| ANTERIOR | BENJAMIN
                  FRANKLIN | SIGUIENTE | 
|---|
En 1751 Gran Bretaña prohibió a sus colonias americanas emitir papel moneda.
En la India, Robert Clive tomó Arcot a los franceses, lo que le
      valió a Gran Bretaña el control de Carnatic, la región
      sudoriental de la península.
    
Lawrence Washington, enfermo de tuberculosis, se trasladó
      a
      la isla de Barbados y se llevó consigo a su hermano George.
      Éste enfermó de viruela y, desde entonces, tuvo la
      cara
      marcada por la enfermedad.
    
Ese año murieron:
    
En Venezuela, el enviado real Julián de Arriaga fue
      relevado
      y sustituido por Felipe
        Ricardos,
      que llegó acompañado de un ejército, con el
      que
      empezó a desalentar a los partidarios de Juan Francisco de
      León.
    
El rey José I de Portugal nombró secretario de
      estado
      a Sebastião José
        de
        Carvalho e Melo,
      que
      empezó a tomar
      medidas para fortalecer la monarquía e implantar en el
      país el despotismo ilustrado.
    
El Papa Benedicto XIV condenó la masonería, y la
      condena tuvo eco en España gracias al confesor del rey
      Fernando
      VI, que a la sazón era el jesuita Francisco Rávago,
      miembro del
      consejo de la Santa Inquisición. 
    
Voltaire terminó El
        siglo
        de Luis XIV, en la que había trabajado durante
      casi
      veinte años. Fue concebida como una apología de Luis
      XIV,
      pero terminó convirtiéndose en una dura
      crítica al
      despotismo y al fanatismo. Su valor como tratado histórico
      es
      muy superior al de las obras de autores precedentes. Está
      dividida en cuatro partes: historia política y militar,
      historia
      social y económica, corrientes científicas y
      literarias
      de la época e historia religiosa.
    
Charles Pinot Duclos publicó sus Consideraciones sobre las costumbres de
        este siglo. 
    
El 1 de julio se
      publicó
      el primer volumen de la Enciclopedia.
      Causó gran escándalo y suscitó violentos
      ataques
      por parte de jansenistas, jesuitas, la alta aristocracia y los
      parlamentarios. Por otra parte, el conde de Buffon la
      calificó
      como la quintaesencia del
        conocimiento humano. 
    
David Hume publicó una nueva reelaboración del
      libro
      tercero de su Tratado de la
        naturaleza humana, ahora con el título de Investigación sobre los
        principios
        de la moral. Trató de conseguir una cátedra
      de
      lógica en Glasgow,
      pero
      no le fue concedida, de modo que se instaló en Edimburgo,
      donde
      escribió sus Diálogos
sobre
        la religión natural, que no publicó. La
      cátedra de lógica a la que había optado era
      una
      vacante que se había producido porque su titular (que no
      tardaría en trabar amistad con Hume) había
      renunciado a
      ella al obtener otra de filosofía moral (teología
      natural, ética, jurisprudencia y política) en la
      misma
      universidad. Se llamaba Adam
        Smith.
      
    
El año anterior, Daniel Bernoulli logró cambiar su
      puesto de profesor de fisiología en Basilea por una
      cátedra de física. Ese año ganó el
      premio
      de la Academia de Ciencias de
        París con un trabajo sobre las corrientes marinas.
    
Rameau estrenó su pastoral Acanto
        y Céfiso. 
    
En 1752 murió Luis, el duque de Orleans, que fue sucedido por su hijo Luis Felipe.
Benjamin Franklin seguía investigando las botellas de
      Leiden.
      La chispa que producían a veces al descargarse le
      recordó
      a los relámpagos, y conjeturó que éstos
      debían de ser descargas eléctricas, de modo que las
      nubes
      actuarían como gigantescas botellas de Leiden. Para
      comprobar su
      teoría, un día de tormenta de junio
      hizo volar una cometa de la que pendía un hilo conductor
      conectado a una botella de Leiden. Esperó a que un rayo
      descargara sobre ella y comprobó que la botella de Leiden
      se había cargado. Así fue como Franklin
      "embotelló" un rayo y demostró la naturaleza
      eléctrica de las tormentas.
    
David Hume publicó sus Discursos
        políticos, y poco después fue nombrado
      bibliotecario de la Facultad de Derecho de Edimburgo. A partir de
      ese
      momento, se dedicó a los estudios históricos.
    
Al noroeste del golfo Pérsico se habían establecido
      recientemente unos mercaderes, que fundaron un asentamiento al que
      llamaron Kuwait (pequeño fuerte). Eligieron como
      caudillo (con el título de jeque) a Sabah I bin Jaber,
      quien se presentó ante el gobernador otomano de Iraq para
      declarar su sumisión al sultán, si bien en la
      práctica Kuwait gozó desde su fundación de
      una completa autonomía.
    
El 1 de agosto, una
      compañía itinerante de músicos italianos
      representó en París el intermedio bufo La serva padrona, de
      Pergolesi. Ya
      se había representado en París seis años
      atrás, sin llamar especialmente la opinión, pero
      esta vez
      se estrenó en la Academia
real
        de música, y un grupo de académicos se
      sintió escandalizado por semejante vulgaridad.
      Surgió
      así la llamada querella
        de
        los bufones, una guerra de panfletos entre los defensores
      de la
      tragedia lírica francesa y los simpatizantes de la
      ópera
      bufa italiana.
    
