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La diplomacia estadounidense había negociado con España la
      creación de un gobierno autónomo para Cuba que los insurgentes
      pudieran aceptar en lugar de la independencia que reclamaban. El 1 de enero de 1898 se reunió por primera
      vez, pero no convenció ni a los insurgentes ni al sector leal a
      España de la sociedad cubana, que echaba de menos las técnicas
      drásticas del general Weyler.
    
Ese mismo día el Magasin d'Éducation et de Récréation
      empezó a publicar una nueva novela de Julio Verne, El soberbio
        Orinoco, ambientada en Venezuela.
    
Emilio Salgari publicó una novela en la que presentaba un nuevo
      personaje que se haría más famoso que su Sandokan. Se
      trataba de El corsario negro, y está ambientada en
      el Caribe, en los inicios del Imperio Español.
    
El 7 de enero se estrenó en Moscú la
      ópera Sadko, de Rimski-Kórsakov.
    
Las sospechas que estaban recayendo sobre el comandante Esterházy
      por el caso Dreyfus hicieron que, siguiendo recomendaciones del
      Estado Mayor, el propio Esterházy solicitara comparecer ante un
      consejo de guerra. El juicio se celebró el 10
        de enero. En un proceso muy irregular, tres expertos
      calígrafos no reconocieron la escritura de Esterházy en el
      documento que había implicado a Dreyfus, Esterházy fue aplaudido,
      los testigos de la acusación fueron abucheados y todas las
      acusaciones recayeron sobre el coronel Picquart, que había
      desatado las sospechas sobre Esterházy. El 11
        de enero Esterházy fue absuelto por el tribunal tras
      apenas unos minutos de deliberación y tuvo dificultades para
      abandonar el tribunal, por los partidarios que le rodeaban y le
      aclamaban.
    
El 12 de enero hubo en La Habana una
      manifestación violenta de cubanos contrarios a la independencia de
      la isla y furiosos con las concesiones que el gobierno hacía a los
      insurgentes. Se lanzaron consignas anti-estadounidenses que los
      corresponsales de la prensa amarilla se cuidaron de transmitir y
      amplificar.
    
Ito Hirobumi volvió a ocupar el cargo de primer ministro japonés,
      pero se encontró con que los dos partidos políticos mayoritarios
      se opusieron a sus planes de aumentar los impuestos a los
      terratenientes, así que decidió disolver el parlamento y convocar
      nuevas elecciones.
    
Émile Zola había publicado varios artículos en favor de Dreyfus
      en Le Figaro, pero ante las presiones de sus suscriptores,
      el editor había dejado de aceptarlos. Zola se puso entonces en
      contacto con otro periódico, L'Aurore, a quien
      presenta un artículo especialmente agresivo, muy diferente a la
      moderación habitual en la época. El título original propuesto por
      Zola era Carta a M. Félix Faure, Presidente de la República,
      pero la redacción quiso algo más llamativo y la mañana del 13 de enero la primera plana de L'Aurore
      mostraba un gran titular de dos sílabas: J'Accuse... !,
      con el subtítulo "Lettre au président de la République",
      seguido de "Par Émile Zola". El artículo ocupaba
      toda la primera página y, tras explicar las circunstancias del
      caso, terminaba con una larga lista de acusaciones:
    
Yo acuso al teniente coronel Paty de Clam como laborante —quiero suponer inconsciente— del error judicial, y por haber defendido su obra nefasta tres años después con maquinaciones descabelladas y culpables. Acuso al general Mercier por haberse hecho cómplice, al menos por debilidad, de una de las mayores iniquidades del siglo. Acuso al general Billot de haber tenido en sus manos las pruebas de la inocencia de Dreyfus, y no haberlas utilizado, haciéndose por lo tanto culpable del crimen de lesa humanidad y de lesa justicia con un fin político y para salvar al Estado Mayor comprometido. Acuso al general Boisdeffre y al general Gonse por haberse hecho cómplices del mismo crimen, el uno por fanatismo clerical, el otro por espíritu de cuerpo, que hace de las oficinas de Guerra un arca santa, inatacable. Acuso al general Pellieux y al comandante Ravary por haber hecho una información infame, una información parcialmente monstruosa, en la cual el segundo ha labrado el imperecedero monumento de su torpe audacia. Acuso a los tres peritos calígrafos, los señores Belhomme, Varinard y Couard por sus informes engañadores y fraudulentos, a menos que un examen facultativo los declare víctimas de una ceguera de los ojos y del juicio. Acuso a las oficinas de Guerra por haber hecho en la prensa, particularmente en L'Éclair y en L'Echo de París una campaña abominable para cubrir su falta, extraviando a la opinión pública. Y por último: acuso al primer Consejo de Guerra, por haber condenado a un acusado, fundándose en un documento secreto, y al segundo Consejo de Guerra, por haber cubierto esta ilegalidad, cometiendo el crimen jurídico de absolver conscientemente a un culpable. No ignoro que, al formular estas acusaciones, arrojo sobre mí los artículos 30 y 31 de la Ley de Prensa del 29 de julio de 1881, que se refieren a los delitos de difamación. Y voluntariamente me pongo a disposición de los Tribunales. En cuanto a las personas a quienes acuso, debo decir que ni las conozco ni las he visto nunca, ni siento particularmente por ellas rencor ni odio. Las considero como entidades, como espíritus de maleficencia social. Y el acto que realizó aquí, no es más que un medio revolucionario de activar la explosión de la verdad y de la justicia. Sólo un sentimiento me mueve, sólo deseo que se haga la luz, y lo imploro en nombre de la humanidad, que ha sufrido tanto y que tiene derecho a ser feliz. Mi ardiente protesta no es más que un grito de mi alma. Que se atrevan a llevarme a los Tribunales y que me juzguen públicamente. Así lo espero.
Zola incitaba a que le demandaran, porque las demandas serían
      civiles, y así arrancarían el caso de las manos de los militares.
      La edición usual de L'Aurore era de 30.000 ejemplares,
      pero de ese número se imprimieron 300.000. Las denuncias contra
      Zola y L'Aurore no tardaron en llegar.
    
El 14 de enero murió el escritor y
      matemático británico Lewis Carroll.
    
El 15 de enero Le Temps
      publicó una petición en la que se reclamaba la revisión del juicio
      contra Dreyfus, y que, además de Zola, firmaban diferentes
      personalidades de la época, como el director del Instituto Pasteur
      o el pintor Claude Monet, entre muchos escritores, historiadores,
      etc.
    
El 23 de enero el periodista Georges
        Clemenceau (el que había ideado el titular J'Accuse...!)
      publicó un artículo en L'Aurore sobre el caso Dreyfus en
      el que aparece tal vez por primera vez el uso del término "intelectuales"
      en su sentido moderno. La derecha generó entonces un "antiintelectualismo"
      que reprochaba a los "intelectuales" de "reflexionar más allá de
      los intereses de la nación". 
    
El presidente McKinley se vio obligado a contentar a la opinión
      pública y envió a La Habana un buque de guerra, el Maine,
      con el fin habitual de "proteger vidas y propiedades
        estadounidentes". La llegada del barco fue notificada tan
      sólo 18 horas antes de su entrada en el puerto, el 25 de enero, lo cual era contrario a los
      convenios diplomáticos. Como respuesta, el gobierno español envió
      a Nueva York el crucero Vizcaya. 
    
El 30 de enero, el capitán del Maine,
      Charles Dwight Sigsbee, mientras se dirigía a presenciar
      una corrida de toros a la que había sido invitado en La Habana,
      recibió de un desconocido una octavilla que decía lo siguiente:
    
¡ESPAÑOLES!
¡VIVA ESPAÑA CON HONRA!
¿Qué hacéis que os dejáis insultar de esa manera? ¿No veis lo que nos han hecho retirando a nuestro valiente y querido Weyler, que a estas horas ya hubiéramos acabado con esa indigna canalla insurrecta que pisotea nuestra bandera y nuestro honor?
¡Nos imponen la autonomía para echarnos a un lado y dar los puestos de honor y mando a aquellos que iniciaron esta rebelión, estos mal nacidos autonomistas, hijos ingratos de nuestra patria!
¡Y por último, estos cochinos yankees que se mezclan en nuestros asuntos, humillándonos hasta el último grado, y para más vejamen nos mandan uno de los barcos de guerra de su podrida escuadra, después de insultarnos en sus diarios y desde nuestra casa!
¡Españoles! Llegó el momento de acción, ¡no dormitéis! Enseñemos a esos viles traidores que todavía no hemos perdido la vergüenza y que sabemos protestar con la energía que corresponde a una nación digna y fuerte como es y siempre será nuestra España!
¡Mueran los americanos! ¡Muera la autonomía!
¡Viva España! ¡Viva Weyler!
Otra copia le llegaría luego por correo.
    
El 8 de febrero fue asesinado el
      presidente guatemalteco José María Reina Barrios, a manos de un
      ciudadano británico de origen suizo llamado Edgar Zollinger.
      Su gabinete convocó una reunión de urgencia para designar un
      sucesor, pero el ministro de gobernación y justicia, Manuel
        Estrada Cabrera, que no había sido convocado, se presentó
      pistola en mano y convenció a todos los presentes de que él era el
      sucesor.
    
