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LA ABDICACIÓN DE CARLOS V
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En 1552, después de pasar un tiempo atendiendo apestados en Malaca, san Francisco Javier murió de viaje a China, probablemente de pulmonía.

También murió, por la peste, el teólogo protestante Francisco Encinas. En los últimos años había estado en Inglaterra, donde trabó amistad con Thomas Cranmer, y en Ginebra, con Calvino.

Pierre de Ronsard publicó sus cuatro libros de Odas, en los que imitaba a Píndaro y a Horacio, y sus Amores, de estilo petrarquista.

Mercator se trasladó a Duisburg, donde abrió una tienda dedicada a la fabricación y venta de mapas, globos terrestres, libros e instrumentos matemáticos. (Era un negocio muy oportuno, pues se estaba proyectando una universidad para la ciudad.)

Calvino sostuvo unas discrepancias con el teólogo Sébastien Castellion, el cual tuvo que renunciar a su cargo en el colegio de Ginebra y refugiarse en Basilea, donde se dedicó a la enseñanza del griego.

En enero de 1553, Miguel Servet se atrevió a publicar en Vienne su Christianismi restitutio, firmada únicamente con sus iniciales. Calvino, que ya conocía la obra en su versión manuscrita, denunció a Servet ante el arzobispo de Vienne, que lo hizo encarcelar.

En Inglaterra se promulgó el llamado Bill de los cuarenta y dos artículos, que constituía una nueva profesión de fe, de inspiración marcadamente calvinista, y que instauraba una nueva liturgia en lengua inglesa. La situación política de John Dudley, el duque de Nortumbria, iba empeorando, debido en parte a su ambición sin escrúpulos, en parte a que la economía del país iba cada vez peor. Una brutal inflación había arruinado a muchos particulares y había puesto al Estado al borde de la bancarrota. Viendo su porvenir amenazado, Dudley utilizó toda su influencia para llevar adelante una atrevida maniobra: Casó a su hijo Guilford con Juana Grey, que tenía entonces dieciséis años (véase el árbol genealógico dos páginas atrás), y logró que el consejo de regencia nombrara a Juana heredera de Eduardo VI. (Así se evitaba que, en caso de su muerte, la corona pasara a su hermana María Tudor, que era católica.) No obstante, el joven rey, de la misma edad que Juana, murió inesperadamente antes de que todos los cabos estuviesen bien atados. El 10 de julio, Juana fue proclamada reina de Inglaterra, pero los católicos supieron aprovechar este atropello a las leyes sucesorias y el 19 de julio Juana era encarcelada, mientras María Tudor recibía la corona. Poco después, Dudley fue condenado a muerte, sin que le valieran de nada sus súplicas de clemencia ante la reina. María Tudor tenía treinta y siete años y su vida hasta entonces no había sido nada fácil. Amargada y prematuramente envejecida, se propuso reconvertir Inglaterra al catolicismo. No tardó en derogar toda la legislación de su hermano sobre materia religiosa.

Una compañía inglesa de comerciantes moscovitas se interesó por buscar una ruta marítima que uniera Inglaterra con Rusia por el norte de Noruega. Encargó la empresa al navegante sir Hugh Willoughby, que a su vez buscó la colaboración de Richard Chancellor. La expedición fue preparada por Sebastiano Caboto, se adentró en el océano Glaciar Ártico. Ese año murió el marino inglés William Hawkins. Dejó un hijo de veintiún años llamado John Hawkins, que continuó la carrera naval de su padre.

Otros fallecidos ese año fueron:

El escritor portugués Luis de Camões, que tenía ahora veintinueve años y había pasado parte del último en la cárcel por una pelea, partió hacia la India.

En París se representó ante el rey Enrique II una tragedia de estilo clásico titulada Cleopatra cautiva, compuesta por un joven poeta de veintiún años llamado Etienne Jodelle, autor también de la comedia Eugène. Un amigo suyo de veinticuatro años, llamado Jean Bastier, aunque era más conocido como Jean de La Péruse, acababa de componer también una tragedia titulada Medea, inspirada en Séneca. Pierre de Ronsard formó entonces un grupo de poetas que fue denominado la Pléyade, integrado, además de por él mismo, por Joachim du Bellay, Jean Antoine de Baïf, Etienne Jodelle, Jean de La Péruse y Pontus de Tyard, de treinta y tres años.

