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EL CONGRESO DE VIENA SIGUIENTE

En 1815 los británicos tomaron Kandy, en Ceilán, e iniciaron una rápida colonización de lo que había sido una colonia neerlandesa: crearon caminos y vías férreas y organizaron una economía basada en las plantaciones. El cultivo del té se fue convirtiendo paulatinamente en el recurso principal de la isla.

El 15 de febrero zarpó de Cádiz una expedición de 15.000 hombres bajo el mando del teniente general Pablo Morillo con el objetivo de someter a Venezuela y Nueva Granada.

En el Río de la Plata, José Rondeau, pese la oposición del director Carlos María de Alvear, había iniciado la invasión del Alto Perú. El 19 de febrero la vanguardia de su ejército fue sorprendida y derrotada en El Tejar por el ejército realista.

El 24 de febrero murió en Nueva York el ingeniero Robert Fulton.

En su destierro en la isla de Elba, Napoleón estaba al corriente de lo que estaba sucediendo en Europa. Sabía que en el Congreso de Viena todavía recelaban de él y se barajaba la posibilidad de exiliarlo a las Azores, o a la isla de Santa Elena, en medio del océano Atlántico, e incluso había quien proponía ejecutarlo. Su esposa había vuelto a Austria y no había esperanzas de que volviera a ver a su hijo. Por otra parte, los franceses no estaban nada satisfechos con que Francia perdiera todos los territorios que se había anexionado desde que estallara la revolución francesa. Además, los prisioneros de guerra estaban regresando a Francia y con ellos se podría reorganizar la grande armée. Éstas y otras consideraciones lo llevaron a planear su regreso. El 26 de febrero, aprovechando el descuido de la guardia francesa y británica que lo custodiaba, embarcó con unos seiscientos hombres y el 1 de marzo estaba en Francia. Los ejércitos que supuestamente habrían tenido que detenerle se unían a él. Sin librar un solo combate, se encontró al frente de un considerable ejército.

Durante la guerra entre Gran Bretaña y los Estados Unidos, Argel había expulsado al cónsul estadounidense y declaró la guerra a los Estados Unidos aduciendo que no habían pagado a su debido tiempo el tributo al que Trípoli había renunciado diez años atrás, cuando fue derrotada. Acabada la guerra, el 3 de marzo el Congreso de los Estados Unidos aprobó el envío de una flota contra Argel bajo el mando del comodoro Stephen Decatur.

Los triunfos de José Gervasio Artigas en la Banda Oriental convencieron a Carlos María de Alvear, el director supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de la imposibildiad de retener el territorio, así que ordenó abandonar Montevideo sometiéndola previamente a un drástico saqueo, que tuvo lugar el 4 de marzo. La Banda Oriental quedó bajo el dominio de Artigas, que desde el año anterior la había organizado como una Liga de los Pueblos Libres, de los cuales él era el protector.

En el Estado de Virginia vivía un hombre llamado George Boxley, que había sido propietario de esclavos, pero que recientemente se había convertido en abolicionista. Es más, había recibido órdenes del Cielo para que se dedicara a liberar esclavos. Así lo hizo, y organizó una revuelta que debía estallar el 6 de marzo, pero una esclava llamada Lucy advirtió a su amo de la conspiración y ésta fue rápidamente abortada. Seis esclavos fueron encarcelados o ejecutados, y el propio Boxley fue arrestado, pero con la ayuda de su esposa logró escapar de la cárcel y, aunque se ofreció una recompensa, nunca fue capturado. Huyó a Ohio y de ahí a Indiana.

El 6 de marzo Olbers descubrió un cometa que hoy lleva su nombre.

La Santa Inquisición abrió un proceso al pintor Francisco de Goya por la obscenidad de su Maja desnuda, aunque finalmente fue absuelto por las influencias de alguna de sus amistades. Por esta época Goya pintó una serie de cuadros que reflejaban algunas escenas crueles y deprimentes de la España de su tiempo: Corrida de toros, Auto de fe de la Inquisición, Casa de locos, Procesión de disciplinantes...

Juan Ramírez de Orozco había salido de Arequipa a la captura del ejército de los independentistas de Cuzco. Tras casi un mes de cautas maniobras por parte de ambos bandos, se enfrentaron el 10 de marzo en la batalla de Umachiri, donde los rebeldes fueron estrepitosamente derrotados.

Cuando Napoleón se dirigía a Lyon, un ejército realista le interceptó el paso, pero Napoleón avanzó solo hacia él, se abrió el abrigo y dijo: "Si alguno de vosotros va a disparar a su emperador, que lo haga ahora", y todo el ejército adversario se unió a sus filas. (En París aparecieron pintadas que decían "Ya tengo suficientes hombres, Luis, no me envíes más. Napoleón.") El 13 de marzo Napoleón publicó un edicto en Lyon por el que disolvía las cámaras legislativas y convocaba una convención nacional para elaborar una nueva constitución. Ese mismo día llegaron al Congreso de Viena las noticias del regreso de Napoleón e inmediatamente se formó la séptima coalición contra él, que integró a prácticamente todas las potencias europeas.

El 15 de marzo el mariscal Ney se unió a Napoleón.

El concreso de Viena había decidido el año anterior entregar al príncipe Guillermo de Orange la soberanía de los Países Bajos, lo cual incluía las antiguas Provincias Unidas y también los Países Bajos españoles que luego habían pasado a Austria y luego a Francia. El 16 de marzo, asustado por las noticias sobre Napoleón, se proclamó rey de los Países Bajos, con el nombre de Guillermo I.

El 18 de marzo Napoleón escribió a su esposa la tercera carta desde que salió de Elba, en la que dice:

Mi querida Luisa, la gente corre en masa ante mí. Regimientos enteros lo dejan todo para unirse a mí. Cuando recibas esta carta estaré en París. Espero abrazarte antes de fin de mes.

El 19 de marzo entraba en París, abandonada precipitadamente por el rey Luis XVIII.

Los independentistas de Cuzco habían lograro reunir un ejército de 800 fusileros y 500 indios, pero lo pusieron bajo el mando de José Manuel Romano, que los traicionó y se rindió a los realistas. Los cabecillas de la revuelta huyeron en desbandada, pero pronto fueron capturados. El 25 de marzo Ramírez de Orozco dominaba el Cuzco y el 29 de marzo fue ejecutado José Angulo con algunos de sus colaboradores.

El rey Joaquín I de Nápoles, viendo que el Congreso de Viena estaba pensando en arrebatarle su reino, decidió jugárselo apoyando a Napoleón, y el 30 de marzo hizo un llamamiento al pueblo italiano para que se rebelara contra el dominio austríaco. Los italianos no reaccionaron, y los pocos que trataron de seguirlo fueron aplastados por los austríacos. Pese a ello, Murat avanzó rápidamente desde Nápoles al frente de unos 40.000 hombres. El 3 de abril derrotó junto al río Panaro (al sur de Módena) a un pequeño ejército austríaco, que se vio obligado a replegarse tras del Po.