El embajador español en Washington era a la sazón Enrique
        Dupuy de Lôme, que a finales del año anterior había escrito
      una carta a un político y periodista amigo suyo, José
        Canalejas, que después de haber visitado Washington para
      negociar sobre la situación cubana, se había trasladado a La
      Habana. Canalejas había solicitado la ayuda de un secretario para
      despachar su abundante correspondencia, y el trabajo le fue
      asignado a un joven de 28 años llamado Gustavo Escoto.
      Éste había visto la carta de Dupuy de Lôme e, intuyendo que podría
      ser relevante, la robó. Acabó vendiéndosela a John R. Caldwell,
      corresponsal en La Habana del New York Herald. Tras pasar
      por algunas manos más, la carta llegó a las oficinas del
      periódico, donde fue fotografiada y el original fue enviado a
      Washington. El 9 de febrero estaba en
      manos del subsecretario de Estado que, tras comprobar su
      autenticidad, pasó a informar al presidente McKinley. Esa misma
      mañana el Herald publicaba la carta. En el pasaje más destacado,
      Dupuy de Lôme hacía referencia al presidente  y a su último
      "mensaje al congreso", el discurso con que tradicionalmente el
      presidente de los Estados Unidos informa cada fin de año sobre la
      situación del país:
    
[...] El mensaje ha desengañado a los insurrectos, que esperaban otra cosa y ha paralizado la acción del Congreso; pero yo lo considero malo. Además de la naturaleza e inevitable grosería con que se repite cuanto ha dicho de Weyler la prensa y la opinión de España, demuestra una vez más lo que es McKinley, débil y populachero, y además un politicastro que quiere dejar una puerta abierta y quedar bien con los jingoes de su partido [...]
La opinión de Dupuy de Lôme no iba descaminada, pero que un
      español se atreviera a criticar así al presidente de los Estados
      Unidos no era algo que los estadounidenses pudieran aceptar. El
      embajador presentó su dimisión inmediatamente, y le fue aceptada,
      pero el daño ya estaba hecho.
    
Juan Lindolfo Cuestas había accedido provisionalmente a la
      presidencia de Uruguay tras el asesinato del presidente Idiarte,
      pero el 10 de febrero, unas semanas
      antes de que terminara su mandato, disolvió las cámaras
      parlamentarias y pasó a gobernar como dictador.
    
El 15 de febrero, pasadas las nueve de
      la noche, dos explosiones sucesivas destrozaron la proa del Maine
      en el puerto de La Habana, que no tardó en hundirse. Murieron 264
      marines y 2 oficiales de un total de 354 ocupantes del barco. El
      capitán y la mayoría de los oficiales se salvaron porque sus
      camarotes estaban en la popa. Las causas de la explosión nunca han
      llegado a dilucidarse (aunque lo más plausible que se se tratara
      de un accidente interno), pero el 16 de
        febrero el New York Herald las exponía claramente
      en sus titulares: "El barco de guerra Maine partido por la
        mitad por un artefacto infernal secreto del enemigo." 
      Randolph Hearst multiplicó sus corresponsales en La Habana. Se
      dice que les dijo: "Traigan noticias, que de la guerra ya me
        encargo yo". El World, de Pulitzer, también insistió
      en que el Maine había sido blanco de una mina o de una
      bomba. Sin embargo, parece ser que en privado reconocía que "nadie
      fuera de un manicomio" podía realmente creer que España hubiera
      decidido hundir el Maine. Pero toda la prensa atacó a
      España y la opinión pública aceptó la versión.
    
El 23 de febrero, tras varias semanas
      de juicio, Émil Zola fue condenado por difamación a la pena máxima
      que permitía la ley: un año de cárcel y 3000 francos de multa. El
      presidente del tribunal había hecho cuanto estuvo en su mano para
      que el juicio no derivase hacia el caso Dreyfus. Su frase "la
        cuestión no será tratada" se hizo célebre. Zola tuvo suerte
      de ser condenado, pues si hubiera sido absuelto habría sido
      linchado probablemente a la salida del tribunal. Su condena
      reforzó la tenacidad de los defensores de Dreyfus. El 25 de febrero se creó la Liga Francesa
        para la Defensa de los Derechos Humanos y del Ciudadano. 
    
El general José Manuel Hernández había perdido el año pasado las
      elecciones presidenciales venezolanas, pero, tomando como excusa
      que habían sido fraudulentas, no quiso acatarlas, y el 1 de marzo se internó en las montañas con
      algunos seguidores.
    
En el parlamento austriaco se estaba debatiendo una renovación
      del acuerdo que había convertido al Imperio Austriaco en el
      Imperio Austro-Hungaro. La tercera etnia más influyente en el
      Imperio después de la alemana (austriaca) y la húngara era la
      checa, y una de las propuestas que tenían que debatirse era la
      posibilidad de que el checo sustituiría al alemán  como
      lengua oficial en Bohemia. Esto había dado lugar a acaloradas
      protestas por parte de los nacionalistas alemanes, y finalmente se
      habían producido disturbios. Entre los testigos de los incidentes
      se encontraba Mark Twain que a la sazón residía en Viena, y había
      relatado lo sucedido en un artículo titulado Tiempos de
        agitación en Austria, que se publicó en una revista
      estadounidense. Hacia el final del artículo, Twain menciona de
      pasada que hubo ataques contra los judíos, señalando que, aunque
      eran parte inocente en el conflicto, fueron acosados y saqueados:
      "En todos los casos el judío debía ser asado, no importa de qué
        lado estuviera". Estos comentarios motivaron que varios
      judios estadounidenses le escribieran preguntándole más detalles
      sobre su opinión sobre por qué los judíos recibían ese trato.
      Twain decidió responder punto por punto a una de esas cartas en
      otro artículo que tituló sobre el pueblo
        judío, y que es interesante leer. En él cae en unos cuantos
      tópicos sobre los judíos, y sus datos presentan algunas
      inexactitudes, pero lo realmente notable es que tiene la lucidez
      necesaria para no caer de ningún modo en los prejuicios que
      embotaban el pensamiento de la mayor parte de sus contemporáneos.
    
El 8 de marzo Richard Strauss estrenó
      en Colonia su poema sinfónico Don Quijote. 
    
En Minsk se fundó el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso,
      que celebró su primer congreso el 13 de marzo,
      con la asistencia de nueve delegados, que no lograron ponerse de
      acuerdo en muchas cosas. Se nombró un comité central que no tardó
      en ser detenido por la policía.
    
Oscar Wilde publicó La balada de la cárcel de Reading,
      que narra la ejecución de Charles Thomas Woolridge, que
      había tenido lugar dos años antes, tras haber sido declarado
      culpable del asesinato de su esposa. Wilde no cuestiona que la
      ejecución sea justa, pero destaca la forma cruel en que son
      tratados todos los convictos. La publicó con el pseudónimo de
      C.3.3. y resultó ser un gran éxito, que tuvo siete ediciones en
      menos de dos años. El 24 de marzo se
      publicó una segunda carta suya enviada al Daily Chronicle,
      sobre las condiciones de las cárceles británicas.
    
H.G. Wells publicó una novela con la que se iniciaría un género:
      La guerra de los mundos, en la que Gran Bretaña es invadida
      por los marcianos, que inician una despiadada conquista. Wells no
      deja de insinuar que la conducta de los marcianos, ante cuyo
      armamento mucho más avanzado los británicos no tienen ninguna
      posibilidad, no es muy diferente a la de los británicos frente a
      los nativos de sus colonias.
    
En cambio, el imperialismo británico es ensalzado en La
        tragedia del Korosko, novela ambientada en la guerra contra
      los mahdistas de Sudán y escrita por Arthur Conan Doyle. Entre las
      numerosas historias cortas de Conan Doyle publicaba, ese año
      publicó dos tituladas El especial perdido y El hombre
        de los relojes, que tenían un patrón común: presenta dos
      misterios que son resueltos en una carta por un detective anónimo
      no profesional, pero un gran número de detalles apunta a que se
      trata del difunto Sherlock Holmes.
    
Anthony Hope publicó una segunda parte de El prisionero de
        Zenda, titulada Rupert de Hentzau. 
    
Bernard Shaw publicó su obra de teatro Candida, que no
      pudo estrenar. 
    
El rey Óscar II de Suecia celebró una cena en honor de Henrik
      Ibsen, y en la conversación dijo en un momento dado que Espectros
      no era una buena obra. Ibsen calló unos segundos y finalmente
      dijo: Majestad, ¡tenía que escribir Espectros! 
    
Los Estados Unidos rechazaron una investigación conjunta con
      España sobre la explosión del Maine, así que se realizaron
      investigaciones paralelas. La española concluyó que la explosión
      se había producido en el interior del barco, por causas internas,
      mientras que el 29 de marzo la comisión
      estadounidense concluyó que la explosión se había debido a una
      mina. Ese mismo día el presidente McKinley envió un ultimátum a
      España en el que exigía un armisticio inmediato en Cuba, el fin de
      la política de campos de concentración y la aceptación de la
      mediación estadounidense en el conflicto cubano. Hasta numerosos
      grupos religiosos estadounidenses que habían sido siempre
      antibelicistas, cambiaron de parecer en esa ocasión y se mostraron
      partidarios de la guerra contra España.
    
El 2 de abril un recurso en casación
      permitió que Zola saliera de la cárcel, tras lo cual se
      interpusieron nuevas denuncias por difamación contra Zola.
    
