ANTERIOR |
466 - 480 | SIGUIENTE |
Zodíaco
después fue cristalino a glorïoso pino, émulo vago del ardiente coche del Sol, este elemento que cuatro veces habia sido ciento |
470 |
dosel al
día y tálamo a la noche cuando halló de fugitiva plata la bisagra, aunque estrecha, abrazadora de un océano y otro, siempre uno, o las colunas bese o la escarlata |
475 |
tapete
de la Aurora. Esta, pues, nave ahora, en el húmido templo de Neptuno, varada pende a la inmortal memoria con nombre de victoria. |
480 |
Una vez más, aunque la nave se llamaba Victoria, en el verso 480 la palabra victoria no es su nombre. Afirma que su nombre da cuenta de la victoria que supuso su viaje. La nave Victoria estuvo varada en la huerta de las atarazanas del Rey, en Sevilla, como lo que podríamos considerar una pieza de museo. El húmedo templo de Neptuno hace referencia al recinto donde podía ser admirada para recuerdo de su hazaña (para la memoria inmortal, para ser recordada siempre).
El verso 470 es, sin duda, el más desafortunado de todo el poema.
Contiene un anacoluto: dice "cuatro veces ciento" y debería decir
"cuatro veces ciento veces", es decir, "cuatrocientas veces"; y
además, para que cuadre la métrica, debe leerse "que cuátro véces
hábia sído ciénto", lo cual resulta más que forzado. Aliquando dormitat bonus Homerus.