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C) •  La labor de los escultores en los templos dóricos y jónicos.

La arquitectura helénica presenta unos campos aprovechables para fijar decoración escultórica. El orden dórico permite establecerla en las metopas del friso (no en los triglifos que siempre son acalanados) y el tímpano . Las metopas pueden ser pintadas o esculpidas. Para el tímpano son distintas las respuestas arcaicas de las clásicas. En la etapa arcaica o se emplean figuras de tamaño decreciente o se colocan serpientes u otros monstruos de formas sinuosas que se acoplen al espacio triangular del tímpano . Durante el período clásico se varían las proporciones de las figuras con una central de pié, a sus lados otras en asientos y por última unas terceras tumbadas. En el orden jónico existen idénticos problemas en el frontón . Por el contrario los frisos jónicos suponen el terreno más abonado para el lucimiento de los escultores por ser corrido y no llevar metopas .

D) •  Orden corintio.

El estilo corintio nace en torno a 420 a.C. en el Templo de Apolo en la isla de Bassae donde figura un capitel de esa tendencia en el centro de la cella aunque muy arcaico todavía. El estilo corintio consta de unas columnas sin éntasis , totalmente rectas y provistas de basa . A su vez el capitel se halla formado por dos hojas de acanto cuyas ramas laterales se llaman caulícolos. Esas hojas le dotan de gran potencia creativa y mucha expresividad pues los escultores pueden tallar perfectamente los bordes y rebordes de las hojas y hacer la curvatura de la hoja separándola del capitel. Con esto el capitel corintio permite el ingreso en la historia de la arquitectura de los juegos de luces y sombras. Éste es un rasgo típico del arte bello o manierista con paralelos en la escultura del momento. Así Praxiteles en el Sátiro en reposo descubre el papel de la luz para crear planos medios de trazado muy suave que produce contornos de luces y sombras.