El rey Segismundo II de Polonia se casó con Catalina de Austria, hija del rey Fernando I de Bohemia y Hungría, hermana de la que fuera su primera esposa, Isabel.

El acuerdo al que Carlos V había llegado con los protestantes el año anterior no incluía a Francia. Sus intentos por reconquistar Metz, defendida por el duque Francisco I de Guisa, fueron vanos. Por otra parte, Francia arrebató a los genoveses, aliados de Carlos V, el control de la isla de Córcega.

Carlos V casó a su hija Juana, de veinte años, con Juan Manuel, el heredero del rey Juan III de Portugal.

Aunque la obra de Servet era herética tanto para católicos como para protestantes, ya que negaba la Trinidad, parece ser que entre los católicos franceses pesó más que Servet se hubiera atrevido a plantarle cara a Calvino (al que en una de sus cartas llamaba "lóbrego asno", y otras delicadezas), así que permitieron que se escapara de la prisión. Servet quiso huir hacia Italia, pero cometió la imprudencia de pasar por Ginebra, donde fue reconocido y apresado el 13 de agosto. Se le instruyó un proceso por hereje y blasfemo. La oposición a Calvino en Ginebra estaba dirigida por Ami Perrin, cuyos partidarios eran conocidos como libertinos, frente a los clericales, partidarios de Calvino. En un primer momento, ambas facciones trataron de presumir de ortodoxas y rivalizaron en celo acusando a Servet, pero los libertinos pronto descubrieron que era imposible parecer más fanático que Calvino, así que, a partir de un momento dado, dieron un giro y pasaron a defender a Servet.

Servet se negó repetidamente a retractarse, y en sus discusiones con Calvino despertó cierta simpatía por la entereza de su actitud y el brío de sus argumentaciones. No obstante, Calvino consultó a todas las iglesias suizas y el 19 de octubre llegó su respuesta: apoyaban totalmente las decisiones de Calvino. La discusión sobre la pena que debía aplicársele duró varios días más, dando lugar a una nueva batalla dialéctica entre clericales y libertinos. El 26 de octubre se decidió que Servet moriría quemado en la hoguera. Dicen que al oír la sentencia, Servet musitó: "¡El hacha!, ¡el hacha y no el fuego!", pero fue el fuego lo que se encontró al día siguiente, 27 de octubre. La leña estaba verde y ardía muy mal. Además, el viento apagaba las llamas. El pueblo arrojaba ramas secas para avivar el fuego, a la vez que formaba una muralla humana contra el viento, para abreviarle el suplicio, que, aun así, duró dos horas, en las que Servet no pronunció queja alguna. Así murió el que problablemente haya sido el único mártir de las matemáticas en la historia, cuyo pecado fue argumentar que tres no puede ser lo mismo que uno (y es que la Edad Media nunca acabará de acabar).

La muerte inesperada del virrey Mendoza favoreció que los encomenderos peruanos se rebelaran contra las leyes que llegaban desde España. En noviembre estalló una revuelta en Cuzco, encabezada por Francisco Hernández Girón, que no tardó en extenderse a otras ciudades.

En Chile, Pedro de Valdivia dispersó a sus hombres en diversas misiones de exploración, y los indios araucanos, recientemente sometidos, aprovecharon dicha dispersión para rebelarse. El 25 de diciembre, acaudillados por Caupolicán y Lautaro, se amotinaron en Tucapel y el 31 de diciembre derrotaron a Valdivia, que murió en el combate. En enero de 1554 el cabildo de la ciudad de Valdivia nombró gobernador y capitán general de Chile a Francisco de Villagra, pero Santiago y otras ciudades del norte no reconocieron este nombramiento. Villagra derrotó a Lautaro en Marihueno. En España fue elegido como sucesor de Valdivia a uno de sus compañeros, Jerónimo de Alderete, que a la sazón estaba en la Corte rindiendo cuentas.