Viendo la que se avecinaba, España había solicitado la
      intervención de las grandes potencias europeas, pero éstas no
      tenían intención alguna de indisponerse con los Estados Unidos por
      defender a España. Tras un intenso debate, el 7
        de abril el gobierno estadounidense recibió una nota
      firmada por representantes de Alemania, el Imperio Austro-Húngaro,
      Francia, Gran Bretaña, Italia y Rusia en la que abogaban
      tibiamente por una solución pacífica, y que recibió una
      contestación cordial que probablemente había sido pactada de
      antemano con las mismas potencias que habían presentado la nota.
    
Ese día se estrenó en París Quatro pezzi sacri, que
      agrupaba las cuatro composiciones litúrgicas de Giuseppe Verdi,
      dos de ellas compuestas años atrás: el Ave Maria y los Laudi
        alla Vergine Maria, y otras dos más recientes, el Te
        Deum, y el Stabat Mater que acababa de componer con
      85 años.
    
El 8 de abril un ejército
      anglo-egipcio de 14.000 hombres bajo el mando del general Horatio
        Herbert Kitchener derrotó a unos 15.000 mahdistas bajo el
      mando de Osman Digna en la batalla de Atbara, en Sudán.
      Los mahdistas dejaron unos 3.000 muertos y heridos y unos 2.000
      prisioneros, frente a menos de un centenar de muertos y unos 500
      heridos en el bando contrario.
    
España también había recurrido al Papa León XIII, quien realizó
      gestiones diplomáticas con los Estados Unidos, que en sí mismas no
      sirvieron de nada, pero permitieron al gobierno español suavizar
      su cesión al ultimátum estadounidense presentándolo ante a opinión
      pública como sugerencia del Papa. El 9 de
        abril envió su respuesta a los Estados Unidos, pero ésta
      fue considerada evasiva y la presión sobre el presidente McKinley
      para que interviniera en Cuba aumentó.
    
Finalmente, el 11 de abril el
      presidente McKinley presentó un informe al Congreso en el que
      anuncaba que en Cuba se habían abolido los campos de
      concentración, pero a continuación describía el estado de
      hacinamiento, el hambre y la enfermedad de los cubanos
      concentrados por el gobierno y solicitaba permiso para recurrir a
      las armas para poner fin a la guerra de Cuba.
    
El 16 de abril el venezolano José
      Manuel Hernández se enfrentó en Mata Carmelera a un
      ejército del gobierno dirigido por el ex presidente Joaquín Crespo
      y, pese a su inferioridad numérica, resultó vencedor.
    
En Corea, el líder donghak Choe Si-hyeong fue capturado, juzgado
      con rapidez (porque estaba enfermo y querían matarlo antes de que
      se  muriera) y ejecutado. A finales del año anterior había
      nombrado sucesor al frente del movimiento donghak a Son
        Byong-hi, que tras la ejecución de su maestro pidió asilo
      político en Japón. Ese año se inauguró en Corea la primera central
      eléctrica, construida por una empresa estadounidense.
    
El 20 de abril el presidente McKinley
      dio su visto bueno a una resolución conjunta de las dos cámaras
      del Congreso sobre Cuba. Su texto era el siguiente:
    
Por cuanto: el aborrecible estado de cosas que ha existido, durante los tres últimos años, en la isla de Cuba, tan próxima a nuestro territorio, ha herido el sentido moral del pueblo de los Estados Unidos y afrentado la civilización cristiana, y ha culminado en la destrucción de un barco de guerra de los Estados Unidos con doscientos sesenta y seis de sus oficiales y tripulantes, mientras se hallaba de visita amistosa en el puerto de La Habana, y tal estado de cosas no puede ser tolerada por más tiempo, según manifestó ya el Presidente de los Estados Unidos en su mensaje al Congreso de 11 de abril de 1898, invitando a éste a que adopte resoluciones:
Por tanto: Se resuelve por el Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos de América, reunidos en Congreso:
Primero, Que el pueblo de la isla de Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente.
Segundo. Que es el deber de los Estados Unidos exigir, como el Gobierno de los Estados Unidos por la presente exige, que el Gobierno de España renuncie inmediatamente su autoridad y gobierno en la isla de Cuba y retire del territorio de ésta y de sus aguas, sus fuerzas militares y navales.
Tercero. Que por la presente se da orden y autoridad al Presidente de los Estados Unidos para usar en su totalidad las fuerzas militares y navales de los Estados Unidos, y para llamar a servicio activo la milicia de los diferentes Estados de los Estados Unidos hasta donde sea necesario para llevar a efecto esta resolución.
Cuarto, Que los Estados Unidos por la presente declaran que no tienen deseo ni intención de ejercer soberanía, jurisdicción o dominio sobre dicha Isla, excepto para su pacificación, y afirman su determinación, cuando ésta se haya conseguido, de dejar el gobierno y dominio de la Isla a su pueblo.
El cuarto punto, conocido como la enmienda Teller, había
      sido propuesto a última hora por el senador Henry M. Teller,
      y fue aprobado por 311 votos a favor frente a 6 en contra.
      Inmediatamente McKinley envió a España un nuevo ultimátum en el
      que ahora exigía su retirada de Cuba. Antes de recibir respuesta,
      el 21 de abril la armada estadounidense
      bloqueó Cuba. El 23 de abril España
      declaró la guerra a los Estados Unidos. La marina estadounidense
      contaba con unos 28.000 hombres y había iniciado una campaña para
      reclutar otros 50.0000, y unos 220.000 voluntarios respondieron a
      la llamada (entre civiles y miembros de las unidades estatales de
      la Guardia Nacional). El 25 de abril el
      Congreso estadounidense declaró que el país estaba en guerra
      contra España desde el 21 de abril. Ese mismo día se produjo un
      enfrentamiento entre un torpedero estadounidense y una cañonera
      española en la bahía de Cárdenas en Cuba. En un breve intervalo,
      el barco estadounidense disparó 70 proyectiles, pero sólo uno dio
      en el blanco, mientras que los 10 disparos del buque español
      causaron daños considerables en el torpedero, que tuvo que
      retirarse.
    
La opinión pública estadounidense apoyaba mayoritariamente la
      guerra. La feminista Elizabeth Cady Stanton, a sus 83 años,
      afirmó: Aunque odio la guerra per se, me
        alegro de que haya venido en este caso. Me gustaría ver a España
        borrada de la faz de la Tierra. 
    
Vicente Blasco Ibáñez publicó su novela La barraca, en la
      que narra las duras condiciones de vida del campesinado. El 28 de abril fue elegido diputado. No tardó
      en ser encarcelado por sus manifestaciones en contra de la
      monarquía.
    
Hacía ya varios meses que los Estados Unidos habían enviado una
      flota a Hong Kong para estar en condiciones de atacar las
      Filipinas rápidamente en cuanto se declarara la guerra. El 1 de mayo la flota estadounidense, bajo el
      mando del comodoro George Dewey, se acercó a la española
      en la bahía de Manila y se inició un combate en el que dos buques
      españoles fueron incenciados. En un momento dado, Dewey recibió un
      mensaje que parecía indicar que su buque insignia estaba falto de
      municiones, por lo que ordenó la retirada, tras haber dejado
      pertrecha la flota española. Ésta estaba bajo el mando del
      contralmirante Patricio Montojo, que ante la retirada
      estadounidense desembarcó en la isla de Cavite para
      curarse de una contusión en una pierna. Pero Dewey descubrió que
      el mensaje sobre la falta de municiones había sido un error, así
      que regresó y acabó de destruir dos barcos que estaban siendo
      varados junto con un arsenal español. Los estadounidenses 9
      heridos, frente a 60 muertos españoles de la escuadra y otros 17
      del arsenal. Dewey fue ascendido a almirante, mientras que Montojo
      fue encausado por haber abandonado la flota antes de que terminara
      la batalla.
    
El 5 de mayo se produjo una
      manifestación de obreros en Milán, organizada por varios
      sindicatos que llamaron a la huelga general. El 6 de mayo el gobierno del marqués de Rudinì
      anunció la declaración del estado de emergencia en la ciudad, y el
      ejército recibió órdenes de evitar disturbios. Ese mismo día los
      obreros pretendían realizar otra manifestación y, ante su negativa
      de cancelarla, el general Fiorenzo Bava Beccaris ordenó
      disparar contra la multitud, con fusiles y cañones. Al final del
      día se contaron unos 300 muertos, entre hombres, mujeres y niños.
    
El 8 de mayo tres cañoneras españolas
      atacaron a dos buques estadounidenses en la bahía de Cárdenas,
      pero esta vez fueron los españoles los que terminaron en fuga.
    
El 9 de mayo el ejército italiano usó
      la artillería para entrar en el monasterio de Porta Monforte,
      en Milán, donde se rumoreaba que se escondían huelguistas. Al
      final resultó que sólo había unos mendigos que recibían la caridad
      de los frailes. El gobierno cifró las víctimas en 118 muertos y
      450 heridos, pero los socialistas las elevaban a 400 muertos y
      2000 heridos. 
    
