La Copla XIV recoge el tema de la Danza de la Muerte de las que sólo ha llegado a nuestros días un único ejemplo dentro de la literatura castellana. En la Copla XV Manrique cae en la cuenta de que sus referencias resultan indiscriminadas en el espacio y el tiempo y así no sigue el precepto ciceroniano de mover a sus lectores. Por tanto, entre la Copla XVI y la XXIV circunscribe los efectos de la Muerte en algunos personajes como el Rey don Juan, los Infantes de Aragón, el Condestable don Álvaro de Luna, dos hermanos maestres y el rey don Enrique. Las principales actividades de aquellas figuras se realizan de 1402 a 1446. Son conocidos por los contemporáneos del poeta. Sus oyentes o lectores coetáneos podían sentirse impresionados por las tragedias de sus vidas y de paso apreciar la idiosincrasia niveladora de la Muerte. Manrique no sólo cita personajes sino también otros aspectos de la vida cortesana de su tiempo como los juegos, las damas y las llamas de los fuegos encendidos de amadores (versos 4 – 6 de la Copla XVII ). Aquí Jorge Manrique demuestra mayor aprecio a sus obras doctrinales que a la práctica de la cortesanía amorosa en otros poemas suyos. La lírica cortesana se caracteriza por perseguir el fin de amor. Pero el amor de los poetas cortesanos se basa en la sumisión a la dama practicada por gentes decorosas. Así Alfonso de Baena, compilador del Cancionero de Estúñiga , indica que el poeta se tiene que preciar o fingir enamorado . El amor para los vates cortesanos supone un genuino código con estas premisas: El amor es fuente de todo bien pero ha de estar lleno de insatisfacción Existe una filosofía de la Naturaleza expresada por medio del sentimiento El amor se fundamenta en el amor y la pena pero por esto mismo se trata de un amor gozoso Consiste en un amor de lejanía que a nada aspira. Alfonso de Baena dice que el que más ama es el que menos desea el que deseando se contenta . En este sentido preludia la dicha de estar lejos que cantará Goethe El silencio doloroso y apasionado representa la forma más perfecta de amar El amor objeto de la lírica cortesana radica en un amor de amicitia, nunca en un amor sexual al que se moteja de felino.
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