Una obra casi olvidada:

EL ENSAYO HISTÓRICO, POLÍTICO Y MORAL SOBRE LAS REVOLUCIONES ANTIGUAS Y MODERNAS, CONSIDERADAS EN SUS RELACIONES CON LA REVOLUCIÓN FRANCESA DE CHATEAUBRIAND.

El vizconde François-René de Chateaubriand (1768 – 1848) es una de las figuras más representativas del romanticismo europeo de índole conservadora. Su primer trabajo serio es el libro objeto del presente comentario que se conoce más por la abreviación de su título en Ensayo sobre las revoluciones . Chateaubriand lo imprime en Londres en 1796 y lo saca a la venta un año después. En 1826 efectúa una nueva edición que se traduce a nuestra lengua en 1847. Sobre ella voy a hacer esta reseña. (1)

En pág. 7 del primer tomo se exponen las preguntas a las que el Ensayo sobre las revoluciones intenta dar respuesta. “I. ¿Cuáles son las revoluciones que han acontecido en otro tiempo en el gobierno de los hombres? ¿Cuál era entonces el estado de la sociedad y cuál fue la influencia causada por estas revoluciones en el siglo en que estallaron, y en los siglos que le siguieron? II. ¿Entre estas revoluciones hay alguna que por su espíritu, por las costumbres y por las luces de su tiempo, pueda compararse con la actual revolución de Francia? III. ¿Cuáles son las causas primitivas de esta última revolución, y cuáles las que han obrado su repentino desarrollo? IV. ¿Cuál es actualmente el gobierno de Francia? (2) ¿Está fundado sobre principios verdaderos? ¿Puede subsistir? V. Si subsiste, ¿qué efecto producirá en las demás naciones y gobiernos de Europa? VI. Si es destruido, ¿cuáles serán las consecuencias para los pueblos contemporáneos y para la posteridad?”

En pág. 9 del volumen inicial aparece el objeto del Ensayo : “1º. Examinaré las causas remotas e inmediatas de cada revolución. 2º. Su parte histórica y política. 3º. El estado de las costumbres y de las ciencias del pueblo de que trate en particular, y del género humano en general en el momento de la revolución. 4º. Los motivos que dilataron o limitaron su influencia. 5º. Por último; sin perder de vista el principal objeto del cuadro, haré notar incesantemente las relaciones o las diferencias que puedan existir entre la revolución que describa y la revolución francesa de nuestros días. Por manera que ésta servirá de fragua común a la que vendrán a parar todos los rayos esparcidos de moral, de historia y de política”.