En Indonesia se encuentra la isla de Sumbawa, sobre la que los neerlandeses habían establecido un protectorado a principios del siglo anterior. En ella se encuentra el monte Tambora, que el 5 de abril estalló convertido en volcán y en sólo un día generó una nube de ceniza que cubrió el Sol durante dos días enteros en un radio de 600 km. La erupción se prolongó durante diez días, en las que se calcula que arrojó a la atmósfera un millón y medio de toneladas de polvo. La materia incandescente que lanzó mató a unas 12.000 personas, a las que hay que sumar unas 49.000 que murieron de hambre en la región, porque todas las cosechas quedaron arruinadas.

Ese mismo día Pablo Morillo desembarcó en Venezuela y Francisco Tomás Morales, que se había convertido en la máxima autoridad militar de la región, se puso bajo su mando. El 7 de abril, Morillo y Morales desembarcaron en la isla Margarita, que era el último reducto revolucionario venezolano, y que fue sometido con poca resistencia, gracias a los ofrecimientos conciliadores de Morales.

El 8 de abril, mientras Joaquín I trataba de cruzar el Po por Occhiobello con una parte de su ejército (aunque el grueso de sus efectivos estaban ocupados asediando Ferrara) fue rechazado por los austríacos. El 9 de abril hizo un nuevo intento, pero los austríacos habían recibido refuerzos y el resultado fue peor aún. Con muchas pérdidas, tuvo que retirarse. El 10 de abril los austríacos expulsaron a los napolitanos de Módena tras derrotarlos en Carpi. El 12 de abril Joaquín I fue nuevamente derrotado en Casaglia, tras lo cual emprendió una huida a marchas forzadas, perseguido por un pequeño ejército austríaco bajo el mando del conde Adam Albert von Neipperg, que era el amante de María Luisa de Austria, la esposa de Napoleón.

En el Alto Perú, el rioplatense Martín Miguel de Güemes derrotó el 17 de abril al realista Joaquín de la Pezuela en el Puesto del Marqués. Por otro lado, el director supremo Carlos María de Alvear estaba preparando un ejército de 5.000 hombres bajo el mando de su ministro de guerra, Francisco Javier de Viana, para enfrentarse a Artigas en la Banda Oriental. Viana había enviado a su vanguardia bajo el mando del coronel Ignacio Álvarez Thomas, pero éste mantuvo una reunión secreta con un enviado de Artigas, tras la cual, el 18 de abril, se rebeló contra Alvear afirmando que no participaría en una guerra civil y regresó a Buenos Aires. Allí se encontró con un amplio sector que exigía la dimisión de Alvear, arrestó a Viana y Alvear se vio obligado a huir a Brasil mientras muchos de sus partidarios, incluido su tío, Gervasio Antonio de Posadas, fueron arrestados. El 20 de abril fue elegido como sucesor José Rondeau, cuyo principal mérito es que estaba a 2.000 kilómetros de distancia y, por consiguiente, no estaba en condiciones de perseguir a sus adversarios en la capital. En la práctica, fue Álvarez Thomas quien ejerció de director supremo y se encargó de deportar a los principales miembros de la Logia Lautaro. Inmediatamente entabló negociaciones con Artigas para llegar a un acuerdo de paz. Además se acordó convocar un congreso en Tucumán para redactar una nueva constitución. Entre los partidarios de Alvear que tuvieron que abandonar Buenos Aires se encontraba el chileno José Miguel Carrera, que, viéndose sin apoyos para reconquistar Chile, marchó a buscarlos en los Estados Unidos.

El 21 de abril von Neipperg derrotó con 3.000 hombres junto al río Ronco a los 8.000 hombres que formaban la retaguardia de Joaquín I. El 23 de abril von Neipperg derrotó con 600 hombres a la guarnición napolitana en Cesenatico, formada por 3.000 soldados.

Ese mismo día, un Consejo Nacional Servio proclamó una revuelta contra el dominio turco. Eligió como dirigente a Milos Obrenovic, que ya había participado en la revuelta de Karagjorgje, años atrás.

El 26 de abril las tropas realistas evacuaron Potosí, llevándose consigo las máquinas de la casa de la moneda y el tesoro público. Ese mismo día la ciudad fue tomada y saqueada por partidas de guerrilleros independentistas.

El 28 de abril von Neipperg expulsó a unos 3.000 napolitanos de Pesaro.

Joaquín I había llegado a Ancona, donde le esperaba un ejército de 30.000 hombres con el que planeaba enfrentarse al ejército principal austríaco en Italia, que avanzaba bajo el mando del general Frederick Bianchi. Para evitar que el ejército de von Neipperg se uniera al de Bianchi, envió un destacamento a cerrarle el paso bajo el mando del general Michele Carascosa, que el 1 de mayo fue derrotado en la batalla de Scapezzano.

En el Alto Perú, las relaciones entre José Rondeau y Martín de Güemes siempre habían sido tensas, pues éste pretendía seguir las directrices que le había marcado en su día José de San Martín cuando lo envió al norte. Finalmente se produjo una ruptura y Güemes abandonó el ejército del Norte juntamente con sus hombres. Rondeau puso al frente de su vanguardia a Francisco Fernández de la Cruz, que entró en Potosí. Pocos días después llegó Rondeau, que decretó la confiscación de todos los bienes de los soldados que luchaban en el bando realista.

El 2 de mayo Joaquín I se enfrentó a Bianchi en Tolentino, donde, tras dos días de combate, sufrió una rotunda derrota. El rey no tuvo más opción que emprender la retirada hacia Nápoles. Bianchi marchó al frente de un destacamento en su persecución y le dio alcance el 13 de mayo junto a Castel di Sangro, donde obtuvo una nueva victoria. Finalmente, Joaquín I llegó a San Germano, donde se reunió con el ejército que había dejado en reserva para defender Nápoles.

A pesar de sus éxitos militares, Simón Bolívar no halló ningún respaldo político en Nueva Granada, así que decidió embarcar hacia Jamaica, entonces colonia británica. Llegó a Kingston el 14 de mayo, y allí empezó a buscar el apoyo británico hacia la causa de la independencia de Sudamérica.

El 15 de mayo llegaron los austríacos a San Germano y entablaron una batalla que se prolongó hasta el 17 de mayo. El 19 de mayo Joaquín I huyó a Córcega y Michele Carascosa, que quedó al mando del ejército, firmó el 20 de mayo el tratado de Calazanza, que restablecía al rey Fernando I de Sicilia como rey de Nápoles. Sólo tres ciudades, Ancona, Pescara y Gaeta, se resistieron a aceptar la rendición y fueron puestas bajo asedio.