Ese año murió Juan Manuel, el hijo del rey Juan III de Portugal. A los pocos días, su viuda, Juana de Austria, dio a luz un hijo póstumo, llamado Sebastián. Luego se trasladó a Madrid, donde fundó el convento de las descalzas reales. 

El emperador Carlos V concertó, con la mediación del conde de Egmont, el matrimonio de su hijo Felipe con la reina de Inglaterra, María Tudor. Cuando la reina anunció el compromiso, la reacción protestante no se hizo esperar. Sir Thomas Wyat, hijo y tocayo del poeta, sublevó al condado de Kent y marchó sobre Londres, pero la capital permaneció leal a la reina y, fracasado su ataque, Wyat optó por rendirse. Fue condenado a muerte por alta traición. Con él fue ejecutado, como cómplice, Henry Grey y, aprovechando la ocasión, también su hija Juana Grey, rival de María, y el marido de ésta, Guilford Dudley.

En marzo, los encomenderos peruanos partidarios de Francisco Hernández Girón obtuvieron una victoria frente a los realistas en Villacuri.

El gobernador de Cartagena de Indias, Pedro de Heredia, fue denunciado nuevamente por presuntos abusos. Murió en un naufragio, camino de España.

En Marruecos, los sadíes del sur, dirigidos por Muhammad al-Sayj, terminaron de conquistar el país a los wattasíes.

El 25 de julio se celebró la boda entre la reina María de Inglaterra y Felipe de Austria, a quien su padre, el emperador Carlos V, cedió unos días antes el título de rey de Nápoles y Sicilia. Con el apoyo español, María Tudor pudo hacer grandes progresos en materia religiosa: los obispos protestantes fueron sustituidos por católicos, y se iniciaron persecuciones sistemáticas contra los herejes. El escocés John Knox tuvo que huir a Francia, desde donde pasó a Ginebra. Durante su exilio escribió un libro titulado Primer toque de trompeta contra el monstruoso gobierno de las mujeres. (Las "mujeres" eran, naturalmente, María Tudor, María Estuardo y su madre, María de Lorena, la regente de Escocia.)

Aunque Felipe tenía tan sólo veintisiete años, su padre ya le había encomentado varias veces en su ausencia el gobierno de España. Al marchar a Inglaterra, España fue encomendada a su hermana Juana. Felipe se llevó consigo a Inglaterra al teólogo Pedro de Soto y a su confesor, el dominico Bartolomé Carranza, que colaboraron a restaurar el catolicismo, sobre todo en Oxford y en Cambridge.

En octubre, Francisco Hernández Girón fue derrotado en Pucará.

Las amistades protestantes de Renata de Francia, la duquesa de Ferrara (hija del rey Luis XII de Francia) tenían muy preocupado a su marido, el duque Hércules II, que temía una inminente intervenció del Papa. Por ello, solicitó al rey Enrique II de Francia que le enviara a un inquisidor, el cual ordenó la detención de la duquesa y la expulsión de sus protegidos. Renata fue liberada poco después, y no dudó en reanudar sus relaciones con los herejes.

Ese año había regresado a Inglaterra Reginald Pole, un prelado inglés que había huido a Italia al negarse a aprobar el divorcio del rey Enrique VIII y Catalina de Aragón. Era cardenal desde ya hacía casi dos décadas, y fue designado por la reina María Tudor para llevar adelante las negociaciones con el Papa Julio III que, con la mediación del emperador, culminaron el 30 de noviembre, cuando el parlamento inglés proclamó el retorno del país al catolicismo romano.

Una tempestad dispersó la flota capitaneada por sir Hugh Willoughby. Éste quedó aislado, llegó a la isla de Nueva Zembla (Nueva Tierra, en ruso) y murió en la península de Kola. En cambio, Chancellor había entrado en el mar Blanco y, tras desembarcar en Arjanghelsk, viajó hasta Moscú, donde fue recibido por el zar Iván IV.

El jesuita Francisco de Borja fue nombrado comisario general de la orden para España, Portugal y las Indias. Ese año, la Compañía inauguró en Roma el Colegio Germánico y en Brasil fundó la ciudad de São Paulo. En China, los portugueses obtuvieron autorización para instalarse permanentemente en Macao. Este puerto se convirtió en uno de los principales puntos de enlace entre Europa y Asia. Las principales mercancías que exportaba eran té, porcelana, seda y oro.

