La terapéutica farmacológica en el siglo XIX

Paul Ehrlich (1854-1915)

Bajo la influencia de la mentalidad etiológica, la quimioterapia buscó más tarde la obtención de medicamentos que destruyeran los gérmenes causantes de enfermedades sin perjudicar el organismo del enfermo.

La persona que mejor representa esta tendencia fue Paul Ehrlich (1854-1915).

Una de las páginas de Die experimentelle Chemoterapie der Spirillosen, de Paul Ehrlich

Su trabajo de investigación más conocido fue el de buscar un medicamento inocuo para los enfermos y de máxima toxicidad para el germen responsable de la sífilis (Treponema padillum), que se había descubierto en 1905. Cinco años más tarde Ehrlich logró resultados satisfactorios con el preparado 606, al que denominó salvarsán (arsénico que salva). Dos años después mejoró la fórmula con el preparado 914, que llamó neosalvarsán.
A partir de estos hallazgos, la quimioterapia etiológica experimentó avances muy significativos. Entre los hitos más destacables están la introducción de las sulfamidas en terapéutica tras los trabajos publicados por el alemán Domagk en 1935.

Un poco más tarde el australiano Howard W. Florey y el ucraniano Ernst B. Chain, que trabajaban en un laboratorio de Oxford, lograron convertir en medicamento utilizable la penicilina que el bacteriólogo Alexander Fleming había descubierto.

Texto de Paul Ehrlich