Como el objetivo es el conocimiento compartido y el medio el amplio horizonte de libertades comunicativas de las que podríamos hacer uso las personas, y puesto que ello conlleva que reconozcamos cómo se ha venido modelando siempre nuestro conocimiento y que reeduquemos nuestro yo (de yo pasivo a yo ejecutivo)...en definitiva, como se trata de ir haciéndonos conscientes de que podríamos cuestionar y cambiar algunas de las verdades establecidas supuestamente como tales, creo que la labor de maestros y profesores es más importante de lo podríamos pensar en un inicio. Como señala J. Gimeno Sacristán: educar para la vida es educar para un mundo en el que nada nos es ajeno. Los que nos dedicamos profesionalmente a la enseñanza deberemos, pues, aceptar nuestra gran carga de responsabilidad respecto a las cosas que pasan y pasarán a todos estos respectos. El gran problema que veo aquí y ahora y que se apunta en algunos círculos es ¿quién re-educará al profesorado general y particularmente?, ¿quién le dirá que "la sociedad de la información" no es tal novedad pero sí podrá serlo la comunicación del conocimiento como conocimiento abierto, colaborado y discutido?, ¿quién le dirá que para enseñar a reaprender debe cambiar su rol de altavoz a un rol de moderador y catalizador del pensamiento y el trabajo colaborativo?, ¿quién les dirá que el uso de internet y de cualquier otra herramienta que permita acceso a información, comunicación multiusuario y trabajo colaborativo es mucho más que una opción metodológica, una obligación ética y moral?, ¿quién nos dirá que no deberemos ser más (y menos) que hipervínculos en la experiencia epistemológica de la vida de una persona?
Tantas preguntas para tantas respuestas, abiertas.