La Santa Inquisición incluyó El espíritu de las leyes,
      de
      Montesquieu, en el Índice
      de libros prohibidos. En Francia se prohibió la Enciclopedia, aunque la
      prohibición no tuvo ninguna consecuencia en la
      práctica.
      Rousseau estrenó su ópera Le devin du village. Voltaire
      publicó el cuento Micromegas,
      cuyo protagonista es un natural de un planeta de la estrella Sirio
      que
      visita la Tierra acompañado de un habitante del planeta
      Saturno.
      Si en Zadig desarrollaba
      el
      optimismo leibniziano, en Micromegas
      se muestra más bien escéptico ante los sistemas
      filosóficos, y ensalza la moderación de Locke. El
      lector
      interesado puede leer el texto
        íntegro
      con anotaciones. 
    
En Gran Bretaña, el 2 de
        septiembre fue seguido del 14
        de
        septiembre, con lo que adoptaba finalmente el calendario
      gregoriano. En Filadelfia se creó el primer hospital
      permanente
      de las colonias británicas en América. En Virginia
      murieron Lawrence Washington y su única hija.
    
En Venezuela, Felipe Ricardos terminó apresando a Juan
      Francisco de León y su hijo Nicolás,
      que fueron enviados a España para ser juzgados. Por otra
      parte,
      constituyó una junta que fijara el precio de los productos
      previa consulta a los compradores y vendedores.
    
Los birmanos reunificaron su reino por tercera vez, ahora bajo la dinastía Konbaung.
Dos años atrás, España había cedido a
      Portugal algunos territorios de Paraguay a cambio de la colonia de
      Sacramento, pero los indios guaraníes que vivían en
      ellos
      se negaba a aceptar la soberanía portuguesa. Los jesuitas
      los
      apoyaron, y en 1753 se
      inició
      una guerra en la que hubieron de enfrentarse a los
      ejércitos
      coaligados de España y Portugal. En España, los
      jesuitas
      paraguayos contaron con el apoyo de Francisco Rávago, el
      confesor del rey, que también pertenecía a la
      Compañía. Ese mismo año, él y el
      marqués de la Ensenada negociaron hábilmente en Roma
      un
      concordato en Roma por el que el rey obtenía el derecho de
      nombrar 12 000 cargos eclesiásticos, mientras que el Papa
      se
      reservaba únicamente la provisión de 52 cargos.
    
El 14 de enero murió de
      un
      ataque al corazón el filósofo George Berkeley.
    
El conde de Buffon ingresó en la Academia Francesa, en la que
      leyó un discurso titulado Discurso
        sobre el estilo, en el que analizaba las
      características
      que debía tener el estilo de los textos de
      divulgación
      científica.
    
Diderot publicó Sobre
        la
        interpretación de la naturaleza. Rousseau
      estrenó
      su comedia Narcisse.
      Además se involucró en la querella de los bufones publicando
      un panfleto en defensa de la ópera bufa italiana, con el
      título de Carta sobre la
        música francesa. En realidad, la disputa se
      había
      generalizado a la cuestión de si la música italiana
      era
      superior o inferior a la francesa.
    
Rameau estrenó su ópera-ballet Los sibaritas y su pastoral Dafnis y Egleo. 
    
La Santa Inquisición condenó la obra de Voltaire.
      Por
      esta época, sus relaciones con el rey Federico II de Prusia
      se
      habían vuelto turbulentas. Al parecer, todo empezó a
      raíz de una disputa científica surgida dos
      años
      atrás entre Maupertuis, el director de la Academia de Berlin, y un
      físico neerlandés llamado Samuel König, el cual
      había afirmado que el principio
de
        mínima acción, que Maupertuis reclamaba
      como
      descubrimiento propio, era falso y que, en cualquier caso, ya lo
      había formulado Leibniz. Euler apoyó a Maupertuis, y
      el
      ambiente se enrareció aún más cuando el rey
      propuso a D'Alembert que aceptara la presidencia de la Academia,
      que
      empezaba a recelar de Euler, pues le acusaba de utilizar sus ideas
      sobre ecuaciones diferenciales sin atribuirle los créditos
      oportunos. (En parte tenía razón, pero
      también es
      verdad que sus trabajos eran tan caóticos que a menudo
      Euler
      había optado por desarrollar sus ideas por sí mismo,
      partiendo de cero.) Finalmente, Maupertuis logró que
      König
      fuera expulsado de la Academia
        de
        Berlín y, como Voltaire era amigo de König y
      detestaba a Maupertuis, terminó enemistado con el monarca y
      optó por abandonar su reino. Cuando se encontraba en
      Frankfurt,
      fue detenido por enviados de Federico II que le reclamaban un
      libro de
      poemas del monarca. A pesar de que lo devolvió, fue
      retenido
      junto con su sobrina, su secretario y sus criados, y sólo
      pudieron marcharse después de "perder" parte de su equipaje
      y de
      pagar ciertas indemnizaciones por causas diversas.
    
El naturalista sueco Carl von Linneo publicó su tratado Species plantarum. 
    
Ese año se estrenó la comedia La posadera, del autor
      veneciano Carlo Goldoni,
      que destaca por la
      profundidad de sus personajes.
    
