Revista de Posgrado
de la Cátedra VIa Medicina N° 107 - Agosto/2001
Página:
11-23
EMBARAZO EN LA
ADOLESCENCIA
Prof. Dr. Juan R. Issler
CONCEPTOS
GENERALES
La OMS
define como adolescencia al "período de la vida en el cual el
individuo adquiere la capacidad reproductiva, transita los patrones
psicológicos de la niñez a la adultez y consolida la independencia socio –
económica" y fija sus límites entre los 10 y 20 años.
Es
considerada como un periodo de la vida libre de problemas de salud pero, desde
el punto de vista de los cuidados de la salud reproductiva, el adolescente es,
en muchos aspectos, un caso especial
En
muchos países, los adolescentes llegan a representar del 20 al 25% de su
población. En 1980 en el mundo habían 856 millones de adolescentes y se estima
que en el 2000 llegarán a 1,1 millones. La actividad sexual de los adolescentes
va en aumento en todo el mundo, incrementando la incidencia de partos en
mujeres menores de 20 años.
Por los
matices según las diferentes edades, a la adolescencia se la puede dividir en
tres etapas:
1.
– Adolescencia Temprana (10 a 13 años)
Biológicamente,
es el periodo peripuberal, con
grandes cambios corporales y funcionales como la menarca.
Psicológicamente
el adolescente comienza a perder interés por los padres e inicia amistades
básicamente con individuos del mismo sexo.
Intelectualmente
aumentan sus habilidades cognitivas y sus fantasías; no controla sus impulsos y
se plantea metas vocacionales irreales.
Personalmente
se preocupa mucho por sus cambios corporales con grandes incertidumbres por su
apariencia física.
2.
– Adolescencia media (14 a 16 años)
Es la
adolescencia propiamente dicha; cuando ha completado prácticamente su
crecimiento y desarrollo somático.
Psicológicamente
es el período de máxima relación con sus pares, compartiendo valores propios y
conflictos con sus padres.
Para
muchos, es la edad promedio de inicio de experiencia y actividad sexual; se
sienten invulnerables y asumen conductas omnipotentes casi siempre generadoras
de riesgo.
Muy
preocupados por apariencia física, pretenden poseer un cuerpo más atractivo y
se manifiestan fascinados con la moda.
3.
– Adolescencia tardía (17 a 19 años)
Casi no
se presentan cambios físicos y aceptan su imagen corporal; se acercan
nuevamente a sus padres y sus valores presentan una perspectiva más adulta;
adquieren mayor importancia las relaciones íntimas y el grupo de pares va
perdiendo jerarquía; desarrollan su propio sistema de valores con metas
vocacionales reales.
Es
importante conocer las características de estas etapas de la adolescencia, por
las que todos pasan con sus variaciones individuales y culturales, para
interpretar actitudes y comprender a los adolescentes especialmente durante un
embarazo sabiendo que: "una
adolescente que se embaraza se comportará como corresponde al momento de la
vida que está transitando, sin madurar a etapas posteriores por el simple hecho
de estar embarazada; son adolescentes
embarazadas y no embarazadas muy jóvenes".
EMBARAZO
EN LA ADOLESCENCIA
Se lo
define como: "el que ocurre dentro
de los dos años de edad ginecológica, entendiéndose por tal al tiempo
transcurrido desde la menarca, y/o cuando la adolescente es aún dependiente de
su núcleo familiar de origen".
La "tasa de fecundidad adolescente
(TFA)" ha ido disminuyendo desde los años 50 pero en forma menos
marcada que la "tasa de fecundidad
general (TFG)", condicionando un aumento en el porcentaje de hijos de
madres adolescentes sobre el total de nacimientos. En 1958 era del 11,2%; en
1980 del 13,3%; en 1990 del 14,2%; en 1993 del 15%. Este último porcentaje se
traduce en 120.000 nacidos vivos de mujeres menores de 20 años.
La
fecundidad adolescente es más alta en países en desarrollo y entre clases
sociales menos favorecidas, haciendo pensar que se trata de un fenómeno
transitorio porque, de mejorarse las condiciones, ella podría descender.
Para
otros investigadores, la disminución de las tasas de fecundidad adolescente
está cada vez más lejos, ya que el deterioro de las condiciones socioeconómicas
globales hace que se dude sobre la posibilidad de que la mayoría de los países
realicen mayores inversiones en sus sistemas educacionales y de salud, para
alcanzar la cobertura que el problema demanda.
EE.UU es
el país industrializado con mayor tasa de embarazadas adolescentes, con una
tasa estable del 11,1% en la década de los ´80.
Canadá,
España, Francia, Reino Unido y Suecia, han presentado un acusado descenso de
embarazos en adolescentes, coincidiendo con el aumento en el uso de los
contraceptivos.
En España,
en 1950, la tasa de recién nacidos de madres entre 15 y 19 años era del
7,45/1000 mujeres; en 1965 llegaba al 9,53; en 1975 alcanzaba el 21,72, para
llegar al 27,14 en 1979. Descendió, en 1980, al 18/1.000 mujeres y al 11 en
1991. Los últimos datos hablan de un 35,49/1000 mujeres en 1994, descendiendo
al 32,98 en 1995 y al 30,81 en 1996.
Según el
Ministerio de Sanidad y Consumo español, el 12% de las jóvenes con edades entre
14 y 15 años, han mantenido relaciones sexuales alguna vez, lo que significa
160.000 en números absolutos, previéndose que alcanzarán 400.000. Deben tenerse
en cuenta, además de los nacimientos de madres adolescentes y el porcentaje de
adolescentes sexualmente activas, los más de 6.000 abortos ocurridos en mujeres
entre los 14 y 19 años por lo que, el supuesto descenso de la tasa de
embarazadas adolescentes, no lo fue tanto.
En
España, a partir de los años ´80, se ha registrado un incremento en el uso de
contraceptivos y preservativos comercializándose, en 1993, unos 40 millones de
preservativos, equivalente a la media más alta de los países de la Comunidad
Europea (3,5 preservativos por habitante). Actualmente es imposible conocer el
número de adolescentes que abortan. Sólo 2/3 de los embarazos de adolescentes
llegan al nacimiento de un hijo; de los nacidos, un 4% son dados en adopción y
un 50% permanecen en hogar de madre soltera. Un 8% de las adolescentes
embarazadas abortan y un 33% permanece soltera durante el embarazo.
En
nuestro país no es esa la tendencia, con una mayoría importante que se mantiene
soltera, en la que prevalece la "unión
estable", aunque la incidencia del aborto en las adolescentes no
ofrezca credibilidad razonable por el importante subregistro que podría llegar
a un aborto registrado por otro no registrado.
Ya se
dijo que la proporción de jóvenes que han iniciado relaciones sexuales va en
aumento y que la edad de inicio está disminuyendo, pero la capacidad para
evitar el embarazo no acompaña a este comportamiento.
