AVILA EN EL SIGLO XVI

Ávila ha sabido conjugar de manera magistral todas las culturas que han pasado por su territorio, la musulmana, la cristiana y la judía. Todas ellas han dejado su impronta tanto en monumentos como en su gastronomía. Un paseo por la ciudad nos exhorta inconscientemente a realizar un recorrido turístico con la sana intención de evocar en nosotros épocas pasadas de singular esplendor.

A finales del siglo XV y principios del siglo XVI la nobleza abulense se encuentra en un momento de esplendor y de gran desarrollo. Es el momento de la construcción de grandes palacios señoriales donde los portones góticos y renacentistas, las almenas y atalayas, los matacanes y troneras, escudos y lambrequines se manifiestan por doquier. Es el reflejo de un pasado avalado por las gestas heroicas de sus nobles caballeros. Sobre sus sillares plasman el esplendor de la historia de Ávila. Es famosa la leyenda: “Los en Ronda muy guerreros y en Trujillo los primeros y en Alarcos con afanes cebaron sus gavilanes Avila, tus caballeros”.

Durante estos siglos de especial pujanza económica se desató toda una fiebre constructiva de dimensiones considerables creando verdaderas joyas arquitectónicas que en la actualidad se han convertido en lugar de obligada parada para el caminante pues han sido acondicionadas muchas de ellas para los usos que habitualmente presentan y que no son otros que servir de parada y posta al viajero. Muchas de las rústicas casas y torres solariegas de Avila, construidas con anterioridad al siglo XVI no eran más que construcciones propias de defensa, recias y casi desprovistas de decoración exterior.

Es, en cambio en el siglo XVI, cuando se transforman en auténticas residencias palaciales decoradas con amplias portadas, arcos de medio punto y una gran profusión de ventanales. La portada y el remate de las puertas exteriores, así como los blasones esculpidos en granito, constituyen algunas de las máximas preocupaciones de sus dueños en el empeño por rescatar su señorial linaje transmitido de generación en generación.

Sus murallas son las que mejor se conservan del mundo. Se encuentran emplazadas en un cerro inclinado al oeste, concretamente hacia el río Adaja. Su construcción se inició a finales del siglo XI, bajo el mandato de Raimundo de Borgoña que había recibido de su suegro, Alfonso VI, el encargo de repoblar la ciudad y fortificarla. Las obras concluyeron definitivamente en el siglo XIV y se sabe que incluso intervinieron maestros moriscos. Al frente de la construcción se hallaban los maestros Casandro, francés, Florín de Pituenga, romano y Alvar García.

En la base de muchas torres del frente este aparecen sillares romanos en granito, junto con fustes de columnas y todo tipo de restos anteriores, que formaron el material utilizado en la construcción de la nueva muralla. Sus esbeltas torres son macizas y con forma de quilla de barco. En toda la obra primitiva de la muralla abulense se emplearon detalles mudéjares como son los ladrillos acabados en punta de diamante en una especie de pequeña línea que divide el cubo propiamente dicho.

No todas las torres son perpendiculares al muro, sino que a veces forman ángulos para conseguir una mayor defensa. Además unas sobresalen más que otras. Sesenta y nueve inscripciones romanas rodean el perímetro de la muralla. El perímetro murado convirtió a la ciudad en un bastión inexpugnable con más de ochenta y ocho torres semicirculares.


AVILA RENACENTISTA O DE LOS PALACIOS

El palacio de Benavites o actual Parador de Turismo Raimundo de Borgoña, protagonista de la repoblación de Avila tras la conquista cristiana todavía conserva su esbelta torre cuadrada junto a los majestuosos jardines que se hallan en su interior. En la actualidad alberga 62 habitaciones con más de 120 plazas y su restaurante es uno de los más concurridos de la ciudad.

El vecino Palacio de Valderrábanos, justo enfrente de la Catedral abulense se ha convertido en un fastuoso hotel con una inconfundible y majestuosa portada decorada con el relieve de un doncel. Es un palacio gótico del siglo XV y perteneció a Gonzalo Dávila, Corregidor de Jerez y conquistador de Gibraltar en 1462. Contiguo a éste se halla también el Palacio de los Velada que perteneció a la familia Gómez Dávila y por él han pasado personajes de la talla de Carlos I, la emperatriz Isabel y el Príncipe Felipe.

Otro gran palacio que ha sido acondicionado con una finalidad diferente ha sido el de los Serranos con una magnífica portada renacentista. Ha tenido diversos usos a lo largo de su historia aunque se ha proyectado recientemente que se convierta en la sede de la Secretaría General de la Universidad Católica de Ávila y en el último Plan General de Ordenación urbana estaba prevista una reforma e inversión pública de más de 70 millones de pesetas a costear tanto por el Ayuntamiento como por la Diputación Provincial de Ávila.

Por su parte, el palacio de los Deanes que se encuentra en la plaza de Nalvillos y a escasos metros de la puerta de Los Leales es de traza renacentista y en la actualidad sirve para albergar el insigne Museo Provincial en el que se expone la historia de Ávila desde la Prehistoria con una interesante muestra de artes y tradiciones populares.

TIERRA DE CABALLEROS
Otros palacios emblemáticos son el de D. Miguel de Aguila construido en el primer cuarto del siglo XVI; el de los Guzmanes; el de Blasco Núñez Vela y el de Abrantes; éste último declarado Monumento Histórico-Artístico en el año 1982. Por su parte, la Mansión de los Superunda ha sido considerada como el edificio más italiano de todos las construcciones renacentistas que existen en la ciudad y en la actualidad pertenece a los hijos de este linaje.

La Mansión de Polentinos fue construida en el siglo XVI bajo los patrones de Vasco de la Zarza. Debe su nombre a Francisco de Colmenares, conde de Polentinos. Ha sido considerado el palacio más suntuoso de los que existen en el núcleo histórico de la ciudad. Antiguamente sirvió como sede del Ayuntamiento antes de ser restaurado a finales del siglo XIX; posteriormente albergó la sede de la Academia de Administración Militar y más tarde la Academia de la Intendencia. En la actualidad alberga la Academia Militar de Infantería. El de los Aguila y Torres Arias presenta la posibilidad de convertirse en un atractivo palacio que albergaría la sede del Museo de Tauromaquia.

El palacio de los Verdugo se destinó durante años a usos empresariales y en la actualidad se prevé su utilización para servir de Archivo Municipal además de haberse previsto una posible rehabilitación del edificio con la intención de adecuarlo a nuevos fines según instancias públicas. En definitiva, todo un mundo interior por recorrer que nos traslada al esplendor renacentista de la histórica capital abulense, tierra de caballeros.

* Colaboración, redacción y dirección dentro de un conjunto más extenso de la obra editorial fasciculable: ATLAS VISUAL DE AVILA, publicado por el DIARIO DE AVILA, en el año 1999.

Anterior
Documentos
Siguiente
Inicio