Los birmanos declararon la guerra a Siam, y empezaron
      invadiendo el reino vecino de Vientiane, que no tuvo más
      remedio
      que declararse aliado de Birmania. 
    
Benjamin Franklin sacó consecuencias de sus
      investigaciones
      sobre las botellas de Leiden y los fenómenos tormentosos. A
      partir del hecho de que las botellas de Leiden se descargan
      suavemente
      cuando se les aproxima un conductor terminado en punta,
      conjeturó que podrían evitarse que los rayos
      descargaran
      violentamente sobre la tierra disponiendo en lugares elevados
      barras
      metálicas unidas al suelo por un cable conductor.
      Así  la electricidad que acumulan las nubes se
      descargaría suave y silenciosamente a través de
      ellas y
      no se producirían rayos. Publicó su idea en la
      edición del Poor
        Richard's
        Almanac de ese año, con instrucciones precisas
      sobre
      cómo construir un pararrayos.
      La idea fue recibida con escepticismo, pero la construcción
      era
      tan simple y los rayos eran tan temidos, que muchos la pusieron en
      práctica, y así pudieron constatar que, ciertamente,
      era
      efectiva. En los años siguientes, los tejados de
      Filadelfia,
      Nueva York, Boston, etc. se llenaron de pararrayos. En julio, la universidad de Hardvard
      otorgó a Franklin un título honorario y en septiembre la universidad de Yale hizo otro tanto.
    
El gobernador de Nueva Francia, el marqués de Duquesne, organizó una
      expedición por el territorio de Ohio con la misión
      de
      construir fuertes y marcar el territorio como posesión
      francesa,
      frente a las pretensiones de los colonos británicos, que
      estaban
      empezando a instalarse en el territorio desde el este. El
      gobernador de
      Virginia, Robert Dinwiddie,
      trató de conseguir apoyo del gobierno británico para
      mantener a raya a los franceses, pero no obtuvo ninguna respuesta,
      así que envió una pequeña expedición,
      encabezada por George Washington, con la misión de conminar
      a
      los franceses a abandonar el territorio (pese a que no
      disponía
      de ninguna fuerza efectiva para lograrlo). Salió el 31 de octubre, acompañado
      entre
      otros por el explorador Christopher Gist.
    
De los informes de Dinwiddie, lo único que había
      inquietato a la Junta
        Británica de Comercio era el hecho de que los
      franceses
      habían empezado a entablar relaciones con los indios
      iroqueses,
      que hasta entonces era la única tribu que siempre se
      había aliado con los británicos en contra de los
      franceses, sin el apoyo de la cual las colonias británicas
      quedarían seriamente amenazadas. Por ello, la Junta propuso que las
      colonias
      negociasen con los iroqueses para satisfacer todas las quejas que
      los
      indios pudieran tener.
    
Robert Clive dejó la India y regresó a Gran
      Bretaña.
    
En noviembre, la Royal Society de Londres
      concedió a Benjamin Franklin la medalla de oro Copley, la mayor
      distinción que concedía esta institución.
      Hasta el
      rey Luis XV de Francia envió a Franklin una carta elogiosa.
      Ese
      año fue nombrado director general de Correos para todas las
      colonias, y pronto convirtió en rentable lo que hasta ese
      momento había sido una compañía deficitaria.
    
El 4 de diciembre, tras haber
      recorrido unos 650 kilómetros, La expedición de
      George
      Washington llegó a un pequeño fuerte llamado Fort Le Boeuf, a unos 30
      kilómetors al sur del lago Erie. El capitán
      francés que estaba al mando trató con amabilidad a
      los
      visitantes, a los que proporcionó víveres y abrigo.
      Recibió el mensaje del gobernador Dinwiddie y se
      comprometió a hacérselo llegar a sus superiores,
      aunque
      también les dejó bien claro que los franceses
      pensaban
      ocupar todo el territorio de Ohio y que nada les detendría.
      Washington regresó a Virginia con esta respuesta en un
      viaje muy
      accidentado durante el que cayó en un lago helado y 
      hubo
      de
      enfrentarse a indios hostiles.
    
A su regreso a Viriginia, Washington informó de un lugar
      de
      Ohio que sería especialmente adecuado para instalar un
      fuerte,
      en la confluencia de los ríos Allegheny
      y Monongahela. Ya
      había
      allí algunos colonos virginianos, pero se necesitaba un
      fuerte
      que protegiera la región. El gobernador Dniwiddie
      envió
      un grupo de ciento sesenta hombres para construir el fuerte, con
      Washington al frente, con el rango de teniente coronel. Partieron
      en abril de 1754, pero cuando
      se aproximaron
      a la
      zona, descubrieron que los franceses se les habían
      adelantado.
      También habían reconocido lo adecuado del lugar y el
      17 de abril, tras expulsar a los
      pocos
      virginianos de la zona, habían fundado Fort Duquesne. Washington se
      sintió frustrado y, como los indios de la zona estaban
      molestos
      con la incursión francesa y le ofrecieron su apoyo para
      desalojarlos, decidió emprender una acción.
      Continuó su marcha hasta llegar a un punto situado a unos
      70
      kilómetros de Fort Duquesne y allí fundó Fort Necessity, como base de
      operaciones para preparar un ataque por sorpresa. Entre los
      colonos
      virginianos que recogió y el apoyo indio, contaba con unos
      cuatrocientos hombres.
    