El 11 de mayo un escuadrón
      estadounidense acorraló tres barcos españoles en la bahía de
      Cárdenas, pero la precisión del tiro español se impuso de nuevo y
      los estadounidenses se retiraron con serios daños. Mientras tanto,
      otros dos barcos estadounidenses trataron de cortar tres cables
      submarinos que llegaban al puerto cubano de Cienfuegos,
      que los españoles estaban usando para coordinar sus movimientos.
      El primer cable estaba fuera del alcance de tipo de los españoles
      y fue cortado sin dificultad. El segundo fue cortado bajo el fuego
      enemigo y el tercero no pudo ser cortado, porque los españoles
      enviaron numerosos refuerzos para evitarlo.
    
El 12 de mayo otra flota
      estadounidense atacó la fortaleza de San Juan en Puerto
      Rico. El bombardeo no fue muy eficiente y la flota se retiró al
      cabo de un tiempo.
    
El 19 de mayo Emilio Aguinaldo regresó
      de su exilio dispuesto a dirigir una nueva insurrección contra el
      dominio español en las Filipinas.
    
El 24 de mayo Emilio Aguinaldo asumió
      el mando de los rebeldes filipinos.
    
El 30 de mayo el químico británico
      William Ramsay, en colaboración con Morris William
        Travers, partió de aire líquido y fue evaporando
      fraccionadamente sus componentes hasta obtener un residuo en el
      que encontró un nuevo gas, un nuevo elemento químico al que dio el
      nombre de kriptón (que en griego significa "oculto"). Unas
      semanas más tarde pudieron comprobar que, tras eliminar el kriptón
      del aire líquido, todavía quedaba otro gas, que emitía luz roja
      brillante cuando se le aplicaba una descarga eléctrica. A
      sugerencia del hijo de Ramsay, fue llamado neón (del
      griego "nuevo").
    
El 5 de junio José Manuel Hernández y
      Joaquín Crespo se enfrentaron nuevamente, esta vez en Churuguara,
      y el segundo resultó muerto, aunque Hernández perdió la batalla.
    
El 7 de junio una flota estadounidense
      logró cortar los cables submarinos que comunicaban el puerto
      cubano de Guantánamo con Haití. El 10
        de junio se inició un desembarco y los marines instalaron
      un campamento que el 11 de junio fue
      atacado por guerrillas españolas, mantenidas a raya por la
      artillería estadounidense.
    
En teoría, la emperatriz Cixi llevaba nueve años retirada del gobierno de China, desde que su sobrino, el emperador Guanxu, había cumplido los 18 años. Sin embargo, recibía regularmente informes de la situación del país y a ella acudían los ministros cuando había que tomar alguna decisión importante. Durante la guerra sino-japonesa había sido ella quien había llevado las riendas del gobierno. Pero el desastre que supuso la guerra y la evidencia de que las potencias europeas estaban reduciendo sensiblemente la autoridad efectiva del gobierno chino había llevado a algunos sectores a la conclusión a la que los japoneses habían llegado años antes: la necesidad de occidentalizar China. Hasta entonces, lo único que China había asimilado de Europa era la compra de armas modernas y la instalación de fábricas de municiones, pero a pesar de ello y contra todo pronóstico, había sido derrotada por Japón, con un armamento algo inferior. Pero es que Japón no sólo contaba con armamento europeo, sino también con instructores militares europeos y con una selección de funcionarios y dirigentes basada en patrones europeos, y con escuelas y universidades en las que se enseñaba la ciencia europea, etc. Los progresistas lograron el apoyo del emperador, que finalmente se decidió a iniciar una campaña drástica de reformas. Éstas incluyeron la modernización del sistema tradicional de exámenes para acceder a los cargos públicos, la eliminación de "sinecuras" (cargos sin responsabilidades que, no obstante, tenían un salario asociado), la creación de un sistema educativo moderno que incidiera en la matemática y la ciencia en vez de en los textos de Confucio, la transición a una monarquía constitucional, la aplicación de los principios de la economía capitalista, potenciación de la industria fomentando la creación de fábricas, el comercio y el capitalismo, y la reestructuración del ejército.
El 12 de junio Emilio Aguinaldo
      proclamó la independencia de las Filipinas.
    
En Venezuela, José Manuel Hernández fue hecho prisionero en El
        Hacha. Así terminó su revuelta.
    
La fiebre del oro desatada en el Klondike había hecho aumentar de
      tal modo la población de la zona que el gobierno canadiense la
      convirtió en un territorio independiente, con el nombre de
      territorio de Yukon. Sin embargo, a partir de ese año la
      afluencia de aventureros empezó a decrecer y muchos de los que
      llegaban no tardaban en marcharse. 
    
El 13 de junio unos 60 rebeldes
      cubanos se unieron a los marines estadounidenses acampados en
      Guantánamo. Los marines estaban agotados. Llevaban 100 horas sin
      haber tenido ocasión de dormir, acosados por los españoles.
      Mientras tanto de la base española en Cienfuegos salió el Diego
        Velázquez al encuentro de un barco de vapor que había sido
      detectado en alta mar. Suponían que se trataba del Purísima
        Concepción, cuya llegada se esperaba para esas fechas, pero
      se trataba del Yankee, un barco de guerra estadounidense
      que esperaba al Purísima Concepción. El Yankee
      empezó a disparar y a perseguir al barco español que marchaba de
      vuelta al puerto y recibió varios impactos. Llegado a Cienfuegos,
      mientras el Yankee se enfrentaba a las baterías del
      puerto, el Diego Velázquez desembarcó a los heridos,
      recibió refuerzos y salió acompañado de otros dos barcos y a
      partir de ahí las fuentes difieren: los españoles dijeron que el
      barco estadounidense se retiró y los estadounidenses que lo
      hicieron los españoles.
    
Los cubanos aconsejaron a los estadounidenses acampados en
      Guantánamo que atacaran una guarnición española de 500 hombres que
      protegía la única fuente de agua potable de la zona, con lo que
      esperaban que los españoles, si la perdían, tendrían que
      retirarse. La operación se inició el 14 de
        junio y contaba con el apoyo de una cañonera. Por la
      tarde los españoles habían huido de la guarnición.
    
El 15 de junio, tras varias semanas de
      campaña, los rebeldes filipinos se hicieron con la provincia de Tabayas.
      Habían reunido unos 53.000 hombres, que se enfrentaron a unos
      4.700 españoles.
    
El 16 de junio dos buques
      estadounidenses destruyeron la artillería de la fortaleza cubana
      de Cayo del Toro.
    
Mientras tanto se firmaba un nuevo tratado de anexión de Hawai a
      los Estados Unidos. El Senado dudó en ratificarlo, pero durante la
      guerra las islas habían adquirido un notable interés estratégico y
      Francia y Japón habían mostrado interés en anexionárselas, así que
      finalmente fue aceptado.
    
El 20 de junio una flotilla
      estadounidense llegó a la isla de Guam, cercana a las
      Filipinas y disparó contra una fortaleza española. Los disparos
      fueron tan poco certeros que los habitantes de la isla pensaron
      que eran un saludo con salvas, y trataron de conseguir un cañón
      con que responder cortésmente. Las autoridades españolas enviaron
      una barca con una representación que constaba del oficial al mando
      en el puerto, un médico y un intérprete. Para su sorpresa, el
      capitán Henry Glass les informó de que sus países
      respectivos estaban en guerra, y les ordenó rendir la isla. El
      oficial, que acababa de enterarse de que había una guerra,
      respondió que no estaba en condiciones de tomar ninguna decisión
      en ese momento, así que fue devuelto a la isla con la notificación
      de que al día siguiente enviaría a un oficial para establecer los
      términos de la rendición. En Guam no había ninguna clase de
      armamento capaz de oponer ninguna resistencia, así que el 21 de junio los estadounidenses ocuparon la
      isla.
    
El 22 de junio empezó el desembarco de
      unos 17.000 marines en Santiago de Cuba. Mientras tanto dos barcos
      españoles trataron de romper el bloqueo estadounidense en San
      Juan, pero tuvieron que regresar a puerto con daños graves.
    
La guerra Hispano-estadounidense fue la primera guerra
      documentada cinematográficamente. La compañía de Thomas Edison
      grabó varias escenas de entrenamientos de tropas, desembarcos y
      batallas.
    
De entre las películas que se produjeron ese año destaca una del
      británico Robert William Paul titulada Come along,
        do!, de un minuto y medio de duración, que trata sobre un
      hombre que mira con gran atención una estatua de una mujer desnuda
      provocando el enfado de su esposa. Su interés radica en que es la
      primera película en la que se suceden dos escenas consecutivas: en
      la primera escena se ve al matrimonio a la entrada de una
      exposición de arte y en la segunda escena se ve lo que hacen en el
      interior. Mientras tanto Georges Méliès empezaba a producir
      películas "largas", de dos o tres minutos de duración, a menudo
      con trucos de cámara que eran muy apreciados por el público. La
      competencia hizo que otros productores empezaran a rodar películas
      cada vez más largas.
    
La Société des Gens des Lettres había encargado a Rodin
      un monumento a Balzac, pero cuando estuvo terminado se negó a
      aceptarlo. La prensa lo ridiculizó, aunque algunos admiradores
      firmaron un manifiesto en su defensa, entre ellos Claude Monet,
      Claude Debussy o el periodista Georges Clemenceau. 
    
El 23 de junio Emilio Aguinaldo fue
      elegido presidente de la República Filipina. 
    