En
Buenos Aires, en una encuesta realizada a una población estudiantil en 1995, se
observó que la edad promedio de inicio de relaciones sexuales, fue de 14,9 años
para varones y 15,7 años para mujeres, variando la proporción según el tipo de
escuela a la que asistían (religiosa, laica, laica de sectores populares). El
95% de los adolescentes de la encuesta manifestó tener información sobre cómo
evitar el embarazo. Un 70% de los que mantenían relaciones sexuales utilizaban
algún método efectivo para evitar el embarazo en la primera relación, disminuyendo
ese porcentaje en las siguientes relaciones, siendo el preservativo el método
más utilizado. Además, el consenso social sobre la maternidad adolescente se ha
ido modificando con los años y los cambios sociales que los acompañan.
El
embarazo en las adolescentes se ha convertido en seria preocupación para varios
sectores sociales desde hacen ya unos 30 años. Para la salud, por la mayor
incidencia de resultados desfavorables o por las implicancias del aborto. En lo
psicosocial, por las consecuencias adversas que el hecho tiene sobre la
adolescente y sus familiares.
Cuando
la adolescente se embaraza inicia un complejo proceso de toma de decisiones y,
hasta decidirse por uno, aparece siempre el aborto a veces como un supuesto más
teórico que real.
En 1985,
en EE.UU, el aborto alcanzó el 42%; los matrimonios disminuyeron del 51% al
36%. Hoy, la tendencia es de un aumento de los abortos y disminución de
matrimonios, aunque no siempre las decisiones de las adolescentes son conocidas
(abortos o adopción).
En España,
la cifra del 12% de abortos en general es baja pero la interrupción del
embarazo en jóvenes es de las más altas. Los nacimientos en adolescentes
descendieron en un 32% en los últimos 4 años, pero los embarazos sólo
disminuyeron en un 18%. La diferencia entre las tasas está dada por los
abortos.
Salvo
que el tener un hijo forme parte de un proyecto de vida de una pareja de
adolescentes, el embarazo en ellos es considerado como una situación
problemática por los sectores involucrados pero, si se considera al embarazo en
la adolescente como un "problema",
ello limita su análisis. En todo caso, esta "problematización"
se aplicaría a algunas subculturas o a algunos estratos sociales, pero no a
todos los embarazos en adolescentes. Además, el considerarlo un "problema", exige aplicar
terapéuticas que aporten soluciones sin permitir implementar acciones
preventivas adecuadas. Por ello es conveniente encuadrarlo dentro del marco de
la "salud
integral del adolescente". Esto permite abarcar todos los
embarazos que ocurran a esta edad; adecuar las acciones preventivas dentro de
la promoción de la salud; brindar asistencia integral a cada madre adolescente,
a sus hijos y parejas y aportar elementos para el desarrollo de las
potencialidades de los adolescentes.
Por todo
ello, el embarazo en adolescentes necesita un abordaje integral biopsicosocial
por un equipo interdisciplinario capacitado en la atención de adolescentes y en
este aspecto específico de la maternidad – paternidad.
CONSIDERACIONES
PSICOSOCIALES PARA EL AUMENTO DE LOS EMBARAZOS EN ADOLESCENTES
El
comportamiento sexual humano es variable y depende de las normas culturales y
sociales especialmente en la adolescencia, pudiendo clasificar a las sociedades
humanas de la siguiente manera:
a.
– Sociedad Represiva: niega la sexualidad, considerando al
sexo como un área peligrosa en la conducta humana. Considera una virtud la
sexualidad inactiva, aceptándola sólo con fines procreativos. Las
manifestaciones de la sexualidad pasan a ser fuentes de temor, angustia y
culpa, enfatizando y fomentando la castidad prematrimonial.
b.
– Sociedad Restrictiva: tiene tendencia a limitar la
sexualidad, separando tempranamente a los niños por su sexo. Se aconseja la
castidad prematrimonial, otorgando al varón cierta libertad. Presenta
ambivalencia respecto al sexo, siendo la más común de las sociedades en el
mundo.
c.
– Sociedad Permisiva: tolera ampliamente la sexualidad, con
algunas prohibiciones formales (la homosexualidad). Permite las relaciones
sexuales entre adolescentes y el sexo prematrimonial. Es un tipo social común
en países desarrollados.
d.
– Sociedad Alentadora: para la cual el sexo es importante y
vital para la felicidad, considerando que el inicio precoz del desarrollo de la
sexualidad favorece una sana maduración del individuo. La pubertad es celebrada
con rituales religiosos y con instrucción sexual formal. La insatisfacción
sexual no se tolera y hasta es causal de separación de pareja. Son sociedades
frecuentes en Africa ecuatorial, la Polinesia y algunas islas del Pacífico.
Así se considera que el embarazo en adolescentes es un fenómeno causado por múltiples factores, principalmente de orden psicosocial, ocurriendo en todos los estratos sociales sin tener las misma características en todos ellos, por lo que importan las siguientes consideraciones:
1.
– Estratos medio y alto: la mayoría de las adolescentes que
quedan embarazada interrumpen la gestación voluntariamente.
2.
– Estratos más bajos: donde existe mayor tolerancia del
medio a la maternidad adolescente, es más común que tengan su hijo.
Conocer los factores predisponentes y determinantes del embarazo en adolescentes, permite detectar las jóvenes en riesgo para así extremar la prevención. Además, las razones que impulsan a una adolescente a continuar el embarazo hasta el nacimiento, pueden ser las mismas que la llevaron a embarazarse.
A. – FACTORES
PREDISPONENTES
1. – Menarca
Temprana: otorga madurez reproductiva cuando aún no maneja las
situaciones de riesgo.
2. – Inicio
Precoz De Relaciones Sexuales: cuando aun no existe la madurez
emocional necesaria para implementar una adecuada prevención.
3. – Familia
Disfuncional: uniparentales o con conductas promiscuas, que ponen de
manifiesto la necesidad de protección de una familia continente, con buen diálogo
padres – hijos. Su ausencia genera carencias afectivas que la joven no sabe
resolver, impulsándola a relaciones sexuales que tiene mucho más de
sometimiento para recibir afecto, que genuino vínculo de amor.
4. – Mayor
Tolerancia Del Medio A La Maternidad Adolescente Y / O Sola
5. – Bajo
Nivel Educativo: con desinterés general. Cuando hay un proyecto de vida que
prioriza alcanzar un determinado nivel educativo y posponer la maternidad para
la edad adulta, es más probable que la joven, aún teniendo relaciones sexuales,
adopte una prevención efectiva del embarazo.
6. –
Migraciones Recientes: con pérdida del vínculo familiar. Ocurre con el traslado
de las jóvenes a las ciudades en busca de trabajo y aún con motivo de estudios
superiores.