El 28 de mayo salió al
      frente de un fuerte contingente y se encontró con un grupo
      de
      treinta franceses. Los franceses desconocían la presencia
      de
      Washington y, puesto que Gran Bretaña y Francia no estaban
      en
      guerra, nadie tenía derecho a disparar (o, por lo menos, no
      por
      sorpresa). Sin embargo, Washington —que tenía tan
      sólo
      veintidós años— se convenció a sí
      mismo de
      que los franceses eran espías y de que, si no eran
      detenidos,
      informarían a Fort Duquesne de la debilidad de Fort
      Necessity y
      frustrarían el ataque por sorpresa que estaba planeando.
      Así pues, ordenó un ataque por sorpresa contra los
      franceses, que estaban totalmente desprevenidos. Diez de ellos
      murieron
      (entre ellos su comandante, el señor de Jumonville) y los demás
      fueron hechos prisioneros sin oponer resistencia.
    
El 19 de junio empezó
      en
      Nueva York el congreso de
        Albany,
      en el que las colonias abrieron negociaciones con los indios
      iroqueses.
      Acudieron representantes de siete colonias (las que veían a
      los
      iroqueses como una amenaza inmediata): Nueva York, Pennsylvania,
      Maryland y las cuatro colonias de Nueva Inglaterra: Massachusetts,
      New
      Hampshire, Rhode Island y Connecticut. Había veinticinco
      delegados coloniales y ciento cincuenta iroqueses, que fueron
      halagados
      con promesas, regalos y discursos. Además, se acordó
      nombrar funcionarios encargados especialmente de las relaciones
      con los
      indios. Whilliam Johnson
      fue
      nombrado superintendente ante
        los
        indios, una especie de embajador ante los iroqueses. Era
      un
      irlandés que poseía tierras en el extremo oriental
      de
      Nueva York y llevaba ocho años relacionándose con
      los
      iroqueses. Se había ganado una gran reputación entre
      estos haciendo de mediador en sus disputas con los colonos. Usaba
      a
      menudo ropas indias y había aprendido su lengua y sus
      contumbres. Cuando murió su esposa europea, se casó
      con
      una mujer india. Estuvo en el cargo hasta el final de su vida, y
      en
      todo ese periodo los conflictos con los iroqueses fueron
      mínimos. En particular, los colonos lograron su objetivo de
      evitar que los iroqueses se aliaran con los franceses.
    
El marqués de la Ensenada seguía trabajando en su proyecto de reforma del sistema de contribución en Castilla, lo cual hacía crecer día a día el número de sus enemigos, que trataban de enemistarlo con el rey señalando, por ejemplo, que gastaba caudales públicos en construir "canales para riego, y otras cosas inútiles". La guerra contra los guaraníes de Paraguay fue la excusa definitiva con la que sus adversarios lograron hacerlo caer en desgracia, pues, se descubrió que su amigo, el jesuita Francisco Rávago, había instado a los jesuitas paraguayos a apoyar a los guaraníes, al tiempo que el primer ministro preparaba una armada en Cuba a espaldas del rey. El 20 de junio fue cesado de sus funciones y desterrado a Granada. No fue procesado gracias a la protección de la reina.
Entre los representantes de Pennsylvania en el congreso de Albany estaba
      Benjamin Franklin, quien el 24 de
        junio
      presentó un proyecto de unificación colonial. Su
      propuesta era que Gran Bretaña nombrara un gobernador con
      autoridad sobre todas las colonias, que ejerciera el poder junto
      con un
      gran consejo de cuarenta
      y
      ocho miembros, al que las colonias enviarían delegados, en
      número proporcional a la población de cada una.
    
Mientras tanto, los franceses de Fort Duquesne, habían
      reaccionado al ataque de Washington. Fort Necessity fue asediado
      por
      quinientos franceses y cuatrocientos indios. La situación
      del
      fuerte británico era muy mala. Los franceses, protegidos
      por los
      bosques, se limitaron a impedir que los británicos
      abandonaran
      sus posiciones, hasta rendirlos por hambre. Esto sucedió el
      3 de julio. Los franceses se
      mostraron
      dispuestos a dejar libres a todos los británicos a
      condición de que Washington firmara un documento en el que
      se
      reconocía como responsable de la muerte (l'assassinat) del
      señor de
      Jumonville. Para que sus hombres quedaran libres, Washington
      firmó, sin tener en cuenta que matar a un francés no
      era
      algo especialmente grave, pero reconocer oficialmente haberlo
      hecho era
      algo indigno e impropio en la conducta de un soldado
      británico.
      Tan lamentable suceso fue censurado incluso en Londres, y
      Washington,
      que sólo pudo poner como excusa que desconocía la
      lengua
      francesa y no sabía que assassinat
      significaba asesinato, quedó humillado y abochornado.
    
El 10 de julio, el congreso de Albany aprobó la propuesta de unificación de Franklin, que fue enviada a Londres y a cada una de las colonias para su discusión. No obstante, no despertó ningún entusiasmo. Las colonias consideraban que otorgaba demasiados poderes a Gran Bretaña y Gran Bretaña consideraba que otorgaba demasiados poderes a las colonias.
Los progresos británicos en la India hicieron que Joseph
      François Dupleix fuera reclamado a Francia.
    