Ese mismo día zarpó de Nueva York la escuadra estadounidense enviada contra Argel.

Mientras tanto el Congreso de Viena reconocía la Neutralidad perpetua de Suiza en los conflictos europeos.

El 1 de junio fue aprobada la constitución francesa propuesta por Napoleón (aunque con una inmensa abstención). No hacía más concesiones a las libertades de los ciudadanos que las que ya había hecho el rey Luis XVIII.

El emperador Francisco I de Austria había rechazado el año anterior recuperar su título de emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, así que éste se dio por definitivamente extinguido. En su lugar aceptó presidir una Confederación Alemana, cuya acta de constitución fue aprobada el 6 de junio. La confederación integraba al Imperio Austríaco, a los reinos de Baviera, Hanover, Prusia, Sajonia y Würtemberg, doce principados, seis grandes ducados, doce ducados y las ciudades independientes de Bremen, Francfurt, Hamburgo y Lübeck.

El 9 de junio se clausuraba el Congreso de Viena. Sus disposiciones principales eran las siguientes:

En la delegación de Hesse en el Congreso de Viena figuraba Jacob Grimm, quien, ese mismo año, en colaboración con su hermano Wilhelm, publicó el segundo tomo de sus Cuentos de la infancia y del hogar. Jacob publicó también un tratado sobre mitología y una edición crítica de antiguos romances españoles.

El 15 de junio Napoleón cruzó la frontera de los Países Bajos al frente de un ejército de 128.000 hombres. Trazó el plan de enviar al mariscal Ney a enfrentarse con los británicos mientras él mismo se enfrentaba a los prusianos, impidiendo que ambos se unieran. Así lo hizo. El 16 de junio Ney se enfrentó en Quatre Bras al rey Guillermo I (Wellington llegó con retraso), mientras Napoleón se enfrentaba en Ligny al ejército prusiano del general Blücher. Aunque Blücher logró con gran dificultad ser completamente rodeado por los franceses, al caer la noche tuvo que retirarse con grandes pérdidas. Napoleón envió tras él un destacamento bajo el mando del general Emmanuel de Grouchy. El enfrentamiento en Quatre Bras resultó indeciso, aunque los aliados tuvieron que retirarse hacia Waterloo. Llegaron el 17 de junio perseguidos por Napoleón, que había unido sus tropas a las de Ney.

Mientras tanto, la flota estadounidense de Stephen Decatur, poco después de haber cruzado el estrecho de Gibrarltar, capturó una fragata argelina tras un combate en el que los argelinos tuvieron treinta muertos y más de cuatrocientos heridos, mientras que los estadounidenses apenas sufrieron bajas.

Ese mismo día concluyó una entrevista, iniciada el día anterior en una goleta anclada en el río Uruguay, entre un representante de José Gervario Artigas y otro de Ignacio Álvarez Thomas. Éste ofreció a Artigas la independencia de la Banda Oriental respecto de las Provincias Unidas del Río de la Plata, pero la oferta fue rechazada, pues lo que Artigas pretendía era que la Banda Oriental permaneciera integrada en las Provincias Unidas en un régimen federalista, cosa que Buenos Aires no podía aceptar porque obligaría a conceder un régimen similar al resto de las provincias. Buenos Aires no volvió a invadir la Banda Oriental, pero los ejércitos de ambas partes continuaron luchando por el control de las regiones fronterizas.

Grouchy actuó con torpeza en la persecución de los prusianos. Blücher tuvo tiempo de reorganizarse y de correr a reunirse con Wellington dejando su retaguardia en Wavre para retener a los franceses. Así, el 18 de junio tuvo lugar otro doble enfrentamiento: Napoleón se enfrentaba en Waterloo al grueso del ejército aliado mientras Grouchy luchaba con la retaguarda prusiana en Wavre. Tras todo un día de combates, Napoleón tuvo que retirarse dejando en el campo de batalla unos 31.000 cadáveres, a los que había que sumar más de 15.000 heridos. Aunque la batalla de Waterloo se asocia siempre al duque de Wellington, cabe señalar que el británico actuó en todo momento con la actitud defensiva que siempre le había caracterizado, y que el triunfo aliado debía más a la resolución del general prusiano von Blücher, que a sus 72 años no vaciló en atacar a pesar de que la indecisión de Wellington puso en peligro en más de una ocasión a los prusianos y al éxito de la batalla. Mientras tanto, la batalla de Wavre se prolongó hasta el 19 de junio y Grouchy obtuvo la victoria, si bien ésta fue inútil tras el desastre de Waterloo.

El estadounidense Decatur capturó otro buque argelino sin sufrir ninguna baja, mientras que su enemigo acabó con más de veinte muertos y algunos heridos.

Mehmet Alí había recibido noticias del regreso de Napoleón y receló de que tratara de invadir Egipto por segunda vez, así que dejó en manos de su hijo Tusun la guerra contra los wahabíes y llegó a El Cairo el mismo día de la batalla de Waterloo.

Napoleón regresó a París y consideró la posibilidad de instaurar una dictadura, pero finalmente abdicó en su hijo y trató de huir a los Estados Unidos. El 28 de junio el rey Luis XVIII regresaba a París, con lo que terminó el periodo de la historia francesa conocido como Los Cien Días, iniciado con la entrada de Napoleón en París. Durante los años siguientes, Francia permanecería ocupada por los ejércitos aliados. Cada semana, los ministros del rey debían rendir cuentas a los embajadores aliados, que se reunían en la casa de Wellington en París. Las instituciones y leyes napoleónicas permanecieron en vigor, salvo que se ilegalizó el divorcio, que "deshonraba al código civil".

El 29 de junio José Gervasio Artigas presidió en Concepción del Uruguay el Congreso de Oriente, que proclamó la Liga de los Pueblos Libres, una federación entre la Banda Oriental y otras cinco provincias limítrofes de las Provincias Unidas del Río de la Plata, bajo el control de Artigas. Se proclamó la independencia de España y se adoptó una bandera igual a la de las Provincias Unidas (azul-blanca-azul), pero atravesada en diagonal por una franja roja que simbolizaba el federalismo. Se acordó enviar una delegación a Buenos Aires, que llegó el 11 de julio, pero no fue recibida por el director Álvarez Thomas. Se ofreció una vez más a los delegados la independencia de la Banda Oriental, pero éstos insistieron en que la Banda Oriental pretendía integrarse federalmente en las Provincias Unidas.

Viéndose perseguido y sin escapatoria, el 15 de julio Napoleón pidió asilo político al capitán Frederick Maitland, del barco británico Bellerophon. Su estrategia era acogerse a la jurisdicción británica, que le garantizaría el derecho de habeas corpus, es decir a no ser encarcelado sin un juicio, pero no funcionó. Los británicos no consintieron que pusiera el pie en Gran Bretaña. José Bonaparte emigró a los Estados Unidos, Lucien fue acogido en Roma por el Papa Pío VII, Jerónimo marchó a Suiza, mientras que Luis permaneció en Francia.