7. – Pensamientos
Mágico:
propios de esta etapa de la vida, que las lleva a creer que no se embarazarán
porque no lo desean.
8. – Fantasías
De Esterilidad: comienzan sus relaciones sexuales sin cuidados y, como no
se embarazan por casualidad, piensan que son estériles.
9. – Falta O
Distorsión De La Información: es común que entre adolescentes
circulen "mitos" como: sólo se embaraza si tiene orgasmo, o cuando se
es más grande, o cuando lo hace con la menstruación, o cuando no hay
penetración completa, etc.
10. – Controversias
Entre Su Sistema De Valores Y El De Sus Padres: cuando en la
familia hay una severa censura hacia las relaciones sexuales entre
adolescentes, muchas veces los jóvenes las tienen por rebeldía y, a la vez,
como una forma de negarse a sí mismos que tiene relaciones no implementan
medidas anticonceptivas.
11. - Aumento
en número de adolescentes: alcanzando el 50% de la población
femenina.
12. - Factores
socioculturales: la evidencia del cambio de costumbres derivado de una
nueva libertad sexual, que se da por
igual en los diferentes niveles socioeconómicos.
d. – Menor temor a enfermedades venéreas.
B. – FACTORES DETERMINANTES
1.
– Relaciones Sin Anticoncepción
2.
– Abuso Sexual
3.
– Violación
ASPECTOS
PSICOSOACIALES DEL EMBARAZO EN LAS ADOLESCENTES
A. – LA ADOLESCENCIA DE LAS
ADOLESCENTES EMBARAZADAS
La
maternidad es un rol de la edad adulta. Cuando ocurre en el periodo en que la
mujer no puede desempeñar adecuadamente ese rol, el proceso se perturba en
diferente grado.
Las
madres adolescentes pertenecen a sectores sociales más desprotegidos y, en las
circunstancias en que ellas crecen, su adolescencia tiene características
particulares.
Es
habitual que asuman responsabilidades impropias de esta etapa de su vida,
reemplazando a sus madres y privadas de actividades propias de su edad,
confundiendo su rol dentro del grupo, comportándose como "hija-madre", cuando deberían asumir su propia identidad
superando la confusión en que crecieron.
También,
en su historia, se encuentran figuras masculinas cambiantes, que no ejercen un
rol ordenador ni de afectividad paterna, privándolas de la confianza y
seguridad en el sexo opuesto, incluso con el mismo padre biológico.
Así, por
temor a perder lo que creen tener o en la búsqueda de afecto, se someten a relaciones
con parejas que las maltratan.
En otros
casos, especialmente en menores de 14 años, el embarazo es la consecuencia del "abuso sexual", en la mayoría
de los casos por su padre biológico.
El
despertar sexual suele ser precoz y muy importante en sus vidas carentes de
otros intereses; con escolaridad pobre; sin proyectos (laborales, de uso del
tiempo libre, de estudio); con modelos familiares de iniciación sexual precoz;
por estimulación de los medios, inician a muy corta edad sus relaciones sexuales
con chicos muy jóvenes, con muy escasa comunicación verbal y predominio del
lenguaje corporal. Tienen relaciones sexuales sin protección contra
enfermedades de transmisión sexual buscando a través de sus fantasías, el amor
que compense sus carencias.
B. – ACTITUDES
HACIA LA MATERNIDAD
El
embarazo en la adolescente es una crisis que se sobreimpone a la crisis de la
adolescencia. Comprende profundos cambios somáticos y psicosociales con
incremento de la emotividad y acentuación de conflictos no resueltos anteriormente.
Generalmente
no es planificado, por lo que la adolescente puede adoptar diferentes actitudes
que dependerán de su historia personal, del contexto familiar y social pero
mayormente de la etapa de la adolescencia en que se encuentre.
En la adolescencia
temprana, con menos de 14 años, el impacto del embarazo se suma al del
desarrollo puberal. Se exacerban los temores por los dolores del parto; se
preocupan más por sus necesidades personales que no piensan en el embarazo como
un hecho que las transformará en madres. Si, como muchas veces ocurre, es un
embarazo por abuso sexual, la situación se complica mucho más. Se vuelven muy
dependientes de su propia madre, sin lugar para una pareja aunque ella exista
realmente. No identifican a su hijo como un ser independiente de ellas y no
asumen su crianza, la que queda a cargo de los abuelos.
En la adolescencia
media, entre los 14 y 16 años, como ya tiene establecida la identidad
del género, el embarazo se relaciona con la expresión del erotismo, manifestado
en la vestimenta que suelen usar, exibiendo su abdomen gestante en el límite
del exhibicionismo. Es muy común que "dramaticen" la experiencia
corporal y emocional, haciéndola sentirse posesiva del feto, utilizado como "poderoso instrumento" que le
afirme su independencia de los padres. Frecuentemente oscilan entre la euforia
y la depresión. Temen los dolores del parto pero también temen por la salud del
hijo, adoptando actitudes de autocuidado hacia su salud y la de su hijo. Con
buen apoyo familiar y del equipo de salud podrán desempeñar un rol maternal,
siendo muy importante para ellas la presencia de un compañero. Si el padre del
bebé la abandona, es frecuente que inmediátamente constituya otra pareja aún
durante el embarazo.
En la adolescencia
tardía, luego de los 18 años, es frecuente que el embarazo sea el
elemento que faltaba para consolidar su identidad y formalizar una pareja
jugando, muchas de ellas, el papel de madre joven. La crianza del hijo por lo
general no tiene muchos inconvenientes.
En resumen,
la actitud de una adolescente embarazada frente a la maternidad y a la crianza
de su hijo, estará muy influenciada por la etapa de su vida por la que transita
y, si es realmente una adolescente aún, necesitará mucha ayuda del equipo de
salud, abordando el tema desde un ángulo interdisciplinario durante todo el
proceso, incluso el seguimiento y crianza de su hijo durante sus primeros años
de vida.
C. – EL PADRE
ADOLESCENTE
Si la
adolescente no está preparada para ser madre, menos lo estará el varón para ser
padre especialmente porque, en la cultura en que se da la maternidad
adolescente, es muy común que el varón se desligue de su papel y las
descendencias pasan a ser criadas y orientadas por mujeres.
Esta
exclusión del varón provoca en él sentimiento de aislamiento, agravados por
juicios desvalorizadores por parte de su familia o amistades ("con qué lo
vas a mantener", "seguro que no es tuyo", etc.) que precipitarán
su aislamiento si es que habían dudas.