Ese año murieron:
    
Condillac publicó su Tratado
de
        las sensaciones, en el que considera las sensaciones como
      la
      única fuente de conocimiento, descartando el concepto de reflexión de Locke,
      que
      anteriormente había aceptado. Para Condillac las
      sensaciones son
      signos de los objetos exteriores, por lo que la realidad en
      sí
      es incognoscible.
    
David Hume publicó el primer volumen de su Historia de Inglaterra. 
    
Samuel Richardson publicó su Historia de sir Charles Grandison,
      en siete volúmenes. Si en sus novelas anteriores las
      heroínas eran mujeres y los hombres eran más bien
      canallas, en esta obra presenta el ideal masculino de la novela
      prerromántica que él mismo había puesto en
      boga.
    
Una orden británica estableció que cualquier oficial británico tenía autoridad superior a la de cualquier oficial de las colonias americanas, cualesquiera que fueran sus graduaciones respectivas. Ello motivó que George Washington, indignado, dimitiera del ejército. Compró Mount Vernon a la viuda de su hermanastro Lawrence y se retiró de la vida pública. La propiedad incluía dieciocho esclavos negros.
D'Alembert, en el artículo Diferencial
      para el cuarto volumen de la Enciclopedia, incide en el concepto
      de
      límite y da por primera vez la definición moderna de
      derivada de una función como límite del cociente de
      incrementos. El 28 de noviembre
      fue
      admitido en la Academia
        Francesa.
      
    
Rameau estrenó su ópera-ballet Anacreonte. En Viena, Gluck
      estrenó su ópera Los
        chinos. 
    
Tras un viaje por Alemania, Voltaire llegó a Ginebra a finales de año. Ya en 1755, compró allí la casa de Les Délices y empezó a colaborar con la Enciclopedia. El año anterior, un publicista llamado Elie Fréron había fundado una revista titulada L'année littérarie desde la que sostuvo una tenaz polémica contra los enciclopedistas. Voltaire la llamaba L'âne littérarie (el burro literario). Por esas fechas apareció una edición "pirata" de La doncella de Orleans, un poema bufo sobre Juana de Arco que llevaba un tiempo circulando en versiones manuscritas. La versión estaba tan corrompida y adulterada que Voltaire no tardó en desautorizarla.
También Rousseau se instaló en Ginebra, su ciudad
      natal, donde se declaró calvinista. Allí
      publicó
      su Discurso sobre el origen de
        la
        desigualdad, en el que sostiene que el origen de las
      desigualdades entre los hombres es la propiedad privada, y que el
      Estado, instituido para protegerla, se había convertido en
      el
      peor enemigo de aquellos a quienes debía proteger:
    
El primero que cercó un terreno diciendo "esto es mío" y encontró gentes bastante simples para creerlo, fue el verdadero fundador de la sociedad civil. ¡Qué de crímenes, guerras, muertes, miserias y horrores se habrían evitado al género humano si alguien, arrancando las vallas, hubiera gritado a sus semejantes: —Cuidad bien de no escuchar a este impostor! ¡Estáis perdidos si olvidáis que los frutos son de todos y la tierra de nadie!
Nadie podría decir: Yo gané esta tierra con mi trabajo. Yo la cerqué. —¿Pero quién os ha dado los términos? ¿En virtud de qué trabajo queréis remuneración? ¿Ignoráis que la multitud de vuestros hermanos perece y sufre por falta de lo que os sobra a vosotros?
Rousseau fue uno de los principales impulsores del mito del "buen
        salvaje", según el cual el hombre en estado
      natural es
      bueno, y
      es la sociedad el origen de todos los males. La mejor
      réplica a
      estas necedades sin fundamento se la dio Voltaire:
    
He recibido vuestro libro contra el género humano, y creo que agradará a las gentes, aunque sin corregirlas. No se puede pintar la sociedad con colores más sombríos, ni nunca se ha empleado tanto ingenio en desear que nos convirtamos en bestias. Leyendo vuestro libro dan ganas de andar a cuatro patas. Desgraciadamente, hace ya sesenta años que perdí esta costumbre y dejo, por lo tanto, la posición natural [la de cuadrúpedo] a los más dignos de ella que vos y que yo.
En París murió el barón de Montesquieu.
    
En Venecia, un joven de treinta años fue internado en la
      prisión conocida como de
        los
        plomos acusado de haber organizado un ménage à quatre
      entre
      un abad, el embajador francés y dos monjas, así como
      de
      practicar la magia y tratar con personalidades extranjeras. Se
      llamaba Giacomo Girolamo
        Casanova. 
    
María Teresa de Austria seguía preparándose
      para arrebatar Silesia a Prusia. Su canciller de estado, el conde
      Wenzel Anton von
        Kaunitz-Rietberg,
      era partidario de zanjar las antiguas rivalidades con Francia y
      lograr
      el apoyo francés contra Prusia. Mientras tanto, el rey
      Federico
      II de Prusia tanteaba la posibilidad de una alianza con el
      príncipe elector de Hesse, es decir, con el rey Jorge II de
      Gran
      Bretaña. El primer ministro, el duque de Newcastle,
      secundaba
      los proyectos  europeos del rey Jorge II, mientras que
      William
      Pitt era partidario de velar por los intereses coloniales en
      América y en la India. Las recientes tensiones entre
      franceses y
      británicos en América le dieron pie a inicar ataques
      contra los navíos mercantes franceses. A lo largo del
      año
      fueron capturados más de trescientos. Además,
      envió dos regimientos a Virginia bajo el mando del general
      Edward Braddock, que
      había
      combatido en los Países Bajos durante la guerra de
      sucesión de Austria.
    
