Los ciudadanos vascos y
del conjunto del estado
español llevan años reclamando un proceso de paz que,
mediante el diálogo y la
negociación, permita alcanzar un acuerdo duradero, que solucione
democráticamente un conflicto de origen político, que
afecta a Euskadi y a todo
el Estado español.
El anuncio del alto el
fuego permanente realizado
por ETA en marzo de 2006, y la voluntad manifestada por el gobierno
español
(que fue respaldada por los parlamentos español y europeo) de
emprender una vía
de diálogo que superase el conflicto, llenaron de esperanza las
aspiraciones
compartidas por amplios sectores de población.
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Las instituciones del
estado han continuado con su
persecución hacia la izquierda abertzale, y prosiguen sumarios,
como el 18/98 y
otros, cuya aberración jurídica han puesto de manifiesto
muchos expertos y
distintas organizaciones.
-
Se han producido
expresiones de violencia que no
contribuyen al necesario clima para el entendimiento.
-
No se ha llegado a
constituir la mesa de
negociación política entre partidos, ni se han derogado
legislaciones
excepcionales, ni se ha adoptado ninguna medida penitenciaria que
permitiera
tan siquiera el reagrupamiento de los presos.
Todo ello ha
llevado a una grave paralización que
amenazaba el proceso de paz, cuyo único valor quizás haya
sido precisamente su
propia existencia, algo que, aunque insuficiente, resulta positivo en
sí mismo.
Sólo los que
apuestan por un escenario de
confrontación (el PP, la Asociación de Víctimas
del Terrorismo, El Mundo, la
COPE), que la historia ha demostrado inútil, se opusieron
frontalmente al
proceso de paz, instrumentalizando de manera partidista el dolor de
unas
víctimas, y mostrando su negativa a aceptar las vías
netamente
democráticas. Su actitud
consiguió
debilitar y paralizar a un gobierno, que ha ido cediendo a estas
presiones,
renunciando a recabar apoyos sociales a favor del proceso.
Las asociaciones y
organizaciones firmantes de
este comunicado consideramos que no es el momento de volver al pasado,
sino el
de reafirmar la necesidad del diálogo como medio de alcanzar una
paz justa y
duradera; y animamos a todos los agentes sociales y políticos,
así como al
conjunto de la ciudadanía, a que actúen en esa
dirección. Por este motivo no
apoyamos el lema central de la manifestación convocada el
sábado 13 de enero en
Madrid, pues pensamos que falta una apuesta clara por continuar con el
diálogo
para resolver este conflicto, aunque difundiremos nuestra postura a
través de
distintas vías.
Igualmente expresamos nuestra solidaridad con las víctimas del atentado y sus familias, en especial de los trabajadores ecuatorianos fallecidos, y animamos a que quienes vayan el sábado a expresar esta solidaridad, muestren también su apoyo a un proceso de paz y al diálogo.
Vamos a promover y
participar en cuantas
iniciativas sean posibles en pro de estas ideas, y animamos a
implicarse en
ellas a todas las personas que las comparten.
POR
LA PAZ Y EL DIÁLOGO
EN MI NOMBRE SÍ
Red
por las libertades y el diálogo