Al
recibir la noticia de su paternidad, el varón se enfrenta a todos sus mandatos
personales, sociales y a sus carencias, exacerbándose todo ello por altruismo,
lealtad, etc. como también por su dependencia económica y afectiva. Por ello,
busca trabajo para mantener su familia, y abandona sus estudios, postergando
sus proyectos a largo plazo y confunde los de mediano con los de corto plazo,
comenzando a vivir las urgencias. A todo esto se agrega el hecho de que la
adolescente embarazada le requiere y demanda su atención, cuando él se
encuentra urgido por la necesidad de procuración.
En la
necesidad de plantearse una independencia frente a su pareja y la familia de
ésta, siente que se desdibuja su rol, responsabilizándolo de la situación,
objetando su capacidad de "ser
padre".
Se
enfrenta a carencias por su baja capacitación a esa edad y escolaridad muchas
veces insuficiente para acceder a trabajos de buena calidad y bien remunerados.
Ello lo obliga a ser "adoptado"
como un miembro más (hijo) de su familia política, o ser reubicado en su propia
familia como hijo – padre.
Esta
situación de indefensión hace confusa la relación con su pareja, por su propia
confusión, lo que le genera angustia. Por ello es que el equipo de salud deberá
trabajar con el padre adolescente, estimulando su compromiso con la situación,
o bien posibilitando una separación que no parezca "huida".
D. –
CONSECUENCIAS DE LA MATERNIDAD – PATERNIDAD ADOLESCENTE
A las
consecuencias biológicas por condiciones desfavorables, se agregan las
psicosociales de la maternidad – paternidad en la segunda década de la vida.
1. –
Consecuencias Para La Adolescente
Es
frecuente el abandono de los estudios al confirmarse el embarazo o al momento
de criar al hijo, lo que reduce sus futuras chances de lograr buenos empleos y
sus posibilidades de realización personal al no cursar carreras de su elección.
También le será muy difícil lograr empleos permanentes con beneficios sociales.
Las
parejas adolescentes se caracterizan por ser de menor duración y más
inestables, lo que suele magnificarse por la presencia del hijo, ya que muchas
se formalizan forzadamente por esa situación.
En
estratos sociales de mediano o alto poder adquisitivo, la adolescente
embarazada suele ser objeto de discriminación por su grupo de pertenencia.
Las
adolescentes que son madres tienden a tener un mayor número de hijos con
intervalos intergenésicos más cortos, eternizando el círculo de la pobreza.
2. –
Consecuencias Para El Hijo De La Madre Adolescente
Tienen
un mayor riesgo de bajo peso al nacer, dependiendo de las circunstancias en que
se haya desarrollado la gestación. También se ha reportado una mayor incidencia
de "muerte súbita".
Tienen
un mayor riesgo de sufrir abuso físico, negligencia en sus cuidados,
desnutrición y retardo del desarrollo físico y emocional.
Muy pocos
acceden a beneficios sociales, especialmente para el cuidado de su salud, por
su condición de "extramatrimoniales"
o porque sus padres no tienen trabajo que cuenten con ellos.
3. –
Consecuencias Para El Padre Adolescente
Es
frecuente la deserción escolar para absorber la mantención de su familia.
También es común que tengan peores trabajos y de menor remuneración que sus
padres, sometidos a un stress inadecuado a su edad. en general, todo ello
condiciona trastornos emocionales que dificultan el ejercicio de una paternidad
feliz.
ENFOQUE
DE RIESGO PARA LA ATENCION DE LA ADOLESCENTE EMBARAZADA
La primera
pregunta a responder es si se considera a las adolescentes gestantes
como de alto riesgo obstétrico y perinatal. La segunda pregunta es cómo
separar a las adolescentes que son de alto riesgo de las que no lo son. Una tercera
pregunta es saber cuáles son esos factores predictores y si son
biológicos o psicosociales. La cuarta pregunta es saber si es
posible aplicar modelos de atención simples que permitan aplicar los factores
predictores de riesgo y concentrar los recursos de mayor complejidad y de
mayores costos en las adoelscentes más necesitadas.
Para
aplicar un modelo de atención basado en factores de riesgo obstétrico y
perinatal, conviene dividir a las adolescentes embarazadas en 3 grupos: de alto
riesgo, de mediano riesgo y de riesgo corriente o no detectable.
A. – GRUPO DE ALTO RIESGO OBSTETRICO Y PERINATAL
B. – GRUPO DE MEDIANO RIESGO OBSTETRICO Y PERINATAL
C. – GRUPO DE
RIESGO OBSTETRICO Y PERINATAL CORRIENTE O NO DETECTABLE
Incorpora
a todas las demás adolescentes hasta la edad que determine el programa. Poseen
diferentes normas de control prenatal, en base a nivel de complejidad de la
atención.
Actualmente
no se considera el grupo de mediano
riesgo. El factor "actitud
negativa" de la adolescente al inicio del embarazo, pasó al grupo de alto riesgo y los otros 2
factores pasaron al grupo de riesgo
corriente o no detectable.
La
aplicación de un programa de estas características en CAPS del norte de la
ciudad de Santiago de Chile, ha permitido descender la tasa de mortalidad
materna a casi 0 en adolescentes y la de partos pretérmino igualarlos
prácticamente a la de la población de adultas (7 a 8% en Chile).
ENFOQUE
DE SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA DEL ADOLESCENTE
Para
aplicar este enfoque es necesario desarrollar actividades y acciones integrales
y coordinadas que abarquen el programa destinado a resolver los fenómenos y
problemas del Crecimiento y Desarrollo normal y sus derivaciones, relacionados
con la evolución del proceso endocrinológico sexual y mental del adolescente,
la femineidad y su entorno social.
Las
actividades del programa se dividen en 5 periodos según el momento de la
aplicación de las acciones, incluyendo aspectos obstétricos y no obstétricos,
siendo éstos los más complejos de aplicar, pero indispensables para lograr buen
impacto en los niveles de salud materna y perinatal y el ejercicio de una salud
Sexual y Reproductiva en adolescentes.
ALTO RIESGO |
MEDIANO RIESGO |
||
|
|
||
CONDICIONES INDISPENSABLES |
|||
Ingresa a 1° nivel |
Atención sólo en 1° nivel con parto hospitalario por profesionales |
Atención combinada entre 1er y 2° nivel senormas |
|
Referencia inmediata a 2° nivel |
|
Mayor concentración |
|
Estricta coordinación entre diferentes niveles |
|
Actividad 1° nivel |
|
|
|
|
|
RIESGO CORRIENTE O NO DETECTABLE |
|||
Periodo
fetal e infantil
(desde inicio de vida fetal hasta
comienzo pubertad)
Actividades |
Prevención primaria |
Prevención Secundaria |
Diagn. Genético Consej. Genética Estudios Prenatales Ginecol. Urológ. RN Ginecol. Infantil |
Diagn. precoz Educación Educación a padres Educación a padres Educación a padres |
Control de patologías Educación Diagn. precoz Diagn. precoz Diagn. precoz |
CONTROL DEL EMBARAZO DE LA ADOLESCENTE
En
Francia, entre el 5 y el 10% de los embarazos en adolescentes, son desconocidos
hasta el parto y el seguimiento del 20 a 30% es deficiente o nulo.
