LA
GRAMÁTICA LIMINAR
(Véase
también "Introducción
a la Gramática Liminar")
1
La gramática liminar
La gramática liminar (G. L.) es una teoría del
lenguaje aparecida en España a comienzos de la década
de los ochenta. Se ha aplicado a varias lenguas románicas
(español, catalán, francés, italiano)
y germánicas (inglés, alemán), así
como a las lenguas clásicas y a idiomas no indoeuropeos
(vasco, quechua). La gramática liminar ha sido caracterizada
también con los nombres de lingüística
topológica y lingüística perceptiva. Estas
tres denominaciones representan su definición epistemológica,
matemática y cognitiva respectivamente:
2 G. L. y fenomenología: la paradoja de la frontera
Epistemológicamente, la gramática liminar parte
de la constatación de lo que se ha llamado paradoja
de la frontera. Mientras que en las demás ciencias
el objeto de estudio (por ejemplo, los fenómenos naturales)
se halla bastante diferenciado de las formulaciones científicas
con las que damos cuenta del mismo (ya se trate de secuencias
verbales, como la fuerza desarrollada por un móvil
es tal que la relación de su masa con su aceleración
se mantiene constante, o de fórmulas matemáticas,
como f=m.a), en lingüística es inevitable que
reflexionemos sobre el objeto lenguaje con el instrumento
lenguaje, como en "rojo" es un adjetivo.
De ahí resulta la siguiente paradoja: al tiempo que
el metalenguaje debe formar parte del lenguaje, también
debe estar completamente separado de él. No es una
casualidad que gran parte de las disputas teóricas
en lingüística sean disputas terminológicas,
precisamente porque entre el metalenguaje y el lenguaje se
da una frontera a la vez franqueable e infranqueable. En el
fondo el dilema planteado es de índole fenomenológica
y, en efecto, la fenomenología ha sido reclamada como
basamento filosófico de la gramática liminar:
todo dato es un dato para la conciencia, esto es, el dato
y la conciencia del dato son a la vez inseparables y separables.
La gramática liminar se opone, por tanto, a los planteamientos
que no ven en el lenguaje sino un conjunto de símbolos
formales relacionados con el mundo conceptual a través
de una secuencia lógica. Para la gramática liminar
el lenguaje crea las condiciones de la realidad significada,
al tiempo que es suscitado por ella. Los códigos regulan
la emisión de los mensajes y son, a la vez, producidos
por dichos mensajes.
3. La pluralidad de los enfoques
Una consecuencia de lo anterior es que este tipo de gramática
asume varias propuestas metodológicas al mismo tiempo:
normalmente se plantea las respuestas que las distintas orientaciones
de la lingüística (generativista, estructuralista,
funcionalista, etc) han dado a un mismo problema e intenta
mostrar que responden en cada caso a una captación
peculiar del mismo.
La idea matriz que ha presidido la elaboración de la
G. L. es la de que toda expresión, ya se trate de una
palabra, de una frase o de una oración, es una imagen
de la realidad, una especie de cuadro o fotografía
de la misma. Dicho así, no parece que esta formulación
revista mayor interés, pues esto pertenece al saber
común. Pero las implicaciones que de ella se derivan
permiten elaborar un método -sencillo, claro y aceptable
desde distintos supuestos teóricos- para la descripción
de la lengua. Lo que diferencia distintas fotografías
de una misma persona o paisaje es el hecho de que las condiciones
de iluminación, distancia, encuadre, etc, con que fue
tomada eran distintas en cada toma: similarmente la diferencia
entre expresiones que remiten a una misma situación
del mundo (el agresor fue detenido por la policia, la
detención del agresor, la policia detuvo al agresor,
al agresor lo detuvo la policía, etc) estribaría
en que ciertos mecanismos lingüísticos de captación
de la realidad predominaron sobre otros, aunque todos ellos
estén presentes en cada caso. Y hay más. La
persona o el paisaje de antes pueden ser captados a su vez
por cámaras fotográficas (cada una con su manual
de instrucciones) muy distintas, con lo que la calidad de
la foto variará también, aun en igualdad de
distancia, iluminación y encuadre: en estrecho paralelismo
con este símil, se supone que la expresión puede
ser descrita desde varios modelos gramaticales. Naturalmente
no todos son iguales: los hay buenos y los hay peores (como
hay buenas y malas máquinas), pero dentro de una misma
franja de calidad ciertos aparatos se acomodan mejor a ciertos
tipos de fotografía (digamos a la submarina o a los
interiores), como ciertos modelos gramaticales describen mejor
ciertos fenómenos que otros. Entiéndase que
la postura gnoseológica de la G. L. no proclama, por
tanto, el relativismo metodológico, ni mucho menos
el eclecticismo: en cada caso habría alguna descripción
mejor que las demás y es ésta la que se pretende
seguir en lo fundamental, aunque sin ignorar las restantes.