Cumpliendo los acuerdos establecidos con los británicos, los
      etíopes contribuyeron a la guerra contra los mahdistas. El ras
      Mekonnen, al frente de 30.000 hombres, derrotó tres veces a los
      mahdistas y el 24 de junio estaba de
      regreso en Harar. 
    
Ese mismo día se produjo el primer enfrentamiento en tierra de
      envergadura entre tropas españolas y estadounidenses en Las
        Guásimas, cerca de Santiago de Cuba. Unos 1.300 hombres,
      entre estadounidenses y cubanos, se enfrentaron a unos 1.500
      españoles. El combate no pasó de una pequeña escaramuza con
      escasas bajas en ambos bandos y de la que todos quedaron más o
      menos satisfechos. Los españoles se retiraron considerando que ya
      habían hecho suficiente y los estadounidenses mantuvieron la
      posición por unos días, pero viendo que no tenía un gran valor
      estratégico terminaron abandonándola.
    
El 28 de junio los españoles trataron
      de romper por segunda vez el bloqueo estadounidense en San Juan de
      Puerto Rico, y lograron introducir suministros en la isla a costa
      del hundimiento de uno de sus buques de guerra.
    
El rey Humberto I de Italia había felicitado al general Bava
      Beccaris por la represión de los huelguistas milaneses y le otorgó
      una condecoración. En palabras del monarca, por haber rendido un
      gran servicio al rey y al país. Esto provocó la indignación
      incluso de los sectores conservadores y parte del clero, que
      condenaron que se hubiera disparado contra civiles indefensos.
      Estos hechos terminaron con la dimisión el 29
        de junio del marqués de Rudinì, que fue sucedido por el
      general liberal Luigi Pelloux. 
    
Los dos partidos políticos principales de Japón se habían unido
      bajo el liderazgo de Okuma Shigenobu, que ganó las
      elecciones con una mayoría aplastante y así el primer ministro Ito
      se vio obligado a dimitir. El 30 de junio
      fue sucedido por Okuma. 
    
Ese mismo día los estadounidenses realizaron un intento frustrado
      de desembarcar suministros para los rebeldes cubanos en Tayacoba.
      Al mismo tiempo, los españoles frustraron también un intendo de
      bloqueo al puerto de Manzanillo. 
    
El 1 de julio los estadounidenses
      tomaron posiciones en alturas cercanas a Santiago de Cuba, tras
      derrotar a los españoles en El Caney y en Las Colinas
        de San Juan. En la primera participaron unos 7.000 soldados
      y 400 cubanos, mientras que en la segunda lucharon 15.000 solados
      y 4.000 guerrilleros cubanos. Las fuerzas españolas eran muy
      inferiores. Desde las posiciones tomadas, los estadounidenses
      estaban en condiciones de atacar la flota española anclada en
      Santiago tanto desde tierra como desde el mar. El 3 de julio el almirante Pascual Cervera,
      comprendiendo que su flota no estaba segura en el puerto, ordenó
      su salida. Si lo hubiera hecho durante la noche o en un día de mal
      tiempo, tal vez habría tenido una oportunidad, pero lo hizo a la
      luz del día y sus barcos fueron atacados por tierra y por mar. Un
      barco fue hundido y los demás capturados. Las bajas fueron de 371
      muertos, 151 heridos y 1670 prisioneros. Los estadounidenses
      contaron un muerto y un centenar de heridos. Al mismo tiempo, los
      estadounidenses iniciaban un asedio a Santiago de Cuba, pero una
      columna de apoyo logró cruzar las líneas estadounidenses, con lo
      que la ciudad pasó a contar con un total de 13.500 defensores. Los
      estadounidenses contaban con unos 15.000 soldados de infantería y
      4.500 guerrilleros cubanos. El 4 de julio
      un alto el fuego permitió evacuar unos 20.000 civiles.
    
Ese mismo día los parisinos vieron volar un globo
      sorprendentemente pequeño. Lo había diseñado un ingeniero
      brasileño de 25 años llamado Alberto Santos Dumont (sus
      abuelos paternos eran franceses y Alberto había estudiado
      ingeniería en Francia, donde residía desde hacía seis años).
      Interesado en el problema de la maniobrabilidad, empezó entonces a
      diseñar un dirigible propulsado por un motor de gasolina.
    
Samuel Pierpont Langley había hecho volar con éxito varios
      modelos de aviones no tripulados, catapultados desde el río
      Potomac. Esto hizo que el departamento de guerra de los Estados
      Unidos se interesara por su trabajo y le financiara un proyecto
      para construir un avión tripulado que Langley bautizó como aeródromo
      (que corre por el aire).
    
El 7 de julio el nuevo ministro de
      Guerra francés, Godefroy Cavaignac, afirmó ante el
      parlamento que disponía de tres documentos que dejaban la
      culpabilidad de Dreyfus fuera de toda duda. Los diputados lo
      ovacionaron y votaron la impresión de carteles con los tres
      documentos, que fueron colocados en todos los municipios de
      Francia. Sin embargo, con esto Cavaignac reconocía que la defensa
      de Dreyfus no había tenido acceso a toda la documentación del
      caso, por lo que las peticiones de revisión del juicio cobraban
      mayor fuerza. El 8 de julio el coronel
      Picquart contestó en Le Temps que dos de los documentos
      alegados por el ministro no tenían que ver con el caso y el
      tercero parecía ser una falsificación.
    
El 12 de julio Ramsay y Travers
      encontraron un tercer gas en el residuo del aire líquido, y a éste
      lo llamaron xenón, (del griego "extranjero"). 
    
El 13 de julio el coronel Picquart fue
      encarcelado.
    
El 15 de julio Jules Méline fue
      sucedido por Henri Brisson como presidente del consejo de
      ministros francés.
    
El 17 de julio, tras haber sufrido
      días de intensos bombardeos, Santiago de Cuba se rindió a los
      estadounidenses. El acuerdo de rendición incluía la entrega de las
      ciudades de Guantánamo y San Luis. 
    
Un empleado de la compañía de teléfonos de Copenhague llamado Valdemar
        Poulsen patentó un aparato al que llamó telegráfono,
      pues su finalidad era grabar mensajes telefónicos en ausencia del
      destinatario de la llamada. No funcionaba muy bien, pero su
      interés reside en que suponía una forma de grabar sonido
      totalmente distinta a la que usaban los fonógrafos y gramófonos de
      la época: el sonido se grababa en un cable de acero mediante un
      electroimán. Se trataba, pues, de la primera grabación magnética
      del sonido.
    
Tras un periodo dedicado a la política Camilo Golgi volvió a la
      investigación científica y se centró en el estudio de la
      estructura de las células. Ese año descubrió un sistema re
      conductos que hoy se conoce como aparato de Golgi. 
    
Un médico francés llamado Paul-Louis Simond estaba en la
      India experimentando un suero contra la peste bubónica, y se fijó
      en que algunos enfermos tenían señales parecidas a la picadura de
      un insecto. Se sabía que las ratas transmiten el bacilo de la
      peste, pero Simond conjeturó que no eran las ratas mismas quienes
      lo transmitían a los humanos, sino la pulga de la rata. En efecto,
      examinando pulgas al microscopio pudo observar que también
      transmiten el bacilo de la peste, y su descubrimiento fue un gran
      paso para combatir la difusión de la enfermedad.
    
Seis años atrás, un bacteriólogo ruso llamado Dimitri
        Ivanovski estaba estudiando el mosaico del tabaco, y
      descubrió que el jugo de las hojas de plantas afectadas por la
      enfermedad podía transmitir ésta a otras plantas sanas. Trató
      entonces de aislar el germen causante de la enfermedad filtrando
      dicho jugo mediante un finísimo filtro de porcelana, cuyos
      agujeros eran tan finos que ninguna bacteria podía atravesarlos.
      Sin embargo, Ivanovski observó que el jugo filtrado seguía
      transmitiendo la enfermedad, por lo que concluyó que sus filtros
      debían de ser defectuosos. Sin embargo, ahora un bacteriólogo
      holandés llamado Martinus Willem Beiherinck repitió el
      experimento y concluyó que el agente causante del mosaico del
      tabaco era muchísimo más pequeño que una bacteria. El microscopio
      no dejaba ver nada en el jugo filtrado, y además no se reproducía
      en un tubo de ensayo, al contrario de lo que sucede con las
      bacterias, que proliferan en los cultivos de laboratorio. Por ello
      Beiherinck pensó que el agente en cuestión no debía de ser un ser
      vivo, sino una molécula, aproximadamente del tamaño de una
      molécula de azúcar, y lo denominó virus filtrable (de la
      palabra latina que significa "veneno"). Ese mismo año el alemán Friedrich
        August Johannes Löffler constató que el agente causante de
      la glosopeda era también un virus filtrable. 
    
Hacía 35 años que el (ya fallecido) empresario alemán Friedrich
        Bayer había fundado la empresa farmacéutica que seguía
      llevando su nombre. Ahora sacaba a la venta un nuevo fármaco, un
      sedante derivado de la morfina que pretendía ser menos adictivo y
      que se proponía como tratamiento para la tos. Se comercializó con
      el nombre de heroína. 
    