En
EE.UU, la primera visita, por lo general ocurre hacia las 16,2 semanas en las
adolescentes y de las 12,6 semanas en la mujer mayor siendo nulo el seguimiento
entre un 2 a 3%, aumentando con la edad alcanzando un 56,6% entre los 18 y 19
años.
En
Salamanca España, el 45,6% de las gestantes adolescentes son controladas en el
Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Clínico de
dicha ciudad, un 45,64% lo son fuera de él, y un 11,7% no son controladas. Se
controlan el 11,65% de las adolescentes gestantes entre 14 y 16 años y un
88,35% de las gestantes entre 17 y 19 años. Al parecer, el número total de
controles no supera los 4 en todo el embarazo.
Los
problemas que se pueden presentar en los controles prenatales, se los puede
agrupar en trimestres.
A. – PRIMER
TRIMESTRE
1. –
Trastornos Digestivos
En 1/3
de las gestantes adolescentes se presentan vómitos, proporción bastante
semejante a la población de adultas. En algunas circunstancias pueden colaborar
otros factores como la gestación no deseada. Un trabajo nigeriano al respecto
informa que los vómitos se ocurrieron en el 83,3% de controladas y el 86% de no
controladas.
2. –
Metrorragias
Ocurre
en un 16,9% de las adolescentes en uy en un 5,7% de las adultas.
3. – Abortos
Espontáneos
Leroy y
Brams detectaron un 28,2% de abortos espontáneos en las adolescentes.
4. – Embarazos
Extrauterinos
Según
Aumerman ocurren en el 0,5% de las gestantes embarazadas y en el 1,5% de las
adultas.
B. – SEGUNDO Y
TERCER TRIMESTRE
1. – Anemia
Especialmente
en sectores de bajo nivel social y cultural. El déficit nutricional condiciona
la anemia ferropénica, problema que comenzó a ser estudiado por Wallace en
1965. Tejerizo encuentra un 16,99% de anemias en las adolescentes gestantes y
un 3,97% en las adultas. En el Hospital Universitario Clínico de Salamanca se
encontró un 53,8% de anemias ferropénicas en adolescentes. En un estudio sobre
340 adolescentes embarazadas, se encontró 13,5% de anemias en las controladas y
68% en las no controladas. Son varios los autores (Berardi, García Hernández
entre otros) que relacionan francamente la anemia ferropénica con la influencia
del factor socioeconómico.
2. –
Infecciones Urinarias
Hay
discrepancias respecto de si es o no más frecuente esta complicación en la
adolescente embarazada. Al parecer habría un discreto aumento de la frecuencia
entre las de 14 años pudiendo alcanzar, para algunos autores, un 23,1%.
3. – Amenaza
De Parto Pretérmino
Afecta
aproximadamente al 11,42% de las gestantes embarazadas y, para algunos autores,
no es diferente al porcentaje de las mujeres adultas. No obstante, la
adolescencia en sí, es un factor de riesgo para esta complicación.
4. –
Hipertensión Arterial Gravídica
Complicación
que se presenta entre le 13 y 20% de las adolescentes gestantes, posiblemente
es mayor el porcentaje entre las gestantes menores de 15 años, notándose una
sensible disminución en la frecuencia de la eclampsia (0,10 a 0,58%),
dependiendo en gran medida de la procedencia de la gestante, su nivel social y
de la realización de los controles prenatales. En algunos países del 3er mundo
puede alcanzar un 18,2% de preeclampsias y un 5% de eclampsias. Para algunos
autores, esta incidencia es doble entre las primigrávidas entre 12 y 16 años.
5. –
Mortalidad Fetal
No
parece haber diferencias significativas entre las adolescentes y las adultas.
6. – Parto
Prematuro
Es más
frecuente en las adolescentes, con una media de menos una semana respecto de
las adultas, cubriendo todas sus necesidades (nutritivas, médicas, sociales,
psicológicas). En el Hospital Universitario Clínico de Salamanca, la incidencia
del parto pretérmino alcanza el 9%.
7. –
Crecimiento Intrauterino Retardado
Quizás
por inmadurez biológica materna, y el riesgo aumenta por condiciones
socioeconómicas adversas (malnutrición) o por alguna complicación médica
(toxemia). El bajo peso al nacer se asocia al aumento de la morbilidad
perinatal e infantil y al deterioro del desarrollo físico y mental posterior
del niño.
8. –
Presentaciones Fetales Distócicas
Las
presentaciones de nalgas afecta del 1,9% al 10% de las adolescentes. Para
algunos autores, al 3%.
9. –
Desproporciones Cefalopélvicas
Es muy
frecuente en adolescentes que inician su embarazo antes de que su pelvis
alcance la configuración y tamaño propios de la madurez.
10. Tipo De
Parto
En
algunas publicaciones se informa una mayor frecuencia de extracciones fetales
vaginales instrumentales y no tanta cesárea. En el Hospital Universitario Clínico
de Salamanca, la prevalencia de cesáreas en adolescentes es del 18,9%, mientras
que en nuestro servicio del Hospital Dr. José Ramón Vidal de Corrientes Arg.,
la prevalencia del parto por cesárea es sensiblemente mayor.
11. –
Alumbramiento
Se comunica
una frecuencia del 5,5% de hemorragias del alumbramiento en adolescentes,
frente a un 4,8% en las mujeres entre 20 y 24 años. Por lo tanto, la hemorragia
del alumbramiento no es específica del parto de la adolescente.
12. – Otras
Complicaciones
La prevalencia
del test de Sullivan y la curva de
glucemia positiva es posible que ocurra en un 38,4% de las adolescentes
gestantes.
RECIEN
NACIDO DE MADRE ADOLESCENTE
A. – PESO
No
existen diferencias significativas con relación a las mujeres adultas, aunque
parece existir entre las menores de 15 años, debiendo diferenciarse claramente
los nacimientos pretérmino de los retardos del crecimiento fetal, con definidas
repercusiones sobre la morbimortalidad perinatal. Entre la menores de 17 años
hay mayor frecuencia de bajos pesos, con una prevalencia cercana al 14% de RN
con menos de 2500 g.
B. –
INTERNACION EN NEONATOLOGIA
Los
hijos de adolescentes registran una mayor frecuencia de ingresos a Neonatología
sin diferencias entre las edad de las adolescentes.
C. –
MALFORMACIONES
Se
informa mayor incidencia entre hijos de adolescentes menores de 15 años (20%)
respecto de las de mayor edad (4%), siendo los defectos de cierre del tubo
neural las malformaciones más frecuentes, y con un número importante de
retrasos mentales de por vida.
