Shakespeare, inventor de palabras
Hamlet, un ejemplo
by Pilar Ezpeleta Piorno
MANUEL ÁNGEL CONEJERO
EDITORIAL BOARD GIORGIO MELCHIORI
ROGER PRINGLE
MARIA ANGELA TEMPERA
CANDIDO PÉREZ GALLEGO
JENARO TALÉNS
AGUSTIN MUÑOZ ALONSO
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The Notebooks of the Shakespeare Foundation of Spain are conceived
as a miscellaneous series that provides space for papers, articles, books,
scripts, or any other kind of written document relating to theatre, language
and communication. Although words like language, communication, theatre,
rhetoric, translation are well known to the general reader, the relationship
between them and the redefinitions and reinterpretations of their contents
and uses in the light of the practical and theoretical investigation carried
out in our institution, The Shakespeare Foundation of Spain, is, in our
opinion, a strong enough reason to start this editorial project. Thus these
publications are the result of the research carried out by members and
collaborators of The Shakespeare Foundation of Spain, either in the team
of translators (Shakespeare Institute), the teachers of the International
School of English and Communication, the actors and directors of the theatre
company or the teachers of our Drama School. Many published translations
and critical editions of Shakespeare’s plays, and many theatre productions
and workshops are part of our heritage as an academic institution. Translating
as much of this heritage and experience as possible into printed material
in an international context is the main purpose of the present notebooks.
Manuel Ángel Conejero
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La crítica shakesperiana ha comentado con cierta frecuencia las innovaciones léxicas del autor, pero en muchos casos los estudios se han limitado a presentar meros listados de ejemplos que localizan el uso de neologismos y acuñaciones, sin entrar a analizar los esquemas a partir de los cuales se formaron, las relaciones gramaticales que se establecen en los nuevos compuestos, o los propósitos por los que fueron creados. En ocasiones, los críticos han analizado las características de la dicción shakesperiana sin hacer distinción entre los nuevos términos y los que ya formaban parte del léxico inglés. En otras, los estudios se dedican en exclusiva a un método particular de creación léxica, o centran la atención en las consecuencias derivadas de la utilización de un determinado tipo de neologismos. La gramática de Franz por ejemplo, ofrece un listado de todos los tipos de creación léxica, pero, salvo en algunos casos, no hace referencia a las razones que pudieron motivar su creación, y en la gramática del Inglés Medio de Jespersen, los ejemplos shakesperianos son sólo una parte de un estudio general más amplio. En otros casos como el de Spurgeon , uno de los primeros estudios sobre la imaginería en Shakespeare, y de interés en lo referente a la particular codificación que la autora hace del contenido de las imágenes, vemos como los métodos estadísticos no resultan todo lo reveladores que cabría desear. Evans afirma, el mero recuento de imágenes, acuñaciones u otro tipo de elementos no puede en si mismo, dar idea de lo que Shakespeare consigue con el lenguaje. Se produce pues un cierto vacío al respecto de los principios que motivaron la creatividad del autor que ha conducido en muchos casos, si no a consideraciones erróneas, si quizá incompletas o inexactas en tanto que valoran sólo alguno de los aspectos que confluyen en el proceso.
Partiendo de la idea de que la época en la que Shakespeare escribe es especialmente adecuada y flexible en lo referente a la creación léxica, aunque no tanto en las cuestiones estéticas y de decoro lingüístico, realizaremos una revisión del momento evolutivo en que se hallaba la lengua inglesa en la época en la que Shakespeare vivió y los métodos de composición y acuñación empleados por el autor y sus contemporáneos, con el objeto de realizar un análisis del corpus léxico de Hamlet y determinar cuáles de los mecanismos de los que disponían los autores de la época serán los que utilizará Shakespeare para crear nuevos términos, como parte o contribución al estudio de su poética, de la relación entre la utilización del léxico y la construcción del universo dramático de sus obras, Hamlet en particular, por ser una de las obras en las que, junto con Troilus and Cressida, Othello y Henry V aparece mayor número de acuñaciones y nuevos términos. Pero también por ser una de las obras más estudiadas, una de las que más misterios encierra y una de las que más interrogantes deja todavía por contestar.
En la tarea nos enfrentamos a dos dificultades básicas. La primera se halla en relación con la cuestión de hasta qué punto es definitiva la autoría de Shakespeare al respecto de todos los neologismos y acuñaciones que el O.E.D. le atribuye. Y hasta que punto, sobre todo en el caso de las nonce-words el significado que éste u otros glosarios como el de Onions o Schmidt, les atribuyen es definitivo y no, cuando menos matizable, sobre todo en aquellos casos en los que se adscribe un nuevo matiz de significado al término, basándose precisamente en ese uso en concreto, en ese único contexto en el que han aparecido, un matiz que, como nos demuestra la práctica traductora, bien pudiera ser otro.
Otra de las dificultades radica en la elección del método, si el objetivo de nuestro estudio es subrayar algunas de las funciones de la creación léxica en Shakespeare como parte o contribución al estudio de su estilo, más desde la crítica que desde la linguística, hemos intentado en la medida de lo posible evitar los tecnicismos. Lo que proponemos es una aproximación histórica, práctica y dramática. Histórica en tanto en cuanto, si bien es cierto que Shakespeare poseía una imaginación y un talento para la creación verbal únicos, no es menos vierto que se vio favorecido por el estadio evolutivo en el que se encontraba su propia lengua. La herramienta con la que contaba era el inglés de finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, una lengua de la que no existirá un diccionario hasta 1604, que poseía una gramática muy fluida y un interés casi obsesivo por las formas de la retórica. Todo ello favoreció la experimentación con las palabras y los recursos para formarlas. Práctica en tanto que no dejó estudios sobre el lenguaje o la poética, y son sus obras, el único material del que disponemos para hallar las claves de sus teorías acerca del uso del lenguaje. Y dramático, ya que es en el impacto, en la efectividad escénica de sus construcciones lingüísticas donde podemos observar los resultados de sus concepciones teóricas acerca del lenguaje.