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El amor cortés origina un sentimiento de felicidad basado en el sufrimiento. Lleva consigo rendir culto a la mujer y un estado de amante basado en la agonía. Es curioso que Santa Teresa de Jesús dará un sentido trascendente y místico a esa postura agónica del cortesano amoroso en sus famosos versos:

Vivo sin vivir en mí

y tan alta vida espero

que muero porque no muero.

El orto de la cortesanía amorosa se relaciona con la metamorfosis en el siglo XV de la nobleza que se trueca de guerrera en palaciega. Así el sadomasoquismo de los viejos aristócratas en la batalla se reemplaza por el masoquismo de sus descendientes (transformados en cortesanos) ante las mujeres. El amor cortés en Castilla se inspira en el que se produce en la literatura francesa. Los escritores de la Península Ibérica no asumen los elementos más discutibles de la cortesanía amorosa que acaece en el país vecino como el adulterio al que cristalizan por medio del matrimonio (vg. en la Tragicomedia de don Duardos de Gil Vicente).

La cortesanía amorosa supone un nuevo episodio de la pugna entre obras misóginas y misófilas que se da a lo largo del entero Medievo y llega al Renacimiento. Las misóginas nacen de la unión de una corriente occidental de fuentes eclesiásticas con otra oriental por influjo de la Escuela de Traductores de Toledo. La primera tiene a la mujer por origen de todo pecado y se vincula a la mayor responsabilidad que el Génesis achaca a Eva en el Primer Pecado. Algunos sermones de la Alta Edad Media llegan casi a exculpar a Adán quien no hubiera comido del Árbol de la Ciencia y del Mal de no haberle instigado Eva.

En los frescos de Santa Cruz de Maderuelo (Museo del Prado en Madrid) se representa el momento en que Eva tienta a Adán. Éste último se lleva la mano a la barbilla como síntoma de perplejidad. Esa representación de la duda pasará al Gótico donde será muy frecuente a la hora de plasmar la figura de Pilato. La incidencia de las obras misóginas de Oriente se percibe de forma muy clara en Calila e Dimna y el Libro de los engaños y ansayamientos de las mujeres . En la literatura castellana adoptan una actitud hostil a las mujeres en el siglo XV el Libro de exiemplos por el ABC y los Preceptos que un sabio da a sus hijas donde aparece el tema de los deberes de la esposa. Durante los primeros años del XVI Cristóbal de Castillejo es antifeminista.


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