Mercator terminó un minucioso mapa de Europa de 1.60 por 1.30 metros, que lo confirmó como el mejor fabricante de mapas de Europa. Rheticus, después de haber rechazado un puesto de profesor de matemáticas en Viena, se trasladó a Cracovia, donde ejerció la medicina, aunque siguió ocupándose de las matemáticas, la astronomía, e incluso la alquimia.

Tras la repentina muerte del poeta Jean de la Péruse, a los veinticinco años, Pierre de Ronsard incluyó en su Pléyade a Rémi Belleau, de veintiséis años. Recientemente había terminado una traducción de las Odas de Anacreonte, así como una colección de himnos al estilo de Ronsard, titulada Petites inventions.

Benvenuto Cellini terminó su obra maestra: un Perseo de bronce.

En diciembre, Francisco Hernández Girón fue ahorcado en Jauja junto con algunos de sus partidarios. Otros muchos fueron deportados a España.

Con motivo de la ejecución de Miguel Servet, el teólogo Sébastien Castellion publicó un tratado titulado De haereticis, bajo el pseudónimo de Martin Bellus, en el que defendía la tolerancia. Por su parte, Calvino publicó un tratado, tanto en francés como en latín, que tituló Declaración para el mantenimiento de la verdadera fe, donde refutaba la doctrina antitrinitaria de Servet y defendía la tesis de que los herejes merecen la pena capital. El caso Servet le había confirmado el apoyo de sus partidarios frente a las críticas de los libertinos (tal vez porque es difícil cambiar de bando si ello te obliga a reconocer que has quemado a un infeliz por puro fanatismo). El caso fue que, gracias en parte a su pirómana defensa de la verdadera fe, Calvino ganó holgadamente las elecciones de ese año. El 24 de enero de 1555 el consejo de la ciudad reconoció al consistorio el derecho de excomulgar.

La Corona Española eligió un sustituto para el difunto virrey del Perú, Antonio de Mendoza. El elegido fue Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete.

Martínez de Irala tuvo que organizar una nueva expedición de conquista desde Asunción, dirigida por Nuflo de Chaves, debido a las peticiones de los colonos que no habían tenido ocasión de hacerse con repartimientos de indios.

El almirante francés Gaspar II de Coligny envió a Brasil un barco con unos seiscientos colonos capitaneados por el vicealmirante Nicolas Durand de Villegaignon, quien fundó Fort-Coligny y Henry-ville en la bahía de Río de Janeiro, a la que denominó Francia antártica. Obviamente, los colonos portugueses protestaron.

Ese año murieron:

El año anterior, Giovanni Pierluigi da Palestrina había publicado su primera obra como compositor, un Libro de misas. Paulo IV prohibió que hubiera hombres casados entre los cantores pontificios, así que Palestrina entró como maestro de capilla en San Juan de Letrán.

También había pasado un año de la primera impresión del Lazarillo de Tormes, en Burgos, Amberes y Alcalá. Ahora aparecía una segunda parte, anónima también, que transcurre casi toda en el fondo del mar, ya que Lázaro se convierte en atún. Está de más aclarar que esta segunda parte no podía estar más lejos del espíritu, estilo e intención de la primera.

Un médico de cincuenta y dos años, llamado Michel de Nostre-Dame, aunque es más conocido como Nostradamus, publicó una obra titulada Centurias astrológicas, compuesta por cuartetas supuestamente proféticas. Desde hacía unos diez años, Nostradamus había adquirido cierta fama en Francia por sus éxitos contra la peste, logrados sobre todo gracias a una "píldora rosa" de su invención, compuesta, al parecer, por una gran dosis de vitamina C. Las profecías de Nostradamus no son más que frases ambiguas a la espera de acontecimientos que, con un poco de imaginación. puedan servirles de significado. He aquí un ejemplo:

El león joven al viejo sobrepasará,
en campo bélico por singular duelo,
en jaula de oro los ojos le atravesará,
dos heridas en una, después morir, muerte cruel.