Braddock desembarcó en Virginia el 20
        de febrero y no tardó en congeniar con George
      Washington,
      al que ofreció convertirse en su ayudante de campo con el
      rango
      de coronel, y éste no dudó en aceptar. El 14 de abril se puso en contacto con
      los
      gobernadores de seis colonias y, pese a que Gran Bretaña y
      Francia seguían sin estar oficialmente en guerra,
      empezó
      a elaborar complicados planes de ataque contra el enemigo. No
      tardó en desesperar de la ineficiencia de los colonos, que
      se
      retrasaban en el cumplimiento de los acuerdos, o simplemente no
      los
      cumplían. En muchos casos, fue víctima de
      estafadores que
      sólo buscaban obtener dinero fácil de las arcas
      británicas. El único que proporcionó todo lo
      prometido a su debido tiempo fue Benjamin Franklin, en nombre de
      la
      colonia de Pennsylvania. Braddock llegó a decir de
      él que
      era el único hombre honesto del continente.
    
En junio, un ejército
      formado por 1.500 soldados británicos y 700 milicianos de
      Virginia partió hacia Fort Duquesne a través de
      territorios salvajes. Washington había sugerido a Braddock
      que
      aceptara la cooperación de tribus amigas indias, que
      podían suministrar exploradores y guías, pero
      éste
      consideró que unos salvajes no podían ser de
      utilidad
      alguna a un ejército británico. El ejército
      iba
      excesivamente cargado y avanzaba muy lentamente, por lo que el 18 de junio, Washington
      sugirió que
      1.200 hombres se adelantaran con el equipo ligero, y así se
      hizo. La avanzadilla contó con 450 virginianos bajo el mano
      de
      Washington. El 8 de julio
      llegó al río Monongahela, a unos 13
      kilómetros al
      sur de Fort Duquesne.
    
Los franceses, que contaban con exploradores indios, estaban bien
      informados de los avances británicos. Consciente de su
      inferioridad numérica, su primera decisión fue la de
      retirarse de Fort Duquesne, pero cierto capitan De Beaujeu sospechó a
      partir
      de los informes —y sospechó bien— que Braddock no
      comprendía su situación. Todo apuntaba a que
      dirigía su ejército como si se encontrara en las
      llanuras
      neerlandesas en vez de en los bosques de Pennsylvania. Por ello
      pidió permiso para realizar un ataque de hostigamiento a
      ver
      qué ocurría. El 9 de
        julio,
      al frente de menos de la mitad de hombres que Braddock, atacaron a
      los
      británicos emboscados entre la vegetación. Los
      británicos trataron de hacer lo mismo, per Braddock los
      obligó a mantenerse en formación, con lo que se
      convirtieron en un blanco fácil para unos enemigos a los
      que no
      podían ver. Tras tres horas de lucha, un tercio de los
      soldados
      británicos resultaron muertos o heridos (877 hombres,
      incluyendo
      a 63 de los 86 oficiales), mientras que las pérdidas
      francesas
      fueron de 60 hombres, todos indios, salvo 16 de ellos, entre los
      que se
      encontraba el propio De Beaujeu.
    
Nadie pudo acusar a Braddock de cobardía (la estupidez es
      otro asunto), pues estuvo en primera línea de fuego en todo
      momento y montó cuatro caballos que murieron del fuego
      enemigo,
      hasta que él mismo resultó herido. Washington
      también perdió dos caballos y cuatro balas rozaron
      su
      uniforme, pero no recibió ni un rasguño. Cuando
      Braddock
      fue herido asumió el mando. Ordenó a sus hombres que
      se
      ocultaran entre la vegetación y luego organizó la
      retirada. Braddock permanecía taciturno y, de vez en
      cuando,
      susurraba: "¿quién
        lo
        hubiera pensado?". Murió el 13
        de julio. 
    
Aunque la batalla del
        río
        Monongahela fue una estrepitosa derrota, para Washington
      supuso
      su encumbramiento. Fue recibido como un héroe y en agosto, a sus veintitrés
      años, fue nombrado comandante en jefe de todas las fuerzas
      de
      Virginia.
    
Entre los muertos en el río Monongahela estaba el hijo de
      William Shirley, el gobernador de Massachusetts, que fue nombrado
      comandante en jefe de las fuerzas británicas en
      América.
      Organizó un ataque contra Fort
        Niágara, entre los lagos de Ontario y Erie, pero
      el mal
      tiempo y las noticias de que los franceses habían recibido
      refuerzos le hizo dar marcha atrás. Planeó entonces
      un
      ataque contra Crown Point,
      al
      sur del lago Champlain, y al frente de la expedición puso a
      William Johnson, el supervisor de indios, que fue nombrado general
      para
      la ocasión. Contaba con 3.400 hombres, entre colonos de
      Nueva
      York e iroqueses, a los que se unieron 6.000 hombres de Nueva
      Inglaterra, la mayoría de Massachusetts. A finales de mes,
      Johnson se encontraba junto al lago que los franceses llamaban Saint Sacrement, y que
      él
      rebautizó como lago George,
      en honor del rey, y éste es el nombre que tiene
      actualmente.
      Está situado a 65 kilómetros de Crown Point, pero
      los
      franceses avanzaban bajo el mando del general Ludwig August Dieskau, de
      evidente
      origen alemán. Johnson, enterado del avance del
      ejército
      francés, envió contra él un contingente de
      mil
      hombres, bajo el mando del general Ephraim
        Williams. Los colonos lucharon bien, pero fueron
      rechazados y
      Williams murió. Cuando sus hombres en retirara llegaron al
      campamento de Johnson, éste ordenó formar una
      barrera de
      árboles talados. Los franceses atacaron confiados, pero
      ahora se
      invirtió la situación del Monongahela: ellos estaban
      al
      descubierto y los británicos bien protegidos. Fueron
      rechazados.
      Dieskau fue herido y tomado prisionero.
    