D. –
MORTALIDAD PERINATAL
Su
índice es elevado entre las adolescentes, disminuyendo con la edad (39,4% hasta
los 16 años y 30,7% entre las mayores de 19 años).
PRONOSTICO
A. – MATERNO
Condicionado
por factores físicos, sociales y psicológicos. El corto intervalo intergenésico
es frecuente con sus consecuencias psicofísicas y sociales. El 50 a 70%
abandonan las escuelas durante el embarazo y el 50% no la retoman más y si lo
hacen, no completan su formación. Sólo un 2% continúan estudios universitarios.
B. – FETAL
Entre un
5 y 9% de los hijos de adolescentes, son abandonados al nacer.
PREVENCION
A. – PRIMARIA
A
realizarse antes de la actividad sexual.
B. –
SECUNDARIA
Dirigida
a adolescentes en actividad sexual que no desean embarazos.
C. – TERCIARIA
Dirigida
a adolescentes embarazadas, para buen control de la gestación en lo médico, en
lo fisiológico y en lo alimenticio, en busca de disminuir las complicaciones.
ATENCION
INTEGRAL DE LA ADOLESCENTE
A. – EL ENFOQUE DE RIESGO
Estrategia
que tiene en cuenta: factoresprotectores
y factores de riesgo psicosociales
para implementar una intervención adecuada y oportuna para evitar un daño.
a. Factores
protectores: son recursos personales o sociales que atenúan o
neutralizan el impacto de un daño. Para un adolescente, una familia continente
(aunque uniparental), una diálogo fluido con adulto referente, un rendimiento
escolar satisfactorio y un grupo de pares con conductas adecuadas, son factores
protectores.
b. Factores de riesgo: son
características o cualidades de una persona o comunidad unidas a una mayor
probabilidad de sufrir daño en salud.
Hay
algunos que son más frecuentes e importantes y que deben ser buscados en la
entrevista pudiendo ser divididos en psicosociales y biológicos, aunque siempre
se asocian.
El
enfoque de riesgo se caracteriza por ser:
1.
Anticipatorio: permitiendo aplicar medidas preventivas.
2. Integral:
abarcando los aspectos biológicos, psicológicos y sociales del individuo.
El
enfoque de riesgo en la adolescente es muy importante ya que los
comportamientos ante la morbimortalidad predominante en la adolescencia
comparten la toma de riesgo y hay que investigarlos sistemáticamente, por lo
que requiere de un equipo interdisciplinario
Factores
psicosociales de riesgo
en la adolescente embarazada
Asicronía madurativa físico –
emocional |
Factores
de riesgo biológico
en la embarazada adolescente
Edad
cronológica < 14 años y / o edad ginecológica < 1 año
|
B.
– LA CONSULTA CON ADOLESCENTES
Debe
recordarse que el embarazo no madura a la adolescente a la adultez,
especialmente en los casos de adolescencia temprana o media y, para ello
deberán tenerse en cuanta algunos elementos:
1. –
Características de la adolescente que las diferencia de la mujer adulta
a. La
adolescente tiene poca conciencia de salud, resultándole muy difícil asumir un
autocuidado debido a las circunstancias en que ocurrió el embarazo y las
dificultades que éste le plantea. No tiene tiempo para pensar que debe
concurrir regularmente a la consulta, ni comprende la importancia de los estudios
complementarios, interpretándolos como castigo. Por ello hay que explicarle muy
cuidadosamente para qué sirven y cómo se los realizarán.
b.
La adolescente no ha elaborado aún la identidad de género: si no puede
comprender cabalmente lo que es ser mujer, menos comprenderá el significado de
tener un hijo. Puede manifestarse contenta por ello, siendo más una
idealización de la maternidad que una visión real de ella.
c.
Una característica de la niñez y de la adolescencia temprana y media es el
pensamiento mágico, convencimiento de que las cosas vana a ocurrir o no según
sus deseos (ej.: "el parto no me va a doler"; "nos vamos a vivir
juntos y nos vamos a mantener con lo que él gana"), lo que puede poner en
riesgo a la adolescente y/o a su hijo.
d.
Tiene temor a los procedimientos invasivos, incluso para los estudios
complementarios.
e.
Tienen menos información sobre todo el proceso, ya que las vicisitudes del
embarazo, parto y crianza no son temas de conversación a esa edad. No han
conversado con adultas comparando síntomas, por lo que el médico deberá brindar
toda la información lo más clara posible.
2. – Dificultad para el vínculo con el hijo
a. Tienen
dificultades para discriminarse del bebé, estableciendo vínculos simbólicos con
él y, cuando esta vinculación las agobia, pueden descuidar al niño e incluso
maltratarlo.
b.
Priorizan sus necesidades sobre las del niño, ya que ellas son aún demandantes,
y no tienen capacidad de contener a su hijo.
c.
Toleran muy poco las frustraciones, ya que no comprenden que el bebé no es como
ellas quieren que sea, ni hace los que ellas quieren en el momento que quieren.
Pueden llegar al enojo con el niño, poniéndolo en riesgo.
3. – Perfil deseable del médico para atender adolescentes
a. Tener
idoneidad: no solo en perinatología, sino en características
biopsicosociales particulares de la adolescencia.
b.
Saber escuchar: permitir que la adolescente plantee sus dudas y temores,
alentándola con preguntas respetuosas. Debe ser buen observador de gestos, y
saber contener sus actitudes y entrenarse en el contenido de sus palabras, sin
reemplazar al psicólogo.
c.
Saber respetar: aceptando los valores de la adolescente cuando difieren de los
suyos.
d.
Ser capaz de registrar: las diferentes sensaciones que pueden provocar las
palabras de la adolescente y tenerlas en cuenta. Algunas veces, las
manifestaciones de la adolescente o la misma situación, provoca rechazo, enojo
e impotencia que pueden generar, en el médico, actitudes punitvas o
paternalistas poco operativas. Si estima que la situación lo supera, deberá
buscar ayuda en otro miembro del equipo. Estas situaciones se plantean más
intensamente en el parto, especialmente si la adolescente es muy chica o se
descontrola, cuando se necesita mayor tolerancia y comprensión, para no
provocar daño emocional con secuelas futuras.
4.
– Contexto de la maternidad adolescente
Por lo
general el equipo de salud se enfrenta a las siguientes circunstancias:
a. Embarazo no planificado.
b.
Pareja ambivalente o ausente.
c.
Familia disfuncional o que, en principio no acepta la situación.
d.
Condiciones económicas desfavorables.
e.
Escaso espacio social frente al problema, con autoridades escolares que la
separan de la institución, empleadores que la despiden y dificultades para
constituir una familia.
5. – Objetivos del equipo de salud
a. Ayudar a la adolescente a aceptar su embarazo.
b.
Fortalecer los vínculos familiares.
c.