Marie Curie había determinado que el uranio obtenido a partir del
      mineral llamado pechblenda era cuatro veces más radiactivo que el
      uranio proveniente de otras fuentes, lo que la había llevado a
      conjeturar que en la pechblenda había otro elemento radiactivo. Su
      marido Pierre dejó sus investigaciones sobre la piezoelectricidad
      para colaborar con ella en el estudio de la pechblenda.
      Finalmente, el 18 de julio anunciaron
      el descubrimiento de un nuevo elemento radiactivo al que llamaron
      polonio, por la políticamente inexistente patria de Marie.
      Sin embargo, no lograron aislarlo.
    
La flota estadounidense destruyó una flota de diez barcos
      españoles en Manzanillo, aunque los españoles mantuvieron el
      control sobre la ciudad.
    
Ese mismo día tenía que celebrarse el nuevo juicio contra Zola,
      que había sido pospuesto durante unos meses, pero el escritor
      recibió el consejo de huir a Gran Bretaña con su esposa y así lo
      hizo.
    
El 21 de julio la flota estadounidense
      derrotó una vez más a una flota española en la bahía de Nipe.
      Un barco fue destruido y otro destruido deliberadamente por los
      españoles para que no cayera en manos enemigas. Fue un paso previo
      para una campaña contra Puerto Rico. El 25 de
        julio 3.300 soldados desembarcaron en Guánica. 
      
    
El 30 de julio llegó un nuevo
      contingente de tropas estadounidenses a las Filipinas. En total
      había ya unos 12.000 soldados estadounidenses en las islas, a las
      que se unieron los guerrilleros de Emilio Aguinaldo y pronto se
      montó un asedio sobre Manila, la capital.
    
Ese mismo día murió el ex canciller alemán Otto von Bismarck.
      Dejó unas memorias en las que desacreditaba al emperador Guillermo
      II.
    
Nikola Tesla hizo una demostración en el Madison Square Garden de
      un barco dirigido por control remoto al que llamó teleautomaton.
      La gente elaboró diversas teorías sobre lo que estaban
      presenciando: desde los que consideraban que era magia, hasta los
      que pensaban que era telepatía, aunque a los más avispados no se
      les pasó la explicación más simple: había un mono amaestrado
      dentro del barco. Tesla trató de vender al ejército estadounidense
      su idea de construir torpedos dirigidos por radio, pero el
      ejército no mostró mucho interés.
    
El 7 de agosto Miguel Antonio Caro
      dejó la presidencia de Colombia tras haber amañado que el cargo
      pasara al octogenario Manuel Antonio Sanclemente, que
      sería un presidente títere que le permitiría seguir gobernando en
      la sombra. Para mayor seguridad también dispuso que la
      vicepresidencia la ocupara otro anciano: José Manuel
        Marroquín, de 71 años.
    
Tras varias victorias consecutivas en Puerto Rico, el 9 de agosto las tropas estadounidenses se
      encontraron con una fuerte resistencia en Aibonito. 
    
Fermín Jáudenes, el gobernador de Manila, temía un saqueo
      si rendía la ciudad a los rebeldes, así que, durante las
      negociaciones de rendición de la ciudad, el 10
        de agosto llegó a un acuerdo con los estadounidenses para
      que la ciudad se rindiera a éstos tras un combate simulado con la
      condición de que los estadounidenses organizaran la batalla de
      modo que los filipinos no participaran en ella. Se pactó un
      bombardeo a unas viejas fortificaciones seguidas de una petición
      de rendición que sería aceptada.
    
Cumplidos todos los trámites, el 12 de agosto
      se izó la bandera estadounidense en la capital hawaiana, que
      pasaba a ser un nuevo territorio estadounidense. El presidente
      Dole pasó a ser el gobernador del territorio. Pocos nativos
      asistieron a la ceremonia. La mayoría, incluida la derrocada reina
      Liliuokalani, permanecieron en sus casas en señal de protesta.
    
El 13 de agosto un ayudante del
      ministro Cavaignac descubrió indicios que el documento que más
      implicaba a Dreyfus parecía haber sido manipulado. Cavaignac no
      reveló este hecho, pero organizó una comisión de investigación que
      citó a Esterházy, y éste fue presa del pánico y reconoció que
      había realizado las acciones de espionaje que se atribuían a
      Dreyfus.
    
Mientras tanto el presidente McKinley firmaba un alto el fuego
      con el embajador francés, que actuaba en nombre de España. A la
      espera de las debidas negociaciones, España se reconocía dispuesta
      a renunciar a su soberanía sobre Cuba, Puerto Rico y las
      Filipinas. Sin conocer todavía estos hechos, los oficiales
      estadounidenses iniciaron el ataque simulado a Manila según lo
      previsto. Aunque hubo algunos derramamientos de sangre fuera de
      control, a grandes rasgos todo salió según lo previsto y Manila se
      rindió a los estadounidenses, que ocuparon la ciudad y previnieron
      cualquier posible intento de saqueo por parte de los filipinos.
    
El 22 de agosto murió el rey Malietoa
        Laupepa, de Samoa. Había sido aceptado tras una larga
      disputa sucesoria acallada por las potencias europeas que habían
      terminado repartiéndose el archipiélago, y ahora las disputas
      volvieron a empezar. Los británicos y los estadounidenses
      reconocieron como sucesor a su hijo Malietoa Tanumafili,
      pero la mayoría de los samoanos prefería a Mata'afa Iosefo,
      que uno de los principales jefes tribales de las islas.
    
El 23 de agosto zarpó de Londres a
      bordo de La Cruz del Sur una expedición científica
      dirigida por el profesor Carsten Borchgrevink (británico
      de origen noruego) con la misión de explorar la Antártida.
    
Las potencias europeas que mantenían el control sobre Creta tras
      la guerra greco-turca propusieron como gobernador de la isla al
      príncipe Jorge de Grecia, hijo del rey Jorge I. El 25 de agosto (cuando el príncipe todavía no
      se había trasladado a la isla) un grupo de turcos disconformes
      organizó un motín en el que murieron centenares de cristianos,
      diecisiete soldados británicos y el cónsul británico en Creta.
      Esto sirvió para que las potencias europeas terminaran de expulsar
      de la isla a los últimos soldados otomanos.
    
El 27 de agosto la República Mayor de
      Centroamérica (integrada por El Salvador, Honduras y Nicaragua)
      cambió su nombre por el de Estados Unidos de Centroamérica.
      
    
El 30 de agosto Hubert-Joseph
        Henry, un oficial que había estado a las órdenes del coronel
      Picquart cuando éste empezó a investigar el caso Dreyfus, se vio
      obligado a confesar ante el ministro Cavaignac que había
      falsificado el documento que éste había presentado como prueba
      principal de la culpabilidad de Dreyfus para desacreditar a
      Picquart. Inmediatamente fue encarcelado y el 31
        de agosto se lo encontró degollado en su celda con su
      navaja de afeitar.
    
El 1 de septiembre el ejército del
      general Kitchener descubrió en Omdurmán el grueso del
      ejército mahdista, que constaba de más de 50.000 hombres bajo el
      mando del propio Abdallahi ibn Muhammad. Kitchener distribuyó a
      sus hombres (8.200 británicos y 17.600 egipcios) y se dispuso a
      recibir un ataque. Éste se produjo el 2 de
        septiembre. Los mahdistas atacaron frontalmente, pero sus
      viejos fusiles no podían hacer nada contra el potente armamento
      británico. Sus primeras oleadas fueron abatidas completamente y no
      llegaron a menos de 50 metros del frente británico. Sin haber
      derrotado completamente al enemigo, Kitchener ordenó avanzar sobre
      Omdurmán. Su retaguardia sufrió una nueva acometida, pero no tuvo
      problemas en mantener a los mahdistas a distancia con las
      ametralladoras. Los mahdistas dejaron más de 10.000 muertos y unos
      13.000 heridos, además de unos 5.000 prisioneros. Los británicos
      sólo contaron 47 muertos y 340 heridos. Abdallahi ibn Muhammad,
      viendo su ejército destrozado, huyó hacia el sur con unos pocos
      seguidores.
    
Ese mismo día murió Wilford Woodruff, el cuarto presidente de la
      Iglesia mormona. Había tenido siete u ocho esposas, que le habían
      dado treinta y tres hijos. Fue sucedido por Lorenzo Snow,
      de 84 años, con nueve esposas y cuarenta y dos hijos. Para
      resolver los problemas económicos de la Iglesia instauró el
      diezmo, por el que cada mormón debía donar a la Iglesia la décima
      parte de sus ingresos.
    
Cavaignac, que, a pesar de ser el principal responsable del
      esclarecimiento de los hechos, seguía negándose a admitir la
      inocencia de Dreyfus y fue obligado a dimitir el 3 de septiembre. No hizo nada para evitar
      que Esterházy huyera a Gran Bretaña. Los detractores de Dreyfus
      convirtieron a Henry en un héroe.
    
Desde la muerte de su hijo Rodolfo, la emperatriz Isabel de
      Baviera vestía de luto, había aumentado la fobia que ya tenía a
      ser fotografiada y apenas visitaba a su marido, el Emperador
      Francisco José I (con quien, no obstante, mantenía una
      correspondencia cordial). Pasaba la mayor parte del tiempo
      viajando por el mediterráneo en un barco de vapor de su propiedad
      llamado Miramar. Se había construido un palacio en la isla
      de Corfú, el Achilleion. El 10 de
        septiembre se encontraba en Ginebra y, cuando salió de su
      hotel junto a una dama de compañía, fue empujada bruscamente por
      un italiano llamado Luigi Lucheni. Los viandantes lo
      vieron como un mero incidente con un gamberro, pero detuvieron a
      Lucheni y lo entregaron a la policía. Sin embargo, ni la propia
      Sisí había advertido que Lucheni le había clavado un estilete
      cerca del corazón. Tuvo una hemorragia interna que, tras varios
      desmayos, le provocó la muerte unas horas más tarde.
    