El 30 de junio, dos días después de presentarse con su flota ante Argel, Decatur logró que sus autoridades aceptaran un nuevo tratado de paz con los Estados Unidos. Luego marchó a Trípoli y Túnez, donde no halló ningún obstáculo para cobrar una indemnización por los daños ocasionados por los piratas el año anterior. Después regresó a los Estados Unidos, donde fue aclamado como "el conquistador de los piratas berberiscos".

El 8 de agosto, con la toma de Gaeta, el rey Fernando I de las Dos Sicilias recuperó el control de todo su reino.

El pintor Jacques-Luis David había secundado a Napoleón durante los Cien días, y tras Waterloo había decidido huir a Suiza, pero ahora regresaba a Francia confiando en no tener muchos problemas con las autoridades.

La Academia Francesa recuperó su nombre tras un periodo en el que había sido reducida a una sección del Instituto de Francia.

Desde Venezuela, Morillo y Morales habían pasado a Nueva Granada. Después de entrar en Santa Marta, prepararon el asedio de Cartagena de Indias, que había sido aislada por tierra el mes anterior y desde el 26 de agosto fue bloqueada también por mar.

Simón Bolívar, en respuesta a una carta de un estadounidense, escribió la llamada carta de Jamaica, datada el 6 de septiembre, en la que analiza la situación política de Sudamérica, su historia y sus perspectivas de futuro.

El zar Alejandro I de Rusia estaba atravesando un periodo de misticismo que lo llevó a convencerse de que este pasaje bíblico:

"Del norte levanté a uno, y vendrá; del nacimiento del sol invocará mi nombre; y pisoteará príncipes como lodo, y como pisa el barro el alfarero."  (Is XLI 25)

hacía referencia a él mismo y a su victoria sobre Napoleón. Y dispuesto a asumir tan alto destino, promovió la creación de una Santa Alianza, cuyo texto fue redactado por él mismo y el 26 de septiembre lo firmó junto con el emperador Francisco I de Austria y el rey Federico Guillermo III de Prusia. Su objetivo era asegurar que la política europea fuera en todo momento acorde a los principios de la religión, y no deja de ser irónico que los tres firmantes profesaran tres religiones diferentes.

En La Coruña se produjo un nuevo intento de rebelión contra el absolutismo del rey Fernando VII de España. Lo dirigió Juan Díaz Porlier, uno de los guerrilleros que habían luchado contra los franceses en nombre del que ahora se convertía en su verdugo, pues Porlier fue ejecutado el 3 de octubre.

El rey Joaquín I de Nápoles trató de recuperar su reino, para lo cual salió de Córcega y el 8 de octubre desembarcó en Calabria. Esperaba contar con el apoyo popular, pero fue todo lo contrario. Los calabreses no le perdonaban todas las medidas que había tomado para acabar con el bandidaje durante su reinado. Fue capturado y ejecutado el 13 de octubre.

El 17 de octubre Napoleón fue conducido a la isla de Santa Elena. Inicialmente convivió con un colono británico llamado William Balcombe y su familia.

El 20 de octubre Joaquín de la Pezuela derrotó al ejército del Norte rioplatense en Venta y Media.

Un ingeniero de veintisiete años llamado Augustin Jean Fresnel, aprovechó que sus convicciones realistas lo habían llevado a perder su trabajo durante los Cien días para dedicar más tiempo a sus investigaciones sobre la difracción de la luz. Éstas le llevaron a postular que la luz es una clase de onda, cuando la comunidad científica se inclinaba por la teoría corpuscular de Newton. Fresnel desconocía los trabajos previos de Huygens y Young sobre la teoría ondulatoria, y ahora que ya había recuperado su puesto de trabajo, publicó sus conclusiones. Éstas contenían una teoría matemática capaz de predecir correctamente las interferencias producidas por la difracción de la luz cuando ésta se encuentra con un obstáculo o una rendija y la aplicó para obtener resultados teóricos sobre las interferencias de una fuente de luz reflejada en dos espejos.

Ampère publicó por las mismas fechas algunos resultados sobre la refracción de la luz.

Percy Bisshe Shelley malvivía con su esposa en las afueras de Londres, tratando de rehuir a los acreedores. Ésta se hacía llamar Mary Shelley, aunque no estaban casados. Por esta época Percy escribió Alastor o el espíritu de la soledad, que en su momento no causó un gran impacto, pero hoy se considera una de sus obras mayores.

Ese año se publicó en Gran Bretaña una novela titulada Guy Mannering, firmada por "El autor de Waverley". Era un secreto a voces se trataba de Walter Scott, hasta el punto de que el príncipe de Gales lo invitó a cenar porque quería conocer al "autor de Waverley", pero oficialmente Scott no reconoció su autoría.

El 5 de noviembre, el insurgente mexicano José María Morelos fue derrotado y hecho prisionero en la batalla de Tezmalaca.

Tras derrotar a sus enemigos en la batalla de Te Feipi, el rey Pomare II  pudo regresar a Tahití y fue reconocido como rey de esta isla y sus vecinas.

Beethoven atravesaba una mala racha. Su economía se resentía, pues ya no contaba con el apoyo de ningún mecenas, y gastó una gran cantidad de dinero para procurar atención médica a su hermano Carl, que acabó muriendo el 15 de noviembre, y entonces se vio envuelto en un complejo pleito con su cuñada por la custodia de su sobrino Karl, que tenía entonces nueve años.

El príncipe von Metternich, que se estaba convirtiendo en el principal director de la política austríaca, consideraba que la Santa Alianza era, según sus propias palabras, un "rien sonore" (una nada retumbante), pero la idea de que la política europea fuera dirigida por una alianza entre las potencias principales le pareció buena. Como los británicos nunca se adherirían a lo que su ministro de asuntos exteriores, a la sazón Robert Stewart, el vizconde de Castlereagh, había calificado de "documento de misticismo y tontería sublimes", se las arregló para que el 20 de noviembre Austria, Gran Bretaña, Prusia y Rusia firmaran una Cuádruple alianza, más prosaica, que regulara la política europea a través de reuniones diplomáticas periódicas y garantizara la ayuda mutua de las potencias para sofocar cualquier brote revolucionario o liberal que surgiera en el seno de cualquiera de ellas.

Ese mismo día fue fusilado el mariscal Ney, tras haber sido declarado culpable de traición (por su apoyo a Napoleón) por un consejo de guerra. Se le concedió el derecho de dar la orden de disparar y la dió con estas palabras:

¡Soldados, rechazo ante Dios y ante la Patria el juicio que me condena! He luchado cien veces por Francia y nunca contra ella. Apelo a los hombres, ante Dios, ante la posteridad. Apuntad directo al corazón. ¡Viva Francia!

