un sentido progresivo.

-Regularización de todos los trabajadores inmigrantes. No a la ley de extranjería, que niega derechos fundamentales y posibilita la situación de semiesclavitud de los inmigrantes sin papeles. Debemos esforzarnos por tejer una solidaridad cada vez más estrecha entre los trabajadores españoles e inmigrantes como integrantes de una misma clase obrera.

5.- En los tiempos que corren, todo este conjunto de propuestas tiene que englobarse necesariamente en la lucha contra la globalización capitalista y en la lucha por la paz. En esta última vertiente, los sindicatos no pueden caer en la trampa de aceptar los atentados del 11 de septiembre de 2001 como coartada para la supresión de derechos laborales. En idéntico sentido, el movimiento obrero tiene que comprometerse en una lucha tenaz por los derechos democráticos que pretenden suprimir los gobiernos occidentales utilizando la excusa del combate contra el "terrorismo". La eliminación de derechos democráticos es una agresión directa al movimiento obrero y forma parte del terrorismo de Estado.

Aunar las dispersas movilizaciones concretas en una más amplia movilización con estos ejes debe desembocar en una gran huelga general, cuya significación va muchísimo más allá, como es evidente, de la estrictamente sindical.

Nuestra apuesta estratégica, en la orientación de ir a la máxima unidad sindical posible, es CC.OO. como organización que continúa aglutinando a realidades sindicales avanzadas y fuerte implantación en el conjunto del mundo del trabajo. También reconociendo que hay camaradas que han sido excluidos de CC.OO., que deben seguir aportando al debate y al trabajo cotidiano desde su trabajo o realidad sindical, más allá de acuerdos o desacuerdos en la pluralidad hoy existente entre los comunistas sobre las opciones sindicales."
Justificación: un mejor tratamiento del trabajo del Partido hacia el movimiento obrero; contiene la propuesta de la Plataforma de opinión con un añadido final procedente del texto del Comité Federal.
MAYORITARIA

Página 27, linea 61, sustituir la línea completa por: "bajo, donde el uso dado por el capital a la innovación tecnológica pone en crisis al empleo, la"
Justificación: no es la innovación tecnológica sino su uso por el capital la que tiene efectos negativos sobre el empleo.
MAYORITARIA

Página 28, linea 27, añadir al principio de la línea: "Pero el movimiento contra la globalización capitalista ha inducido una crisis de legitimidad del neoliberalismo, a la que ha respondido con una ofensiva militarista". Y continuando "aunque el momento sea difícil (...)".
Justificación: subrayar un elemento esperanzador en la lucha ideológica.
MAYORITARIA

Página 28, lineas 44-50, sustituir el párrafo por "La convergencia del conjunto del movimiento obrero y la autonomía e independencia del movimiento sindical es una necesidad que el PCE ha tenido claro a lo largo de su historia más reciente. Como ya se ha dicho en numerosas ocasiones, el movimiento obrero tiene su propia política; política que emana de su propia entidad y ligada a ella de la influencia política de l@s participantes en él. No hay nada aséptico en la vida socio-política. El PCE actúa para influir positivamente con sus conclusiones y decisiones colectivas a través de sus militantes en el movimiento obrero y, por lo tanto, en el movimiento sindical."
Justificación: no confundir "movimiento sindical" con "movimiento obrero", que es más amplio.
MAYORITARIA

Página 29, línea 29, añadir después de "sobre las opciones sindicales." lo siguiente: "El Partido elaborará la política dirigida al movimiento obrero en general, para que sus militantes la apliquen en la organización donde desarrollen su actividad."
Justificación: generalizar.
MAYORITARIA

Página 29, linea 34, añadir, después de "plataforma unitaria de los sindicatos", "de clase y progresistas".
Justificación: no incluir a los sindicatos corporativos reaccionarios.
MAYORITARIA

Página 29, linea 52, añadir el siguiente párrafo: "En el mismo sentido, y en nuestra lucha contra la precarización exigimos el derecho de l@s trabajador@s a elegir el reingreso en la empresa o la indemnización en los despidos declarados improcedentes."
Justificación: añadir esta reivindicación básica a las otras que se plantean.
MAYORITARIA

Página 30, lineas 1-5, sustituir el párrafo por:
" Denunciamos la transferencia de rentas del trabajo al capital debido a la utilización por parte del Gobierno actual de los excedentes de la Seguridad Social para financiar al capital a través de las llamadas "políticas activas de empleo".
  Reivindicamos una cobertura total del desempleo. Políticas de empleo integral con implicación pública. Abordar a fondo la estrategia del PP de reforma a la baja de las prestaciones por desempleo."
Justificación: dejar claro que los excedentes de la Seguridad Social se usan en beneficio del capital. Y que la estrategia de disminuir las prestaciones por desempleo no es sólo del Gobierno, sino del conjunto del PP.
MAYORITARIA

Página 30, linea 7, sustituir "las amenazas del sistema público de pensiones" por  "las amenazas al sistema público de pensiones, desde el PSOE i el PP, además de los sectores económicos conservadores".
Justificación: precisar.
MAYORITARIA

Página 30, linea 30, añadir, después de "voluntario", el siguiente texto: "además de continuar con las injustas penalizaciones establecidas por año a las personas que se acogen a las jubilaciones anticipadas".
Justificación: completar.
MAYORITARIA
 