Conseguir actitudes compresivas en el personal de la institución.
d.
Brindar atención perinatal integral.
6. – Estrategias del equipo de salud
a. Atención por equipo interdisciplinario (obstetra,
obstétrica, psicólogo, asistente social).
b.
Participación de la atención al padre y a los familiares cercanos que la
adolescente desee.
c.
Brindar atención y seguimiento a la familia y al padre del niño en espacio
diferente al de la atención prenatal.
d.
Trabajar con personal de la institución (médicos residentes, personal de
guardia, enfermeras y otros) que intervengan en la atención.
MORTALIDAD MATERNA EN
ADOLESCENTES
En
muchos países en desarrollo es francamente más alta.
Mortalidad
materna en adolescentes y no adolescentes
en algunos países, por 100.000 nacidos
vivos
Países |
15 – 19 años |
20 – 34 años |
Nigeria
|
526 |
223 |
En América
Latina, la mortalidad materna total y la específica por edades, ha disminuido
en casi todos los países y, en alguno de ellos, ya no puede ser utilizada como
indicador para evaluar el impacto de programas, utilizándose la auditoría de
casos para el análisis de la calidad de atención en accidentes obstétricos y
perinatales.
La
prevención de la mortalidad materna en adolescentes se basa en la detección
precoz de los grupos de mayor riesgo, y adecuado tratamiento de la morbilidad
obstétrica y perinatal, optimizando los recursos. De esta manera, los riesgos
enfermar y morir, no serán un problema de la edad cronológica, sino de la
calidad, cobertura y accesibilidad de los servicios de salud para las madres
adolescentes.
Para la
disminución de la mortalidad materna en la adolescencia, se inicia con la
Atención Primaria de la salud, a través de la Educación Sexual y Anticoncepción
como herramientas de la Promoción para la Salud, todo ello enmarcado en un
programa de Educación, Promoción y Protección para la Salud de la Adolescente,
como política de salud teniendo en cuenta que los jóvenes aún carecen de
representación gremial y política que defiendan sus derechos, pasando a ser una
baja prioridad en algunas sociedades.
El
análisis de factores de riesgo, se resume a informes intrahospitalarios que
muestran algunos aspectos del riesgo, generalmente asociados a algunas
patologías y no con criterio predictivo aplicado desde la Atención Primaria de
la Salud.
MORBILIDAD
OBSTETERICA EN LAS ADOLESCENTES
En Chile
(1991-1997), se informó que, la morbilidad de las adolescentes entre 10 y 14
años que necesitó internación, correspondía a accidentes y enfermedades respiratorias
y digestivas, representando las causas gestacionales un 4,1% de los egresos. En
el grupo de 15 a 19 años, la primera causa de hospitalización fue la gestación,
alcanzando el 63,1% de los egresos. La distribución de la morbilidad obstétrica
fue semejante a la de las adultas con mayor frecuencia de estados hipertensivos
y desproporciones fetopélvicas. Llama la atención el impacto de la desnutrición
en las embarazadas adolescentes, llegando a un 19,4% de enflaquecidas al
momento del parto y la frecuencia del RN < 2,500 g alcanzó al 15% en ellas,
siendo 5 veces superior a la frecuencia de prematuros en adolescentes de
nutrición normal. Este fenómeno es mucho más grave en comunidades rurales,
notándose un 41,4% de adolescentes de bajo peso al ingreso al control prenatal.
La
aplicación de un programa integral para adolescentes embarazadas, impactará
sensiblemente en la disminución de la morbilidad obstétrica como ser:
infecciones urinarias, preeclampsia y eclampsia, tasa de cesáreas (salvo <
15 años). Los RCIU y PEG llegan al 15-18%, superiores a las mujeres adultas. No
se ha confirmado la mayor frecuencia de malformados en embarazadas
adolescentes.
En
estudios de seguimiento, se comprobó relación entre mayor frecuencia de
patologías de salud mental y desestructuración familiar, abandono de pareja y
voluntariedad del embarazo, pobreza en la capacidad de expresión, manejo e
interpretación de los sentimientos de afectividad. El abandono, en cualquiera
de sus formas, lleva a la pérdida de la autoestima a límites de peligrosidad,
dificultando la comunicación con la adolescente (especialmente durante el
embarazo).
Patología psiquiátrica más frecuente en 185 embarazadas solteras menores de 20 años (Chile 1991 – 1997)
Diagnóstico |
Nº |
% |
Normales (60,5%) Sin
patología Trastornos Emocionales (18,9%) Reacción
angustiosa y depresiva Patología Orgánica (8,7%) Retraso
mental Otros
diagnósticos |
79 30 14 3 |
42,7 16,2 7,6 1,6 |
EL ABORTO EN LAS ADOLESCENTES
El
aborto provocado es un problema social, consecuencia generalmente de un
embarazo no deseado. Sus causas son habitualmente psicosociales y las consecuencias
de sus complicaciones son médicas.
En
EE.UU. en 1991 la tasa de abortos entre 15 y 19 años descendió al 35/1.000 y,
en 1997, la tasa de abortos a toda edad era del 26/1.000. En Italia, en 1991,
la tasa de abortos entre 15 y 19 años era del 4,6/1.000 y, en 1996, la tasa de
abortos a toda edad llegaba al 10,6/1.000. Por tanto, el aborto tiene un
comportamiento diferente de un país a otro y en países europeos tiene tasas más
bajas.
Abortos por 1.000 mujeres entre 15 y 19 años en países industrializados (1981)
País |
Tasa |
Estados
Unidos |
43,3 |
En Cuba, donde
el aborto está despenalizado, en 1996-97 el 25% de los abortos fueron
practicados en adolescentes y, entre los factores riesgo, el primero fue ser
estudiante y el segundo fue tener menos de 18 años. en EE.UU. en 1994-95, el
14,5% de los abortos despenalizados fueron practicados en menores de 19 años,
lo que marca la diferencia entre países.
Los
países sin aborto legal carecen de estadísticas fidedignas del aborto
voluntario o inducido. Las estadísticas se basan en los egresos hospitalarios
de los casos complicados y en encuestas poblacionales. La información de la
primera fuente se ve sesgada por razones legales, aumentando la tasa de abortos
espontáneos y la tasa de complicaciones dependerá de los ejecutores
clandestinos (su entrenamiento, sus recursos, los costos). En Africa, en 1997,
2/3 de los egresos hospitalarios por abortos correspondieron a adolescentes. En
Venezuela, en el mismo año, el 12% de las muertes maternas fueron por abortos
en adolescentes.
En
Chile, los egresos hospitalarios por abortos complicados, fueron: 1960: 10,6%;
1981: 10,9%; 1988: 9,3%; 1991: 10%. Son cifras altas si se las expresa en
relación a nacidos vivos.