Los británicos habían desarrollado una exitosa campaña contra los nepalíes, que entablaron negociaciones para llegar a un acuerdo de paz, pero el 25 de noviembre se negaron a ratificarlo, por lo que el gobernador Hastings se dispuso a invadir Nepal con un ejército de 20.000 hombres bajo el mando del general Sir David Ochterlony, que había destacado durante la campaña precedente.

El 29 de noviembre tuvo lugar en los macizos de Viluma el enfrentamiento decisivo entre el ejército del Norte rioplatense, dirigido por José Rondeau, y el ejército realista dirigido por Joaquín de la Pezuela. Éste contaba con más de 4.000 hombres, que se enfrentaron a algo más de 3.000 rioplatenses, de los cuales más de un millar acabaron muertos o heridos, mientras que los realistas contaron muy pocas bajas. Además, los rioplatenses perdieron toda su artillería. Rondeu tuvo que retirarse perseguido por Pedro Antonio Olañeta. Poco después el rey Fernando VII nombraría marqués de Viluma a Joaquín de la Pezuela.

El virrey del Perú, José Fernando de Abascal, había publicado un artículo en un periódico de Lima en el que se atribuía los méritos del sometimiento de los independentistas chilenos. Cuando el gobernador de Chile, Mariano Osorio, tuvo noticia de esto, envió una respuesta al mismo periódico desmintiendo a su superior y atribuyéndose los méritos. Como consecuencia Abascal destituyó a Osorio y nombró en su lugar a Casimiro Marcó del Pont.

El 6 de diciembre los españoles tomaron Cartagena de Indias. Se calcula que más de seis mil personas murieron durante el asedio, y este número aumentó sensiblemente con la entrada de los españoles.

El 10 de diciembre Napoleón fue trasladado a Longwood House, que se convertiría en su residencia definitiva en Santa Elena.

La situación de Bolívar en Jamaica era precaria. Llegó a sufrir un intento de asesinato, del que se libró porque no pudo acudir a la pensión en la que se alojaba por falta de pago. Sin obtener ningún apoyo explícito por parte del gobierno británico, el 15 de diciembre dejó la isla con destino a Haití.

"La autora de Orgullo y Prejuicio" publicó su nueva novela, Emma. La obra no gustó mucho a los admiradores de Jane Austen, que dijeron cosas como "no hay historia alguna en esta novela", o "hay poco que recordar" o "es demasiado natural para ser interesante", pero en cambio recibió unas críticas muy positivas de Walter Scott.

El 22 de diciembre, tras haber sido juzgado como hereje por la Santa Inquisición, José María Morelos (que era sacerdote) fue ejecutado. El virrey Félix Calleja desencadenó una drástica represión, con medidas como la ejecución de uno de cada diez (o, a veces, de cada cinco) varones de cada pueblo que había apoyado a la insurgencia.

La restauración de la Compañía de Jesús había dado nuevas alas a los jesuitas que, hasta entonces, habían pasado más o menos desapercibidos en su exilio ruso. Por ello, el 20 de diciembre, el zar Alejandro I publicó un edicto de expulsión.

El 24 de diciembre llegó Bolívar a Haití, dispuesto a presentar al presidente Petion un plan de reconquista de Venezuela.

El 25 de diciembre se estrenó en Viena la obertura Para la Onomástica, de Beethoven, una obra que debía haber acabado el año anterior para una celebración en Francia en honor del rey Francisco I, pero que, al no haberla podido terminar a tiempo, la había dejado relegada hasta ahora.

Este fue uno de los años más prolíficos de Franz Schubert, que, a sus dieciocho años, llegó a componer en total unos 20.000 compases. Entre sus obras más destacadas estaban su segunda sinfonía, iniciada el año anterior, y su tercera sinfonía.

Weber estrenó su concierto para trompa y orquesta en mi menor. Rossini sólo estrenó dos óperas: Elisabetta, regina d'Inghilterra, estrenada en Nápoles, y Torvaldo e Dorliska, estrenada en Roma el 26 de diciembre.

Luigi Cherubini había viajado a Londres para dirigir el estreno de tres obras que le había encargado la Real Sociedad Filarmónica de Londres: una sinfonía, una obertura y una composición para coro y orquesta.

El 2 de enero de 1816 Simón Bolívar se entrevistó con Alexandre Petion, el presidente de Haití, quien se comprometió a facilitarle recursos para organizar una expedición a Venezuela. Los refugiados venezolanos y neogranadinos lo reconocieron como general en jefe. Ese año Petion se proclamó presidente vitalicio, y elaboró una nueva Constitución. Similarmente, Gaspar Rodríguez de Francia, el dictador supremo de la república del Paraguay, cuya dictadura acababa —en principio— dentro de tres años, reunió un Congreso que lo nombró dictador perpetuo para después autodisolverse. Rodríguez de Francia controló el país exaustivamente: nadie podía entrar ni salir sin su autorización, controlaba la Iglesia y suprimió las instituciones culturales, excepto la enseñanza primaria, que hizo obligatoria. Por otra parte, impuso una férrea honestidad administrativa, condenando el robo con la muerte. Llevó al país hacia la autarquía. El comercio estaba prohibido excepto en dos puertos, para importar lo más esencial, y el comercio con el exterior tenía que hacerse mediante trueque, sin dinero.

En el Alto Perú, José Rondeau había recibido dos mil hombres de refuerzo con los que pudo organizar una resistencia en Jujuy frente al ejército realista que lo perseguía.

El 21 de enero se conmemoró en Londres la ejecución del rey Luis XVI de Francia con un Requiem de Cherubini. Entre los "regicidas" que habían votado su ejecución se encontraba el pintor Jacques Louis David, que ahora fue expulsado de Francia por tal motivo, como consecuencia de una nueva ley del 12 de enero que excluía de toda amnistía a los regicidas que habían firmado la última constitución napoleónica. David solicitó asilo político al Papa, pero le fue denegado, y el 27 de enero fue aceptado en los Países Bajos. Se instaló en Bruselas.

