LA ARQUITECTURA RUSO – ARCAIZANTE EN EL MOSCÚ DEL SIGLO XIX.por Gonzalo Fernández, Universidad de Valencia A mediados del siglo XIX surge una tendencia constructiva en Rusia que pretende imitar su vieja arquitectura. Sus modelos son los edificios anteriores a la recepción de los influjos del barroco italiano en tiempos de la zarina Isabel (1741 – 1762) con Bartolomeo Francesco Rastrelli. A Rastrelli se debe la Catedral de San Andrés en Kiev aunque sus principales trabajos se hallan en San Petersburgo vg. el agrandamiento del Palacio de Peterhof iniciado en 1715 por Alexandre Leblond para Pedro I “el Grande” (1682 – 1725), el de Tsárkoie Seló por encargo de la precitada zarina Isabel, el de Invierno que contiene el Museo del Ermitage y la Catedral de la Resurrección en el Monasterio de Smolny. La arquitectura ruso-arcaizante muestra ejemplos en Kiev (Catedral de San Vladimiro) y San Petersburgo (Catedral de San Salvador). Sus mejores exponentes se encuentran, empero, en Moscú. El más antiguo es el Gran Palacio del Kremlin. El arquitecto Konstantine Andreievich Thon lo erige de 1838 a 1849. Su fachada tiene 125 metros. Su tendencia al arcaísmo se observa en las chambranas de piedra blanca labrada que adornan sus ventanas y se inspiran en la arquitectura rusa del siglo XVII. El mismo arquitecto levanta entre 1849 y 1851 la nueva Armería del Kremlin sobre el emplazamiento de la inaugurada en el siglo XVI. Durante el seiscientos era un taller destinado a la fabricación y custodia de armaduras y armas blancas y de fuego. Luego se guardaron los trofeos e insignias de la realeza. Pedro I la transforma en museo y esta actividad es respetada por K.A.Ton a la hora de proyectar la renovada Armería a la que se llama también Palacio de las Armaduras.
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