La
información de morbimortalidad por aborto en adolescentes, está influenciada
por el diagnóstico tardío del embarazo en ellas haciendo que, al acudir a "aborteros" de bajo nivel, se
practiquen los abortos en gestaciones avanzadas y en malas condiciones
higiénicas. Además, por desconocimiento del embarazo por parte de padres o
tutores, las complicaciones del aborto de las adolescentes se reportan
tardíamente, llegando en sumo estado de gravedad a la internación, con mayor mortalidad
(shock séptico, anemia extrema, compromiso de vísceras por perforaciones
uterinas).
La
prevalencia de aborto, por medio de encuestas de fecundidad, también tienen
errores por miedo a revelar el echo o por olvido del mismo a más de 2 años de
practicado. Encuestas realizadas en comunidades pobres de Santiago de Chile en
1991, se observó que la tasa de abortos espontáneos y provocados por 1.000
embarazos, era más baja en menores de 19 años que entre 20 y 24 años y adultas.
Al parecer, la fecundidad de la adolescente pobre se expresa más como nacido
vivo que como aborto, cuando éste no está legalizado y los embarazos no
deseados en adolescentes tienen menores tasas que en los países con aborto
legal, expresando la menor información y medios de la adolescente pobre en
recursos económicos y educación.
ABUSO
SEXUAL EN ADOLESCENTES
Un
volumen nada despreciable de embarazos en adolescentes son producto de
violación. Bajo la denominación de abuso sexual se incluyen: abuso deshonesto,
el coito forzado y, en algunos países, el coito entre un adulto y una menor de
12 años. Por lo general la cohersión es psicológica o engañosa. En este tema se
incluye también el abuso físico psicológico, denominado maltrato infanto-juvenil.
Los
informes policiales y forenses de Chile, Honduras, Nicaragua y Ecuador,
aseguran que, entre el 59 y 69% de las violaciones y entre el 43 y 93% de los
abusos deshonestos, ocurren en menores de 20 años.
Las
encuestas escolares en Chile, Costa Rica y Panamá se encontró que, entre el 6,1
y 40% de las adolescentes entre 16 y 19 años, sufrieron al menos un abuso
sexual. En EE.UU. en 1987, las encuestas informan que los coitos forzados
llegan al 74% en menores de 14 años y al 60% entre 15 y 19 años, del total
reportado. Otras encuestas escolares en EE.UU. entre 1995 y 1997 informan que,
entre 10 y 40% reportan abusos sexuales entre mujeres y entre 4 y 30% en
varones. En Canadá, una encuesta escolar en 1996, informa un 23% de abusos
sexuales en mujeres y otro, en 1994, informa un 54% de abusos sexuales en
menores de 18 años.
En
EE.UU. en 1998 se comprobó que, entre el 18 y 60% de los embarazos en
adolescentes, fueron producidos por violación. En Chile, en la misma época, un
12% de los embarazos en adolescentes eran por violación, con un 99% de embarazos
y niños no deseados. En el mismo año, en Costa Rica, el 14% de los embarazos en
menores de 14 años, eran producto de violaciones.
En
Francia, en 1998, una encuesta escolar encontró un 9% de violaciones en mujeres
y un 6% en varones, entre el 8º y 12º año de escolaridad. En Inglaterra, en el
mismo año, ser reportó un 59% de abuso sexual en mujeres y un 27% en varones.
Los
factores asociados revelan que un 55% de las violaciones de adolescentes son
intrafamiliares (padre, padrastro, otros parientes y conocidos de la familia).
Un
estudio de casos y controles en Chile en 1998, entre embarazadas adolescentes
por violación y no violadas, demostró significativas diferencias en las
siguientes variables: ser adolescentes menores, de bajo nivel socioeconómico,
estudiantes, parejas mayores de 30 años, actitudes negativas al embarazo y al
niño, malas relaciones con los padres, mayor morbilidad en embarazo y parto,
APGAR bajo del RN, menor aceptación de anticoncepción, 2,5 veces más mortalidad
del niño a los 5 años. Otro estudio comparativo entre adolescentes embarazadas
por violación intrafamiliar y extrafamiliar, demostró diferencias
significativas en los casos de violación intrafamiliar en las siguientes
variables: ser adolescentes más jóvenes y con madres más jóvenes, antecedentes
de maltrato físico, presencia de padrastro o conviviente y alcoholismo en
padre.
En
EE.UU. dos estudios confirmaron asociación entre adolescentes violadas con
mayor número de parejas sexuales e inicio más precoz del coito y menor utilización
de anticonceptivos eficaces.
En el
siguiente cuadro se resumen las consecuencias de la violación en adolescentes.
Consecuencias de la violación en adolescentes
Alta
frecuencia de embarazos y niños no deseados. |
En conclusión se puede decir que:
a. El
embarazo en adolescentes es un serio problema psicosocial con frecuentes
connotaciones penales.
b. El
aborto en las adolescentes es frecuente y con alta morbimortalidad materna por
lo avanzado de la edad gestacional, y las deficientes condiciones técnicas,
higiénicas y asépticas en que se realiza.
c. La
prosecución del embarazo conlleva el abandono de los estudios por parte de la
adolescente y frecuentemente no los retoma luego del nacimiento, generando
desocupación y difícil reinserción laboral por falta de capacitación.
d. El
embarazo y parto en las adolescentes reconoce un alto riesgo de morbimortalidad
materna, fetal y neonatal.
e. El
hijo de madre adolescente tiene alto riesgo de maltrato y abandono, con
frecuente cesión de adopción.
f. La
reinserción y el respeto social de la adolescente luego de su embarazo y parto,
son difíciles y hasta irrecuperable.
g. Para
el control y contención de la adolescente embarazada, es necesaria la
integración de un equipo interdisciplinario, con amplia participación de
psicólogos y trabajadores sociales, además de una especial capacitación del
equipo asistencial en lo referente a los riesgos perinatales a los que está
expuesta la adolescente gestante.
BIBLIOGRAFIA
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R., Sandoval J., Luengo X.: "Salud sexual y reproductiva del
adolescente" - Ruoti, A. M. y col.: Obstetricia y Perinatología, Cap. 8,
2ª Edición, 2.000 – EFACIM-EDUNA, Asunción, Paraguay.
2.
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adolescencia" – Clínicas Perinatológicas Argentinas, Nº 4, 1997 –
Asociación Argentina de Perinatología (ASAPER).
3.
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Obst. y Ginec. Hptal. Clín. Univers. de Salamanca – Rev. sobre Salud Sexual y
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4.
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Calventi V.: Ginecología, Fertilidad y Salud Reproductiva, FLASOG, Vol. 1, Cap.
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embarazo" – Pérez Sánchez A., Donoso Siña E.: Obstetricia, Cap. 14, 2ª
Edic. 1992 – Publicac. Técnicas MEDITERRANEO – Santiago de Chile.