Johnson había resultado herido en la batalla del lago
      George,
      y el mando lo tomó entonces el general Phineas Lymann, de
      Connecticut, que,
      tras la victoria, fue aclamado por los soldados, entre los que era
      muy
      popular. Sin embargo, Johnson omitió toda mención a
      Lymann en su informe a Gran Bretaña, y él
      asumió
      todos los honores. Esto inició una rivalidad entre Johnson
      y
      Lymann que no tardó en convertirse en una rivalidad entre
      Nueva
      York y Connecticut, principalmente porque los neoyorquinos estaban
      menos interesados que los colonos de Nueva Inglaterra en combatir
      a los
      franceses, más que nada porque muchos de ellos
      mantenían
      importantes relaciones comerciales con "el enemigo". Finalmente,
      Johnson renunció a su cargo de oficial del ejército
      y
      volvió a Nueva York a ocuparse de los asuntos de los indios
      y de
      los suyos propios.
    
Euler publicó sus Institutiones
calculi
        differentialis, que empiezan con un estudio del
      cálculo de diferencias finitas. En esta obra emplea por
      primera
      vez la letra griega π para nombrar la proporción entre la
      longitud y el diámetro de una circunferencia, así
      como la
      letra sigma mayúscula para representar sumatorios, etc.
    
El año anterior había recibido una carta en
      latín de un joven de dieciocho años, cuyo padre
      trabajaba
      para el rey Carlos Manuel I de Cerdeña. Nacido en
      Turín,
      había sido bautizado como Giuseppe
Ludovico
        Lagrangia, pero firmaba como Ludovico Lagrange. Había
      estudiado matemáticas de forma autodidacta, y en su carta
      comunicaba a Euler lo que consideraba como unos descubrimientos
      suyos,
      si bien él mismo advirtió al poco de enviarla que
      tales
      resultados aparecían ya en la correspondencia entre Johann
      Bernoulli y Leibniz. Ahora, con fecha 12
        de
        agosto, le envió una nueva carta con nuevos
      resultados
      (sobre la curva tautócrona) y esta vez sí que eran
      originales. En su respuesta, Euler se confesó impresionado
      por
      sus ideas. Algo más de un més más tarde, pese
      a su
      escasa edad, Lagrange fue contratado como profesor de
      matemáticas en el Real
        Colegio de Artillería de Turín. 
    
Un químico británico de veintisiete años
      llamado Joseph Black
      llevaba
      un año estudiando el dióxido de carbono y
      demostró
      que era un gas diferente del aire, aunque formaba parte del aire
      en una
      pequeña proporción. Obviamente, él no lo
      llamaba
      dióxido de carbono, sino aire
        fijo. Ese año descubrió la magnesia, y observó
      que la
      calcinación de la calcita se producía con
      pérdida
      de peso.
    
Uno joven escocés de diecinueve años llamado James Watt había pasado
      un
      año el Londres aprendiendo a fabricar instrumentos de
      precisión. Ahora volvía a Glasgow con la
      intención
      de abrir su propio taller, pero el gremio de herreros de la ciudad
      se
      lo prohibió porque no había pasado siete años
      como
      aprendiz, a pesar de que no existía en Escocia
      ningún
      fabricante de instrumentos de precisión.
    
A los treinta y un años, un filósofo alemán
      se
      doctoraba en su ciudad natal de Königsberg con su
      disertación Acerca del
        fuego.
      Se llamaba Immanuel Kant,
      y
      era discípulo de Martin
        Knutzen, que a su vez había sido discípulo
      de
      Wolff. Ese mismo año Kant publicó su Historia natural y teoría
        general
        del cielo, en la que trataba de explicar el origen del
      mundo a
      partir de una nebulosa primitiva. Estos y otros escritos similares
      eran
      meras divagaciones sin fundamento, en suma, lo que Leibniz, Wolff
      y sus
      seguidores llamaban filosofía.
    
Condillac publicó su Tratado
de
        los animales, en el que refuta la teoría
      cartesiana de
      que los animales son autómatas.
    
Un escritor británico llamado Samuel Johnson consiguió la
      fama con su publicación de un Diccionario
        de la lengua inglesa en dos volúmenes, que
      destacaba por
      la claridad de las definiciones y por las numerosas autoridades a
      las
      que hacía referencia.
    
