Historia e Historias de la Ciencia. 1





(Polio) - ...La poesía es poesía, la oratoria, oratoria, y la historia, historia, y no es posible mezclarlas.

(Livio) - ¿No se puede? Pues yo puedo. ¿Quieres decirque no debo escribir una historia con tema épico porque esa es una prerrogativa de la poesía, ni poner en boca de mis generales brillantes arengas en vísperas de las batallas, porque componer tales discursos es prerrogativa de la oratoria?

(Polio) - Eso es precisamente lo que quiero decir. La Historia es un registro veraz de lo que ha sucedido, de cómo vivió y murió la gente, de lo que hizo y dijo. Un tema épico no hace mas que deformar los hechos. En cuanto a los discursos de tus generales, son admirables como oratoria, pero condenablemente antihistóricos...

(Livio) - Hay un asunto serio en discusión y es la manera correcta en que se debe escribir la historia. Puede que yo haya cometido errores. ¿Que historiador está libre de ellos? Pero al menos no he dicho mentiras deliberadas; no puedes acusarme de ello. Incorporo a mi Historia cualquier episodio legendario que tenga relación con mi tema de la antigua grandeza de Roma. Es posible que no sea totalmente cierto en sus detalles, pero sí en su espíritu. Si tropiezo con dos versiones del mismo episodio, elijo la más próxima a mi tema y no me encontrarás hurgando en los cementerios etruscos en busca de una tercera versión que pueda contradecir a las otras dos. ¿De que serviría eso?

(Polio) - Serviría a la causa de la verdad. ¿No es eso importante?

(Livio) - ¿Y si al reverenciar la verdad admitimos que nuestros reverenciados antepasados fueron cobardes, mentirosos y traidores? ¿Que sucede entonces?

(Claudio) - ...Ahora veo que hay dos formas diferentes de escribir la historia: una consiste en llevar los hombres a la virtud, y la otra, en obligarlos a ver la verdad... y quizá no sean irreconciliables...

Robert Graves, Yo Claudio.

La Historia.

¿Qué es la Historia? Contestar a esta pregunta supone comenzar resaltando las diferencias, a veces sutiles, entre conceptos expresados por palabras semejantes, existentes en la mayor parte de los idiomas. Así, en castellano encontramos las palabras "historia" e "Historia", utilizadas para describir conceptos diferentes, del mismo modo que cabría distinguir, en alemán, entre "Historia" y "Geschichte"; en inglés, entre "Story" y "History"; en francés, entre "Histoire" e "histoire", o en italiano, entre "Storia" e "Istoria".

Aún cuando los conceptos involucrados están, a su vez, sometidos al imperio del tiempo, una primera aproximación a los mismos permitiría distinguir entre la "historia" y demás palabras citadas en primer lugar, que definirían, para cada indivíduo, "el espacio mental en que se ubican los testimonios del pasado", e "Historia" y las otras palabras citadas en segundo lugar.

"Historia" sería, en este caso, el relato organizado de dichos testimonios del pasado, o de parte de ellos, a efectos de su transmisión a un público general o específico. El modo de organizar, y por tanto de seleccionar, los testimonios que formarían parte de la Historia, los métodos utilizados para la transmisión de los mismos y los criterios de elección de los públicos objetivo, constituyen las variables que configuran el riquísimo espacio de las Historias escritas que llenan nuestras bibliotecas.

La naturaleza de la "Historia" ha preocupado a los estudiosos desde tiempos remotos. En sus famosas Etimologías, S. Isidoro de Sevilla nos ha dejado una definición de la Historia:

Historia es la narración de los hechos reales y por ella se llegan a conocer los sucesos del pasado. Llamósela en griego Historia, del verbo historein, esto es, ver o conocer, pues entre los antiguos nadie se metía a escribir en Historia sino el que había intervenido en los acontecimientos, de modo que hubiese visto lo que se había de escribir, porque mejor se percibe por los ojos lo que pasa que no por lo que recogemos por el oido. Y cierto, lo que se ve se expresa sin desfigurarlo...

El primero de los nuestros en escribir Historia fué Moisés, que trató del principio del mundo. Mas entre los paganos, el primer historiador fué el frigio Dares, que publicó la historia de griegos y troyanos, la que, según dicen, dejó escrita en hojas de palma. Posterior a Dares aparece en Grecia Herodoto, tenido por el primer historiador...

