LA LÍNEA DE FUEGO

La conflictiva región de los Balcanes continúa siendo un quebradero de cabeza más para la comunidad internacional. En estas inhóspitas regiones balcánicas se produjo a principios de siglo el detonante que desencadenó la primera guerra mundial.

De nuevo en el año 1992 volvimos a sufrir el horror de la absurda guerra de los Balcanes que provocó la desintegración de la república yugoeslava. Una vez más la historia nos demuestra que estos nacionalismos exacerbados han condicionado de forma extremadamente negativa el devenir de los tiempos en estas deprimidas regiones de la Europa central y del este. Su variado carácter étnico y multiracial ha supuesto uno de los mayores handicaps de estas regiones centroeuropeas.

Sin embargo, politiquillos de tercera fila han sabido sacar provecho personal de esta inestable y difícil situación. De nuevo, ha sido el omnipresente y despótico Slobodan Milosevic el que ha pretendido sustraer beneficios de una situación que él mismo se ha encargado de crear, mantener, potenciar y consolidar. Su posición intolerante, arrogante y prepotente únicamente ha tenido como finalidad saciar un egoísmo personal desmesurado como ya demostró en el nefasto conflicto del 92.

En esa ocasión su insaciable afán de protagonismo provocó la destrucción de Yugoslavia en aras de una supuesta hegemonía de la raza serbia y por supuesto en detrimento de las demás históricas nacionalidades que hasta ese momento convivían por derecho propio en suelo eslavo desde incluso antes del siglo X. Este depravado dirigente sumió en la guerra y en la sangre a todos los pueblos eslavos sin distinción e incluso al suyo propio y ahora está a punto de provocar una nueva catástrofe internacional que amenaza en convertirse en un enfrentamiento de dimensiones considerables.

Milosevic pasará sin duda a la historia como una de las mayores tragedias del pueblo serbio desde la derrota incluso de las tropas otomanas, precisamente en Kosovo en el siglo XIV.

Lo cierto es que ha hundido a su pueblo en la más horrible de las miserias y ha convertido estas regiones en auténticos territorios comanches en los que el que más o el que menos se afana por sobrevivir o bien recurre al ostracismo más denigrante y vergonzoso.

Generaciones enteras maldecirán el momento histórico que les tocó vivir con Milosevic y muchos años tendrán que pasar para que se olviden todos los desaguisados que su ansia de poder han reportado a estos territorios.
La perdida para la Gran Serbia de la provincia kosovar es una realidad. Por todo ello, la posible reacción de Milosevic es impredecible e incluso los medios occidentales nada dicen de su paradero actual, lo que no deja de ser denigrante.

Milosevic se encuentra sólo ante el peligro y un hombre sólo con su talante autoritario, retrógrado e intransigente es como una fiera herida en una jaula y por ello es impredecible. Aún así es posible que asistamos de nuevo a algo a los que ya nos tiene acostumbrados, al sucio tiro en la nuca.

Una selección natural que no procede de la naturaleza sino de los instintos más primitivos de ciertos especimenes humanos que carecen del más mínimo respeto por la vida humana. Ejemplos como éste, los hay y muchos, en la más reciente historia de esta pretendida Europa unida a la que nos enfrentamos diariamente.

* La presente columna de opinión fue publicada en en la Revista COLORES editada en diversos medios prensa regional, en el año 1998-1999.

Anterior
Otros_Textos
Siguiente
Inicio