孔子学院
总第
12
期
2012
年
05
月
第
3
期
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a los forasteros solamente se le permitía
residir alrededor de la zona de las Trece
Casas Comerciales, y cualquier transac-
ción económica o asunto diplomático se
tenía que realizar mediante los agentes
intermediarios chinos. De esta manera, lo
primero que tenían que hacer los comer-
ciantes occidentales nada más llegar los
barcos extranjeros era ponerse en contac-
to con una agencia que hablara su idioma
para que les ayudara en la traducción, les
introdujera en el mercado local, compra-
ra la mercancía y ofreciera servicios de
almacenaje, carga y descarga, alojamiento
y asesoramiento legal. Al mismo tiempo,
los comerciantes extranjeros verificaban
los artículos que les vendía la agencia chi-
na, como el té, la seda, la porcelana, etc.
Con el paso del tiempo, en la orilla del río
de la Perla (situada al oeste de la ciudad)
se empezaron a construir edificios dedi-
cados específicamente a albergar a extran-
jeros y a proporcionarles locales para que
pudieran realizar sus negocios. Las fincas,
normalmente de tres pisos de altura y
con un estilo arquitectónico occidental,
se conocían como
shāngguǎn
(agencias
comerciales) entre los extranjeros, mien-
tras que para los habitantes chinos de la
dinastía Qing se llamaban
yíguǎn
(casa de
los extranjeros).
Según lo que apuntaba en el año 1832
el misionero evangelista anglo-escocés y
traductor de chino de la Compañía Bri-
tánica de Las Indias Orientales, Robert
Morrison (1782-1834), estas agencias
estaba distribuidas de este a oeste por
este orden: Agencia de Justicia y Paz
(Ewohong), Agencia Holandesa, Agencia
Inglesa, Agencia Chow Chow (Fungtae-
hong), Agencia Inglesa Antigua (Bungs-
hanhong), Agencia Sueca (Suyhong),
Agencia Imperial (Mayinghong), Agencia
Paonshun, Agencia Americana (Kwan-
gyuenhong), Agencia Zhongwo, Agencia
Francesa, Agencia Española y Agencia
Danesa.
Los cantoneses, inteligentes y traba-
jadores, aprovecharon esta oportunidad
única y excelente que les concedía el
emperador para enriquecerse aún más si
cabía, justo en un momento en el que el
intercambio entre la cultura occidental y
la china se intensificaba y se difundía con
rapidez. Una descripción pictórica de la
situación de esos momentos sería algo así:
los barcos extranjeros se esforzaban por
salir cargados con mercancías y en la zona
de las Trece Casas Comerciales abundaba
la riqueza. Los 85 años de historia del
monopolio en el sector del comercio exte-
rior supuso para Guangzhou un alto nivel
de prosperidad y le situó en el cuarto
lugar en el ranking mundial de potencias
económicas del año 1850 y en el séptimo
en 1875. De entre todas las casas comer-
ciales que se encontraban en este barrio,
destacaban las agencias Tongmen, Kwan-
glei, Ewo e Yisen, establecidas por Pan
Zhengcheng, Lu Guangheng, Wu Binjian
y Ye Shanglin respectivamente. En un re-
portaje publicado por el periódico estado-
unidense
The Wall Street Journal
se decía
que Wu Binjian, no solo era el hombre
más rico de China en aquella época, si
no que además se situaba en los primeros
puestos de los multimillonarios del mun-
do. Su fortuna alcanzó la impresionante
cifra de 26 millones de unidades de plata,
que equivalía casi al ingreso recaudado
por el Gobierno de la dinastía Qing a lo
largo de todo un año. La prosperidad de
esta ciudad comercial se podría resumir
en el dicho: “Montañas de oro y perlas
preciosas que cubrían el mar, almacén
del tesoro imperial”. Por último, cabe
destacar los pingues beneficios obtenidos
意大利旅行家、圣方济各会修士鄂多立克肖像。
Retrato del sacerdote franciscano italiano Odorico
de Pordenone.
中英第一次鸦片战争场景再现。
Representación de la Primera Guerra del Opio entre Gran Bretaña y China.
说古论今