Distínguense tres clases de Historia, porque suele llamarse efeméride la relación de cada día. Esto es lo que entre nosotros se llama diario, pues lo que los latinos denominan diario llámanlo efeméride los griegos. Denomínase calendario los relatos dispuestos por cada uno de los meses. Anales son los sucesos de cada año, pues todo cuanto digno de memoria, tanto en paz como en guerra, por tierra como por mar, se anotó en los registros por sus años... Por su parte la Historia abarca muchos años y épocas, y merced a su cuidado los registros anuales se apuntaron en libros. Mas entre la Historia y los anales media esta diferencia: que la Historia es de los tiempos que hemos visto, mientras que los anales son de aquellos años a los que no alcanzó nuestra época...(1).

Este concepto de Historia como narración "objetiva" de sucesos vividos, difícilmente pudo sobrevivir a los embates de la experiencia de las Historias escritas. En su Discurso del método (1637), y más precisamente en el capítulo titulado "Revisión de la cultura adquirida en los libros", René Descartes daba una visión ciertamente negativa de las "historias":

...las fábulas hacen imaginar como posibles, acontecimientos que no lo son, y hasta las historias más fieles, si no cambian ni aumentan el valor de las cosas para hacerlas más dignas de ser leídas, omiten en ellas, casi siempre, las circunstancias más bajas y menos ilustres, de donde resulta que el resto queda desfigurado, y que los que regulan sus costumbres por los ejemplos que sacan de ellas, están expuestos a caer en las extravagancias de los paladínes de nuestras novelas y a concebir designios que sobrepasen sus fuerzas (2).

Descartes negaba así la propia utilidad de la Historia, tanto como fuente de conocimiento como propedéutica, o la de la teología, o la filosofía... naturalmente para sustituírlas por su propio método, puramente racional y pretendidamente ahistórico, de conducir la razón hacia el conocimiento.

Al método cartesiano ya se oponían otros en su época. Bien conocido es, en el ámbito de los estudios sobre la naturaleza, el propugnado en su Novum Organum(1620), por el inglés Francis Bacon, e importante también es el "Discurso del método de 1634", como llama Robert Lenoble (3) a los cinco tratados que en este año publica el fraile mínimo francés Marin Mersenne. Pero el que aquí nos interesa especialmente es el que expone Giambattista Vico en sus Principios de una ciencia nueva, en torno a la naturaleza común de las naciones . (Tercera impresión, 1744).

Vico se plantea explícitamente, en esta obra, la "búsqueda de la verdad acerca de los fundadores de las naciones". Implícitamente, plantea muchos más problemas, y entre ellos el del método con el que bucear en el pasado en busca de la verdad histórica:

[347] Para intentar encontrar dichas naturalezas de las cosas humanas, esta ciencia procede con un rigurosos análisis de los pensamientos humanos en torno a la necesidad o utilidad humanas de la vida social, que son las dos fuentes perennes del derecho natural de los pueblos... De ahí que, por este otro importante aspecto suyo, esta ciencia es una historia de las ideas humanas, de la cual parece que debe proceder la metafísica de la mente humana; ésta, reina de las ciencias, de acuerdo con el axioma "las ciencias deben comenzar de donde comenzó su materia", comenzó desde el momentoen que los primeros hombres comenzaron a pensar humanamente...

[348] Y a fin de determinar los tiempos y los lugares de esta historia, esto es, cuando y dónde nacieron los pensamientos humanos y así confirmarlos por medio de sus dos estudios apropiados, por decirlo así, la cronología y la geografía metafísicas. esta ciencia aplica un arte crítica, también metafísica, a los autores de esas mismas naciones... (4).

Giambattista Vico se introduce así en el ámbito de la crítica histórica, ciencia que también pretende fundar (5), en busca de una "historia ideal y eterna conforme a la cual transcurren en el tiempo las historias de todas las naciones en sus nacimientos, progresos, equilibrios, decadencias y finales". Los métodos de Vico, sin embargo, tuvieron poco eco en su tiempo. Su reacción frente al ahistoricismo cartesiano, adornada de ribetes metafísicos, se produjo en un mundo alumbrado por las ideas de los pensadores empiristas ingleses, Locke y Hume; por la entronización de las ciencias matemáticas, físicas y naturales como la mejor guía para el conocimiento del mundo, y por las revolucionarias ideas sobre el poder que comienzan a difundir los pensadores franceses de la Ilustración, de Diderot a Condorcet y de Voltaire al Barón D'Holbach. La filosofía de la historia, arrumbada por las urgencias, cedía su lugar a la crónica de los acontecimientos... y a la literatura panfletaria.