(La solución en la página siguiente.)

Jacques Peletier escribió un Arte poética francesa, así como el libro de poemas El amor de los amores. Pierre de Ronsard lo incluyó en la Pléyade. Pontus de Tyard publicó sus primeros libros de poemas: Errores amorosos y El libro de los versos líricos.

Luis de Camões, tras haber participado en varias expediciones desde la India, regresó a Goa, donde estrenó una comedia con un prólogo en prosa y un único acto en redondillas. Se titulaba Filodemo y, más que una obra de teatro, es una complicada novela de aventuras. Por esta época se enamoró de una esclava llamada Bárbara.

Con más de sesenta años, Ignacio de Loyola, desde Roma, seguía gobernando la Compañía de Jesús. Ese año terminó su autobiografía.

El duque Cosme I de Florencia se anexionó Siena.

Las costas españolas e italianas empezaron a sufrir los ataques de Piali Bajá, almirante, visir y bajá del sultán Solimán I, que contaba con el apoyo de Francia. Finalmente, el sha de Persia, Thamasp I, tuvo que rendirse ante el sultán y firmó la paz de Amasia, en la que reconocía la pérdida de Bagdad, Georgia y algunos territorios más. Para no tener ocioso a su ejército después de semejante golpe, proporcionó catorce mil hombres al mongol Humayún, con los cuales logró recuperar el sultanato de Delhi, que había heredado de su padre, Báber, pero que había perdido poco después frente a los afganos.

El 3 de octubre, católicos y protestantes firmaron la Paz de Augsburgo, resumida en el principio cuius regio, eius religio, es decir, que en cada territorio de Alemania se profesaría la religión de aquel de quien es la región, la religión del príncipe correspondiente. Esto suponía una libertad religiosa a medias, ya que, si un súbdito no comulgaba con la religión de su señor, no tenía más opción que emigrar. Por parte del emperador, las negociaciones las había llevado su hermano, el rey Fernando I de Bohemia y Hungría. Carlos V aceptó con resignación el acuerdo que suponía el completo fracaso de su política religiosa. El desánimo, unido a sus problemas de salud, lo llevó a tomar la decisión de abdicar de todos sus títulos.

El primer paso lo dio en Bruselas el 25 de octubre, donde abdicó de su título de duque de Borgoña en favor de su hijo Felipe, que acababa de llegar a la ciudad desde Londres. Empezó a leer su discurso con lágrimas en los ojos, pero no pudo terminarlo. Su emoción contrastó con la flema de Felipe, que le contestó con cuatro palabras en francés y el obispo de Arras se consideró en la obligación de acabar de responder en nombre de su señor. El gobierno efectivo de los Países Bajos quedó en manos del duque Manuel Filiberto de Saboya.

La reina de Inglaterra, Maria Tudor, ya era conocida como María la Sanguinaria (unos siglos después se dio este nombre a un cóctel: Bloody Mary), pues en su persecución de protestantes iba camino de las trescientas ejecuciones. El arzobispo de Canterbury fue destituido, acusado de herejía, y se dispuso que lo juzgara un tribunal de teólogos reunidos en Oxford. Su cargo fue ocupado por el cardenal Reginald Pole.

John Knox había hecho un intento de regresar a Inglaterra, pero, a la vista del panorama, no tardó en regresar a Ginebra. Allí los libertinos habían tratado de arrebatarle el poder a Calvino por la fuerza, pero su intento fracasó y tuvieron que huir de la ciudad. Así, Calvino se quedó sin oposición.

El Papa Paulo IV nunca había aprobado los intentos conciliadores del emperador Carlos V. Consideraba que era inútil tratar de convencer a los protestantes, y que lo que procedía era vencerlos sin más. Puesto que la Paz de Augsburgo suponía la rendición del emperador, el Papa buscó otro aliado dispuesto a combatir, y nadie más indicado que el rey Enrique II de Francia. El protestantismo había penetrado en las familias más influyentes de Francia. Incluso algunos oficiales reales eran hugonotes. El rey, alarmado, envió a Roma al cardenal Carlos de Lorena, el cual se reunió en diciembre con el Papa y admitió la necesidad de una lucha inmediata contra el calvinismo. Para reforzar la alianza con Francia, Paulo IV reconoció a Enrique II como legítimo rey de Nápoles.