7. MUJER

Página 35, linea 60, sustituir desde el punto y seguido por "Los órganos de dirección deben tender a ser paritarios".
Justificación: realismo.
MINORITARIA
 

8. LA PROPUESTA COMUNISTA ANTE LA CRISIS ECOLÓGICA

Página 37, linea 62, añadir: "proponiendo un desarrollo sostenible".
Justificación: completar.
MAYORITARIA
 

9. EL PCE E IU

Se propone la sustitución completa del epígrafe por el siguiente texto:
"9.- Las relaciones del PCE con IU - La recuperación del ejercicio de las funciones del PCE: la capacidad de la intervención comunista en la sociedad como intervención organizada y colectiva, la capacidad para la plena relación con el conjunto de movimientos sociales, políticos, culturales y de otro tipo

Habría que preguntarse, en primer lugar, si no fue desde el principio un error considerar que la puesta en marcha de un movimiento social y político como pretendía ser Izquierda Unida requería que el Partido Comunista renunciara a su presencia y su acción organizada en la sociedad. Tal vez en ese error se halle una de las razones de la crisis en que se debaten desde hace tiempo tanto el PCE como IU. Tras el abandono de IU de grupos y organizaciones más o menos grandes que antes trabajaban en ella con nosotros, parece que no hemos logrado edificar ningún movimiento político y social que merezca tal nombre, que IU no ha alcanzado a ser más que un partido político al uso y que, sin embargo, el PCE ha pagado un precio altísimo en destrucción organizativa, pérdida de militancia, ruina económica y desánimo.

Creemos que ha sido un error gravísimo entender que el fortalecimiento de IU exigía, de una manera u otra, el debilitamiento del PCE. La vieja polémica acerca de las funciones que mantenía y de las que perdía el partido en favor de IU fue, en nuestra opinión, una discusión simplista que parecía tomar como principio que IU podría vivificarse vampirizando a otra organización política. Se inició así un proceso de transferencias que no ha ayudado a crear un movimiento político y social, pero sí ha estado a punto de acabar con una organización comunista. Para nosotros, sólo tenía sentido ceder la función de presentarse a elecciones, pero el PCE debió mantener siempre todas las demás; así lo hizo en los acuerdos congresuales y en los documentos, pero no en la práctica. La acción social comunista organizada no sólo no tiene por qué ser un escollo para el desarrollo de una plataforma unitaria, sino que supone una condición imprescindible. Se entendió la relación entre el PCE e IU de una forma mecánica, no dialéctica. Bajo esta última perspectiva, los comunistas siempre habíamos asumido, como parte fundante de nuestro mismo nacimiento histórico, que la transformación social solamente era posible con la articulación de una amplia, profunda y abigarrada movilización de las capas populares -un amplio y plural movimiento político y social-. Los comunistas pueden ayudar en ese proceso reforzando su organización, no debilitándola; intensificando su presencia organizada en la sociedad, no ocultándose; actuando colectivamente, no diluyéndose en realidades presuntamente superiores.

Todo ello requiere, por otra parte, que, tomando como proyecto político IU el PCE, la adscripción a ella de los militantes del partido sea individual y voluntaria."
Justificación: el preámbulo de la Plataforma de opinión.
MINORITARIA

Página 39, linea 46, después de "los fundamentos teóricos y organizativos de IU" sustituir "coincide con el PCE" por "como movimiento político y social coincide con la propuesta del PCE".
Justificación: plantearlo correctamente: ni IU tiene fundamentos teóricos marxistas como el PCE, ni el PCE tiene los fundamentos organizativos de un movimiento político y social que corresponden a IU; con lo que coinciden los fundamentos de IU no es con los del PCE, sino con la propuesta del PCE.
MAYORITARIA

Página 40. líneas 23 hasta la 25, sustituir desde la palabra "interna" hasta el final por:
"orgánica al tener las organizaciones del PCE el mismo ámbito que las de IU, el Partido no fue capaz de encontrar su lugar u el método de funcionamiento adecuado en Izquierda Unida y en la sociedad"
Justificación: Este párrafo es contradictorio con el conjunto de la tesis mantenida en este mismo capítulo. Las dificultades del Partido son producto no solo de divisiones y confusiones sino de mantener la misma estructura organizativa y modo de intervención política, como si IU no existiera. Para decirlo mas claro, la existencia de IU obligaba a una redefinición política y organizativa del PCE, cosa que no se hizo y es una de las causas de la presente situación; no es que el PCE se difumine, sino que no ha encontrado un lugar concreto en IU y en la sociedad.
MAYORITARIA

Página 40, linea 34, añadir, después de "cultural", "así como en los temas organizativos".
Justificación: completar.
MAYORITARIA

Página 40, lineas 38 a 40, eliminar desde el punto y seguido hasta el final del párrafo.
Justificación: Esta enmienda se apoya en las mismas razones que la anterior: El mantener una estructura simétrica a la de IU duplica reuniones, no favorece el debate y, y lo que es peor, no señala los ámbitos específica y complementarios del PCE e IU. La experiencia ha sido esta y uno de los déficits de1 partido porque al final, ante tanta duplicidad de debates y de militancia para hacer las mismas cosas deja sin sentido a uno u a otra y, desde luego, no favorece un espacio de intervención en IU y en la sociedad corriéndose el riesgo, además, de convertir el Partido en un grupo de presión interna para la conquista del poder en IU.