El siguiente hito de nuestra historia lo representa la obra de un historiador alemán de principios del siglo XIX. En 1828, Leopold von Ranke publica su Historia de los pueblos latinos y germánicos de 1494 a 1514, en cuyo prólogo afirma palmariamente:

A la historia se le ha asignado la doble tarea de juzgar el pasado y de orientar a las generaciones futuras. Esta obra no aspira a tanto, quiere presentar los acontecimientos tal como se desarrollaron... (6)

"...vie es eigentlich gewesen...", "tal como se desarrollaron", en palabras tantas veces repetidas. Ranke, uno de los padres de la historiografía alemana y europea, en pleno romanticismo alemán, y antes de la eclosión del positivismo, defiende la capacidad de la Historia para conocer la verdadera realidad de los acontecimientos históricos. Desde perspectivas intelectuales e ideológicas diferentes, otros historiadores se enfrentaron a los puntos de vista de Ranke. Quizá el más significado fue Oswald Spengler, cuando afirma, en tono polémico, que "la historiografía es hacer obra de imaginación; es poesía", queriendo destacar "el papel creativo y cognoscitivo del historiador que, al recurrir a la operación verstehen, construye una imagen de los tiempos pasados y no los reproduce símplemente, como pretendían los positivistas" (7). Positivistas e historicistas se enfrentarían, también desde perspectivas distintas, al ideal de Ranke, para ser constantemente criticados, tanto en sus métodos. como, sobre todo, en sus fines.

Podrían amontonarse testimonios semejantes, pero los aportados permiten ya avanzar una de las lecciones clave de la historiografía que, aún bien sabidas, son a menudo olvidadas por el no especialista. Si por historia se entiende el pasado, nadie puede negar su existencia. Si por historia, o mejor "Historia", se entiende, o bien una reconstrucción unívoca y absoluta de ese pasado, o bien una disciplina intelectual única cuyo fin es alcanzar aquella, puede afirmarse sin ambages que ni tal reconstrucción ha sido comúnmente aceptada en todo o en parte, ni puede extraerse de la proliferación actual de escuelas historiográficas, con sus métodos y fines propios, la idea de una disciplina intelectual homogénea. Lo más que puede llegar a afirmarse es que existen "Historias", o mejor, tradiciones historiográficas diferentes, muchas veces en conflicto, con métodos y fines muy diversos, y que la "Historia" es el fruto de sus esfuerzos.

Se configura así, en la época actual un panorama en el que coexisten corrientes historiográficas de procedencias muy diversas. Las viejas tradiciones decimonónicas se desarrollan junto a escuelas marxistas; al lado de los apóstoles de la "Historia total", en mejor traducción castellana, "Historia integral", y sus acólitos, o participando de la proliferación de Historias especializadas, entre las que se cuenta la Historia de la Ciencia, que aquí nos interesa.

Las Historias de la Ciencia



NOTAS.

(1) Existen muchas ediciones de las Etimologías. Una versión reducida, que recoge las palabras que transcribimos, puede encontrarse en ISIDORO (1942), pp 54-55.

(2) DESCARTES (1983), p. 47.

(3) LENOBLE R. (1971), P. 337. Los cinco tratados a los que se hace alusión son las Questions inouyës, las Questions harmoniques, las Questions théologiques, los Préludes de l'Harmonie Universelle, y Les Mechaniques de Galilée, publicados todas en París en 1634.

(4) VICO (1985), pp. 148-9.

(5) Así lo afirma explícitamente en la "Idea de la obra", al principio de la misma, cuando apunta: "...abordando con una nueva arte crítica, que hasta el momento no ha existido...". VICO (1985), p 40.

(6) Citado en CERAM (1985)

(7) TOPOLSKI (1982), p. 115.



BIBLIOGRAFÍA CITADA.

ISIDORO San (1942) Antología. (Edición de Fr. Justo Pérez de Urbiel y Fr. Timoteo Ortega).Madrid, Ediciones Fé.

CERAM C.W. (1985) El mistero de los hititas. Barcelona, Orbis.

DESCARTES René (1968) Discurso del método. Barcelona, Orbis.

BACON Francis (1984) Novum Organum. Madrid, Sarpe.

LENOBLE R. (1971) Mersenne, ou la naissance du mécanisme. París, Vrin.

TOPOLSKI J. (1982) Metodología de la Historia. Madrid, Cátedra.

VICO Giambattista (1985) Ciencia nueva.2v. Barcelona, Orbis.