Cultura, culturita, cultureta......España cañí y olé

Si no fuera porque vivimos en el país en el que dieron sus vidas D. Miguel de Cervantes, Cela, Rosalía de Castro, Gustavo Adolfo Bécquer, Rafael Alberti, Gaudí, Miró, Picasso, Velázquez, Goya y otros cientos de personajes ilustres que han forjado a fuego lento la historia y cultura de nuestro rico y extenso país y que han contribuido enormemente a engrandecer la cultura y el patrimonio de los que hoy intentamos recoger con humildad de franciscano su más que prestigioso legado, no podría jamás ni llegar a alcanzar entender como esos insufribles programas aculturales, anodinos, esperpénticos, caricaturas de la sinrazón y el despropósito, como el Gran Hermano y Operación Triunfo se han podido convertir en el referente inexcusable de una cultura que amenaza con quedar solapada, oculta y ocultada, ante tanta infamia y bufonada que impone la televisión, ese poderoso medio de comunicación que engloba y envuelve a nuestras ocupadas vidas.

Lo primero que me viene al pensamiento es la pregunta de ¿cómo es posible que el fanzine recientemente publicado sobre Operación Triunfo amenace en convertirse en uno de los libros más vendidos de toda la literatura española por no decir universal?.

Con dos semanas en las librerías consiguió vender más de 200.000 copias. A los editores les digo que no estoy en contra, en absoluto, de que no se corten un pelo y que expriman las mieles del triunfo hasta la última gota puesto que todo bicho viviente haría exactamente lo mismo pero convendrán conmigo que no deja de ser extremadamente curiosa esta noticia e incluso francamente peligroso derivar hasta tanta superficialidad en el mundo de la cultura libresca; mundo por otra parte caracterizado principalmente por su estilo, clase y personalidad.

Ejemplos como éste ponen de manifiesto o que estamos atravesando una crisis conceptual de valores culturales sin parangón en la historia de la literatura o que no existen alternativas creíbles a tanto despropósito, cuestión que por otra parte me niego a aceptar de lleno por la trayectoria y bagaje de este, nuestro querido y estimado país.

De igual forma, comienza la tercera andadura de ese populoso programa de televisión perteneciente a una cadena privada nacional que inunda la parrilla de contenidos de ésta hasta hacerla impracticable, como es el simpar producto de masas Gran Hermano. Evidentemente y con el éxito cosechado por las múltiples campañas marketinianas de Operación Triunfo de la televisión pública nacional (no lo olvidemos) Gran Hermano se instalará igualmente en nuestras mentes, casas, familias, entornos socio profesionales, en todas las esferas de la vida pública cual mancha de aceite en el vaso de agua. Debemos estar preparados ante la vorágine que se nos viene encima. Camisetas, corchos de botellas de vino, etiquetas de lavaplatos, abridores, zapatillas de deporte, pegatinas, cajas de bolígrafos, tablones de corcho, vídeos, cds y como no, ahora libros. No, por favor. Más libros no. Me niego a aceptar la moda del libro de un programa basura. Esto sí que no.

Sin embargo, el problema es mucho más profundo del que imaginamos. Si el programa de turno no tuviera éxito habría desaparecido de la programación como el rayo más fugaz. Pero es que en este caso no desaparece, se instala, se cuadriplica su programación mientras que los demás canales de televisión no hacen absolutamente nada para cambiar esta tendencia, no contraprograman, se rinden, cambian y adaptan sus parrillas para no toparse con el fenómeno mass media que tiene su competidor. Esto es o bien hilarante o ciertamente preocupante. No se puede ni siquiera acudir a otro programa de televisión puesto que durante los ratos que se emiten estos esperpentos no podemos acudir a otra alternativa, simplemente ésta no está, no aparece, no existe. Delirium tremens.

Pero no estamos hartos de escuchar que la sociedad española ha alcanzado la madurez. No estamos cansados de oír que con la transición democrática la sociedad española fue un ejemplo a seguir por todos los países predemocráticos. ¿Cómo ahora se acude en masa a contemplar tanta basura y mediocridad?. Si la sociedad fuera realmente madura estaríamos más preocupados por otros programas de televisión más educativos, si éstos existieran (los pocos que hay tan sólo responden a una demanda ínfima en comparación con estos fenómenos televisivos) en las parrillas puesto que salvo los documentales de la 2 (que todo el mundo dice haber visto alguna vez, cosa de extrañar, lógicamente por los shares registrados) poca oferta en este sentido podemos encontrar en el apasionante mundo de los reality shows y los programas aculturales de este tipo que aumentan como los hongos en primavera.

Y digo yo ¿no estará el colectivo social necesitado de “sociabilidad”? (perdonen la redundancia), ¿porqué ya no hablamos como se hablaba antes, quizás?, ¿no habremos perdido el norte y el referente cultural de nuestra propia civilización?. Antes cuando la gente no encontraba nada que hacer acudía a un museo o bien visitaba los monumentos de su ciudad con sus familiares o amigos o incluso se organizaban salidas al campo, “merienda en ristre” para realizar la típica “torrá de xulles de marras” o la paella de turno, o incluso había grandes momentos en los que nos reuníamos con la familia y se apagaba el televisor como si del mismo diablo se tratara para disfrutar de la paz que te da tu propio entorno pero es que hoy en día la alternativa es escasa, pobre y prácticamente parece no existir a nuestro alcance a pesar de la supuesta enorme variedad que parece existir en cualquier ciudad a la que acudamos de visita. Es sorprendente, ¡vamos! de novela de culebrón como la famosa betty que ya no es fea y que ha renacido cual musa de pintor renacentista. Otra que tal. ¡Vamos hombre/mujer ya está bien

Lo cierto es que no me queda más remedio que retirarme consternado, como decía Sabina, a mis cuarteles de invierno y así buscar mi acomodo en el práctico sillón del hogar para disfrutar placenteramente de la calidez que me produce leer con fruición el último libro que ha caído por azar entre mis manos y que obviamente, como habrán podido comprobar, nada tiene que ver con el fanzine de Operación Triunfo, ni con el culebrón de betty, ni con la tercera entrega de Gran Hermano, creánme.

* La presente columna de opinión fue publicada en Astrolabio.net y el foro de Las Provincias.

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