... Lo
cierto es que, si el burgués gentilhombre de Moliére hablaba en prosa
sin saberlo, en el mundo de hoy todos hablamos bastante griego sin que la
mayor parte de esos hablantes lo sospechen siquiera. Si a la señora que
me cuenta que es viuda de un pediatra, que falleció tras una operación
quirúrgica de próstata, que él tenía otros dos hermanos médicos: un
geriatra y un otorrinolaringólogo, aparte de otro que es geógrafo y de
una hermana que enseña Filosofía, que todos se portaron muy bien con
ella en el tanatorio, porque ella estaba como hipnotizada, y le mostraron
la necrológica que publicaba el periódico, con su fotografía, y
contestaban al teléfono y hablaban de temas que la pudieran distraer,
porque además su reuma crónico la martirizaba, si a esa señora, digo,
le llego a interrumpir con esta frase:"Señora, no me hable usted en
griego", seguro que se ofende, porque eso quiere decir en castellano
que no entiende nada, y lo cierto es que me está hablando, de verdad,
casi en griego y se pasmaría tanto si se le hiciera ver cómo monsieur
Jourdain se pasmó de hablar en prosa. No podemos dejar el griego de la
mano. Ni los que lo estudian y lo saben ni los que hablamos griego sin
saberlo.
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