El Consell Municipal de Valencia no emprendió la
construcción de un edificio de nueva planta para el
Estudi General, sino que se limitó a regularizar y
ennoblecer unas construcciones preexistentes que había
adquirido: una casa y huertos comprados el 1 de abril de
1493 a Isabel Saranyó que recaerán a las actuales calles
de la Nave, de la Universidad y de Salvá, cuya entrada
principal se abría ante una plazoleta. Para adaptar este
edificio se recurrió a Pere Compte, con la ayuda de
“mestre Martí obrer de vila”.
Una nueva fase de la construcción comienza con el
contrato suscrito con Pere Compte y Pere Bernia el 16 de
agosto de 1498, por el Consell General de la Ciutat, que
la antevíspera había formalizado su voluntad de “refer
la casa d’estudis” y dotar al Estudi General de unas
“constitucions” o estatutos. Las obras se ajustarán a un
proyecto de reforma y ampliación de lo ya existente,
expresado con minucioso detalle en el documento. En mayo
de 1499, el arzobispo bendice e inaugura la sede del
Estudi General y en los años siguientes, mientras las
obras prosiguen, los jurados compran nuevas casas para
ampliar el solar.
El arquitecto Pere Compte, durante las dos últimas
décadas del siglo XV y hasta su muerte en 1505,
intervino en las más notables construcciones de la
ciudad de Valencia: Lonja, Catedral, Generalitat,
ampliación de la Seu, etc. Pere Bernia, “obrer de vila”,
recibe el título de “mestre de la ciutat”, que se
justifica por su labor al frente de diversas obras
municipales en los portales de la muralla nueva, el
almudín y otros trabajos de canalización de agua.
El edificio del Estudi General concentraba sus
principales salas, con acceso desde un corredor con
antepecho, en torno a un patio central, porticado en el
piso alto, el “pati de les nayes”, con “lo corral”, un
pequeño patio de servicio trasero.
Algunas partes eran de piedra de sillería, como el arco
de la puerta, semejante al de las casas nobles de la
época, y cinco arcadas de la planta baja. Es posible que
la escalera principal se adosase a uno de los flancos
del patio y fuese también de cantería.
Pero la sede de la Universitat de València ha sufrido
tantas vicisitudes a lo largo de su historia, que no
pueden identificarse con certeza los restos de aquella
construcción primitiva, excepto quizás lo que se muestra
de las excavaciones en la planta baja de la biblioteca. |