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El que
de cabras fue dos veces ciento esposo casi un lustro, cuyo diente no perdonó a racimo aun en la frente |
155 |
de Baco,
cuánto más en su sarmiento, triunfador siempre de celosas lides lo coronó el Amor, mas rival tierno, breve de barba y duro no de cuerno, redimió con su muerte tantas vides; |
160 |
servido
ya en cecina, purpúreos hilos es de grana fina. |
Este pasaje sugiere a los cabreros contando al peregrino la
historia del macho cabrío con el que se hizo la cecina que están
comiendo. Hay una alusión jocosa e irreverente que da idea del
tono desenfadado de la conversación: "redimió con su muerte tantas
vides" sugiere el dogma de la redención, por el que Cristo redimió
con su muerte tantas vidas.