Para la comida de hoy se había reservado plazas en el restaurante el Prigón de Catí.
La comida ha consistido en lo siguiente:
Bebidas.
Jarras de cerveza, botellas de vino, gaseosa, agua, y algún refresco para aquel que lo haya pedido.
Entrantes.
Dos rebanadillas de jamón serrano, acompañando a una lámina de queso fresco de Catí..
A continuación nos sirvieron en plato de a cuatro una empanadillas de espinaca con un pegotillo central de ajo aceite.
Para mí que no habían frito suficientemente la pasta y no había llegado a la descongelación con lo que mejor olvidémonos de las empanadillas de espinaca.
Acto seguido nos sirvieron en platos de a cinco una suerte de Pimientos del Piquillo rellenos de... todavía no sé lo que era el relleno. Pasemos página.
Primer plato.
Olla de la tierra, con caldo vegetal ligero, aunque también tenía trocitos pequeños de cerdo.
Segundo plato.
Paletilla de cordero al horno con guarnición. Para mi sosa como ella sola. La guarnición innombrable.
Postres.
Flan con nata de spray de bote.
Sorpresa.
Magníficas rosquillas de anís con mini empanadillas de boniato o cabello de ángel.
Cafés.
Al gusto de cada uno.
Precio.
17 € por comensal, aunque nosotros solamente hemos sacado del bolsillo y pagado 11 debido a diferencial kilometrico del autobús.
En total 56 comensales x 17€ = 952€ del ala o lo que es igual 158.399,47 pelas de toda la vida.
En resumen, hemos comido de lo lindo pues las raciones han sido muy generosas y hemos acabado bien llenos. La gente ha quedado contenta.
Servicio.
Han sido muy amables, a pesar de habernos presentado media hora antes en el salón que a su vez era compartido con otros comensales con el consiguiente trastorno para los prefesionales, además nos han tenido que montar un par de mesas aparte.
Hala al autobús a roncar (los de siempre), durante los 140 y pico Kms. que nos quedan de regreso para Valencia.
La Dent Ellada.