Lucheni era un anarquista que, tras enterarse del apoyo que el
      rey Humberto I había mostrado a la represión de la huelga de
      obreros en Milán, se había propuesto realizar un atentado. Al
      parecer, el plan de Lucheni había sido asesinar a Luis Felipe III,
      el pretendiente orleanista a la corona de Francia, pero cuando se
      enteró por la prensa de que su visita a Ginebra había sido
      cancelada y que la emperatriz se encontraba en la ciudad, cambió
      su plan.
    
El 15 de septiembre se reunió por
      primera en Malolos la Asamblea de Representantes de la
      República Filipina.
    
El 18 de septiembre Kitchener llegaba
      con su ejército a la pequeña ciudad sudanesa de Fachoda, junto al
      Nilo. Allí llegaba también una expedición francesa bajo el mando
      del mayor Jean-Baptiste Marchand. El proyecto colonial de
      Francia en África preveía unir sus posesiones orientales y
      occidentales, mientras que los británicos aspiraban a realizar una
      idea que había concebido Cecil Rhodes: construir una carretera From
        Cape to Cairo (desde la Ciudad del Cabo hasta El cairo),
      atravesando exclusivamente, por supuesto, territorio británico.
      Fachoda se convirtió en el punto de encuentro de ambos proyectos
      expansionistas incompatibles entre sí. El encuentro fue amistoso.
      Marchand y Kitchener mantuvieron relaciones cordiales y cada uno
      instó al otro a que se retirara de Sudán. Sin llegar a un acuerdo,
      ambos acamparon en la zona y esperaron que la diplomacia hiciera
      su trabajo. Tanto la opinión pública de Francia como la de Gran
      Bretaña estallaron en manifestaciones patrióticas contra la otra
      parte. Sin embargo, lo cierto era que, de acuerdo con los
      criterios establecidos en la Conferencia de Berlín, tras
      sus victorias sobre los mahdistas, Gran Bretaña tenía el control
      militar efectivo de Sudán y ello le daba derecho frente a Francia
      a reclamar el territorio.
    
El 20 de septiembre Alberto Santos
      Dumont probó en París su Dirigible Número 1, con motor de
      gasolina.
    
El sector más conservador de la aristocracia china vio con
      espanto las reformas que estaba impulsando el emperador Guanxu,
      así que con el apoyo de la emperatriz Cixi el 21
        de septiembre tuvo lugar un golpe de estado por el que
      Guanxu fue relegado a un arresto domiciliario de por vida y todos
      los edictos reformistas fueron derogados. Los principales
      colaboradores de Guanxu fueron ejecutados. Cixi retomó
      oficialmente su cargo de regente de China. Terminó así la que se
      conoció como La reforma de los cien días.
    
El 12 de octubre Julio Argentino Roca,
      tras haber ganado unas elecciones debidamente amañadas según el
      protocolo, sucedió a José Evaristo de Uriburu como presidente de
      la República Argentina.
    
Entre los apoyos que había tenido la emperatriz Cixi para retomar
      el gobierno de China se encontraba una sociedad secreta de
      descontentos con los occidentales. Se hacían llamar La
        Sociedad de los Puños Rectos y Armoniosos, debido a una
      forma de artes marciales que practicaban con los puños que,
      combinadas con la oración y otros rituales, los volvían inmunes a
      las armas de fuego (cañones incluidos), e incluso los hacía
      capaces de volar (o eso les hacían creer los maestros que
      reclutaban principalmente jóvenes fuertes y atléticos). Los
      británicos, como no vieron que los puños armoniosos volaran ni que
      detuvieran balas, pero sí que los veían boxear, los llamaban boxers
      (boxeadores) y con ese nombre se les conoce. Recíprocamente, los boxers
      llamaban demonios a los extranjeros, y miraban con malos ojos
      especialmente a los misioneros cristianos, pero también a los
      chinos convertidos al cristianismo o a los chinos que trabajaban
      para extranjeros. Un grupo de boxers atacó la comunidad
      cristiana de la ciudad de Liyuantun, donde existían
      tensiones desde que treinta años atrás un templo taoísta fue
      entregado a los cristianos para que lo convirtieran en iglesia.
      Los boxers emplearon por primera vez la consigna: Apoyad
        a los Qing, destruid a los extranjeros. 
    
El gobernador de Tigré, el ras Mengesha Yohannes, se
      había rebelado contra el emperador Menelik II de Etiopía, y éste
      envió un ejército de 40.000 hombres bajo el mando del ras
      Mekonnen, que salió de Harar el 20 de octubre.
      
    
Ese mismo día Henri Brisson se vio obligado a presentar su dimisión como como presidente del consejo de ministros francés debido a las tensiones que estaba ocasionando el caso Dreyfus (Brisson había recomendado a Mathieu Dreyfus que solicitara la revisión del consejo de guerra contra su hermano). Fue sustituido por Charles Dupuy.
El 29 de octubre se admitió a trámite
      una demanda presentada por Mathieu Dreyfus para la revisión del
      juicio contra su hermano.
    
El 2 de noviembre Theodor Herzl fue
      recibido por el Kaiser Guillermo II como parte de sus movimientos
      diplomáticos para la creación de un estado judío.
    
El 3 de noviembre el mayor Marchand
      recibió órdenes de retirarse de Fachoda, reconociendo la soberanía
      británica sobre Sudán. Tanto Francia como Alemania pensaban que
      tarde o temprano estallaría una guerra entre ambos países para
      saldar cuentas pendientes, y el gobierno francés no quiso
      deteriorar unas valiosas buenas relaciones con Gran Bretaña por un
      territorio remoto en África al cual habían llegado demasiado
      tarde. Pronto se organizó una nueva expedición destinada a
      apoderarse de la región del lago Chad, bajo el mando del capitán Paul
        Voulet. 
    
La fábrica de neumáticos Michelin creó un clásico de la
      publicidad cuando el diseñador O'Galop (pseudónimo
      de Marius Rossillon) creó un cartel en el que se veía a un
      hombre levantando una copa en actitud de bridis, de modo que en la
      parte superior se leía la frase latina Nunc est bibendum
      (es momento de beber) y bajo se explicaba: El neumático
        Michelin se bebe los obstáculos. Édouard Michelin lo
      consideró un tanto forzado y sugirió algunos cambios: el hombre
      fue sustituido por un personaje hecho de aros de caucho blancos,
      la copa que levantaba estaba llena de cristales y clavos, y a su
      alrededor había otros personajes, también hechos de neumáticos,
      que se desinflaban. El cartel se hizo popular, y la gente empezó a
      llamar Bibendum al personaje, que terminaría convertido en
      la mascota de la empresa.
    
Por esa época se estrenó en París la segunda sinfonía de Mahler.
      Claude Debussy abandonó la sala antes de que terminara la
      ejecución y luego declaró: Abramos los ojos y cerremos las
        orejas. El gusto francés nunca admitirá estos gigantes
        neumáticos [etimológicamente = hechos de aire] salvo
        como reclamo para Bibendum. 
    
Okuma Shigenobu había llegado al poder en Japón con una coalición
      política que no tardó en desmoronarse por disensiones internas,
      así que el 8 de noviembre se vio
      obligado a dimitir y fue sucedido por Yamagata Aritomo. 
    
Luigi Lucheni reconoció con orgullo haber asesinado a la
      emperatriz Isabel de Baviera. El 10 de
        noviembre fue condenado a cadena perpetua. Él solicitó la
      pena de muerte y, como en Suiza estaba prácticamente abolida,
      solicitó su extradición a Italia, donde sí que le podría ser
      aplicada. Pero su petición no recibió respuesta, y su deseo de una
      muerte gloriosa no le fue concedido. Doce años más tarde se
      ahorcaría en su celda con un cinturón.
    
El 12 de noviembre Enrique Granados
      estrenó con gran éxito en Madrid su ópera María
        del Carmen. 
    
El 13 de noviembre se produjo un golpe
      de estado en El Salvador que derrocó al presidente Rafael Antonio
      Gutiérrez. El 14 de noviembre fue
      nombrado presidente provisional el general Tomás Regalado.
      
    
Rafael Iglesias Castro fue reelegido como presidente de Costa
      Rica. Para ello había tenido que realizar la típica reforma
      constitucional, pues la constitución prohibía la reelección, y ya
      de paso, para simplificar las cosas, impidió que se presentara
      cualquier otro candidato.
    