El 30 de enero el Papa Pío VII promulgó su encíclica Etsi longissimo terrarum, dirigida al clero americano, en el que recordaba cuán pecaminoso era oponerse a la legítima soberanía del devoto rey Fernando VII:

Aunque inmensos espacios de tierras y de mares nos separan, bien conocida Nos es vuestra piedad y vuestro celo en la práctica y predicación de la Santísima Religión que profesamos. Y como sea uno de sus hermosos y principales preceptos el que prescribe la sumisión a las Autoridades superiores, no dudamos que en las conmociones de esos países, que tan amargas han sido para Nuestro Corazón, no habréis cesado  de inspirar a vuestra grey el justo y firme odio con que debe mirarlas. Sin embargo, por cuanto hacemos en este mundo las veces del que es Dios de paz, y que al nacer para redimir al género humano de la tiranía de los demonios quiso anunciarla a los hombres por medio de sus ángeles, hemos creído propio de las Apostólicas funciones que, aunque sin merecerlo, Nos competen, el excitaros más con esta carta a no perdonar esfuerzo para desarraigar y destruir completamente la funesta cizaña de alborotos y sediciones que el hombre enemigo sembró en esos países. Fácilmente lograréis tan santo objeto si cada uno de vosotros demuestra a sus ovejas con todo el celo que pueda los terribles y gravísimos prejuicios de la rebelión, si presenta las ilustres y singulares virtudes de Nuestro carísimo Hijo en Jesucristo, Fernando, Vuestro Rey Católico, para quien nada hay más precioso que la Religión y la felicidad de sus súbditos; y finalmente, si se les pone a la vista los sublimes e inmortales ejemplos que han dado a la Europa los españoles que despreciaron vidas y bienes para demostrar su invencible adhesión a la fe y su lealtad hacia el Soberano. Procurad, pues, Venerables Hermanos o Hijos queridos, corresponder gustosos a Nuestras paternales exhortaciones y deseos, recomendando con el mayor ahinco la fidelidad y obediencia debidas a vuestro Monarca; haced el mayor servicio a los pueblos que están a vuestro cuidado; acrecentad el afecto que vuestro Soberano y Nos os profesamos; y vuestros afanes y trabajos lograrán por último en el cielo la recompensa prometida por aquél que llama bienaventurados e hijos de Dios a los pacíficos. Entre tanto, Venerables Hermanos e Hijos queridos, asegurándoos el éxito más completo en tan ilustre fructuoso empeño, os damos con el mayor amor Nuestra Apostólica Bendición.

Rondeau esperaba nuevos refuerzos que se acercaban bajo el mando de Gregorio Aráoz de Lamadrid, pero el 31 de enero fue derrotado por los realistas en Culpina.

En febrero Pablo Morillo hizo fusilar en Cartagena de Indias a nueve revolucionarios, en lo que fue el inicio de un régimen de terror contra la insurgencia. Desde allí envió cuatro columnas en direcciones distintas para ocupar Nueva Granada.

La guerra entre Gran Bretaña y los Estados Unidos, junto con algunos reveses comerciales, había paralizado el proyecto de John Cuffee de repatriar negros a Sierra Leona, pero finalmente estuvo en condiciones de retomarlo y el 3 de febrero llegó a Freetown con treinta y ocho colonos negros. Más tarde regresó a Nueva York donde, a pesar de que no recibió ninguna ayuda estatal, empezó a planear un envío masivo y sistemático de transporte de emigrantes. Muchos negros mostraron interés por el proyecto.

El 12 de febrero Pedro Antonio Olañeta derrotó a Aráoz en el río San Juan, cuando éste se retiraba a la ciudad de Tarija. El 13 de febrero Olañeta entró en esta ciudad. Poco después José Rondeau recibió orden de retirarse a Tucumán con su maltrecho Ejército del Norte.

Beethoven logró arrebatarle a su cuñada la custodia de su sobrino y lo ingresó en un colegio colegio privado, mientras los pleitos continuaban. Ese año su producción musical fue escasa: compuso poco más que su sonata para piano número 28.

Schubert compuso su cuarta y su quinta sinfonía, si bien permanecieron inéditas, como la mayor parte de su obra.

Weber dejó su puesto de director de la Ópera de Praga para trasladarse a Berín.

El 20 de febrero Rossini alcanzó uno de sus mayores éxitos al estrenar en Roma Il barbiere di Siviglia. Rossini afirmó haberla compuesto en trece días. En realidad el estreno fue muy conflictivo, pero las representaciones siguientes causaron furor. Unos meses más tarde presentó en Nápoles La gazzetta y Otello.

Ese año, la rebelión militar contra el rey Fernando VII de España la encabezó el general Vicente Richard el 21 de febrero, que intentó secuestrar al rey para obligarlo a jurar la constitución de Cádiz, pero fracasó al igual que los intentos precedentes.

El 28 de febrero los británicos infligieron una severa derrota a los nepalíes en la batalla de Makwanpur, y el 4 de marzo se firmó el tratado de Sugauli que ponía fin a la guerra. Nepal perdió la tercera parte de su territorio, aunque poco después le fue devuelta una parte de los territorios cedidos.

El 20 de marzo murió en Río de Janeiro la reina María I de Portugal. Su hijo, que ya ejercía de regente desde finales del siglo anterior por la demencia de su madre, fue coronado como el rey Juan VI del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, pues el Congreso de Viena había reconocido a Brasil como un nuveo reino bajo la soberanía de María I. El nuevo monarca decidió permanecer en Brasil a pesar de que la metrópoli ya no estaba amenazada por Napoleón. Ese año casó a su hija Isabel con el rey Fernando VII de España (que era su tío, hermano de su madre, Carlota Joaquina de Borbón).

El 24 de marzo inició sus sesiones el Congreso de Tucumán, en las Provincias Unidas del Río de la Plata, integrado por dieciocho abogados, nueve sacerdotes, dos frailes y cuatro militares. No enviaron representantes ni Paraguay, que ya había declarado su independencia respecto de las Provincias Unidas, ni las provincias de la Liga de los Pueblos Libres, constituida alrededor de la Banda Oriental, ni algunas provincias del Alto Perú, en poder de los realistas. Pocos días antes, José de San Martín instaba en una carta a declarar de una vez la independencia:

¡Hasta cuándo esperamos declarar nuestra independencia! ¿No le parece una cosa bien ridícula acuñar moneda, tener el pabellón, y por último hacer la guerra al soberano de quien en el día se cree dependemos. ¿Qué nos falta más que decirlo? Por otra parte, ¿qué relaciones podremos emprender cuando estamos a pupilo? Los enemigos (y con mucha razón) nos tratan de insurgentes, pues nos declaramos vasallos... Ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas. Veamos claro, mi amigo; si no se hace, el Congreso es nulo en todas sus partes, porque reasumiendo éste la soberanía, es una usurpación al que se cree verdadero, es decir, a Fernandito.

El 31 de marzo Simón Bolívar salió de Haití rumbo a Venezuela.

La guerra entre Gran Bretaña y los Estados Unidos había potenciado un fuerte nacionalismo estadounidense. Los héroes de la guerra fueron ensalzados, como Andrew Jackson, o Stephen Decatur, el "conquistador de los berberiscos", que en una fiesta celebrada en Norfolk rspondió a un brindis en su honor con unas palabras que se hicieron famosas:

¡Por nuestro país! Que en sus relaciones con las naciones extranjeras tenga siempre la razón, pero, con razón o sin ella, ¡por nuestro país!

