Los datos se guardan en ficheros informáticos, la
forma en que están organizados dichos ficheros es lo que llamamos
formato de archivo. En principio,
esta organización debería ser transparente para el usuario, pero esto
no es así porque los diferentes formatos no suelen ser compatibles entre
sí .
Por esto es interesante conocer algo sobre los diferentes formatos, eso
es lo que vamos a hacer a continuación, aunque sin entrar en demasiados
detalles técnicos, nos centraremos en aspectos prácticos. El tipo de archivo
está indicado, normalmente, por tres letras que aparecen detrás
del nombre del archivo y de un punto, por ejemplo, arch_ventas.doc
Hoy en día existen multitud de formatos, cada formato se suele utilizar
en un entorno diferente, pero no existe un formato que se pueda utilizar
de forma universal.
Así pues, dependiendo del uso que vayamos a dar a nuestros datos nos interesará
guardarlas en uno u otro formato. Los elementos principales que hay que
tener en cuenta a la hora de trabajar con formatos son la relación entre
calidad y tamaño del archivo, las características del formato y la compatibilidad
entre el formato del fichero y los programas que vayamos a utilizar.
Calidad y tamaño del archivo.
Generalmente los archivos ocupan mucho espacio, sobre todo los gráficos,
sonido y vídeo, una imagen fotográfica de resolución media suele ocupar
entre 0,2 y 1 MB., por esto la mayoría de los formatos multimedia utilizan
métodos de compresión para ahorrar
espacio.
Dependiendo del grado de compresión utilizado, el ahorro en espacio será
mayor o menor. Pero en general, al descomprimir el archivo se pierde algo
de calidad, y cuanto mayor es el grado de compresión,
mayor es la pérdida de fidelidad de los datos descomprimidos
respecto del original.
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