En los últimos años el parlamento boliviano estaba debatiendo una
      propuesta de convertir el país en un estado federal, y entre los
      debates estaba la propuesta de trasladar la capital de Sucre a La
      Paz. El trasfondo político era que Sucre estaba dominada por los
      conservadores, mientras que La Paz era mayoritariamente liberal.
      Los habitantes de La Paz consideraban que su ciudad era mayor
      (52.000 habitantes frente a los 21.000 de Sucre), una de las más
      ricas del país, una de las que más impuestos pagaba, y esos
      impuestos se gastaban en construir edificios públicos en Sucre,
      con la excusa de que era la capital. El 15 de
        noviembre el parlamento aprobó una ley que fijaba
      definitivamente la capital en Sucre, y entonces se hizo lo que se
      hacía siempre al sur del río Bravo cuando un parlamento aprueba
      una ley que no gusta a una parte: los liberales se alzaron en
      armas bajo la dirección del general José Manuel Pando y se
      inició así una guerra civil.
    
Ese mismo día Manuel Ferraz de Campos Sales sucedió a
      Prudente de Morais como presidente de la república de Brasil.
    
El 17 de noviembre Umberto Giordano
      estrenó en Milán su ópera Fedora. 
    
En la opinión pública estadounidense estaba triunfando el
      imperialismo, es decir, la opinión de que los Estados Unidos
      debían igualarse a las grandes potencias europeas y construir su
      propio imperio colonial. La anexión de Hawai había sido el primer
      paso (salvo que contemos también la adquisición de Alaska), y
      ahora, a falta de llegar a un tratado de paz definitivo con
      España, se abría la posibilidad de apropiarse de Cuba, Puerto
      Rico, las Filipinas y la isla Guam. Samoa también estaba en el
      punto de mira. Pero este criterio no era unánime. A mediados de
      año se había organizado un Comité de Correspondencia
        Antiimperialista que el 19 de noviembre
      se convirtió en la Liga Americana Antiimperialista, bajo
      la presidencia del senador George Sewall Boutwell, que
      tenía ya ochenta años, y que había sido secretario del tesoro
      durante la presidencia de Grant. Entre sus afiliados destacaban el
      ex presidente Cleveland o el escritor Henry James. La principal
      actividad de la Liga fue publicar panfletos con argumentos en
      contra del imperialismo, en los que se citaba a George Washington,
      Thomas Jefferson, o James Monroe, entre otros, intentando concluir
      que el imperialismo era contrario a los principios sobre los que
      se había fundado la nación.
    
El 22 de noviembre Pietro Mascagni
      estrenó su ópera Iris, ambientada en el Japón legendario.
    
El 25 de noviembre Emilio Aceval
      sucedió a Juan Bautista Egusquiza como presidente del Paraguay.
    
El diplomático y escritor español Ángel Ganivet había tomado
      posesión recientemente del consulado de Riga. Allí cayó en una
      depresión y el 28 de noviembre se
      suicidó arrojándose al río Dvina. Tenía 32 años. Parece ser que la
      derrota de España frente a los Estados Unidos contribuyó a su
      depresión. Otra consecuencia literaria del "desastre del 98"
      fue que Benito Pérez Galdós se decidió a continuar sus Episodios
        Nacionales con una tercera serie.
    
El 30 de noviembre Tomás Regalado
      anunció que El Salvador abandonaba los Estados Unidos de
      Centroamérica, que quedaban así reducidos a la federación de
      Nicaragua y Honduras. El 1 de diciembre
      el dictador nicaragüense José Santos Celaya se desvinculó también.
      Unos días más tarde el hondureño Policarpo Bonilla reconoció la
      desaparición de la federación.
    
El 9 de diciembre llegó a Creta como
      gobernador el príncipe Jorge de Grecia. Las potencias europeas
      evacuaron la isla dejando sólo un pequeño contingente de tropas.
      Aunque Creta seguía oficialmente bajo soberanía otomana, una gran
      parte de la población turca empezó a abandonar la isla y en un par
      de años pasó de constituir la tercera parte a la novena parte del
      censo. El príncipe Jorge promulgó una constitución y organizó unas
      elecciones en las que fueron elegidos 139 diputados cristianos y
      50 musulmanes.
    
Ruperto Chapí estrenó varias zarzuelas ese año, Los hijos del
        Batallón, Pepe Gallardo, La chavala y Curro Vargas.
      La última se estrenó el 10 de diciembre.
    
Ese mismo día se firmó el tratado de París por el que se puso fin
      oficialmente a la guerra Hispano-Estadounidense. Los Estados
      Unidos habían exigido desde el primer momento la independencia de
      Cuba y que Puerto Rico, Guam y las Islas Filipinas quedaran bajo
      la soberanía estadounidense. Cuba sería ocupada temporalmente.
      Durante las negociaciones, los españoles habían tratado de
      introducir algunas condiciones en el tratado, como que Manila les
      fuera devuelta (porque había sido tomada después de que se firmara
      el armisticio) o que España se desentendiera de la deuda exterior
      cubana, que era muy elevada. Sin embargo, los Estados Unidos no
      hicieron más concesión que la de ofrecer veinte millones de
      dólares por las Filipinas. España temía que si no se llegaba a un
      acuerdo, la guerra se trasladaría al otro lado del Atlántico, y
      los Estados Unidos podrían acabar quedándose con las Canarias, o
      incluso con las Baleares, así que la respuesta oficial que los
      representantes españoles transmitieron a los estadounidenses fue:
    
El Gobierno de Su Majestad, movido por razones nobles de patriotismo y de humanidad, no asumirá la responsabilidad de volver a traer a España todos los horrores de la guerra. Para evitarlos, se resigna a la penosa tarea de someterse a la ley del vencedor, por dura que sea, y como España carece de los medios materiales para defender los derechos que cree que son suyos, se aceptan los únicos términos que los Estados Unidos le ofrecen para la conclusión del tratado de paz.
Los estadounidenses habían tenido unos 400 muertos en combate,
      pero otros 2.000 habían muerto por las enfermedades
      tropicales.Desde un punto de vista social, la guerra tuvo efectos
      muy positivos en los Estados Unidos. En ella lucharon
      conjuntamente veteranos de ambos bandos de la guerra civil,
      blancos y negros, lo que contribuyó en gran medida a cicatrizar
      heridas. Mientras en otros países los derrotados en una guerra
      civil tendían a buscar la ocasión de alzarse en armas de nuevo
      para tomarse la revancha, en los Estados Unidos los ex
      confederados dieron una lección (más) de política al mundo al
      reintegrarse completamente en la lealtad a su nación (sin
      perjuicio de que también estuvieran dando una lección de vileza al
      manipular el espíritu de las leyes antirracistas para mantener
      marginados a los negros).
    
De todos modos, la guerra en Filipinas no había terminado
      completamente: desde finales de junio, un grupo de unos 50
      españoles permanecía asediado en la iglesia del pueblo filipino de
      Baler, bajo el mando del capitán Enrique de Las Morenas
        y Fossi. Se habían negado a dar crédito a todas las
      informaciones que les transmitían los filipinos sobre el curso de
      la guerra y sobre la rendición de España. El capitán Las Morenas
      había muerto hacía unas semanas, y en su última orden firmada
      instaba a los rebeldes filipinos a rendirse. Desde entonces el
      mando de los sitiados recaía en el segundo teniente Saturnino
        Martín Cerezo, al que le quedaban 35 soldados, un corneta y
      tres cabos, casi todos enfermos, pero se negaba a recibir ninguna
      clase de comunicado del exterior. El 14 de
        diciembre realizaron una salida por sorpresa, provocaron
      un incendio para desconcertar a los filipinos y regresaron
      rápidamente a la iglesia con bastantes alimentos y otros
      materiales. Los asediados han pasado a la historia como "los
        últimos de Filipinas". 
    
El 22 de diciembre Rubén Darío llegaba
      a España como corresponsal de un periódico nicaragüense, con el
      compromiso de enviar cuatro crónicas mensuales sobre el estado de
      España tras su derrota frente a los Estados Unidos.
    
El 26 de diciembre Pierre y Marie
      Curie anunciaron que la pechblenda, aparte de uranio y polonio,
      tenía un tercer elemento radiactivo al que llamaron radio.
      Lograron obtener trazas de radio mezcladas con bario, pero no
      pudieron aislar el radio.
    
El 27 de diciembre se estrenó en Moscú
      la ópera La boyarda Vera Seloga, de Rimski-Kórsakov.
    
Un actor llamado Konstantín Serguéievich Alekséyev, más
      conocido por su nombre artístico de Konstantín Stanislavski,
      había fundado hacía unos meses junto al dramaturgo y director
      escénico Vladímir Ivánovich Nemiróvich-Dánchenko el Teatro
        de Arte de Moscú, y entre ambos se propusieron revolucionar
      el estilo de interpretación ruso, eliminando la afectación y la
      exageración que lo caracterizaban, entre otros vicios. Para ello
      aumentaron los ensayos y cuidaron enormemente la puesta en escena.
      En pocos meses estrenaron dieciocho montajes, el primero de los
      cuales fue El zar Fiódor Ioánnovich, del ya fallecido Alekséi
        Konstantínovich Tolstói, que enseguida hizo ganar a la
      compañía un gran número de seguidores, aunque su mayor éxito fue
      el estreno el 29 de diciembre de La
        Gaviota, de Chéjov, a la que se dedicaron 80 horas de
      ensayos, mucho más de lo habitual, aunque Stanislavski se quedó
      con la idea de que no había sido suficiente. El público aplaudió
      calurosamente y la prensa alabó unánimemente la representación.
    
El 31 de diciembre Malietoa Tanumafili I fue coronado como rey de Samoa. Varias tribus samoanas se prepararon para iniciar una guerra.
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