En este fervor nacionalista, el partido federalista que se había opuesto a la guerra y cuyas acciones habían rozado la traición, se sumió en el más profundo desprestigio y, ya durante el último año de la guerra, muchos de sus seguidores empezaron a pasarse al partido republicano demócrata. Este movimiento trasvasó también a este partido algunos aspectos de la ideología federalista, en especial uno que encajaba perfectamente con el nacionalismo dominante: la idea de un estado federal fuerte. En teoría, esta idea era el núcleo de la ideología federalista, pero ahora era adoptada por los republicanos demócratas con el nombre de unionismo. El ala unionista dentro del partido republicano demócrata indujo al presidente Madison a plantearse la reconstrucción del Banco de los Estados Unidos, que los demócratas republicanos habían dejado extinguirse cinco años atrás, cuando expiró el plazo asignado en el momento de su constitución. Los principales impulsores del proyecto fueron John Caldwel Calhoun y Henry Clay, que no desaprovecharon ocasión para poner en evidencia el perjuicio que había supuesto para el país carecer de un banco federal durante la guerra. Finalmente, el Congreso aprobó el proyecto el 10 de abril, que estableció la creación del Segundo Banco de los Estados Unidos por un periodo de veinte años.

Ese mismo día se recibió una Real Orden por la que el virrey del Perú, José María de Abascal, era relevado de su cargo a petición propia y era reemplazado por Joaquín de la Pezuela. Abascal regresó a España.

El 14 de abril llegó a Santa Helena sir Hudson Lowe, a quien se había encomendado la seguridad de Bonaparte y que se tomó tantas precauciones e impuso medidas tan férreas que se ganó la enemistad, no ya de Napoleón, sino de su propio séquito.

Ignacio Álvarez Thomas, el director interino de las Provincias Unidas del Río de la Plata, envió una expedición al frente de Eustoquio Díaz Vélez con el fin de retener la ciudad de Santa Fe, que pretendía adherirse a la Liga de los Pueblos Libres de José Gervasio Artigas. Sin embargo, Dïaz Vélez buscó el consenso con Artigas para tratar de persuadirlo de que enviara diputados al Congreso de Tucumán. Parte del acuerdo consistió en que el 16 de abril Díaz Vélez forzó a dimitir a Álvarez Thomas, que fue sucedido, siempre a título interino, por Antonio González Balcarce.

El 27 de abril el Congreso de los Estados Unidos aprobó otra medida unionista, también impulsada por Calhoun y Clay, que en otros tiempos se habría considerado propia del partido federalista, y fue la imposición de un arancel sobre las importaciones de productos manufacturados, como el cuero, los textiles, sombreros, papel, etc. Su finalidad era potenciar el consumo de productos nacionales aunque, en principio, fueran de menor calidad que los de importación. Sin embargo, el presidente Madison era un republicano demócrata "auténtico" y recelaba de un gobierno excesivamente poderoso, así que llegó a echar atrás con su veto algunas propuestas que consideró excesivamente "unionistas", como lo que Clay había llamado el "sistema americano", consistente en que el gobierno federal se hiciera cargo de la construcción de una red de caminos, puentes y canales a lo largo de toda la nación. Madison se convertía así en uno de los principales (al menos, el más poderoso a la sazón) defensores de la doctrina de "los derechos de los Estados", según la cual el gobierno federal debía limitarse a ejercer las atribuciones que explícitamente le concedía la Constitución, dejando el resto en manos de los Estados. Así pues, la oposición entre federalistas y defensores de los derechos de los Estados había pasado de enfrentar a dos partidos políticos a enfrentar a dos sectores del mismo partido.

El 2 de mayo se celebró la boda entre Carlota Augusta de Gales, la hija de veinte años del príncipe de Gales, con Leopoldo, príncipe de Sajonia-Coburgo, hermano del duque Ernesto de Sajonia-Coburgo. Después de que Napoleón invadiera el ducado familiar, Leopoldo estuvo un tiempo en París, donde rechazó el cargo de asistente que le ofreció el Emperador para marchar a Rusia. Allí destacó en la lucha contra Napoleón bajo las órdenes del zar Alejandro I, que le concedió el grado de mariscal de Rusia.

Ese mismo día la flota de Simón Bolívar capturó a los españoles un bergantín y una goleta. El 3 de mayo desembarcó en la isla Margarita, donde recibió el respaldo de sus habitantes, que se unieron a su causa y le reconocieron el mando supremo.

Ese mismo día el Congreso de Tucumán nombró a Juan Martín de Pueyredón director supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Pablo Morillo tomó Santa Fe de Bogotá, donde formó tres tribunales: un Consejo de Guerra encargado de juzgar a los revolucionarios, un Consejo de Purificación, que se ocupaba de los menos comprometidos con la revolución, y una Junta de Secuestros, que se ocupaba de confiscar los bienes de los acusados.

Francisco Javier Mina había pasado de Francia a Gran Bretaña, y allí había tenido noticias de la rebelión mexicana contra España, así que, contando con alguna ayuda británica, el 15 de mayo embarcó rumbo a los Estados Unidos junto con algunos oficiales españoles, italianos y británicos con el objetivo de ayudar a la insurgencia mexicana.

El 25 de mayo Simón Bolívar dejó la isla Margarita y el 1 de junio desembarcó en Carúpano, en la costa venezolana, donde obtuvo una victoria sobre los realistas.

Las cenizas que había lanzado a la atmósfera el volcán Tambora el año anterior habían alterado significativamente el clima mundial (aunque entonces no se sabía la causa del fenómeno). Tanto en Europa como en el noreste de América se apreció una bajada espectacular de las temperaturas. El mes anterior la escarcha había arruinado muchas cosechas, y en junio hubo tormentas de nieve en Canadá y Nueva Inglaterra. En pleno verano se detectó hielo en ríos y lagos de latitudes tan meridionales como la de Pennsilvania. En Europa se desató una hambruna que produjo revueltas en Gran Bretaña y Francia, donde se saquearon almacenes, y sobre todo en Suiza. También en China hubo nieve estival y malas cosechas.

