Como en un espejo (1961)

de Ingmar Bergman

Harriet Andersson


Un escritor siempre muy ocupado y alejado viene a pasar unos días con sus hijos, un muchacho adolescente y una joven con problemas mentales, casada con un médico que la cuida con gran ternura. Los días de estancia en una isla durante un hermoso verano, se convierten en momento de crisis para todos y especialmente para el padre, que es confrontado con su incapacidad de darle a su familia lo que de él requiere. El problema familiar asume poco a poco componentes metafísicas y la pregunta sobre Dios se formula a través del amor.

El título del film Como en un espejo es una cita de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios: Pues ahora vemos de un modo oscuro, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco sólo de modo fragmentario; pero luego conoceré así como soy conocido. El tema es aquí, de nuevo, la cuestión central de Bergman en esta época: ¿Hay un Dios? Pero es también una película sobre las relaciones interpersonales. La estructura, elegida muy conscientemente del Kammerspielfilm indica esta intención. Del miedo generalizado descrito en El séptimo sello (Det sjunde inseglet, 1957), Bergman pasa a los problemas especiales de un pequeño grupo, de la familia. Sus cuatro personajes son como los instrumentos de un cuarteto y toda la película consiste en las relaciones entre ellos, que surgen o simultánea o sucesivamente. ya que la piedra angular del universo bergmaniano es la mujer, es natural que todo parta de ella. Karin es una mujer de enorme fragilidad, hija de una enferma mental y sometida a problemas hereditarios. Es víctima de esquizofrenia. Pero el caso patológico tiene una dimensión moral. Karin es la prisionera de su familia. Está decepcionada por la frialdad de su esposo, por el egoismo de su padre, del que sabe que es un fracasado, de la juventud de su hermano, ocupado con sus problemas pubertarios. Su sensibilidad, reforzada por la enfermedad, la lleva a buscar contacto con los otros. Se ha refugiado en el sueño de un Dios del Amor y choca contra el muro de las palabras y de los gestos insuficientes y, finalmente, entregándosele a Minus, su hermano, intenta romper la soledad y el silencio que la circundan. Si la locura de Karin es muy realista, tiene, sin embargo, carácter simbólico. Es el motor de la crisis en que se encuentran las cuatro personas. Al comienzo de Como en un espejo aparecen las palabras A Käbi, mi esposa, raro ejemplo de dedicatoria en la obra de Bergman. Esta es una invitación a interpretar la obra en una clave muy personal para su autor.


© Luis Alberto Álvarez

 

 Como en un espejo (1961)

(Saasom i en spegel)

Dirección y Guión: Ingmar Bergman

Fotografía: Sven Nykvist

Música: Johann Sebastian Bach

Producido por Svensk Filmindustri

Intérpretes:

Harriet Andersson (Karin), Gunnar Björnstrand (David),

Max von Sydow (Martin), Lars Passgard (Minus)