En Viena, Gluck estrenó la ópera La inocencia justificada.
El 1 de septiembre media
      Lisboa
      fue destruida por un intenso terremoto que acabó con la
      vida de
      más de sesenta mil personas. La noticia aterrorizó a
      Europa, pues lo mismo que había sucedido en Lisboa
      podía
      ocurrir el día menos pensado en París, en Londres, o
      en
      cualquier otra ciudad, por poderosa y segura que pudiera parecer.
      El
      oro de Brasil permitió la rápida
      reconstrucción de
      la ciudad, dirigida por el secretario de estado Sebastião
      José de Carvalho e Melo, que desde ese momento
      dirigió la
      política del país. Su influencia fue decisiva en la
      caída en desgracia de Francisco Rávago, el confesor
      del
      rey Fernando VI de España, que siguió los pasos del
      marqués de la Ensenada.
    
El insurgente venezolano Juan Francisco de León, tras haber pasado unos pocos meses encarcelado en España, había recibido autorización para alistarse en una expedición a África, al regreso de la cual, murió. Su hijo regresó a Venezuela y recuperó los bienes de su padre, que habían sido confiscados.
Gran Bretaña llevó a cabo una acción
      más
      para proteger sus colonias americanas. La colonia de Nueva Escocia
      (lo
      que había sido la Acadia francesa) no se consideraba segura
      pese
      a la reciente fundación de Halifax. Los colonos eran
      mayoritariamente franceses y, con cada éxito de Francia, se
      mostraban más partidarios de su antigua metrópoli.
      Habiendo fracasado otras medidas más suaves, el coronel Charles Lawrence, gobernador
      de
      Nueva Escocia, exigió a sus colonos que juraran fidelidad a
      Gran
      Bretaña (lo que permitía procesarlos por
      traición
      ante cualquier acto subversivo) amenazando con la
      deportación si
      se negaban a ello. La mayoría de los colonos se negó
      a
      prestar juramento, así que el 8
        de
        octubre se inició un proceso de deportación
      masiva
      y sistemática, por el que entre seis mil u ocho mil acadios
      fueron distribuidos por las restantes colonias americanas. Algunos
      se
      lo pensaron mejor y volvieron para prestar juramento, mientras que
      otros viajaron más lejos de lo previsto y se instalaron en
      Luisiana (que era territorio francés).
    
Robert Clive fue enviado de nuevo a la India, como gobernador del
      fuerte de San David, en
      Madrás. Sin embargo, la política procolonial de
      William
      Pitt no era apreciada en el gobierno y, privado de apoyos, se vio
      obligado a dimitir de su ministerio.
    
Ese año se fundó la Universidad de Moscú. La
      zarina Isabel la Clemente seguía soltera, pero no le
      faltaban
      amantes. El primer ministro polaco, Estanislao Poniatowski,
      tenía un hijo de veintitrés años, llamado
      también Estanislao,
      que
      ahora se convertía en amante de la gran duquesa Catalina,
      la
      esposa de Carlos Pedro Ulrico, sobrino y heredero de Isabel. Poco
      después, el rey Augusto III de Polonia lo nombró
      embajador en San Petersburgo.
    
A Córcega llegó Pasquale
        Paoli, hijo de Giacinto
        Paoli,
      un colaborador del "rey" Teodoro, que hacía casi una
      década había tratado de sustraer la isla al dominio
      genovés. Giacinto había huido al exilio en
      Nápoles
      juntamente con su hijo, donde éste había seguido la
      carrera militar. Ahora, nombrado general en jefe por sus
      compatriotas
      rebeldes, Pasquale detuvo a los genoveses en el litoral y
      organizó un gobierno democrático en el interior.
    
El duque de Saint-Simon murió a los ochenta años.
    
En 1756, el derrocado zar
      Iván VI de Rusia cumplió los
      dieciséis años y fue encarcelado en la fortaleza de
      Schlüsselburg. 
    
Después de catorce años de lucha y de resitir los
      embates de cuatro expediciones militares, el caudillo
      indígena
      peruano Atahualpa murió en circunstancias poco claras, y
      esto
      puso fin a la rebelión. También fue sofocada la
      rebelión de los guaraníes del Paraguay.
    
En Venecia, Casanova logró evadirse de la prisión
      con
      la ayuda de un monje y marchó a París, donde
      logró
      introducirse en la corte del rey Luis XV.
    
Carlo Goldoni estrenó Il
        campiello, una comedia que destaca por la vivacidad del
      movimiento escénico.
    
Gluck estrenó en Viena su ópera El rey pastor y en Roma Antígona. 
    
El cuarto violín de la capilla del príncipe arzobispo de Salzburgo se llamaba Leopold Mozart, y ese año publicó un método de violín titulado Versuch einer gründlichen Violinschule, que pronto se convirtió en una referencia básica de la época. Es autor también de gran cantidad de música instrumental y vocal.
Lagrange envió a Euler nuevas aplicaciones a la
      mecánica de la teoría matemática que estaba
      desarrollando. Era lo que más adelante Euler
      bautizaría
      como cálculo de
        variaciones.
      Impresionado, Euler logró que la Academia de Ciencias de Berlín
      ofreciera a Lagrange un puesto mejor que el que actualmente
      ocupaba en
      Turín, pero Lagrange sólo quería tiempo libre
      para
      dedicarse a las matemáticas, y consideró que su
      trabajo
      de Turín era más adecuado para ese fin, así
      que
      rechazó la oferta.
    
| La ilustración | Índice | La guerra de los
              siete años |