Lord Byron había terminado escandalizando a la sociedad británica: su esposa lo había abandonado por sus infidelidades, se rumoreaba que había mantenido relaciones incestuosas con su hermana, con la que de hecho tuvo una hija, se le acusaba también de sodomía y de escribir poemas antipatrióticos. En vista de su escasa popularidad, decidió abandonar Gran Bretaña y estuvo de turismo por Europa. Visitó entre otras la localidad turística de moda: Waterloo, y finalmente se estableció en Suiza donde mantuvo un idilio con Claire Clermont, la hermanastra de Mary Shelley. Cuando ya se había cansado de ella, le sugirió que invitara a su hermanastra y a su cuñado, con quienes pasó el verano en una casa a orillas del lago Lemán. La relación entre Percy Shelley y Byron influyó en sus obras respectivas. Shelley compuso su Himno a la belleza intelectual, y el poema Mont Blanc, que incluyó en el libro Historia de una excursión de seis semanas, escrito junto con Mary. A su vez, Byron muestra la influencia de Shelley en el tercer canto de La peregrinación de Childe Harold y en Manfred. Pero el acontecimiento más famoso de estas vacaciones tuvo lugar una noche del 17 de junio, cuando lord Byron, retó a los participantes en una velada noctura, después de haber leído una antología de historias de fantasmas, a que escribieran una novela terrorífica. No queda constancia de que lo hicieran otros aparte de John William Polidori, el médico de Byron, y Mary Shelley. Polidori escribió Ernestus Berchtold o el moderno Edipo, obra que ha quedado eclipsada por la de Mary Shelley: Frankenstein o el moderno Prometeo. Polidori es autor de algunas obras consideradas mediocres, aunque una de ellas, compuesta unos días después, logró cierta fama. Se trata de El vampiro, cuyo protagonista es un vampiro de corte aristocrático (con ciertos rasgos de Byron, a decir verdad) que se convertiría en modelo de muchas historias posteriores.

El 6 de julio Bolívar desembarcó en Ocumare, pero poco después, ante el contraataque de Francisco Tomás Morales, enviado por Pablo Morillo desde Nueva Granada, tuvo que retirarse y regresar a Haití.

Ese mismo día Manuel Belgrano, recién llegado de Gran Bretaña, asistió al Congreso de Tucumán, donde propuso establecer una monarquía parlamentaria con capital en Cuzco y elegir como rey a un descendiente de los Incas. Consideraba que sólo así se podría lograr, por una parte, que el conservador Perú se uniera a las Provincias Unidas y, por otra, que Europa reconociera la nueva nación.

El 9 de julio Pueyrredón tomó posesión de su cargo de Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Ese mismo día el Congreso de Tucumán declaró la independencia de las Provincias Unidas del río de la Plata, aunque en el texto aprobado se habla de las Provincias Unidas en Sud-América.

El 14 de julio murió de una apoplejía en su prisión de Cádiz el revolucionario venezolano Francisco de Miranda.

El presidente de las Provincias Unidas de Nueva Granada, Camilo Torres Tenorio, fue capturado por los hombres de Pablo Morillo y llevado a Bogotá.

Algunos de los indios que habían luchado en alianza contra los británicos en el sur de los Estados Unidos, y que habían sido derrotados por el enérgico Andrew Jackson, habían cruzado la frontera española de Florida y se habían adueñado de un fuerte británico abandonado llamado fort Apalachicola, en la desembocadura del río del mismo nombre. Con ellos se habían reunido numerosos negros que huían de la esclavitud, y estos grupos de negros e indios se llamaban a sí mismos seminolas, de una palabra india que significa "fugitivos". Desde el fuerte, los seminolas realizaban incursiones en Georgia y Alabama. Además, el fuerte era un reclamo para muchos esclavos que se aventuraban a fugarse y buscar refugio en él. Por ello, los Estados Unidos enviaron un ejército que el 27 de julio destruyó fort Apalachicola. Técnicamente, esta incursión había supuesto una violación de la frontera Española, pero no había españoles en las proximidades y España no estaba interesada en generar un conflicto. Los seminolas contraatacaron y así se inició la Guerra seminola.

Un oficial venezolano llamado José Antonio Páez estaba obteniendo desde principios de año algunas victorias contra los Españoles en Nueva Granada. Fue convocado a una reunión de oficiales granadinos y venezolanos que se celebró en Arauca, en Nueva Granada con objeto de formar un gobierno provisional. Finalmente se constituyó un gobierno civil en Guasdualito (Velezuela), pero las autoridades militares no reconocieron a los funcionarios que éste nombró y, en su lugar, propusieron a Páez como jefe supremo en la región.

El 7 de agosto José Rondeau fue relevado del mando del Ejército del Norte y reemplazado por Manuel Belgrano.

Los piratas berberiscos habían llegado a un acuerdo con los Estados Unidos, pero los europeos seguían sufriendo su presencia. Especialmente sangrante era su costumbre de capturar cristianos para esclavizarlos. Durante la guerra contra Napoleón, Gran Bretaña había procurado mantener buenas relaciones con los estados berberiscos porque los necesitaba para aprovisionarse en el Mediterráneo, pero ahora las tornas habían cambiado, y envió como embajador al almirante Edward Pellew, vizconde de Exmouth, al frente de una pequeña flota que le sirviera como argumento negociador. Las autoridades de Túnez y Trípoli entendieron bien los argumentos británicos, y se avinieron a razones, mientras que en Argel las negociaciones fueron más complicadas. Finalmente se firmó un tratado, pero poco después, al parecer por falta de información, unos piratas argelinos mataron a unos 200 pescadores de Sicilia, Córcega y Cerdeña. Gran Bretaña lo consideró un ultraje y envió de nuevo a Exmouth con instrucciones de ser más claro en sus planteamientos. Zarpó con diez buques de guerra a los que, al llegar a Gibrartar se unió una flota neerlandesa. El 27 de agosto Argel fue sometida a un intenso bombardeo. Las bombas no derribaron muchos edificios de la ciudad, pues éstos eran tan endebles que entraban por una pared y salían por otra sin dejar más que dos agujeros a su paso. Como consecuencia, unos 3.000 esclavos fueron liberados, aunque al cabo de un tiempo los piratas volvieron a sus labores.

El 28 de agosto Portugal invadió la Banda Oriental desde Brasil con un ejército de unos 12.000 hombres, entre ellos unos 5.000 portugueses con experiencia en la guerra contra Napoleón, comandado por Carlos Federico Lecor. Tras ocupar la Fortaleza de Santa Teresa, anunció que "los generales portugueses tenían órdenes de tratar a los orientales como a sus hijos". El plan de invasión había empezado a gestarse a primeros de año, con el apoyo de los españoles exiliados de Montevideo.

En septiembre, el coronel Francisco Javier Aguilera derrotó a Manuel Ascensio Padilla en el Alto Perú y lo ejecutó junto con setecientos de sus guerrilleros. Desde allé se dirigió a Santa Cruz, defendida por Ignacio Warnes, que resistía esperando el regreso del Ejército del Norte.

Napoleón había designado como cónsul francés en Egipto a un abogado italiano llamado Bernardino Drovetti, que se había convertido en un hombre de confianza de Mehmet Alí gracias a la ayuda que le prestó en la organización del ejército, la agricultura, la creación de sistemas de riego e industrias textiles y la lucha contra el cólera. Destituido tras la caída de Napoleón se había embarcado en una exploración del Alto Egipto, y ahora llegaba a Nubia, donde visitó antiguos templos del egipto faraónico y en Abú Simbel no pudo retirar la arena que cubría la entrada al templo de Ramsés II.

La restauración
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