El 16 de enero de 1556 el emperador Carlos V renunció a todos sus títulos (excepto los asociados a territorios alemanes) en favor de su hijo Felipe, que se convirtió, en particular, en el rey Felipe II de España. Una de sus primeras decisiones fue nombrar virrey de Nápoles al duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo. Tanto él como Felipe II exigieron a Paulo IV que se retractara de su "donación" de Nápoles al rey de Francia. El Papa los excomulgó y ofreció ayuda a Enrique II para invadir Italia. El rey envió un ejército bajo el mando del duque de Guisa, Francisco I.

Ese año murió el tirano de la Compañía, que así llamaba Paulo IV a san Ignacio de Loyola. (Obviamente, no fue él quien lo canonizó.) Paulo IV veía a los jesuitas como agentes de España. Unos días antes de declarar la guerra a Felipe II, el Papa había ordenado registrar el Colegio Romano en busca de armas.

Otros fallecidos ese año fueron:

Fuera de la India, los mongoles continuaban su decadencia: el zar Iván IV conquistó el kanato de Astraján.

El rey Gustavo I de Suecia nombró duque de Finlandia a su hijo Juan.

El pirata Dragut tomó la ciudad de Gafsa, en la costa Africana, y obtuvo de Estambul el gobierno de Trípoli.

El 12 de septiembre, el emperador Carlos V abdicó del título imperial y se retiró al monasterio de Yuste, en Extremadura.

El rey Juan Segismundo de Hungría cumplía dieciséis años y dominaba únicamente Transilvania, que adquirió status de principado independiente, aunque seguía pagando tributo al Imperio Otomano.

El poeta francés Pierre de Ronsard publicó la Continuación de los amores, en un tono más personal, libre de la erudición antigua y de las sutilezas petrarquistas, y los Himnos, donde trata temas políticos, religiosos y filosóficos.

Catedrático en Salamanca de retórica, griego y filosofía, el humanista Francisco Sánchez de las Brozas, más conocido como el Brocense, publicó sus lecciones de retórica con el título De arte dicendi.

Un joven flamenco de veinticinco años llamado Roland de Lassus renunció al cargo de director de coro de san Juan de Letrán, en Roma, para entrar en la capilla del duque Alberto V de Baviera, en Munich. Ese año publicó su primer libro de motetes.

En 1557, John Knox regresó a Escocia y organizó algunas comunidades protestantes, pero tuvo que huir de nuevo, mientras una efigie suya era quemada en Edimburgo en su lugar.

El rey Juan Segismundo de Hungría reconoció la libertad de culto a los luteranos en Transilvania.

El teólogo protestante Flacius Illyricus fue llamado a Jena por los príncipes de Sajonia para que fundara un centro del luteranismo.

Ese año murieron:

La intervención de los portigueses en el Congo había debilitado enormemente el poder del monarca. Los estados vecinos, hasta entonces sometidos en mayor o menor medida a vasallaje, empezaron a empanciparse. El estado de Ndongo, situado un poco más al sur, empezó a negociar directamente con los portugueses. Éstos se referían al territorio por el nombre de su jefe, N'gola, y fue este nombre el que acabó por prevalecer, deformado en Angola.

Un metalúrgico sevillano llamado Bartolomé Medina había emigrado a México tres años atrás y ahora ponía en práctica en Pachuca el llamado procedimiento de patio, que era un método de su invención (o, al menos, introducido por él en América) para obtener plata por amalgamación a partir de minerales pobres.

Tintoretto terminaba el óleo Susana y los viejos, con un desnudo (celulítico, como era usual en la época) en un hermoso jardín.

En abril, Francisco de Villagra emprendió una nueva campaña contra los araucanos, en la que pereció su caudillo Lautaro.

Los otomanos, en un intento de apoderarse de Marruecos, asesinaron al sultán Muhammad al-Sayj, pero no consiguieron su propósito.

El mundo a mediados del siglo XVI
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