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Si un monasterio crece demasiado ha de enviar a trece de sus monjes a erigir uno nuevo. De esta manera se forman multitud de unidades monásticas hijas de monasterios anteriores. Por tanto el Cister llega a ser la orden monástica más importante del Antiguo Régimen. La identificación del Altar y el Trono lleva a los jacobinos franceses de la I República y a los progresistas españoles de la Regencia de María Cristina a destruir con saña muchos monasterios. Muy triste es el arrasamiento del Monasterio cisterciense de Poblet por los milicianos nacionales y voluntarios de la libertad, similar por sus horribles matices de barbarie y bibliopolia, a la destrucción del Monasterio jerónimo de Guadalupe (Cáceres). Incluso la compra de las estatuas de Poblet por algunos personajes británicos y belgas recuerdan la adquisición de los Mármoles Elgin del Partenón por Thomas Bruce (el séptimo conde de Elgin). Los tumultos revolucionarios en Francia y España hacen que no se conserve ningún monasterio cisterciense puro aunque muchos de ellos sobre todo en Alemania y en España ya habían sufrido grandes metamorfosis durante el Renacimiento y el Barroco. Ello se percibe en varios monasterios gallegos, la fachada clasicista que a fines del XVII se construye en la Iglesia del Monasterio de Poblet y el enmascaramiento churrigueresco que se hizo en la de Santa María de Huerta.

San Bernardo critica al tiempo el arte románico y el incipiente estilo ojival que impuesto por el Abad Suger en el Monasterio de Saint-Denis. Su veto a la pintura y escultura a excepción de la imagen de Nuestro Señor en la Cruz pretende corregir los excesos de la estatuaria románica. Tales demasías se hallan sobre todo en los monstruos que se representan en los capiteles pintados de los claustros. Aquellas figuraciones pueden distraer la atención de quienes rezasen o meditaran. Su veto a las vidrieras se dirige contra el Gótico que despunta.

Elementos constructivos de la arquitectura cisterciense . Son:

I) Arco: A partir de 1140 el arco será apuntado. Ese tipo de arco (al que se conoce también por agudo u ojival) es el formado por dos porciones de circunferencia que se cortan en ángulo. El arco apuntado es de construcción fácil. Presenta la ventaja de que permite levantar una bóveda de cañón apuntada que ahorra mucha madera al colocar directamente las tejas.

II) Bóveda de ojiva: Aparece después de 1150. Su origen se halla en la bóveda de arista. La de ojiva se hace engarzando dos arcos. Igualmente es una solución económica.

III) Contrafuertes con relejes: Estos contrafuertes se multiplican pues no se emplean en ellos los trabajos de cantería románicas que se guardan para los ángulos. Al comparar los contrafuertes cistercienses con los románicos los primeros tienen más anchura pero menor profundidad.

IV) Ventanas: En un principio son circulares pero luego pasan a ser apuntadas.

V) Claustro: Es el espacio que articula los restantes elementos del monasterio. El empleo de arcos apuntados y bóvedas de ojiva en los claustros cistercienses hacen que se edifiquen por tramos. También presencia una alternancia luz/sombra muy marcada.