Este planteamiento se conoce con el nombre de ley de la
relatividad explicativa, y su corolario, la ley de
la totalidad explicativa, que plantea la necesidad de
conciliar las distintas posturas en liza y de mostrar su razón
de ser.
4. G. L. y espacio topológico
Matemáticamente, la resolución del dilema epistemológico
de arriba sólo puede ser abordada mediante un espacio
topológico. Un espacio topológico es un
conjunto de elementos, llamados cerrados, en el que
cabe diferenciar un subconjunto de elementos, llamados abiertos,
de forma que uno y otro conjunto contraen las siguientes relaciones:
tanto el conjunto cerrado como el conjunto vacío son
conjuntos abiertos; la suma infinita de conjuntos abiertos
es un conjunto abierto; la intersección finita de conjuntos
abiertos es un conjunto abierto.
En lingüística sucede lo mismo. El método
lingüístico intuitivo se basa siempre en los procedimientos
inductivos propios del distribucionalismo: una lengua es el
conjunto de sus enunciados, el cual es a la vez cerrado -es
la lengua- y abierto -se describe comparando unos enunciados
con otros-; los abiertos son secuencias relevantes que sirven
de contraste a las demás y también la ausencia
de secuencias (el signo cero); en el fondo el metalenguaje
gramatical, propio de las lenguas de cultura, representa un
conjunto de rótulos para dichas secuencias relevantes
(llamamos "adjetivos" a los términos que
pueden aparecer en determinados entornos típicos).
5. G.L. y psicología de la Gestalt
La gramática liminar comparte muchas asunciones fundamentales
con la lingüística cognitiva o con las disciplinas
lingüísticas (fonología, morfología,
sintaxis) que se suelen tipificar como "naturales".
Así, la gramática liminar se caracteriza cognitivamente
como una lingüística perceptiva y, sobre todo,
como una teoría del lenguaje basada en la Gestaltpsychologie.
Como es sabido, la idea fundamental que subyace a la psicología
de la Gestalt es la de que los actos perceptivos necesitan
algo más que la mera asociación de estímulos
para ser descritos adecuadamente: existe una subordinación
de las partes al todo y una serie de formas ideales en virtud
de las cuales el todo es superior a las partes y no se reduce
a la suma de las mismas. Una imagen perceptiva consta de determinados
elementos, pero siempre hay uno que se alza sobre los demás
por su mayor importancia -la figura- en tanto el
resto queda en un segundo plano -como fondo-. La
oposición figura / fondo no pertenece a los elementos
mismos, sino que la pone el observador, y además puede
cambiar, pues cada valor dominante conlleva un valor recesivo
correlativo que puede reemplazarlo e invertir la relación
(es lo que en G. L. se conoce por el nombre de subsunción).
En el fondo la irrupción más significativa de
los métodos gestálticos en lingüística
remonta a las Logische Untersuchungen de Wittgenstein
y a su fascinación por la célebre imagen del
"pato-conejo", un dibujo que, según destacásemos
como figura la parte derecha o la izquierda, permitía
una interpretación o la otra. La G. L. hace extensiva
esta idea al análisis de cualquier estructura lingüística.
Advirtiendo que la figura es "única" y "obligatoria",
en tanto los fondos son potencialmente "varios",
pero "opcionales", constata esta dualidad en cualquier
tipo de nivel o unidad lingüística:
-En fonología, una sílaba consta obligatoriamente
de una sola vocal o diptongo, como núcleo, y de una,
varias o ninguna consonante como margen. A su vez, la asociación
de sílabas que define el grupo fónico consta
por necesidad de una sílaba acentuada, como figura,
y opcionalmente de una, varias o ninguna sílaba inacentuada,
como fondo.
-En morfología, una palabra necesita de un radical,
en calidad de figura, para constituirse; se le pueden añadir,
aunque no siempre, varios afijos, como fondo.
-En sintaxis, la frase consta de un sólo núcleo
-figura- y eventualmente de uno o más modificadores
-fondo-. En la oración tenemos siempre un solo sujeto,
que es la figura, y uno, varios o ningún objeto, como
fondos.
|